jueves, 29 de febrero de 2024

Capítulo 1. VI. La ilusión de las necesidades

VI. La ilusión de las necesidades.

1. Tú que quieres la paz sólo la puedes encontrar perdonando completamente. 2Nadie aprende a menos que quiera aprender y crea que de alguna manera lo necesita. 3Si bien en la creación de Dios no hay carencia, en lo que tú has fabricado es muy evidente. 4De hecho, ésa es la diferencia fundamental entre lo uno y lo otro. 5La idea de carencia implica que crees que estarías mejor en un estado que de alguna manera fuese diferente de aquel en el que ahora te encuentras. 6Antes de la "separación", que es lo que sig­nifica la "caída", no se carecía de nada. 7No había necesidades de ninguna clase. 8Las necesidades surgen debido únicamente a que tú te privas a ti mismo. 9Actúas de acuerdo con el orden particu­lar de necesidades que tú mismo estableces. 10Esto, a su vez, depende de la percepción que tienes de lo que eres.


La primera afirmación recogida en este punto del Texto nos sitúa en el escenario en el que sentimos la necesidad de "encontrar" la paz. La lógica nos lleva a determinar que para encontrar algo es preciso que previamente se haya producido una pérdida, y ello, en un sentido más profundo, nos revela que para ser consciente de que hemos perdido algo es preciso que seamos consciente de que somos poseedores de ello. Conclusión, si añoramos la paz, si buscamos ese estado, lo que realmente estamos expresando es nuestra voluntad de retornar al "estado" de nuestro "origen" en el que Somos Uno con nuestro Creador. 

La cuestión que puede suscitar nuestra mente es: ¿por qué creemos que hemos perdido esa paz? ¿por qué nos creemos separados de nuestro Creador? La respuesta se recoge en el Texto con el que hemos iniciado este escrito: "Nadie aprende a menos que quiera aprender y crea que de alguna manera lo necesita". En efecto, el Hijo de Dios, creado a Imagen y Semejanza del Padre, dotado de Su misma Esencia, tiene la potestad de hacer uso de la Voluntad, de la Mente, y la visión de su fabricación le lleva a la creencia de que la carencia es un estado natural de la existencia. Esa idea de carencia despierta el potencial del "deseo" y es ese impulso motor el que dirige todas las iniciativas en busca de encontrar el "estado" de compleción con su Creador.

La falsa creencia de estar separado de su Padre, de haber sido expulsado del Paraíso dispuesto por El para Su Hijo, da lugar a la culpa, y como consecuencia de ello, a la falta y carencia de "paz". Nos describe el Curso que el encuentro con esa paz tan solo es posible si aplicamos el perdón. Perdonar se convierte en la llave que nos abre la puerta que nos conduce al retorno a nuestro verdadero Hogar.

Cualquier experiencia en la vida que nos lleve a un estado de sufrimiento y dolor debe inducirnos a buscar el deseo que nos ha llevado a querer que las cosas sean diferentes a cómo se nos presentan. Detrás de ese deseo se oculta la creencia en la separación y en la carencia. Ponerle fin a esa situación tan solo es posible cuando decidimos perdonar ese impulso y aplicarlo en nuestras relaciones.


2. La única carencia que realmente necesitas corregir es tu sensa­ción de estar separado de Dios. 2Esa sensación de separación jamás habría surgido si no hubieses distorsionado tu percepción de la verdad, percibiéndote así a ti mismo como alguien necesi­tado. 3La idea de un orden de necesidades surgió porque, al haber cometido ese error fundamental, ya te habías fragmentado en niveles que comportan diferentes necesidades. 4A medida que te vas integrando te vuelves uno, y tus necesidades, por ende, se vuelven una. 5Cuando las necesidades se unifican suscitan una acción unificada porque ello elimina todo conflicto.

En este punto de la Enseñanza se revela, aunque de una manera difusa, la actual constitución de la naturaleza humana. Muchos autores versados en el saber Esotérico nos hablan de que el hombre es parte material, parte emocional/mental y parte espiritual, o lo que es lo mismo, es un Triple Cuerpo: Espíritu, Mente y Materia.

Es a esto a lo que se refiere el Texto cuando nos anuncia que nos habíamos fragmentado en niveles que comportan diferentes necesidades. Esos "cuerpos" no están integrados en una idea de Unidad. La falta de integración entre los Cuerpos Superiores lleva al cuerpo físico a expresar esa carencia con lo que se conoce como enfermedad. Cuando existe coherencia entre los diferentes cuerpos, el estado que expresa el cuerpo físico da lugar a la salud.

El cambio de creencia en la separación con nuestro Padre, nos llevará de un estado de carencia a un estado de abundancia y plenitud.

3. La idea de un orden de necesidades, que proviene del error original de que uno puede estar separado de Dios, requiere corrección en su propio nivel antes de que pueda corregirse el error de percibir niveles. 2No te puedes comportar con eficacia mientras operes en diferentes niveles. 3Sin embargo, mientras lo hagas, la corrección debe proceder verticalmente, desde abajo hacia arriba. 4Esto es así porque crees que vives en el espacio, donde conceptos como "arriba" y "abajo" tienen sentido. 5En última instancia, ni el espacio ni el tiempo tienen ningún sentido. 6Ambos son meramente creencias.

El error original que se convierte en la causa a la que ha dado lugar la creencia en la separación y a la identificación con diferentes "cuerpos" o niveles, debe ser corregida en su propio nivel, esto es, en el mental. Sin embargo, nos advierte el Curso, que mientras esto ocurre, es decir, mientras se adquiere el suficiente control sobre la mente, la corrección debe proceder verticalmente, desde abajo hacia arriba. 

¿Qué significa esto? El abajo, se está refiriendo al cuerpo más inferior, el físico, mientras que el de arriba, es el cuerpo mental. Esta es la razón por la que el escenario material se ha convertido en el laboratorio donde debemos destilar la "verdad" y este hallazgo lo facilita la experiencia, la vía de la conciencia.

Aprovecha el Curso para advertirnos, que si bien en el mundo de percepción en el que hemos depositado nuestra creencia, la recomendación anterior es válida, en verdad, es así porque creemos que vivimos en el espacio temporal y ello, es una ilusión.

4. El verdadero propósito de este mundo es usarlo para corregir tu incredulidad. 2Nunca podrás controlar por ti mismo los efectos del miedo porque el miedo es tu propia invención, y no puedes sino creer en lo que has inventado. 3En actitud, pues, aunque no en contenido, eres como tu Creador, Quien tiene perfecta fe en Sus creaciones porque Él las creó. 4Creer en algo produce la aceptación de su existencia. 5Por eso puedes creer lo que nadie más piensa que es verdad. 6Para ti es verdad porque tú lo fabricaste.

