jueves, 9 de octubre de 2025

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 282

LECCIÓN 282

Hoy no tendré miedo del amor.

1. Sólo con que pudiese comprender esto hoy, el mundo entero se salvaría. 2Pues es la decisión de abandonar la locura y de acep­tarme tal como Dios Mismo, mi Padre y mi Fuente, me creó. 3Es la resolución de no seguir dormido en sueños de muerte, mientras la verdad sigue viviendo eternamente en el júbilo del amor. 4es asimismo la resolución de reconocer al Ser que Dios creó como el Hijo que Él ama, el Cual sigue siendo mi única Identidad.

2. Padre, Tu Nombre, al igual que el mío, es Amor. 2Ésa es la verdad. 3¿Y es posible acaso cambiar la verdad dándole simplemente otro nom­bre? 4El nombre del miedo es simplemente un error. 5Que hoy no tenga miedo de la verdad.

¿Qué me enseña esta lección?

Me pregunto, ¿cómo llegamos a temer al Amor? ¿Cómo llegamos a temer a Dios?

Si disfrutábamos de un estado de unión con Él, si nos sentíamos completamente protegidos y nutridos por su grandiosa Presencia, ¿qué nos llevó a abandonar ese estado de paz y unidad?

Al observar el comportamiento humano, noto que el niño, mientras está en el vientre materno, se siente protegido y alimentado, similar al Hijo de Dios en su etapa paradisíaca. Al nacer y enfrentarse a un nuevo entorno, su estado de conciencia cambia y empieza a recibir nueva información a través de la percepción, lo que despierta en él respuestas independientes de sus padres.

A medida que crece, ese niño va dejando atrás el aprendizaje adquirido de sus padres, reemplazándolo por un proceso más individualizado que lo llevará a verse como un ser independiente de quienes lo formaron.

Esa necesidad de crecimiento, en el ámbito del sueño, se llama evolución. Todos los seres están inmersos en un proceso evolutivo. El Hijo de Dios, hecho a Imagen y Semejanza de su Padre, lleva en potencia los Atributos del Creador. A medida que evoluciona, los perfecciona y toma plena consciencia de ellos.

Ese proceso de aprendizaje lleva al Hijo de Dios a usar sus Atributos, activándolos de tal manera que, movilizando su Voluntad y Deseo, se proyecta sobre el "Mundo Etérico". En este ámbito, la materia toma forma como ondas de pensamiento, y al enfocarse en ellas con su “atención”, permite que dichas ondas se transformen en partículas sólidas, dando origen al mundo físico.

La "Metafísica" nos enseña que el Ser que somos fue creado y dotado con un Cuerpo Mental, un Cuerpo de Deseos y un Cuerpo Etérico, de manera potencial. El Cuerpo Físico, el vehículo más denso, es el resultado de dirigir el potencial mental y emocional hacia el mundo etérico, también llamado “doble etérico”, que actúa como el negativo del mundo físico. Los avances en la física cuántica nos muestran que el mundo de las partículas que conforma lo material es en realidad un campo de ondas potenciales, las cuales se transforman en partículas cuando ocurre el acto de observación o, dicho de otro modo, cuando proyectamos nuestra conciencia sobre él.

Cuando me alejo del Amor y del estado de Unidad, entro en el mundo del miedo, porque es el pensamiento que surge al sentirnos separados de la Fuente. Este pensamiento es un error, ya que, así como un hijo nunca puede estar realmente separado de su padre a pesar de la distancia, el Hijo de Dios jamás se ha separado de su Creador.

Nuestra naturaleza esencial es el Amor. Sentir miedo demuestra que no nos amamos a nosotros mismos ni a los demás. Creemos temer al amor porque pensamos que nos hace perder nuestra individualidad.

Cuando nuestra individualidad nos permita entender que todos venimos de un mismo origen, el miedo se desvanecerá y abrazaremos el Amor.

Ejemplo-Guía: "La causa de nuestro miedo es Dios".

