PRINCIPIO 12
Los milagros son pensamientos. Los pensamientos pueden representar el nivel inferior o corporal de experiencia, o el nivel superior o espiritual de experiencia. Uno de ellos da lugar a lo físico, el otro crea lo espiritual.
La
afirmación anterior, podríamos completarla añadiendo que el milagro es el
pensamiento que está al servicio del Espíritu Santo y que deshace el
pensamiento de separación fabricado por el ego. Esta visión del milagro nos
presenta varios conceptos que exigen un análisis más detallado: Crear y
fabricar; Expandir y proyectar.
Nos
refiere el texto del Curso, que "el ego es el aspecto inquisitivo del ser
que surgió después de la separación, el cual fue fabricado en vez de creado". (T-3.IV.3:1)
"Desde que se produjo la separación ha habido una gran confusión entre las
palabras "crear" y "fabricar”: Cuando fabricas algo, lo haces
como resultado de una sensación específica de carencia o de necesidad". (T-3.V.2:1-2)
¿Qué es fabricar?
Veamos lo que nos aporta
una rápida consulta al Libro de Ejercicios:
“No
reconoces que los pensamientos que piensas que piensas no son nada debido a que
aparecen como imágenes. Piensas que los piensas, y por eso piensas que los ves.
Así es como se forjó tu "manera de ver". Ésta es la función que le
has atribuido a los ojos del cuerpo. Eso no es ver. Eso es fabricar imágenes, lo
cual ocupa el lugar de la visión, y la reemplaza con ilusiones”. (L-pI.15.1:1-2)
Estamos ante un acto de voluntad,
protagonizado por el Hijo de Dios, en pleno uso de los Atributos heredados de
Su Padre. Nos enseña el Curso, que la “La mente es muy activa. Cuando elige
estar separada, elige percibir. Hasta ese momento su voluntad es únicamente
gozar de conocimiento. Una vez que ha elegido percibir, no puede sino elegir
ambiguamente, y la única forma de escaparse de la ambigüedad es mediante una
percepción clara. La mente retorna a su verdadera función únicamente cuando su
voluntad es gozar de conocimiento. Esto la pone al servicio del espíritu,
donde la percepción cambia. La mente elige dividirse a sí misma cuando elige
inventar sus propios niveles. Pero no puede separarse completamente del
espíritu, ya que de éste es de donde deriva todo su poder para fabricar o para
crear”. (T-3.IV.5:1-9)
Cuando la mente decide prestar
atención al “campo de las infinitas posibilidades”, es capaz de colapsar parte
de esas “ondas”, hasta tal punto que las convierte en “partículas”, es decir, en
materia. Este es el comienzo de la separación y de la percepción. Acabamos de
fabricar una realidad ilusoria, en paralelo a la realidad verdadera,
protagonizada por el Ser que Somos.
Podríamos concluir diciendo que
nosotros fabricamos mediante la proyección, mientras que Dios crea mediante la extensión.
Si trasladamos esta afirmación al mundo del sueño, “los pensamientos pueden
representar el nivel inferior o corporal de experiencia, o el nivel superior o
espiritual de experiencia. Uno de ellos da lugar a lo físico, el otro crea lo
espiritual”. (T-1.I.12:2-3)
Gracias J.J
ResponderEliminarGracias, muchas gracias Juan José, Dios te siga Bendiciendo 🙏
ResponderEliminarEn este y otros capítulos , entiendo que somos capaces de creear sólo con el pensamiento, estemos o no en paz con nosotros mismos. Siempre he sentido algo similar. Muchas gracias .. J.J.
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