miércoles, 15 de octubre de 2025

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 288

LECCIÓN 288

Que me olvide hoy del pasado de mi hermano.

1. Éste es el pensamiento que me conduce a Ti y me lleva a mi meta. 2No puedo llegar hasta Ti sin mi hermano. 3Y para conocer mi Fuente, tengo primero que reconocer lo que Tú creaste uno conmigo. 4La mano de mi hermano es la que me conduce a Ti. 5Sus pecados están en el pasado junto con los míos, y me he salvado porque el pasado ya pasó. 6No permitas que lo siga abrigando en mi corazón, pues me desviaría del camino que me lleva a Ti. 7Mi hermano es mi salvador. 8No dejes que ataque al salvador que Tú me has dado. 9Por el contrario, déjame honrar a aquel que lleva tu Nombre, para así poder recordar que es el mío también.

2. Perdóname hoy. 2sabrás que me has perdonado si contem­plas a tu hermano en la luz de la santidad. 3Él no puede ser menos santo que yo, y tú no puedes ser más santo que él.


¿Qué me enseña esta lección?

Somos una sola Unidad en la Filiación que Dios creó. Dios hizo a su Hijo a Su Imagen y Semejanza, y como Su Pensamiento es Uno, Su creación también es Una.

El Hijo de Dios, en la eternidad, se expresa en la unidad. En lo temporal, se manifiesta en la individualidad. Cuando se expresa en la unidad, crea con la fuerza del amor. Pero cuando lo hace desde la individualidad, fabrica desde el miedo, y sus "creaciones" llevan consigo la marca de la culpa y el pecado.

El Hijo de Dios tiene como propósito crear desde el Amor y la Unidad, pero para lograrlo debe "recordar" el camino que lo lleva a Su Padre, acompañado de sus hermanos. Dios no estará completo hasta que Su Hijo recupere el estado original de plenitud.

La proyección de la mente en el mundo material impulsó la separación y el desarrollo de aspectos diferenciados. Al entrar en la dimensión física, la Unidad se fragmentó, dando origen a una gran variedad de matices. Cada uno de estos matices forma parte de la unidad. Es la fuerza del Amor la que mantiene cohesionada esta diversidad. La luz blanca, símbolo de lo espiritual, la pureza y la unidad, puede descomponerse en todos los colores del espectro visible al pasar por un prisma (dispersión refractiva). En la naturaleza, esta descomposición crea el arcoíris.

Es importante reflexionar sobre esta lección, ya que a menudo ponemos todo nuestro empeño en mejorarnos a nivel personal, pero olvidamos que quienes nos acompañan en nuestro caminar forman parte de nuestra verdadera realidad. Debemos compartir nuestra luz para que ilumine donde más se necesite.

Si deseamos alcanzar el propósito para el que fuimos creados, si aspiramos a expandir la fuerza del Amor, debemos lograr conquistar la Unidad Original.


Ejemplo-Guía: "Tu hermano puede ser tu verdugo o tu salvador".

Una perspectiva de lo que sucede en el mundo nos ofrece una visión clara de lo que ocurre en nuestro interior, ya que percibimos el mundo en el que creemos, y aquello en lo que creemos es lo que deseamos. Así, concluimos que el mundo caótico que experimentamos es la proyección de los deseos insensatos que surgen de una mente errada.

Aún podemos encontrarnos en el grupo de quienes prefieren ignorar la verdad y rechazan cualquier conexión con lo que sucede en el mundo. Ese mundo "externo" parece no tener relación con lo que sentimos y creemos por dentro. Sin embargo, esta postura se desmorona cuando la vida nos pone frente a conflictos que amenazan nuestros "tesoros". En esos momentos, despierta sin duda la bestia que llevamos dentro, lanzando rugidos feroces para defenderse de lo que percibe como un ataque a su integridad.

El que esté libre de pecados, que tire la primera piedra. Ya lo dijo el Maestro.