Ya decíamos en el apartado anterior que el cuerpo físico en su manifestación en el mundo material, nos permitirá tomar conciencia de la verdad. Este punto, nos recuerda que el verdadero propósito de dicho mundo es usarlo para corregir nuestra incredulidad.

La única manera que tiene el arquitecto de conocer si lo diseñado en los planos es correcto es llevando ese diseño al nivel físico, es decir, construyéndolo. De la experiencia sacará conclusiones que le ayudarán a perfeccionar futuros edificios. De la misma manera, nuestras acciones deben reportarnos ese fruto y permitirnos recordar lo que creemos haber olvidado: Somos Hijos de Dios.


5. Todos los aspectos del miedo son falsos porque no existen en el nivel creativo y, por lo tanto, no existen en absoluto. 2En la medida en que estés dispuesto a someter tus creencias a esta prueba, en esa misma medida quedarán corregidas tus percepciones. 3En el proceso de separar lo falso de lo verdadero, el milagro procede de acuerdo con lo siguiente:

4El amor perfecto expulsa el miedo.
5Si hay miedo, es que no hay amor perfecto.
6Mas:
7Sólo el amor perfecto existe.
8Si hay miedo, éste produce un estado que no existe.


9Cree esto y serás libre. 10Sólo Dios puede establecer esta solución, y esta fe es Su don.

Si el miedo existiese en el nivel creativo, en el nivel de las Causas, tendríamos que reconocer que su autoría formaría parte de la Condición de nuestro Creador. Pero ya sabemos que ello no es así, que la creencia en el miedo, es un falso pensamiento fabricado por el Hijo de Dios y que condiciona y tiñe de oscuridad el paisaje en el que cree existir.

Tomar consciencia de nuestra divinidad exige un cambio de pensamiento. No podemos seguir identificados con los ropajes de los cuerpos inferiores sin ser víctimas de sus propias leyes. El odio suscita odio; el sufrimiento suscita dolor; el miedo, suscita carencia. Reconocer nuestra autoría del falso diseño de la creencia en la separación, nos llevará igualmente a negar los efectos del miedo y su proyección.

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 60

LECCIÓN 60

El repaso de hoy abarca las siguientes ideas:

1. (46) Dios es el Amor en el que perdono.


2Dios no perdona porque jamás ha condenado. 3Los que están libres de culpa no pueden culpar, y aquellos que han aceptado su inocencia no ven nada que tengan que perdonar. 4Con todo, el perdón es el medio por el cual reconoceré mi inocencia. 5Es el reflejo del Amor de Dios en la tierra. 6Y me llevará tan cerca del Cielo que el Amor de Dios podrá tenderme la mano y elevarme hasta Él.

2. (47) Dios es la fortaleza en la que confío.

2No es con mi propia fortaleza con la que perdono. 3Es con la fortaleza de Dios en mí, la cual recuerdo al perdonar. 4A medida que comienzo a ver, reconozco Su reflejo en la tierra. 5Perdono todas las cosas porque siento Su fortaleza avivarse en mí. 6Y empiezo a recordar el Amor que decidí olvidar, pero que nunca se olvidó de mí.

3. (48) No hay nada que temer.

2¡Cuán seguro me parecerá el mundo cuando lo pueda ver! 3No se parecerá en nada a lo que ahora me imagino ver. 4Todo el mundo y todo cuanto vea se inclinará ante mí para bendecirme. 5Reconoceré en todos a mi Amigo más querido. 6¿Qué puedo temer en un mundo al que he perdonado y que a su vez me ha perdonado a mí?

4. (49) La Voz de Dios me habla durante todo el día.

2No hay un solo momento en el que la Voz de Dios deje de apelar a mi perdón para salvarme. 3No hay un solo momento en el que Su Voz deje de dirigir mis pensamientos, guiar mis actos y con­ducir mis pasos. 4Me dirijo firmemente hacia la verdad. 5No hay ningún otro lugar adonde pueda ir porque la Voz de Dios es la única voz y el único guía que se le dio a Su Hijo.

5. (50) El Amor de Dios es mi sustento.

2Cuando escucho la Voz de Dios, Su Amor me sustenta. 3Cuando abro los ojos, Su Amor alumbra al mundo para que lo pueda ver. 4Cuando perdono, Su Amor me recuerda que Su Hijo es impeca­ble. 5cuando contemplo al mundo con la visión que Él me dio, recuerdo que yo soy Su Hijo.

¿Qué me enseñan estas afirmaciones?

Os dejo una batería de preguntas, a título de ejemplo, que nos pueden ayudar a reflexionar sobre cada uno de los apartados.

Dios es el Amor en el que perdono.
  • Amor y perdón son la expresión de una misma Fuerza: la Unidad manifestada por el Padre. Cuando vemos desde la Unidad, el perdón no es necesario, pues no percibiremos la culpa. En cambio, cuando vemos desde el ego, desde la división, el perdón es la única vía para retornar a nuestro verdadero origen. ¿Condenas o perdonas? Cuando perdonas, ¿lo haces porque te sientes superior al que consideras pecador? ¿Por qué necesitas perdonar? ¿Ves la inocencia? Si la ves, ¿por qué perdonas?
Dios es la fortaleza en la que confío.
  • Has recuperado tu verdadera identidad. Ya reconoces tu condición divina. Te has liberado de las cadenas que te mantenían prisionero de los falsos valores y ahora, te ves como un ser poderoso, capaz de dirigir cada latido de tu corazón y cada emanación de tu mente. Ves tu Ser Divino. Bendito seas. ¿Permitirás que el miedo te prive de la paz? ¿Dudas de que nadie podrá hacerte daño si tú no le das ese poder? ¿En quién tienes puesta la confianza, en el ego o en Dios?
No hay nada que temer.
  • Mientras duermes, las pesadillas te producen temor. Te identificas con un mundo ilusorio e irreal. Te sientes atrapado y perdido en un laberinto de pensamientos y sentimientos divididos. ¡Despierta!, y permite que la Luz penetre en todo tu Ser. Te verás tal y como eres; conocerás tu herencia y nunca más sentirás temor, porque eres un Hijo de Dios. ¿Cuáles son tus temores? ¿Qué miedos amenaza tu sueño? ¿Eres consciente de que eres el soñador de tus sueños? ¿Sabes que tienes el poder de elegir tener sueños felices?
La Voz de Dios me habla durante todo el día.
  • Acalla tus voces, esas que proceden de tus instintos, del mundo que has fabricado, al que has dado valor. Pon atención a la única Voz que no te confunde; la Voz que te revela quién eres; la Voz que te susurra el verdadero camino; la Voz que te permite salir de tu ignorancia. No te dejes confundir, pues esa es la única Voz. Es la Voz del Amor y el Espíritu Santo es su interlocutor. ¿Qué voz guía tus pasos? ¿Acaso crees que Dios no te habla permanentemente? ¿Acaso crees que tu vida sería posible sin el aliento de tu Creador? 
El Amor de Dios es mi sustento.
  • Decidiste ver por ti mismo y, el conocimiento del mundo material se mostró a tus ojos. Desde entonces, quedaste embelesado por lo que ese mundo te ofrecía. Sentiste hambre y te saciaste con su alimento; sentiste sed y te embriagaste con sus licores; sentiste frío y te arropaste con sus prendas. Sentiste miedo y te vengas de él, atacándole. Nada de eso es Amor…, pues el Amor da cohesión a la vida…, y lo que atesoras como tus riquezas, se auto-destruye permanentemente. ¿Has probado crear un mundo donde el amor sea la única moneda de cambio? ¿Por qué te ves un ser necesitado y escaso, cuando tienes toda la Abundancia y la Plenitud de tu Creador a tu disposición? ¿Has olvidado que eres su Hijo? ¿Crees que Dios se encuentra separado de ti?

