viernes, 24 de octubre de 2025

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 297

LECCIÓN 297

El perdón es el único regalo que doy.

1. El perdón es el único regalo que doy, ya que es el único regalo que deseo. 2todo lo que doy, es a mí mismo a quien se lo doy. 3Ésta es la sencilla fórmula de la salvación. 4Y yo, que quiero salvarme, la adoptaré, para regir mi vida por ella en un mundo que tiene necesidad de salvación y que se salvará al aceptar yo la Expiación para mí mismo.

2. Padre, ¡cuán certeros son Tus caminos; cuán seguro su desenlace final y cuán fielmente se ha trazado y logrado cada paso de mi salvación mediante Tu Gracia! 2Gracias a Ti por Tus eternos regalos, y gracias a Ti también por mi Identidad.

¿Qué me enseña esta lección?

Tenemos necesidad del perdón, porque nuestros ojos ven culpabilidad.

Tenemos necesidad del perdón, porque albergamos la creencia en el pecado.

Tenemos necesidad del perdón, porque sentimos temor de Dios, al que creemos haber fallado.

Observa tu existencia y notarás que, desde lo más profundo de nuestro inconsciente, surge una voz que nos vuelve adictos al castigo, al sufrimiento y al dolor, como una respuesta para satisfacer el recuerdo ancestral de un acto pecaminoso que nos condena a la culpa.

Pero el castigo no nos redime, no nos salva ni nos libera. Sólo genera dolor, nos quita la alegría, la felicidad, la paz y la armonía.

Podemos seguir eligiendo sufrir y sacrificarnos en nombre del amor, pero ningún acto de amor exige sacrificio, ya que el verdadero amor no requiere que ninguna de las partes pierda.

Mientras sigamos inmersos en el sueño, el perdón se convierte en la función más elevada que podemos realizar. El perdón nace del Amor, mientras que el castigo tiene su origen en el miedo. Y si el miedo es un pensamiento creado por nuestra mente, el castigo también lo es.

Cuando nos perdonamos, alcanzamos la vibración más elevada, una frecuencia capaz de influir en quienes comparten esa sintonía. Al ofrecer nuestro perdón, elevamos la vibración de nuestros hermanos. Dar lo que poseemos nos permite conservarlo, y esa luz que emerge del acto purificador del amor nos eleva hacia nuestra naturaleza divina.

¡Me perdono y declaro mi inocencia!

¡Perdono al mundo y proclamo la salvación!

Ejemplo-Guía: "Regalando perdón"

La enseñanza del perdón no nos es extraña. Incluso me atrevería a decir que es nuestra más fiel enseñanza en la aventura que hemos emprendido juntos, de des-hacernos de las viejas creencias y abrir nuestra mente a la verdad que nos permitirá recordar lo que somos.

Estamos en la lección 297, pero recordemos que el tema del perdón ya se ha abordado en seis lecciones anteriores: la 63, 121, 122, 134, 247 y 249. Y aseguro que esta no será la última vez; todavía lo encontraremos en otras cinco lecciones más. Así de importante es. De hecho, sabemos que forma parte esencial de nuestra función en este mundo.

En este mundo, muchas veces, cuando queremos tener un gesto amable con alguien querido, optamos por obsequiarle un regalo. Sin embargo, no podemos negar que, en muchas ocasiones, no sabemos qué elegir. Nos preguntamos: "¿Le gustará?", "¿Ya lo tendrá?", "¿Lo necesitará?". Pues bien, hoy Un Curso de Milagros nos guía para tomar la mejor decisión al compartir nuestros regalos con los demás. 

Si no quieres equivocarte en tu decisión, recuerda que el perdón es un regalo que siempre debemos ofrecer.

Permitidme que haga un poco de marketing del perdón. Está claro que a todo el mundo le agrada. ¿A quién no le gusta ser perdonado cuando comete un error? El perdón no discrimina por religiones, credos, filosofías o creencias. Es sencillo de comprender y de practicar, aunque a veces lo complicamos al preferir tener la razón, incluso si eso nos cuesta nuestra paz interior.

El perdón no distingue razas, edades, estatus ni condiciones sociales. El perdón verdadero no es ostentoso ni arrogante. Tampoco se guía por afiliaciones, partidos o ideologías políticas.

Una de las maravillas del perdón es que es completamente gratuito y, una vez que lo tienes, es para siempre. Posee una cualidad única y especial: cuanto más lo das, más recibes. No es algo exclusivo de países ricos o desarrollados, ni necesitas hacer filas en grandes almacenes para obtenerlo. De hecho, ni siquiera tienes que moverte para disfrutarlo. Solo necesitas adoptarlo como tu guía, tu maestro, tu condición, tu función; en otras palabras, simplemente serlo. Porque si no eres perdón, no podrás darlo ni compartirlo.

Donde quiera que mires, deja tu regalo. Así, contagiarás con su presencia y contribuirás a crear una cadena interminable, cuyo final solo se alcanzará cuando cada Hijo de Dios sea parte de ella. En ese momento, el perdón se habrá integrado en la Filiación y, con este acto, estaremos ofreciendo a Dios su regalo más valioso: la compleción.


Reflexión: "Todo lo que doy, es a mí mismo a quien se lo doy".

17 comentarios:

  1. Gracias por compartir día a día estás lecciones y reflexiones. Bendecido

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  2. Gracias por tan bello mensaje, El perdón es el regalo más maravilloso que podemos dar y hacerlo de corazón.

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  3. Gracias .Me gusta como explicas el curso.Gracias

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  4. Gracias por la forma en que explicas cada lección. Pero qué difícil es darlo cuando tienes el corazón tan herido, sé que lo que veo solo es mi percepción pero

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  5. buen día muchas gracias la lección esta hermosa....

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  6. Buenardo hermano querido. Sos un crack. Gracias x tu labor de amor. ❤🙏

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  7. Gracias por los comentarios a las lecciones. Gracias por la luz que aportas. Gracias de corazón

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  8. Yo Soy Perdón,Yo Soy Paz,Yo Soy....Hijo de Dios....Amen

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  9. Excelente acotación Juan José el curso nos viene hablando de perdón como nuestra única función aquí, el perdón es un regalo que me doy a mí mismo, igual que cuando juzgo, condeno y creo que el otro es culpable de mi desdicha genero sentimientos de odio, es como si tuviese unas brasas en mis manos esperando que el otro pase para lanzarse y realmente él que se está quemando soy yo, el odio también es un regalo que me doy.
    El curso dice que cuando yo perdono y no recibo muestras de gratitud del otro en la mente retiro el perdón y lo convierto de nuevo en ataque, no esperes que te den las gracias por el perdón que ofreces, Dios te está dando las gracias y el regalo es para ti .

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