Para encontrar paz en el exterior, primero debemos cultivarla en nuestro interior. Aplicando esta idea al mensaje de la lección de hoy, podemos decir que, para dejar atrás el pasado de nuestros hermanos, primero debemos dejar atrás el nuestro. ¿Qué significa esto? Simplemente, si creemos haber pecado, sentiremos culpa, justificaremos el castigo, y todo esto será parte de un pasado que seguimos reviviendo constantemente en nuestro presente.

Con esa perspectiva y esa creencia, al reflexionar internamente y evaluar con sinceridad nuestras acciones, surge la pregunta: ¿cómo es posible estar libres de culpa? El Curso agrega al respecto: 

"Mas ten en cuenta lo siguiente, no es en el tiempo donde no eres culpable, sino en la eternidad. Has "pecado" en el pasado, pero el pasado no existe. Lo que es siempre no tiene dirección. El tiempo parece ir en una dirección, pero cuando llegues a su final, se enrollará hacia el pasado como una gran alfombra extendida detrás de ti, y desaparecerá. Mien­tras sigas creyendo que el Hijo de Dios es culpable seguirás caminando a lo largo de esa alfombra, creyendo que conduce a la muerte. Y la jornada parecerá larga, cruel y absurda, pues en efecto, lo es" (T-13.I.3:2-7). 

Si proyectamos nuestro "pecado" o nuestra "culpa" sobre nuestros hermanos, viéndolos como portadores de pecado y culpa, ellos asumirán el papel de verdugos en nuestras vidas. Les reprocharemos ser la causa de nuestras desgracias y nuestra falta de paz, cuando en realidad, entre ellos y nosotros existe un "pacto de amor". Este pacto nos permite servirnos mutuamente como "espejos", reflejando nuestro mundo interno, no para atacar, sino para ayudarnos a reconocer lo que negamos de nosotros mismos. Ese papel nos convierte en salvadores de nuestros hermanos. Es un papel de reciprocidad donde damos y recibimos. Al final, descubriremos que somos la emanación de una misma Fuente, que somos Uno en la Santa Filiación de Dios.

¿Qué relación existe entre la culpa y el pasado?

"Eres invulnerable porque estás libre de toda culpa. Sólo mediante la culpabilidad puedes aferrarte al pasado. Pues la culpabilidad determina que serás castigado por lo que has hecho, y, por lo tanto, depende del tiempo unidimensional, que comienza en el pasado y se extiende hasta el futuro. Nadie que crea esto puede entender lo que significa "siempre", y de este modo la culpabilidad le impide apreciar la eternidad. Eres inmortal porque eres eterno, y "siempre" no puede sino ser ahora. La culpabilidad, pues, es una forma de conservar el pasado y el futuro en tu mente para asegurar de este modo la continuidad del ego. Pues si se castiga el pasado, la continuidad del ego queda garantizada. La garantía de tu continuidad, no obstante, emana de Dios, no del ego. Y la inmortalidad es lo opuesto al tiempo, pues el tiempo pasa, mientras que la inmortalidad es constante" (T-13.I.8:1-9).

Reflexión: ¿Qué porcentaje de pasado hay en tu presente? 

6 comentarios:

  1. Gracias esta lección es toda una lección de vida.

    ResponderEliminar
  2. Soy uno con la conciencia Divina que me ha creado. Y mi hermano también. Doy gracias liberando todas mis proyecciones desde la culpa. Puedo contemplar me tal como Dios me Creo. Y a mi hermano también. Graciaz gracias gracias

    ResponderEliminar
  3. gracias es una buena lección te hace verte a ti mismo y tus propias creaciones y te vas responsabilizando...

    ResponderEliminar
  4. Estoy Vivo en el "Eterno Presente"🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏

    ResponderEliminar

Capítulo 24. VI. Cómo escaparse del miedo (7ª parte).

VI. Cómo escaparse del miedo (7ª parte). 8. La santidad de tu hermano es sacramento y bendición para ti.  2 Sus errores no pueden privarlo d...