
Tema de reflexión: ¿Qué me impide gozar del descanso de Dios?
Tema de reflexión: ¿Cómo te sientes, teniendo la certeza de que eres el Hijo de Dios?
Éste es un curso de milagros. Es un curso obligatorio. Sólo el momento en que decides tomarlo es voluntario. Tener libre albedrío no quiere decir que tú mismo puedas establecer el plan de estudios. Significa únicamente que puedes elegir lo que quieres aprender en cualquier momento dado.
II. La ofrenda de azucenas (2ª parte).
3. Cada regalo es una evaluación tanto del que recibe como del que da. 2No hay nadie que no considere como un altar a sí mismo aquello que ha elegido como su hogar. 3Y no hay nadie que no desee atraer a los devotos de lo que ha depositado allí, haciendo que sea digno de la devoción de éstos. 4Y todo el mundo ha puesto una luz sobre su altar para que otros puedan ver lo que ha depositado en él y lo hagan suyo. 5Este es el valor que le concediste a tu hermano y que te concediste a ti mismo. 6Éste es el regalo que le haces a él y que te haces a ti mismo: el veredicto acerca del Hijo de Dios por lo que él es. 7No te olvides de que es a tu salvador a quien le ofreces el regalo. 8Ofrécele espinas y te crucificas a ti mismo. 9Ofrécele azucenas y es a ti mismo a quien liberas.
4. Tengo gran necesidad de azucenas, pues el Hijo de Dios no me ha perdonado. 2¿Y puedo ofrecerle perdón cuando él me ofrece espinas? 3Pues aquel que le ofrece espinas a alguien está todavía contra mí, mas ¿quién podría ser íntegro sin él? 4Sé su amigo en mi nombre, para que yo pueda ser perdonado y tú puedas ver que el Hijo de Dios goza de plenitud. 5Pero examina primero el altar del hogar que has elegido, y observa lo que allí has depositado para ofrecérmelo a mí. 6Si son espinas cuyas puntas refulgen en una luz de color sangre, has elegido al cuerpo como hogar y lo que me ofreces es separación. 7
Las espinas, no obstante, han desaparecido. 8Examínalas más de cerca ahora y podrás ver que tu altar ya no es lo que era antes.
5. Todavía miras con los ojos del cuerpo, y éstos sólo pueden ver espinas. 2Sin embargo, has pedido ver otra cosa y se te ha concedido. 3Aquellos que aceptan el propósito del Espíritu Santo como su propósito comparten asimismo Su visión. 4Y lo que le permite a Él ver irradiar Su propósito desde cada altar es algo tan tuyo como Suyo. 5Él no ve extraños, sino tan sólo amigos entrañables y amorosos. 6Él no ve espinas, sino únicamente azucenas que refulgen en el dulce resplandor de la paz, la cual irradia su luz sobre todo lo que Él contempla y ama.
II. La ofrenda de
azucenas (1ª parte).
1. Observa todas las baratijas
que se confeccionan para colgarse del cuerpo, o para cubrirlo o
para que él las use. 2Contempla todas las cosas inútiles que se han
inventado para que sus ojos las vean. 3Piensa en las muchas ofrendas que se le hacen para su deleite, y
recuerda que todas ellas se concibieron para que aquello que aborreces
pareciera hermoso. 4¿Utilizarías eso que aborreces para cautivar a
tu hermano y atraer su atención? 5Date cuenta de que lo único que le
ofreces es una corona de espinas, al no reconocer el cuerpo como lo que es y al
tratar de justificar la interpretación que haces de su valor basándote en la
aceptación que tu hermano hace de él. 6Aún así, el regalo proclama
el poco
valor
que le concedes a tu hermano, del mismo modo en que el agrado con que él lo acepta
refleja el poco valor que él se concede a sí mismo.
Cuando se produce el alumbramiento, este viene acompañado de la separación del nuevo cuerpo de aquel que le ha creado durante 9 meses. A partir de ese momento, comienza el aprendizaje de lo que creemos ser, pues es lo que percibimos que somos.
Aquellos que han escrito sobre la evolución espiritual de la consciencia y del ser nos dicen que el niño al nacer conserva la visión verdadera; esta es la condición espiritual, lo que lo mantiene unido a su creador. Será con el paso del tiempo que esa visión se sustituya por la visión perceptiva y se olvide por completo.
La creencia en la separación de los cuerpos se instituye como una verdad irrefutable para el sistema de pensamiento del ego y sitúa al cuerpo como nuestra verdadera identidad y todo gira alrededor de esa falsa creencia.
