viernes, 10 de octubre de 2025

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 283

LECCIÓN 283

Mi verdadera Identidad reside en Ti.

1. Padre, forjé una imagen de mí mismo, y a eso es a lo que llamo el Hijo de Dios. 2Mas la creación sigue siendo como siempre fue, pues Tu crea­ción es inmutable. 3No quiero rendirle culto a ningún ídolo. 4Yo soy aquel que mi Padre ama. 5Mi santidad sigue siendo la luz del Cielo y el Amor de Dios. 6¿Cómo no va a estar a salvo lo que Tú amas? 7¿No es acaso infinita la luz del Cielo? 8¿No es Tu Hijo mi verdadera Identidad, toda vez que Tú creaste todo cuanto existe?

2. Ahora todos somos uno en la Identidad que compartimos, ya que Dios nuestro Padre es nuestra única Fuente, y todo lo creado forma parte de nosotros. 2así, le ofrecemos nuestra bendición a todas las cosas y nos unimos amorosamente al mundo, el cual nuestro perdón ha hecho que sea uno con nosotros.

¿Qué me enseña esta lección?

Es imposible que algo exista fuera de la Mente de Dios. Pero tenemos que tener la certeza de que tan sólo lo que es eterno es real.

La identidad que asume el Hijo de Dios al identificarse con el cuerpo físico no es real, ya que es temporal. En realidad, es una máscara ilusoria que oculta la verdadera esencia: el Ser, Eterno y Perfecto.

Vemos lo que creemos ser, y en consecuencia, si nos identificamos con el cuerpo, solo percibiremos en los demás la imagen de un cuerpo. Por eso es importante aprender a mirar las cosas de otra manera, a verlas tal como son. A medida que despertemos a nuestra verdadera identidad, empezaremos a reconocer en los demás a seres espirituales que forman parte de la Filiación del Hijo de Dios.
Hoy soy totalmente consciente de lo que soy y cuál es mi verdadera identidad. Hoy soy consciente de que mi identidad reside en Dios.

Ejemplo-Guía: "¿Cuál es tu verdadera identidad?"

Quizá no te parezca extraña la pregunta que hemos propuesto para reflexionar en esta lección. Es una cuestión que desconcierta a quienes estamos identificados con el ego, ya que pone en tela de juicio su existencia, y al mismo tiempo acompaña a muchas almas que ya no encuentran satisfacción en la visión del mundo que perciben.

A lo largo de estas lecciones hemos aprendido que el ego es una confusión sobre nuestra verdadera identidad. Según el Texto del Curso, el ego nunca ha tenido un modelo consistente ni se ha desarrollado de manera coherente. Es el resultado de aplicar incorrectamente las leyes de Dios, un error cometido por mentes distorsionadas que están usando mal su poder.

Creer que el ego es nuestra identidad nos hace sentir separados del resto de la creación y nos impulsa a usar un sistema de pensamiento basado en el miedo y la culpa. En resumen, nos lleva a construir un mundo insensato.

Es claro que un mundo caótico, donde estamos desconectados de nuestra verdadera esencia, no promueve la paz interior. La disociación es una ilusión y, cuando estamos bajo su influencia, esa sensación de separación nos lleva a creer que la verdad nos atacará.

Qué distante está esa creencia de la verdad. Un Curso de Milagros afirma:  

"Recuerda siempre que tu Identidad es una Identidad compartida, y que en eso reside Su realidad" (T-9.IV.1:6).

Si vemos a nuestros hermanos como la causa de nuestro dolor, como los enemigos que nos quitan la felicidad, estamos diciendo que atacar es la forma en que perdemos la conciencia de nuestra identidad. Atacar es una clara señal de que hemos olvidado quiénes somos.

Si nuestra identidad está en Dios y nuestra realidad es la de Dios, cuando atacamos, simplemente no estamos recordándolo. Esto no significa que Él se haya ido, sino que hemos decidido conscientemente no traerlo a nuestra memoria.

A medida que avanzamos en nuestro camino espiritual, podemos reconocer que el verdadero propósito de este mundo es ayudarnos a recordar nuestra auténtica identidad. Sin embargo, el ego intentará contradecir esta verdad con argumentos que refuercen la creencia de que somos solo un cuerpo físico. Uno de sus recursos más efectivos es la enfermedad, ya que al sentir dolor, hacemos que el cuerpo parezca real, y si el cuerpo es real, entonces el espíritu no puede ser nuestra verdadera esencia.


Reflexión: ¿En verdad crees que te encuentras separado del resto del mundo?

3 comentarios:

  1. En Verdad (si conozco la Verdad sé que todos somos Uno, imposible entonces sentirme separada), en la ilusión creo que estamos separados pues vivo en mi propio engaño.

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