miércoles, 28 de febrero de 2024

Capítulo 1. V. Plenitud y Espíritu

V. Plenitud y espíritu.

1. El milagro es en gran medida como el cuerpo, en el sentido de que ambos son recursos de aprendizaje para facilitar un estado en el que finalmente se hacen innecesarios. 2Cuando se alcanza el estado original de comunicación directa con el espíritu, ni el cuerpo ni el milagro tienen objeto alguno. 3Pero mientras creas que estás en un cuerpo, puedes elegir entre canales de expresión sin amor o canales de expresión milagrosos. 4Puedes fabricar un armazón vacío, pero es imposible que no puedas expresar nada en absoluto. 5Puedes esperar, demorarte, paralizarte o reducir tu creatividad a casi nada, 6pero no puedes abolirla. 7Puedes des­truir tu medio de comunicación, pero no tu potencial. 8Tú no te creaste a ti mismo.


El Principio 12 de los milagros, recordémoslo, nos anuncia que los milagros son pensamientos y que los pensamientos pueden re­presentar el nivel inferior o corporal de experiencia, o el nivel superior o espiritual de experiencia. Uno de ellos da lugar a lo físico, el otro crea lo espiritual. Considero muy importante este recordatorio, pues el hecho de que nos encontremos tan identificados con el cuerpo, nos puede llevar al error de que obrar milagros está más allá de nuestra naturaleza, lo que nos lleva a colocar la acción milagrosa en manos de "agentes externos", de entidades extra-corpóreas, como Ángeles y otros seres espirituales.

Mientras que nuestra mente continúe fabricando ilusión, estaremos  haciendo uso del pensamiento falso, lo cual, exige corrección. Jesús nos enseña, que un milagro es una corrección que Él introduce en el pensamiento falso. Si el pensamiento falso ha dado lugar a la creencia en la separación, el Amor-Jesús, se muestra como el Camino que nos conduce a la corrección de ese pensamiento, a la Unidad.

Una vez alcanzada esa meta, el milagro dejará de tener un fin de aprendizaje, para convertirse en una cualidad de nuestra consciencia.

Otro de los mensajes importantes de este punto, es el que nos refiere que no podemos negar eternamente nuestra verdadera Esencia. Esto no es posible, debido a que no somos nuestros creadores. Si así hubiese sido, podríamos atentar contra nuestra Esencia, pero el efecto no puede ser diferente a su causa. No podemos poner fin a aquello que no hemos creado. Nuestra Fuente-Causa es Dios y su Efecto, el Hijo de Dios, su Creación. De todo ello se deduce, que la experiencia en el mundo de la ilusión, la cual, ha dado lugar a la creencia en el tiempo, se ha convertido en un escenario de aprendizaje que ha de permitir al Hijo de Dios, recordar su Esencia.


2. La decisión básica del que se ha decidido por el camino de los milagros es no esperar en el tiempo más de lo necesario. 2EI tiempo puede causar deterioro y también puede desperdiciarse. 3El que obra milagros, por lo tanto, acepta gustosamente el factor de control del tiempo. 4Reconoce que cada colapso de tiempo nos acerca más a todos al punto en el que finalmente nos podemos liberar de él y en el que el Hijo y el Padre son uno. 5lgualdad no quiere decir igualdad ahora. 6Cuando cada cual reconozca que lo tiene todo, las aportaciones individuales a la Filiación dejarán de ser necesarias.

Los Principios 47 y 48, nos hablan del especial protagonismo del milagro con relación al tiempo:  "El milagro es un recurso de aprendizaje que reduce la necesidad del tiempo. Establece un intervalo temporal fuera de lo nor­mal que no está sujeto a las leyes usuales del tiempo. En ese sentido es intemporal. El milagro es el único recurso que tienes a tu inmediata disposición para controlar el tiempo".

Podríamos decir, que la corrección del pensamiento falso, nos conduce a la percepción y a la visión verdadera de lo que somos. Dejamos de identificarnos con el cuerpo y recordamos nuestra naturaleza espiritual. Dejamos de preocuparnos por el mundo de los "efectos", esto es, dejamos de preocuparnos por cómo debemos de hacer las cosas, y nos centramos en la "causa", esto es, el potencial y la dirección de nuestros pensamientos.

El milagro o corrección del pensamiento falso, tiene el efecto de un curso intensivo, donde se realiza un aprendizaje acelerado. Cuando ese aprendizaje sustituye a la falsa creencia, la necesidad de la experiencia externa, la cual, requiere la complicidad del factor tiempo, se hace innecesaria. Es por ello que el Amor tiene efectos milagrosos.

Este punto termina aportando una aclaración sobre la que considero interesante reflexionar: "igualdad no quiere decir igualdad ahora". El pensamiento falso ha dado lugar a una conciencia de escasez y necesidad. Cada ser es una imagen diferente de otra, lo que se convierte en un argumento sólido para el ego, el cual, confirma la creencia en la que se basa su sistema de pensamiento: la separación. El mundo ilusorio y temporal en el que percibimos nuestra falsa realidad, es un escenario sujeto a leyes que favorece el proceso de individualización, lo que significa, separación. 

El enriquecimiento de la consciencia colectiva será una realidad cuando tomemos conciencia, desde la separación, de que somos hijos de una misma Fuente y que el nexo de unión con ese origen es la Mente que compartimos con El Creador.

