V. Los heraldos de la eternidad (4ª parte).
7. ¿Cómo ibas a poder calcular la valía de quien te ofrece semejante regalo? 2¿Cambiarías ese regalo por otro? 3Ese regalo restituye las leyes de Dios nuevamente a tu memoria. 4Y sólo por recordarlas, te olvidas de las leyes que te mantenían prisionero del dolor y de la muerte. 5No es éste un regalo que el cuerpo de tu hermano te pueda ofrecer. 6El velo que oculta el regalo, también lo oculta a él. 7Él es el regalo, sin embargo, no lo sabe. 8Tú tampoco lo sabes. 9Pero ten fe en que Aquel que ve el regalo en ti y en tu hermano lo ofrecerá y lo recibirá por vosotros dos. 10Y a través de Su visión lo verás, y a través de Su entendimiento lo reconocerás y lo amarás como tuyo propio.
Por lo tanto, todo el sistema de pensamiento del ego afianzado en la creencia en la separación y en el pecado no puede ofrecernos el regalo que ha de permitirnos ser felices y vivir en paz. El único regalo que puede ofrecernos ese eterno valor es el que nos ofrece la Visión Crística y la Mente Recta del Espíritu Santo. La visión de la unidad que nos mantiene unidos a las mentes de todos los Hijos de Dios, así como la comprensión de que formamos parte de la Filiación, nos ofrecerá el regalo de aquello que somos, el recuerdo de nuestra verdadera identidad como Hijos de Dios emanados de Su Fuente Creadora donde tenemos nuestro hogar.
Así pues, comparto mi gratitud a todos y cada uno de mis hermanos, pues en ellos reconozco el regalo con el que Dios, nuestro Padre, nos bendice.
8. Consuélate, y siente cómo el Espíritu Santo cuida de ti con amor y con perfecta confianza en lo que ve. 2Él conoce al Hijo de Dios y comparte la certeza de su Padre de que el universo descansa a salvo y en paz en sus tiernas manos. 3Consideremos ahora lo que tiene que aprender a fin de poder compartir la confianza que su Padre tiene en él. 4¿Quién es él, para que el Creador del universo ponga a este en sus manos, sabiendo que en ellas está a salvo? 5Él no se ve a sí mismo tal como su Padre lo conoce. 6Sin embargo, es imposible que Dios se equivoque con respecto a dónde deposita Su confianza.
Tenemos que aprender esa lección, pues es la única lección que tenemos que aprender. En ella se agrupa todo lo que es verdad y real. Aprender que somos el Hijo de Dios nos permitirá ofrecer a nuestro Padre el regalo de la compleción y nos permitirá compartir con Él la fuente del verdadero Conocimiento. La Creación en Una. La Creación es la Filiación. La Creación es el Hijo de Dios. Esta verdad no puede ser concebida desde la mente corporal, pero sí lo es desde la Mente Recta que nos muestra que, más allá de una creencia, somos lo que somos y no podemos ser algo diferente a lo que somos. Dios Es y Su Hijo Es.
Hola!👋 Juan José! Muchas gracias por la luz que nos compartes día a día! Sigo en el camino, deseo trascender esa puerta que me lleva de regreso a mi verdadero hogar! La unidad!💫
ResponderEliminarGratitud. 🙏
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