Cada vez que nos expresamos, lo hacemos desde conciencia corporal, desde la percepción en la separación. Lo más demente de todo es que, en lo más profundo de nuestra inconsciencia, seguimos identificados con la creencia en que el cuerpo es el único causante de todas nuestras desgracias, pues es la causa de nuestra naturaleza pecadora.
2. Si los regalos se han de dar y
recibir de verdad, no se pueden dar a través del cuerpo. 2El cuerpo
no puede ofrecer ni aceptar nada; tampoco puede dar o quitar nada. 3Sólo
la mente puede evaluar, y sólo ella puede decidir lo que quiere recibir y lo que
quiere dar. 4Y cada regalo que ofrece depende de lo que ella misma
desea. 5La mente engalanará con gran esmero lo que ha
elegido como hogar, y lo preparará para que reciba los regalos que
ella desea obtener, ofreciéndoselos a aquellos que vengan a dicho hogar,
o a aquellos que quiere atraer a él. 6Y allí intercambiarán sus
regalos, ofreciendo y recibiendo lo que sus
mentes hayan juzgado como digno de ellos.
I.
1. Hoy es Domingo de Ramos, la
celebración de la victoria y la aceptación de la verdad. 2No nos pasemos esta Semana Santa
lamentando la crucifixión del Hijo de Dios, sino celebrando jubilosamente su
liberación. 3Pues
Desde la cultura que he recibido de manos de la religión católica, recuerdo desde muy pequeño que la Semana Santa me atraía de una manera especial, pues el hecho de permitirme vestir los ropajes de un nazareno y de pertenecer a una cofradía que rinde culto a la imagen del Hijo de Dios, para mí adquiría un profundo significado, aunque no comprendiese entonces el porqué me sentía de esa manera. He de reconocer que en la educación religiosa recibida, cuando se abordaba la Semana Santa, me producía miedo y preocupación, pues entendía que para alcanzar el nivel de la santidad había, sin duda alguna, un tramo de humillación, sufrimiento y dolor. El ejemplo que nos mostraba Jesús muriendo en la cruz para purificar los pecados del mundo no me invitaba a seguir sus pasos, sino a elegir otro modo de vida que fuese menos traumático.
Cuando descubrí un mensaje diferente en el simbolismo de la Semana Santa, pude liberarme del miedo que durante muchos años me había acompañado y que me impedía seguir el ejemplo de la crucifixión recibida por el maestro Jesús. El domingo, el día asociado a la luminosidad del Sol, se produce el hecho más importante que nos enseña esta celebración: La Resurrección.
2. Esta semana empieza con ramos y
termina con azucenas, el signo puro y santo de que el Hijo de Dios es inocente.
2No permitas que ningún signo lúgubre de crucifixión se interponga
entre la jornada y su propósito, entre la aceptación de la verdad y su
expresión. 3Esta semana celebramos la vida, no la muerte. 4Y
honramos la perfecta pureza del Hijo de Dios, no sus pecados. 5Hazle
a tu hermano la ofrenda de las azucenas, no la de una corona de espinas; el
regalo del amor, no el "regalo" del miedo. 6Te encuentras
a su lado, con espinas en una mano y azucenas en la otra, indeciso con respecto
a cuál le vas a dar. 7Únete a mí ahora, deshazte de las espinas y,
en su lugar, ofrécele las azucenas. 8Lo que quiero esta Pascua es el
regalo de tu perdón, que tú me concedes y yo te devuelvo. 9No
podemos unirnos en la crucifixión ni en la muerte. 10Ni tampoco
puede consumarse la resurrección hasta que tu perdón descanse sobre Cristo,
junto con el mío.
Os quiero compartir la narración del evangelista Marcos sobre la entrada de Jesús en Jerusalén. Para los que quieran conocer con mayor profundidad el contenido de dicho Evangelio y su significado esotérico, os dejo un enlace que os llevará a la publicación de la obra titulada "Nuevas Creencias, Nuevas Consciencias", en la que trato de desmenuzar la simbología oculta en el Texto Sagrado.