El término Elohim, con el que se hace referencia en la Biblia a la Divinidad, significa "El-los Dioses", queriendo expresar con ello, la Unidad formada por la multiplicidad de individualidades. En ese sentido, somos "Elohines en formación" y cuando cada cual reconozca que lo tiene todo, las aportaciones individuales a la Filiación -creación de Dios-, dejará de ser necesaria, se habrá conquistado la igualdad.


3. Cuando la Expiación se haya completado, todos los Hijos de Dios compartirán todas las aptitudes. 2Dios es imparcial. 3Todos Sus Hijos disponen de todo Su Amor, y Él da todos Sus dones libremente a todos por igual. 4"Excepto que os volváis como niños pequeños" significa que a menos que reconozcas plenamente tu completa dependencia de Dios, no podrás conocer el poder real del Hijo en su verdadera relación con el Padre. 5El que los Hijos de Dios sean especiales no procede de una condición de exclusión sino de una de inclusión. 6Todos mis hermanos son especiales. 7Si creen estar privados de algo, su percepción se distorsiona. 8Cuando esto ocurre, toda la familia de Dios -la Filiación- sufre un deterioro en sus relaciones.

En efecto, este punto se convierte en un reto para nuestra manera de pensar, dado que estamos acostumbrados a valorar nuestro "especialismo" vinculándolo siempre con nuestros logros humanos, con nuestras habilidades, con nuestras acciones. Cuando en realidad, somos especiales por nuestra condición divina al ser Hijos de Dios. No somos especiales por lo que hacemos, sino por lo que somos: seres de luz y amor.
Pensar desde la escasez, nos lleva a buscar compensar nuestras necesidades llevando a cabo acciones que nos hagan sentir importantes y especiales. Esos gestos, nada aportan a la Visión de nuestro Padre, pues Su Hijo, creado a Su Imagen y Semejanza, es Pleno y Perfecto. 

4. En última instancia, todo miembro de la familia de Dios tiene que retornar. 2El milagro le llama a retornar porque le bendice y le honra, aun cuando esté ausente en espíritu. 3"De Dios no se hace burla" no es una amenaza, sino una garantía. 4Dios habría sido burlado si alguna de sus creaciones careciese de santidad. 5La creación es plena, y la señal de la plenitud es la santidad. 6Los milagros son afirmaciones de Filiación, que es un estado de com­pleción y abundancia.

Ya lo hemos advertido anteriormente, no nos hemos creado a nosotros mismos, por lo que no podemos más que atender a nuestra verdadera "causa". Somos Mente y debemos retornar a Su Fuente. Si fuésemos un cuerpo, retornaríamos a la tierra y todo acabaría con la muerte de ese cuerpo.

Si el arquitecto creyese que la construcción de la casa que ha diseñado se ha construido por sí misma, estaría negando su labor creadora. Esa casa, como efecto, responde a la verdadera causa, al trabajo de diseño mental. Por lo tanto su verdadera realidad no es la forma física, sino la idea original que la ha visualizado. Si aplicamos este ejemplo a nuestra existencia, tendremos que reconocer que el cuerpo (efecto) no tiene capacidad creadora, sino que es la mente la que tiene la capacidad de crear, como el diseño de una casa.

5. Todo lo que es verdadero es eterno y no puede cambiar ni ser cambiado. 2El espíritu es, por lo tanto, inalterable porque ya es perfecto, pero la mente puede elegir a quién desea servir. 3El único límite en su elección es que no puede servir a dos amos. 4La mente, si así lo elige, puede convertirse en el medio a través del cual el espíritu crea en conformidad con su propia creación. 5De no elegir eso libremente, retiene su potencial creativo, pero se somete a un control tiránico en lugar de a uno Autoritativo. 6Como resultado de ello aprisiona, pues tales son los dictados de los tiranos. 7Cambiar de mentalidad significa poner tu mente a disposición de la verdadera Autoridad.

En este punto, nos encontramos con las claves necesarias para poder desarrollar un tratado de metafísica, en el cual, se contemplaría el marco teórico donde poder comprender la causa que da origen a la realidad física, con la que nos encontramos tan identificados.

Por un lado, se nos revela claramente que la verdad es eterna y que lo que nos muestra si algo es verdadero o no, es su condición para ser o no cambiado. En este sentido, tendremos una evidencia de lo verdadero, cuando lo observado no cambia. Desde este punto de vista, el cuerpo no reúne esa condición, pues está en permanente cambio.

Creemos ser lo que vemos, un cuerpo, y esa visión es fruto de una libre elección. La mente cuando se desvincula de lo eterno, de lo inalterable, da lugar a lo ilusorio y temporal. El estado natural de la Mente, es lo que muchos estudiosos han denominado el Mundo del Pensamiento Abstracto o Mundo de los Arquetipos. En ese "Mundo", encontramos un campo de información, denominado en el argot de la física cuántica, "campo de las infinitas posibilidades", pues en ese "espacio" se dan cita el estado potencial de todas las ideas. En ese estado, la Mente fluye en su condición eterna e inalterable. Ahora bien, si la Mente se proyecta sobre ese "campo" colapsando una idea, ese estado potencial del pensamiento pasa de ser una onda a una partícula, es decir, pasa del estado etéreo al estado físico. Podemos decir, que acaba de nacer la materia.

A ese nuevo estado, lo material, si aplicamos la enseñanza que nos aporta el Curso en este apartado, diremos que no es verdadero, pues, está sujeto a las leyes que imperan en ese estado, lo temporal y el cambio. Pensar que somos autores de lo que colapsa nuestra mente procedente del Mundo de los Arquetipos, es pensar que somos los creadores de nuestro cuerpo. Pero no es así. Nuestra verdadera Autoría no adopta ropajes físicos, pues procede de la Fuente de donde hemos emanado, de Dios.

6. El milagro es señal de que la mente ha elegido dejarse guiar por mí en el servicio a Cristo. 2La abundancia de Cristo es el resultado natural de haber decidido seguirle. 3Hay que arrancar todas las raíces que están a flor de tierra porque no son lo suficientemente profundas como para prestarte apoyo. 4La ilusión de que las raí­ces superficiales pueden arraigarse más y así prestarte apoyo, es una de las distorsiones en las que se basa lo opuesto a la Regla de Oro. 5A medida que se abandonan esos falsos puntales, se experi­menta temporalmente cierta inestabilidad en el equilibrio. 6Sin embargo, no hay nada más inestable que una orientación inver­tida, 7y nada que la mantenga invertida puede conducir a una mayor estabilidad.

