miércoles, 28 de febrero de 2024

Capítulo 1. V. Plenitud y Espíritu

V. Plenitud y espíritu.

1. El milagro es en gran medida como el cuerpo, en el sentido de que ambos son recursos de aprendizaje para facilitar un estado en el que finalmente se hacen innecesarios. 2Cuando se alcanza el estado original de comunicación directa con el espíritu, ni el cuerpo ni el milagro tienen objeto alguno. 3Pero mientras creas que estás en un cuerpo, puedes elegir entre canales de expresión sin amor o canales de expresión milagrosos. 4Puedes fabricar un armazón vacío, pero es imposible que no puedas expresar nada en absoluto. 5Puedes esperar, demorarte, paralizarte o reducir tu creatividad a casi nada, 6pero no puedes abolirla. 7Puedes des­truir tu medio de comunicación, pero no tu potencial. 8Tú no te creaste a ti mismo.


El Principio 12 de los milagros, recordémoslo, nos anuncia que los milagros son pensamientos y que los pensamientos pueden re­presentar el nivel inferior o corporal de experiencia, o el nivel superior o espiritual de experiencia. Uno de ellos da lugar a lo físico, el otro crea lo espiritual. Considero muy importante este recordatorio, pues el hecho de que nos encontremos tan identificados con el cuerpo, nos puede llevar al error de que obrar milagros está más allá de nuestra naturaleza, lo que nos lleva a colocar la acción milagrosa en manos de "agentes externos", de entidades extra-corpóreas, como Ángeles y otros seres espirituales.

Mientras que nuestra mente continúe fabricando ilusión, estaremos  haciendo uso del pensamiento falso, lo cual, exige corrección. Jesús nos enseña, que un milagro es una corrección que Él introduce en el pensamiento falso. Si el pensamiento falso ha dado lugar a la creencia en la separación, el Amor-Jesús, se muestra como el Camino que nos conduce a la corrección de ese pensamiento, a la Unidad.

Una vez alcanzada esa meta, el milagro dejará de tener un fin de aprendizaje, para convertirse en una cualidad de nuestra consciencia.

Otro de los mensajes importantes de este punto, es el que nos refiere que no podemos negar eternamente nuestra verdadera Esencia. Esto no es posible, debido a que no somos nuestros creadores. Si así hubiese sido, podríamos atentar contra nuestra Esencia, pero el efecto no puede ser diferente a su causa. No podemos poner fin a aquello que no hemos creado. Nuestra Fuente-Causa es Dios y su Efecto, el Hijo de Dios, su Creación. De todo ello se deduce, que la experiencia en el mundo de la ilusión, la cual, ha dado lugar a la creencia en el tiempo, se ha convertido en un escenario de aprendizaje que ha de permitir al Hijo de Dios, recordar su Esencia.


2. La decisión básica del que se ha decidido por el camino de los milagros es no esperar en el tiempo más de lo necesario. 2EI tiempo puede causar deterioro y también puede desperdiciarse. 3El que obra milagros, por lo tanto, acepta gustosamente el factor de control del tiempo. 4Reconoce que cada colapso de tiempo nos acerca más a todos al punto en el que finalmente nos podemos liberar de él y en el que el Hijo y el Padre son uno. 5lgualdad no quiere decir igualdad ahora. 6Cuando cada cual reconozca que lo tiene todo, las aportaciones individuales a la Filiación dejarán de ser necesarias.

Los Principios 47 y 48, nos hablan del especial protagonismo del milagro con relación al tiempo:  "El milagro es un recurso de aprendizaje que reduce la necesidad del tiempo. Establece un intervalo temporal fuera de lo nor­mal que no está sujeto a las leyes usuales del tiempo. En ese sentido es intemporal. El milagro es el único recurso que tienes a tu inmediata disposición para controlar el tiempo".

Podríamos decir, que la corrección del pensamiento falso, nos conduce a la percepción y a la visión verdadera de lo que somos. Dejamos de identificarnos con el cuerpo y recordamos nuestra naturaleza espiritual. Dejamos de preocuparnos por el mundo de los "efectos", esto es, dejamos de preocuparnos por cómo debemos de hacer las cosas, y nos centramos en la "causa", esto es, el potencial y la dirección de nuestros pensamientos.

