martes, 15 de octubre de 2024

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 289

LECCIÓN 289

El pasado ya pasó. No me puede afectar.

1. A menos que el pasado se haya borrado de mi mente, no podré contemplar el mundo real. 2Pues en ese caso no estaría contem­plando nada, sino viendo lo que no está ahí. 3¿Cómo podría entonces percibir el mundo que el perdón ofrece? 4El propósito del pasado fue precisamente ocultarlo, pues dicho mundo sólo se puede ver en el ahora. 5No tiene pasado. 6Pues, ¿a qué se le puede conceder perdón sino al pasado, el cual al ser perdonado desapa­rece?
2. Padre, no me dejes contemplar un pasado que no existe. 2Pues Tú me has ofrecido Tu Propio sustituto: un mundo presente que el pasado ha dejado intacto y libre de pecado. 3He aquí el final de la culpabilidad. 4aquí me preparo para Tu paso final. 5¿Cómo iba a exigirte que siguieses esperando hasta que Tu Hijo encontrase la belleza que Tu dispusiste fuese el final de todos sus sueños y todo su dolor?


¿Qué me enseña esta lección?

Vivir en el pasado, es vivir en una cárcel, prisionero de los barrotes de la culpabilidad, que imposibilita la libertad de elegir la Salvación.

Mientras que vivimos en la dimensión temporal del pasado, estaremos viviendo en la ilusión de lo que no existe, al tiempo, que estamos negándonos la posibilidad de decidir corregir los errores que hayamos cometido. En el pasado es imposible perdonar.

Es en el momento presente, donde la eternidad nos abre el campo de todas las posibilidades, y donde tenemos la total libertad para elegir, hacer tangible el perdón y acabar con el peso de la culpabilidad.

Vivir en el pasado es una elección que condiciona nuestro estado anímico. Los pensamientos y sentimientos que nos atan al pasado, suelen anclarnos en ese estadio temporal y sus recuerdos despiertan emociones traumáticas.
Cuando elegimos del pasado, pensamientos y sentimientos positivos, éstos pasan a formar parte, de manera inmediata, de nuestro presente. Pero no ocurre, de igual modo, cuando se produce la situación anterior.

Cada presente es un instante bendecido por Dios, pues se nos ofrece la oportunidad de ver las cosas de otra manera. El error, se corrige, si es nuestra decisión, a cada presente. Ya no tenemos excusa para convencernos de que es necesario mantener una actitud que nos lleva una y otra vez a experiencias de fracaso o desilusión.

Ese es el verdadero potencial divino del que somos portadores. Podemos crear, en cada presente, una nueva realidad.

Ejemplo-Guía: "Cuando te veo, te juzgo desde el pasado y no te veo realmente en el presente"

¿Por qué para el ego, para nuestra experiencia en el sueño, es tan importante el pasado? ¿Por qué vivimos el presente, en tiempo pasado y desaprovechamos las oportunidades que nos ofrece? Veamos lo que nos dice el Curso: 

"El ego tiene una extraña noción del tiempo, y ésa podría muy bien ser la primera de sus nociones que empiezas a poner en duda. Para el ego el pasado es importantísimo, y, en última instancia, cree que es el único aspecto del tiempo que tiene significado. Recuerda que el hincapié que el ego hace en la culpabilidad le permite asegurar su continuidad al hacer que el futuro sea igual que el pasado, eludiendo de esa manera el presente. La noción de pagar por el pasado en el futuro hace que el pasado se vuelva el factor determinante del futuro, convirtiéndolos así en un continuo sin la intervención del presente. Pues el ego considera que el presente es tan sólo una breve transición hacia el futuro, en la que lleva el pasado hasta el futuro al interpretar el presente en función del pasado" (T-13.IV.4:1-5).

"El "ahora" no significa nada para el ego. El presente tan sólo le recuerda viejas heridas, y reacciona ante él como si fuera el pasado. El ego no puede tolerar que te liberes del pasado, y aunque el pasado ya pasó, el ego trata de proteger su propia imagen reaccionando como si el pasado todavía estuviese aquí. Dicta tus reacciones hacia aquellos con los que te encuentras en el presente tomando como punto de referencia el pasado, empañando así la realidad actual de aquellos. De hecho, si sigues los dictados del ego, reaccionarás. ante tu hermano como si se tratase de otra persona, y esto sin duda te impedirá conocerlo tal como es. Y recibirás mensajes de él basados en tu propio pasado, porque, al hacer que el pasado cobre realidad en el presente, no te permitirás a ti mismo abandonarlo. De este modo, te niegas a ti mismo el mensaje de liberación que cada uno de tus hermanos te ofrece ahora" (T-13.IV.5:1-7). 