El símil utilizado en este punto, nos revela que nuestro comportamiento puede ser semejante a las raíces que están a flor de tierra, que carecen de profundidad para garantizar su firme arraigo, lo que garantizaría su crecimiento. Si no vivimos desde la certeza, desde la fe, el camino mostrado por la Visión de Cristo, no se producirá la corrección profunda de nuestras creencias y continuaremos sirviendo al falso autor de nuestras ilusiones. Nuestra mente no puede servir a dos amos a la vez. Mientras que nos encontremos prestando servicio a esa dualidad, lo que construyamos hoy, al carecer de sólidos cimientos, se verá destruido al día siguiente, cuando suframos la inundación de nuestras emociones.
Cuando veamos en nuestra vida la presencia del milagro, será señal inequívoca de que nuestra mente ha elegido dejarse guiar por la Esencia del Amor-Jesús. 

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 59

LECCIÓN 59

El repaso de hoy abarca las siguientes ideas:

1. (41) Dios va conmigo dondequiera que yo voy.

2¿Cómo puedo estar solo cuando Dios está siempre conmigo? 3¿Cómo puedo dudar o sentirme inseguro cuando en Él mora la perfecta certeza? 4¿Cómo puede haber algo que me pueda pertur­bar cuando Él mora en mí en paz absoluta? 5¿Cómo puedo sufrir cuando el amor y la dicha me rodean por mediación Suya? 6No he de abrigar ninguna ilusión con respecto a mí mismo. 7Soy perfecto porque Dios va conmigo dondequiera que yo voy.

2. (42) Dios es mi fortaleza. 2La visión es Su regalo.

3Hoy no recurriré a mis propios ojos para ver. 4Quiero estar dis­puesto a dejar de lado la lamentable ilusión de que puedo ver, e intercambiarla por la visión que Dios me da. 5La visión de Cristo es Su regalo y Él me lo ha dado. 6Hoy me valdré de este regalo de tal forma que este día me ayude a comprender la eternidad.

3. (43) Dios es mi Fuente. 2No puedo ver separado de Él.

3Puedo ver lo que Dios quiere que vea. 4No puedo ver nada más. 5Más allá de Su Voluntad sólo hay ilusiones. 6Son éstas las que elijo cuando pienso que puedo ver separado de Él. 7Son éstas las que elijo cuando trato de ver con los ojos del cuerpo. 8No obstante, se me ha dado la visión de Cristo para reemplazarlos. 9A través de esta visión es como elijo ver.

4. (44) Dios es la luz en la que veo.


2No puedo ver en la oscuridad. 3Dios es la única luz. 4Por lo tanto, si he de ver, tiene que ser por medio de Él. 5He tratado de definir lo que es ver y me he equivocado. 6Ahora se me concede poder entender que Dios es la luz en la que veo. 7Le daré la bien­venida a la visión y al mundo feliz que me mostrará.

5. (45) Dios es la Mente con la que pienso.

2No tengo pensamientos que no comparta con Dios. 3No tengo pensamientos aparte de los Suyos porque no tengo otra mente que la Suya. 4Puesto que soy parte de Su Mente mis pensamien­tos son Suyos, y Sus Pensamientos son míos.


¿Qué me enseñan estas afirmaciones?

Os dejo una batería de preguntas, a título de ejemplo, que nos pueden ayudar a reflexionar sobre cada uno de los apartados.

Dios va conmigo dondequiera que yo voy.
  • ¿Existe mayor dicha que sentir permanentemente la presencia de tu Padre, junto a ti? ¿Sentirás miedo ahora que sabes que tu Padre vela tus días? Dondequiera que estés, podrás disfrutar de Su Presencia. Es más, cualquier pensamiento de soledad, es un pensamiento demente, Su Presencia está en ti por toda la Eternidad, pues eres una extensión de su Pensamiento.
Dios es mi fortaleza. 2La visión es Su regalo.
  • Saber quién eres, es tu mayor fortaleza, pues, te reconoces como Hijo de Dios, Hijo de la Luz. ¿Qué mayor regalo puedes recibir, que la verdadera visión de lo que eres? Reconocer tu condición divina en los demás, te permitirá compartir tu fortaleza con el mundo.
Dios es mi Fuente. 2No puedo ver separado de Él.
  • Tienes la capacidad de decidir qué mundo ver. Ahora bien, recuerda que aunque te identifiques con el mundo de la ilusión, no podrás negar la existencia del mundo real. De tu voluntad depende el que permanezcas ciego a la Luz o compartas tu visión con Ella. ¿Crees acaso que siendo parte de la Mente de Dios, puedes crear separado de Él? ¿No será que te siente un ser especial? ¿No será que estés tratando de crear sin contar con la esencia del amor?
Dios es la luz en la que veo.
  • ¿Acaso puedes ver en la oscuridad? Te has identificado con los objetos que percibes en ese mundo oscuro, y has alimentado la creencia de que ese mundo es tu realidad. Sin embargo, sientes que ese mundo es precario, y ello, te lleva a añorar las verdades eternas. Cuando despiertes a la verdadera luz, comprenderás que la oscuridad es la manifestación de su ausencia. ¿Por qué crees que el mundo que has inventado no te aporta felicidad y sí en cambio te produce un profundo temor? 
Dios es la Mente con la que pienso.
  • Fabricaste un pensamiento que te dio la autoconciencia y decidiste que, ese pensamiento, era ajeno a tu Creador. Pero, tu percepción te llevó a alimentar un error; pensaste que, a partir de ese momento, estabas separado de Dios. ¿Acaso el pensamiento no pertenece a la Mente de dónde emanó? Entonces, ¿cómo puedes pretender que tu pensamiento, esté separado del Pensamiento que te creó? 

martes, 27 de febrero de 2024

Capítulo 1. IV. Cómo escapar de la oscuridad

IV. Cómo escapar de la oscuridad

1. Escapar de la oscuridad comprende dos etapas: Primera, el reconocimiento de que la oscuridad no puede ocultar nada. 2Este paso generalmente da miedo. 3Segunda, el reconocimiento de que no hay nada que desees ocultar aunque pudieses hacerlo. 4Este paso te libera del miedo. 5Cuando ya no estés dispuesto a ocultar nada, no sólo estarás dispuesto a entrar en comunión, sino que entenderás también lo que es la dicha y la paz.

En el Lenguaje Hebreo, el término luz, se escribe "Aur" y su significado es "fuego". El Fuego, como Principio se interpreta como "Principio Inteligible", revelándonos con ello la idea del Conocimiento, mientras que la oscuridad o ausencia de luz, nos vincula con la idea de la Ilusión y del miedo.

Si aplicamos la Ley de Analogía, Dios, Luz, Unidad, Conocimiento y Amor, son aspectos de un mismo Arquetipo. Lo mismo podemos hacerlo con los conceptos, Ego, oscuridad, separación, percepción y miedo.