El milagro o corrección del pensamiento falso, tiene el efecto de un curso intensivo, donde se realiza un aprendizaje acelerado. Cuando ese aprendizaje sustituye a la falsa creencia, la necesidad de la experiencia externa, la cual, requiere la complicidad del factor tiempo, se hace innecesaria. Es por ello que el Amor tiene efectos milagrosos.

Este punto termina aportando una aclaración sobre la que considero interesante reflexionar: "igualdad no quiere decir igualdad ahora". El pensamiento falso ha dado lugar a una conciencia de escasez y necesidad. Cada ser es una imagen diferente de otra, lo que se convierte en un argumento sólido para el ego, el cual, confirma la creencia en la que se basa su sistema de pensamiento: la separación. El mundo ilusorio y temporal en el que percibimos nuestra falsa realidad, es un escenario sujeto a leyes que favorece el proceso de individualización, lo que significa, separación. 

El enriquecimiento de la consciencia colectiva será una realidad cuando tomemos conciencia, desde la separación, de que somos hijos de una misma Fuente y que el nexo de unión con ese origen es la Mente que compartimos con El Creador.

El término Elohim, con el que se hace referencia en la Biblia a la Divinidad, significa "El-los Dioses", queriendo expresar con ello, la Unidad formada por la multiplicidad de individualidades. En ese sentido, somos "Elohines en formación" y cuando cada cual reconozca que lo tiene todo, las aportaciones individuales a la Filiación -creación de Dios-, dejará de ser necesaria, se habrá conquistado la igualdad.


3. Cuando la Expiación se haya completado, todos los Hijos de Dios compartirán todas las aptitudes. 2Dios es imparcial. 3Todos Sus Hijos disponen de todo Su Amor, y Él da todos Sus dones libremente a todos por igual. 4"Excepto que os volváis como niños pequeños" significa que a menos que reconozcas plenamente tu completa dependencia de Dios, no podrás conocer el poder real del Hijo en su verdadera relación con el Padre. 5El que los Hijos de Dios sean especiales no procede de una condición de exclusión sino de una de inclusión. 6Todos mis hermanos son especiales. 7Si creen estar privados de algo, su percepción se distorsiona. 8Cuando esto ocurre, toda la familia de Dios -la Filiación- sufre un deterioro en sus relaciones.

En efecto, este punto se convierte en un reto para nuestra manera de pensar, dado que estamos acostumbrados a valorar nuestro "especialismo" vinculándolo siempre con nuestros logros humanos, con nuestras habilidades, con nuestras acciones. Cuando en realidad, somos especiales por nuestra condición divina al ser Hijos de Dios. No somos especiales por lo que hacemos, sino por lo que somos: seres de luz y amor.
Pensar desde la escasez, nos lleva a buscar compensar nuestras necesidades llevando a cabo acciones que nos hagan sentir importantes y especiales. Esos gestos, nada aportan a la Visión de nuestro Padre, pues Su Hijo, creado a Su Imagen y Semejanza, es Pleno y Perfecto. 

4. En última instancia, todo miembro de la familia de Dios tiene que retornar. 2El milagro le llama a retornar porque le bendice y le honra, aun cuando esté ausente en espíritu. 3"De Dios no se hace burla" no es una amenaza, sino una garantía. 4Dios habría sido burlado si alguna de sus creaciones careciese de santidad. 5La creación es plena, y la señal de la plenitud es la santidad. 6Los milagros son afirmaciones de Filiación, que es un estado de com­pleción y abundancia.

Ya lo hemos advertido anteriormente, no nos hemos creado a nosotros mismos, por lo que no podemos más que atender a nuestra verdadera "causa". Somos Mente y debemos retornar a Su Fuente. Si fuésemos un cuerpo, retornaríamos a la tierra y todo acabaría con la muerte de ese cuerpo.

Si el arquitecto creyese que la construcción de la casa que ha diseñado se ha construido por sí misma, estaría negando su labor creadora. Esa casa, como efecto, responde a la verdadera causa, al trabajo de diseño mental. Por lo tanto su verdadera realidad no es la forma física, sino la idea original que la ha visualizado. Si aplicamos este ejemplo a nuestra existencia, tendremos que reconocer que el cuerpo (efecto) no tiene capacidad creadora, sino que es la mente la que tiene la capacidad de crear, como el diseño de una casa.