Suelo poner en práctica el vivir el tiempo presente como lo que es, es decir, una nueva oportunidad para sanar la visión "borrosa" y "turbia" que arrastramos desde el pasado. 

En las relaciones, suele ocurrir, que tenemos una opinión sobre alguien, basada en hechos pasados. Cuando lo volvemos a ver, de forma inmediata e instantánea, nuestra mente nos muestra esa opinión rancia e injusta, pues desconocemos si esa persona ha cambiado, aunque en realidad, lo que debe cambiar, para que la persona cambie, es nuestra manera de verla. 

“De las sombrías figuras del pasado es precisamente de las que te tienes que escapar. No son reales, y no pueden ejercer ningún dominio sobre ti, a menos que las lleves contigo. Pues contienen las áreas de dolor que hay en tu mente, y te incitan a atacar en el presente como represalia por un pasado que no existe. Y esta decisión es una que te acarreará dolor en el futuro. A menos que aprendas que todo el dolor que sufriste en el pasado es una ilusión, estarás optando por un futuro de ilusiones y echando a perder las múltiples oportunidades que el presente te ofrece para liberarte. El ego quiere conservar tus pesadillas e impedir que despiertes y te des cuenta de que pertenecen al pasado.

¿Cómo podrías reconocer un encuentro santo si lo percibes simplemente como un encuentro con tu pasado? Pues en ese caso no te estarías reuniendo con nadie, y el compartir la salvación, que es lo que hace que el encuentro sea santo, quedaría excluido de tu visión. El Espíritu Santo te enseña que siempre te encuentras contigo mismo, y el encuentro es santo porque tú lo eres. El ego te enseña que siempre te encuentras con tu pasado, y que debido a que tus sueños no fueron santos, el futuro tampoco puede serlo, y el presente no tiene ningún significado” (T-13.IV.6:1-11).

Termino con lo siguiente: 

"Es evidente que la percepción que el Espíritu Santo tiene del tiempo es exactamente la opuesta a la del ego. La razón de ello es igualmente clara, pues la percepción que ambos tienen del propósito del tiempo es diametralmente opuesta. Para el Espíritu Santo el propósito del tiempo es que éste finalmente se haga innecesario. El Espíritu Santo considera que la función del tiempo es temporal, al estar únicamente al servicio de Su función docente que, por definición, es temporal. Hace hincapié, por lo tanto, en el único aspecto del tiempo que se puede extender hasta el infinito, ya que el ahora es lo que más se aproxima a la eternidad en este mundo. En la realidad del "ahora", sin pasado ni futuro, es donde se puede empezar a apreciar lo que es la eternidad. Pues sólo el "ahora" está aquí, y sólo el "ahora" ofrece las oportunidades de los encuentros santos en los se puede encontrar la salvación” (T-13.IV.7:1-7).

“El ego, por otra parte, considera que la. función del tiempo es extenderse a sí mismo en lugar de extender la eternidad, pues, al igual que el Espíritu Santo, el ego considera que el objetivo del tiempo es el mismo que el suyo. El único propósito que el ego percibe en el tiempo, es que, bajo su dirección, haya continuidad entre pasado y futuro, y que el presente quede excluido a fin de que no se pueda abrir ninguna brecha en su propia continuidad. Su continuidad, por consiguiente, te mantiene en el tiempo, mientras que el Espíritu Santo quiere liberarte de él. La interpretación que el Espíritu Santo hace de los medios para alcanzar la salvación es la que tienes que aprender a aceptar, si quieres compartir Su objetivo, que no es otro que tu salvación” (T-13.IV.8:1-4).

“Tú también interpretarás la función del tiempo según interpretes tu propia función. Si aceptas que tu función en el mundo del tiempo es curar, harás hincapié únicamente en el aspecto del tiempo en el que la curación puede tener lugar. La curación no se puede llevar a cabo en el pasado. Tiene que llevarse a cabo en el presente para así liberar el futuro. Esta interpretación enlaza el futuro con el presente, y extiende el presente en vez del pasado. Mas si crees que tu función es destruir, perderás de vista al presente y te aferrarás al pasado a fin de asegurar un futuro destructivo. Y el tiempo será tal como tú lo interpretes, pues, de por sí, no es nada" (T-13.IV.9:1-7).

Reflexión: "El mundo real sólo se puede ver en el ahora"

9 comentarios:

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