Escapar de la oscuridad, es por lo tanto reencontrarnos con nuestra verdadera Esencia, la luz. Nos indica este apartado que para escapar de la oscuridad debemos tener presente dos etapas. Primero, reconocer que la oscuridad no puede ocultar nada, lo que significa que el mundo separado que percibimos, no puede ocultar nuestra realidad, sino revelarla. Esta es la razón por la cual, juzgamos nuestras sombras en el otro, y sin embargo, ese otro, lo que hace es reflejar lo que queremos ocultar. 

Por otro lado, la segunda etapa nos sugiere que no hay nada que deseemos ocultar. Cuando deseamos ocultar una parte de nosotros mismos, la psicología nos advierte que responde al deseo de no ver nuestras "sombras", podemos leer "pecados".

Realmente lo que hacemos al querer ocultar nuestros pecados, es evitar el "supuesto" castigo de Dios. Estamos tratando con la culpa y con el miedo al castigo.


2. La oscuridad, de hecho, jamás puede ocultar a la santidad, pero tú puedes engañarte a ti mismo al respecto. 2Este engaño te hace temer porque te das cuenta en tu corazón de que es un engaño, y realizas enormes esfuerzos por establecer su realidad. 3El milagro sitúa a la realidad en el lugar que le corresponde. 4A la realidad le corresponde estar, únicamente en el espíritu, y el mila­gro reconoce únicamente la verdad. 5De este modo desvanece las ilusiones que albergas con respecto a ti mismo, y te pone en comu­nión contigo mismo y con Dios. 6El milagro se une a la Expiación al poner a la mente al servicio del Espíritu Santo. 7Así se establece la verdadera función de la mente y se corrigen sus errores, que son simplemente una falta de amor. 8Tu mente puede estar poseí­da por ilusiones, pero el espíritu es eternamente libre. 9Si una mente percibe sin amor, percibe tan sólo un armazón vacío y no se da cuenta del espíritu que mora adentro. 10Pero la Expiación restituye el espíritu al lugar que le corresponde. 11La mente que sirve al espíritu es invulnerable.


Cuando nos damos cuenta de que somos portadores de luz y de que esa luz jamás ha dejado de resplandecer, ponemos nuestra voluntad al servicio del Espíritu Santo, con el único propósito de Expiar el error de habernos creído separados de nuestro Creador.

3. La oscuridad es falta de luz de la misma manera en que el pecado es falta de amor. 2No tiene cualidades únicas propias. 3Es un ejemplo de la creencia en la "escasez", de la cual sólo se pueden derivar errores. 4La verdad es siempre abundante. 5Los que perci­ben y reconocen que lo tienen todo no tienen necesidades de ninguna clase. 6El propósito de la Expiación es devolvértelo todo, o más bien, devolvérselo a tu conciencia. 7Se te dio todo cuando fuiste creado, exactamente como se les dio a todos los demás.

La errónea creencia en la violación de los Preceptos de Dios, lo que dio origen al "pecado original" y a la expulsión del Paraíso, se convirtió en la causa de la que se derivó la creencia en la escasez. La sentencia bíblica "ganarás el pan de cada día con el sudor de tu frente", ha dado pie a la falsa creencia en la carencia y en la necesidad. Como vemos, la causa es la misma que la idea de la oscuridad, es decir, creernos separados de nuestro Creador y la identificación con una realidad que no somos.

4. El vacío que el miedo engendra tiene que ser sustituido por el perdón. 2Eso es lo que la Biblia quiere decir con "Ya no habrá muerte", y por lo que yo pude demostrar que la muerte no existe. 3Vine a dar cumplimiento a la ley al re-interpretarla. 4La ley en sí, si se entiende correctamente, sólo ofrece protección. 5Son los que aún no han cambiado su manera de pensar quienes han introdu­cido en la ley la idea de "las llamas del infierno". 6Te aseguro que daré testimonio a través de todo aquel que me lo permita, y en la medida en que me lo permita. 7Aquello de lo que das fe demues­tra tus creencias, y de esta manera las refuerza. 8Aquellos que dan testimonio de mí están expresando, por medio de los mila­gros que obran, que han dejado de creer en la carencia en favor de la abundancia que han aprendido les pertenece.

Mientras que nos encontremos identificados con la imagen del cuerpo y con las leyes del mundo inventado por el ego, nuestra vida será vivida desde el miedo, desde la temporalidad, desde el dolor, desde el sufrimiento, desde la muerte. Esta es la razón por la que este apartado nos anuncia que el vacío que el miedo engendra tiene que ser sustituido por el perdón. Hasta que no perdonemos nuestro ficticio pecado a Dios, seguiremos viendo una imagen ilusoria de lo que somos. Aquello de lo que damos fe demuestra nuestras creencias. Si te sientes escaso, vivirás la escasez. Si crees que eres el Hijo de Dios, vivirás la Abundancia de gozar de la Visión de Unidad con toda la Creación.

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 58

LECCIÓN 58

El repaso de hoy abarca las siguientes ideas:

1. (36) Mi santidad envuelve todo lo que veo.


2De mi santidad procede la percepción del mundo real. 3Habiendo perdonado, ya no me considero culpable. 4Puedo aceptar la ino­cencia que es la verdad con respecto a mí mismo. 5Cuando veo el mundo con los ojos del entendimiento, sólo veo su santidad por­que lo único que puedo ver son los pensamientos que tengo acerca de mí mismo.

2. (37) Mi santidad bendice al mundo.

2La percepción de mi santidad no me bendice únicamente a mí. 3Todas las personas y todo cuanto veo en su luz comparten la dicha que mi santidad me brinda. 4No hay nada que esté excluido de esta dicha porque no hay nada que no comparta mi santidad. 5medida que reconozca mi santidad, la santidad del mundo se alzará resplandeciente para que todos la vean.

3. (38) No hay nada que mi santidad no pueda hacer.

2El poder curativo de mi santidad es ilimitado porque su poder para salvar es ilimitado. 3¿De qué me tengo que salvar, sino de las ilusiones? 4¿Y qué son las ilusiones sino falsas ideas acerca de mí? 5Mi santidad las desvanece a todas al afirmar la verdad de lo que soy. 6En presencia de mi santidad, la cual comparto con Dios Mismo, todos los ídolos desaparecen.

4. (39) Mi santidad es mi salvación.

2Puesto que mi santidad me absuelve de toda culpa, reconocer mi santidad es reconocer mi salvación. 3Es también reconocer la sal­vación del mundo. 4Una vez que haya aceptado mi santidad, nada podrá atemorizarme. 5Y al no tener miedo, todos comparti­rán mi entendimiento, que es el regalo que Dios me hizo a mí y al mundo.