5. Todo lo que es verdadero es eterno y no puede cambiar ni ser cambiado. 2El espíritu es, por lo tanto, inalterable porque ya es perfecto, pero la mente puede elegir a quién desea servir. 3El único límite en su elección es que no puede servir a dos amos. 4La mente, si así lo elige, puede convertirse en el medio a través del cual el espíritu crea en conformidad con su propia creación. 5De no elegir eso libremente, retiene su potencial creativo, pero se somete a un control tiránico en lugar de a uno Autoritativo. 6Como resultado de ello aprisiona, pues tales son los dictados de los tiranos. 7Cambiar de mentalidad significa poner tu mente a disposición de la verdadera Autoridad.

En este punto, nos encontramos con las claves necesarias para poder desarrollar un tratado de metafísica, en el cual, se contemplaría el marco teórico donde poder comprender la causa que da origen a la realidad física, con la que nos encontramos tan identificados.

Por un lado, se nos revela claramente que la verdad es eterna y que lo que nos muestra si algo es verdadero o no, es su condición para ser o no cambiado. En este sentido, tendremos una evidencia de lo verdadero, cuando lo observado no cambia. Desde este punto de vista, el cuerpo no reúne esa condición, pues está en permanente cambio.

Creemos ser lo que vemos, un cuerpo, y esa visión es fruto de una libre elección. La mente cuando se desvincula de lo eterno, de lo inalterable, da lugar a lo ilusorio y temporal. El estado natural de la Mente, es lo que muchos estudiosos han denominado el Mundo del Pensamiento Abstracto o Mundo de los Arquetipos. En ese "Mundo", encontramos un campo de información, denominado en el argot de la física cuántica, "campo de las infinitas posibilidades", pues en ese "espacio" se dan cita el estado potencial de todas las ideas. En ese estado, la Mente fluye en su condición eterna e inalterable. Ahora bien, si la Mente se proyecta sobre ese "campo" colapsando una idea, ese estado potencial del pensamiento pasa de ser una onda a una partícula, es decir, pasa del estado etéreo al estado físico. Podemos decir, que acaba de nacer la materia.

A ese nuevo estado, lo material, si aplicamos la enseñanza que nos aporta el Curso en este apartado, diremos que no es verdadero, pues, está sujeto a las leyes que imperan en ese estado, lo temporal y el cambio. Pensar que somos autores de lo que colapsa nuestra mente procedente del Mundo de los Arquetipos, es pensar que somos los creadores de nuestro cuerpo. Pero no es así. Nuestra verdadera Autoría no adopta ropajes físicos, pues procede de la Fuente de donde hemos emanado, de Dios.

6. El milagro es señal de que la mente ha elegido dejarse guiar por mí en el servicio a Cristo. 2La abundancia de Cristo es el resultado natural de haber decidido seguirle. 3Hay que arrancar todas las raíces que están a flor de tierra porque no son lo suficientemente profundas como para prestarte apoyo. 4La ilusión de que las raí­ces superficiales pueden arraigarse más y así prestarte apoyo, es una de las distorsiones en las que se basa lo opuesto a la Regla de Oro. 5A medida que se abandonan esos falsos puntales, se experi­menta temporalmente cierta inestabilidad en el equilibrio. 6Sin embargo, no hay nada más inestable que una orientación inver­tida, 7y nada que la mantenga invertida puede conducir a una mayor estabilidad.

El símil utilizado en este punto, nos revela que nuestro comportamiento puede ser semejante a las raíces que están a flor de tierra, que carecen de profundidad para garantizar su firme arraigo, lo que garantizaría su crecimiento. Si no vivimos desde la certeza, desde la fe, el camino mostrado por la Visión de Cristo, no se producirá la corrección profunda de nuestras creencias y continuaremos sirviendo al falso autor de nuestras ilusiones. Nuestra mente no puede servir a dos amos a la vez. Mientras que nos encontremos prestando servicio a esa dualidad, lo que construyamos hoy, al carecer de sólidos cimientos, se verá destruido al día siguiente, cuando suframos la inundación de nuestras emociones.
Cuando veamos en nuestra vida la presencia del milagro, será señal inequívoca de que nuestra mente ha elegido dejarse guiar por la Esencia del Amor-Jesús. 

3 comentarios:

Capítulo 16. II. El poder de la santidad (2ª parte).

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