ENTRADA TRIUNFAL EN JERUSALEN"Cuando se acercaban a Jerusalén, junto a Betfagé y a Betania, frente al monte de los Olivos, Jesús envió dos de sus discípulos, 2 y les dijo: Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y luego que entréis en ella, hallaréis un pollino atado, en el cual ningún hombre ha montado; desatadlo y traedlo. 3 Y si alguien os dijere: ¿Por qué hacéis eso? decid que el Señor lo necesita, y que luego lo devolverá. 4 Fueron, y hallaron el pollino atado afuera a la puerta, en el recodo del camino, y lo desataron. 5 Y unos de los que estaban allí les dijeron: ¿Qué hacéis desatando el pollino? 6 Ellos entonces les dijeron como Jesús había mandado; y los dejaron. 7 Y trajeron el pollino a Jesús, y echaron sobre él sus mantos, y se sentó sobre él. 8 También muchos tendían sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían por el camino. 9 Y los que iban delante y los que venían detrás daban voces, diciendo: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! 10 ¡Bendito el reino de nuestro padre David que viene! ¡Hosanna en las alturas! (Mc. 11.1.10)".
¿Te imaginas la escena formando parte de la misma? Seguro que te unirías a las voces que clamaban: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! Esa exclamación está preñada del verdadero significado que representa la Semana Santa. Habla de nuestro reconocimiento por El Salvador. Nadie desea su muerte, salvo los que se encuentran representados en la narración bíblica por el sistema de pensamiento del ego: los representantes del Sanedrín, los vendedores del templo y, por Poncio Pilato, en su papel de juez y verdugo.
3. Una semana es poco tiempo, sin
embargo,
El periodo de tiempo que se recoge en el pasaje bíblico es representativo. No está aludiendo a su sentido específico. Los textos sagrados no recogen una narrativa exclusivamente histórica, sino que en su contenido se encuentran las claves herméticas y esotéricas que deben ser desveladas para así conocer su profundo mensaje y significado. En el caso de la Semana Santa y de cada uno de los personajes que se describen en sus pasajes, debemos leer entre líneas lo que representa para el alma y para la evolución de nuestra conciencia.
De este modo, Jesús, al elegir un pollino para entrar en Jerusalén, nos está enseñando un acto de humildad y sencillez. No eligió un alazán de poderoso porte para demostrar su poder, pues su poder, como su reino, no era de este mundo.
4.
Al igual que sus discípulos, de sus allegados, debemos acompañar a Jesús hasta el último tramo del camino. No podemos quedarnos afligidos cuando percibamos que el sufrimiento y el dolor son el final de nuestros días, pues nuestro verdadero Ser está por encima de esa ilusión. Debemos tener fe en lo que nos muestra Jesús cuando aborda el pasaje de la resurrección.
EL SEPULCRO VACIO"1Pasado el sábado, María Magdalena, y María la de Santiago, y Salomé compraron aromas para ir a ungirle. 2 Muy de madrugada, el primer día después del sábado, en cuanto salió el sol, vinieron al monumento. 3 Se decían entre sí: ¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del monumento? 4 Y mirando, vieron que la piedra esta removida; era muy grande. 5 Entrando en el monumento, vieron un joven sentado a la derecha, vestido de una túnica blanca, y quedaron sobrecogidas de espanto. 6 Él les dijo: No os asustéis. Buscáis a Jesús Nazareno, el crucificado; ha resucitado, no está aquí; mirad el sitio en que le pusieron. 7 Pero id a decir a sus discípulos y a Pedro que os precederá a Galilea; allí le veréis, como os he dicho. 8 Saliendo, huían del monumento, porque el temor y estupor se había apoderado de ellas, y a nadie dijeron nada; tal era el miedo que tenían" (Mc. 16:8).
Como se puede comprobar en el contenido del pasaje, el miedo nos acompaña hasta el último tramo del camino. Reconocer la existencia verdadera del Ser, su invulnerabilidad, su intemporalidad, no nos resultará fácil. Muchos de nosotros, al igual que Tomás, necesitaremos meter el dedo en la llaga para creer en la resurrección de Jesús. Pero finalmente, la resurrección queda inscrita en nuestra consciencia como la meta que debemos alcanzar para que la verdad prevalezca sobre la ilusión.
LECCIÓN 116
Para los repasos de mañana y noche:
1. (101) La Voluntad de Dios para mí es perfecta
felicidad.
2La Voluntad de Dios
para mí es perfecta felicidad.
3Lo único que me puede hacer sufrir es la creencia de que hay otra
voluntad aparte de la Suya.
2. (102) Comparto con Dios Su Voluntad de
que yo sea feliz.
2Comparto lo que la
Voluntad de mi Padre dispone para mí, Su Hijo.
3Lo que Él me ha dado es lo único que quiero.
4Lo que Él me ha dado es lo único que existe.
3. A la hora en punto:
2La Voluntad de Dios
para mí es perfecta felicidad.
3Media hora más tarde:
LECCIÓN 154 Me cuento entre los ministros de Dios. 1. No seamos hoy ni arrogantes ni falsamente humildes. 2 Ya hemos superado tales neceda...