5. (40) Soy bendito por ser un Hijo de Dios.

2En esto reside mi derecho a lo bueno y sólo a lo bueno. 3Soy ben­dito por ser un Hijo de Dios. 4Todo lo que es bueno me pertenece porque así lo dispuso Dios. 5Por ser Quien soy no puedo sufrir pérdida alguna, ni privaciones ni dolor. 6Mi Padre me sustenta, me protege y me dirige en todo. 7El cuidado que me prodiga es infinito y eterno. 8Soy eternamente bendito por ser Su Hijo.


¿Qué me enseñan estas afirmaciones?

Os dejo una batería de preguntas, a título de ejemplo, que nos pueden ayudar a reflexionar sobre cada uno de los apartados.

Mi santidad envuelve todo lo que veo.
  • Decido ver la realidad y mis ojos me muestran un mundo perfecto, libre de culpas; un mundo abundante y pleno; un mundo feliz y armonioso. Veo la santidad en cada uno de mis hermanos y reconozco mi propia santidad reflejada en sus rostros. ¿Qué harás hoy con tu abundancia? ¿Compartirás tus dones y talentos con los demás? ¿Extenderás tu santidad con el único propósito de liberar al mundo de la prisión de sus miedos y de sus culpas? 
Mi santidad bendice al mundo.
  • Recuerda que das lo que tienes; si tus pensamientos son santos, expandirás santidad en cada uno de tus actos y el mundo será bendecido por ello. Comparte tus pensamientos santos con el resto de la filiación y estarás creando una con-fraternización de Amor. ¿Qué harás hoy para compartir con el mundo tus bendiciones? ¿Qué pensamientos sembrarás? ¿Qué sentimientos despertarás? ¿Qué verdades transmitirás? ¿Qué realidades construirás?
No hay nada que mi santidad no pueda hacer.
  • Tu despertar te mostrará quién eres y, entonces, te descubrirás como un Ser Santo. Esa Santidad es tu condición natural, siempre has gozado de ella, aunque decidiste olvidadlo. La salvación del mundo, es tu propia salvación. Sálvate tú, viviendo tu santidad y el mundo se liberará. ¿Qué te mantiene atado a la culpa? ¿Qué miedo paraliza tu corazón?
Mi santidad es mi salvación.
  • Recuperar tu verdadera identidad, te permitirá renunciar al mundo de perdición, donde tu visión se identifica con la ilusión. No eres un cuerpo; no estás sujeto a la temporalidad; libérate del temor de no tener; no te regocijes en el dolor, en el sufrimiento, en la enfermedad, no le des el valor del castigo. Eres un Ser Santo y eres Perfecto, como Perfecto es el Pensamiento Divino. ¿Aún percibes desde la necesidad? ¿Aún crees que fuiste expulsado del Paraíso Terrenal por desobedecer a Dios? ¿Aún piensas que has pecado y que eres merecedor del castigo redentor?
Soy bendito por ser un Hijo de Dios.
  • ¡Qué así sea!. No creas que eres maldito por haberte identificado con tu cuerpo. No caigas en el error de otorgarle esa potestad al vehículo material. En cambio, dirige tu atención hacia tus pensamientos y libérate de la creencia errónea que te mantiene prisionero del cuerpo. Utilízalo para expandir tu santidad y bendícelo por los servicios prestados. No te apegues a él, creyendo que es tu morada. Eres el Hijo de Dios y tu origen es Divino y Eterno, no terrenal y temporal. ¿Te sentirás feliz? ¿Te regocijarás al conocer que eres el bendito Hijo de Dios? ¿Qué harás con esa heredad? ¿En qué emplearás tu divinidad?

lunes, 26 de febrero de 2024

Capítulo 1. III. La Expiación y los milagros (5ª parte)

5. El error no puede amenazar realmente a la verdad, la cual siem­pre puede resistirlo. 2En realidad, sólo el error es vulnerable. 3Eres libre de establecer tu reino donde mejor te parezca, pero no pue­des sino elegir acertadamente si recuerdas esto:

4El espíritu está eternamente en estado de gracia.
5Tu realidad es únicamente espíritu.
6Por lo tanto, estás eternamente en estado de gracia.

7Desde este punto de vista, la Expiación deshace todos los erro­res, y de esta forma extirpa las raíces del temor. 8Cada vez que experimentas las palabras tranquilizadoras de Dios como una amenaza, es siempre porque estás defendiendo una lealtad mal situada o desencaminada. 9Al proyectar eso sobre otros los aprisionas, pero sólo en la medida en que refuerzas los errores que ellos ya han cometido. 10Eso los hace vulnerables a las distor­siones de los demás, ya que la percepción que tienen de sí mis­mos está distorsionada. 11El que obra milagros tan sólo puede bendecirlos, lo cual desvanece sus distorsiones y los libera de su prisión.

Nos encontramos a penas abordando el comienzo del estudio del Texto de Un Curso de Milagros, por lo que considero muy importante profundizar en la idea que nos aporta este punto, cuando nos anuncia que el error no puede amenazar realmente a la verdad. ¿Cuál es ese error? 

El Curso desarrolla esta idea a lo largo de sus Capítulos, por lo que nos conformaremos, a esta altura del camino, con conocer que: "El milagro se une a la Expiación al poner a la mente al servicio del Espíritu Santo. Así se establece la verdadera función de la mente y se corrigen sus errores, que son simplemente una falta de amor" (T-1.IV.2:6-7). Nos indica, igualmente, el Texto, que: "La única carencia que realmente necesitas corregir es tu sensa­ción de estar separado de Dios" (T-1.VI.2:1).

He ahí los dos aspectos que responden a la pregunta que nos hacemos, por un lado la falta de amor y, por otro, la sensación (creencia) de estar separado de Dios.

Ambos aspectos, se traducen en una falsa identificación de lo que realmente somos. Es como si renunciáramos por voluntad propia a no reconocernos hijos de nuestros padres biológicos y elegimos en su lugar una descendencia ilusoria, defendiendo la creencia de que no hemos sido creados por ellos, sino que nuestra identidad es fruto de nuestra propia creación.

El error al que se refiere este apartado ha quedado recogido en los Libros Sagrados. La Biblia, concretamente en el Génesis, nos revela el episodio en el que nuestros primeros "padres", Adám y Eva, protagonizan la más trascendente de las historias que haya podido vivir la humanidad, el acto de trasgresión a las recomendaciones del Creador y la expulsión del Paraíso como consecuencia de dicha acto. De manera simbólica, el Génesis, nos revela ese instante inscrito en la mente del Hijo de Dios, en el que, por elección propia, se decide acceder al Conocimiento, no por vía directa, como hasta entonces, sino por la vía de la percepción, lo que originó la creencia en la separación y en el cuerpo como única identidad.