"En el relato bíblico, Adán, el prototipo del ego o nuestro falso yo, ya no quería permanecer en su estado de unidad con Dios e intentó cambiar lo que su Padre había creado tan perfecto como El y uno con El. El estado posterior en el cual se encontró a sí mismo -al estar fuera del jardín- se convirtió en el símbolo de este acto y en el recordatorio y la justificación de su culpa por lo que creyó que le había hecho a Dios y a sí mismo. La culpa origina el miedo al castigo, de modo que se ve a Dios como un vengador que intenta castigar a sus hijos por el crimen de éstos. El Dios de amor es así transformado en un dios de miedo, y la paz que es nuestra herencia natural se convierte en un estado de terror, ansiedad y continua vigilancia por temor a ser destruidos por el Padre a Quien creemos haber atacado.

Esta atmósfera de miedo y culpa es la condición de la “post-separación” que todos llevamos adentro. Nuestro estado conduce a una culpa mayor que intensifica el miedo y se establece un ciclo aparentemente interminable que no parece tener solución. Este es el patrón que sustenta la mayoría de nuestras actitudes, sentimientos y acciones, y que constituye el infierno psicológico que hemos hecho como sustituto del Cielo para el cual fuimos creados.

En resumen, pues, nuestro miedo básico es a Dios, puesto que inconscientemente creemos que si Lo dejáramos entrar en nuestras vidas seríamos destruidos por su furia por haberlo atacado, lo cual nuestra culpa afirma continuamente. Esta es la causa de nuestra ansiedad básica, la que se mantiene fuera de nuestra conciencia por medio del uso constante de defensas. La causa de nuestra aflicción aparenta deberse a problemas de todas clases, pero en realidad no permitimos que la verdadera causa entre en nuestro consciente".

El texto que utilizamos para introducir la reflexión sobre el ejemplo seleccionado en la lección de hoy pertenece a la obra de Kenneth Wapnick, "Artículos de Kenneth Wapnick sobre Un Curso de Milagros".

El autor nos sitúa en la causa del miedo, vinculándola con el acto de desobediencia del Hijo de Dios, lo que tuvo como consecuencia su expulsión del "Paraíso", donde disfrutaba de Abundancia y Protección Divina. 

Si Dios es Amor y Su Hijo le tiene un profundo temor a su Creador, es lógico pensar que también temamos al Amor. Este miedo surge porque hemos optado por percibir un mundo diferente al mundo Real donde Dios nos colocó. Ver es una facultad de la mente, por lo que, en realidad, la causa de tanta confusión debe encontrarse en el libre uso del pensamiento.

Las consecuencias de optar por ver un mundo diferente al de Dios-Unidad-Amor son creer en un mundo dominado por el ego-separación-miedo. La visión original es la Fuente verdadera de la que surge nuestra Existencia, y ese Hogar es sinónimo, en este mundo limitado, de Felicidad y Plenitud.

La percepción secundaria se ha transformado en la ilusoria fuente de nuestra identidad efímera, y su morada temporal, el cuerpo, representa muerte, enfermedad y sufrimiento.

No tener miedo al Amor significa haber aceptado nuestra inocencia, nuestra impecabilidad y habernos perdonado por nuestros falsos pensamientos.


Reflexión: El nombre del miedo es simplemente un error.

6 comentarios:

  1. Muchas gracias. Excelente reflexión que me ha aclarado y ordenado algunas ideas en mi mente.
    Ahora puedo comprender mejor esta etapa del aprendizaje.

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  2. Así Es🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏

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  3. Infinitas gracias, Juan Jose. Amor y benficiones. ❤❤❤

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  4. Gracias JJ, la explicación de Wapnick y tu reflexión son esclarecedoras. No es fácil hacer vida las enseñanzas de UCDM. Es un constante actuar en automático bajo el manual del ego-separación-miedo, recordar, corregir y retomar el manual del amor. En volver al camino de regreso a Casa, la ayuda del Espíritu Santo es invaluable.

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