Pero, tan sólo el error es vulnerable, nos revela el Texto, indicándonos que lo que procede de Dios es inalterable. La Verdad, la Realidad, no cambia, es eterna, mientras que el error, está sujeto a las leyes de temporalidad propio del mundo de la ilusión. La verdad está sustentada por el amor, mientras que el error lo está en el miedo.

Es cierto, que podemos elegir establecer nuestro reino donde mejor nos parezca, pero tenemos que conocer que nuestra verdadera realidad es Espíritu.

Termina el punto, recordándonos que la Expiación deshace todos los errores, lo que abunda en la idea ya aportada de que al poner nuestra mente al servicio del Espíritu Santo, estamos reconociendo nuestra verdadera realidad espiritual.

6. Respondes a lo que percibes, y tal como percibas así te compor­tarás. 2La Regla de Oro te pide que te comportes con los demás como tú quisieras que ellos se comportasen contigo. 3Esto signi­fica que tanto la percepción que tienes de ti como la que tienes de ellos debe ser fidedigna. 4La Regla de Oro es la norma del com­portamiento apropiado. 5Tú no puedes comportarte de manera apropiada a menos que percibas correctamente. 6Dado que tú y tu prójimo sois miembros de una misma familia en la que gozáis de igual rango, tal como te percibas a ti mismo y tal como lo percibas a él así te comportarás contigo mismo y con él. 7Debes mirar desde la percepción de tu propia santidad a la santidad de los demás.

Este apartado, podemos considerarlo como un anticipo de lo que más adelante se desarrollará más extensamente a lo largo del Curso: la percepción errónea y la percepción verdadera.

Percibir erróneamente, significa que hemos decidido poner nuestra mente al servicio del ego, de la creencia en la separación y del miedo. Percibir un mundo separado nos lleva a proyectar afuera el mundo que percibimos en nuestro interior. Si percibimos miedo, veremos el miedo proyectado en los demás, es decir, percibiremos en el otro el ataque y para defernos de él, decidiremos atacarlo nosotros, estableciendo un círculo interminable.

Percibir verdaderamente, significa que hemos elegido poner nuestra mente al servicio del Espíritu Santo, de la creencia en la Filiación Una y en el Amor. Cuando percibimos verdaderamente, lo que estamos haciendo es reconocer nuestra propia santidad y la de los demás.

7. Los milagros se dan en la mente que está lista para ellos. 2Dicha mente, al estar unida, se extiende a todos aun cuando el que obra milagros no se dé cuenta de ello. 3La naturaleza impersonal del milagro se debe a que la Expiación en sí es una, lo cual une a todo lo creado con su Creador. 4Como expresión de lo que verdaderamente eres, el milagro sitúa a la mente en un estado de gracia. 5La mente, entonces, naturalmente da la bienvenida tanto al Huésped interno como al desconocido externo. 6Al invitar adentro al desco­nocido, éste se convierte en tu hermano.

Dentro de los 50 Principios de los Milagros que se recogen en el Curso, el Principio 43 nos revela que los milagros surgen de un estado mental milagroso, o de un estado de estar listo para ellos.

He tenido la oportunidad de desarrollar, de manera más extensa, este Principio, trabajo que podréis encontrar en este blog . Os dejo el enlace:


Entre otras muchas cosas, decía:

“Estar listo es sólo el prerrequisito para que se pueda lograr algo. No se debe confundir una cosa con la otra. Tan pronto como se da la condición de estar listo, también se da, en cierta medida, el deseo de querer lograr algo, si bien éste no es necesa­riamente un deseo indiviso. Dicha condición de estar listo no es más que el potencial para que pueda tener lugar un cambio de mentalidad. La confianza no puede desarrollarse plenamente hasta que no se haya alcanzado un dominio total. Hemos tratado ya de corregir el error fundamental de que es posible dominar el miedo, y hemos enfatizado que el verdadero dominio sólo se puede alcanzar por medio del amor. Estar listo es sólo el comienzo de la confianza. Tal vez pienses que esto implica que tiene que transcurrir mucho tiempo entre el momento en que estás listo y aquel en el que alcanzas el dominio, pero permíteme recordarte que el tiempo y el espacio están bajo mi control” (T-2.VII.7:2.9).

8. El hecho de que el milagro pueda tener efectos en tus herma­nos de los que ni siquiera eres consciente no debe preocuparte. 2El milagro siempre te bendecirá. 3Los milagros que no se te ha pedido que hagas no dejan de tener valor. 4Siguen siendo expre­siones de tu estado de gracia, pero dado mi absoluto conoci­miento del plan en su totalidad, yo debo controlar su ejecución. 5La naturaleza impersonal de la mentalidad milagrosa asegura tu gracia, pero sólo yo estoy en posición de saber dónde pueden concederse.

Este punto, nos recuerda el contenido del Principio 45, el cual nos revela: "Un milagro nunca se pierde. Puede afectar a mucha gente que ni siquiera conoces, y producir cambios inimaginables en situacio­nes de las que ni siquiera eres consciente" (T-1.I.45:1-2).

Para no repetir lo que ya se ha recogido en el análisis de este Principio, os dejo el enlace donde podréis acceder a dicha información:


9. Los milagros son selectivos únicamente en el sentido de que se canalizan hacia aquellos que los pueden usar en beneficio propio. 2Puesto que esto hace que sea inevitable el que los extiendan a otros, se suelda una fuerte cadena de Expiación. 3Esta selectivi­dad, sin embargo, no toma en cuenta la magnitud del milagro mismo, ya que el concepto de tamaño existe en un plano que de por sí es irreal. 4Dado que el milagro tiene como objeto restable­cer la conciencia de la realidad, no sería eficaz si estuviese limi­tado por las leyes que gobiernan el error que tiene como objeto corregir.

Nos advierte el Curso, en este apartado, que los milagros, a pesar de manifestarse en el mundo de la percepción, donde impera las leyes de la fabricación (proyección), tiene la facultad de crear, es decir, de expandirse, condición propia del amor, lo que tiene el efecto de propiciar una "cadena de favores", donde la energía que fluye es la de dar y compartir. Esa fuerte cadena de Expiación es "contagiosa", al estar regida por las leyes del amor, donde las limitaciones del tiempo y del espacio no son operantes.

Capítulo 16. II. El poder de la santidad (2ª parte).

II. El poder de la santidad (2ª parte). 4.  Has obrado milagros, pero es muy evidente que no los has obrado solo.  2 Cada vez que te extendi...