sábado, 7 de septiembre de 2024

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 251

¿Qué es el pecado?

1. El pecado es demencia. 2Es lo que hace que la mente pierda su cordura y trate de que las ilusiones ocupen el lugar de la verdad. 3Y al estar loca, la mente ve ilusiones donde la verdad debería estar y donde realmente está. 4El pecado dotó al cuerpo con ojos, pues, ¿qué iban a querer contemplar los que están libres de pecado? 5¿Para qué iban a querer la vista, el sonido o el tacto? 6¿Qué iban a querer oír o intentar asir? 7¿Qué necesidad iban a tener de los sentidos? 8Usar los sentidos es no saber. 9Y la verdad sólo se compone de conocimiento y de nada más.

2. El cuerpo es el instrumento que la mente fabricó en su afán por engañarse a sí misma. 2Su propósito es luchar. 3Mas el objetivo por el que lucha puede cambiar. 4Y entonces el cuerpo lucha por otro objetivo. 5Lo que ahora persigue lo determina el objetivo que la mente ha adoptado para sustituir a la meta de engañarse a sí misma que antes tenía. 6La verdad puede ser su objetivo, tanto como las mentiras. 7Y así, los sentidos buscarán lo que da fe de la verdad.

3. El pecado es la morada de las ilusiones, las cuales representan únicamente cosas imaginarias procedentes de pensamientos fal­sos. 2Las ilusiones son la "prueba" de que lo que no es real lo es. 3El pecado "prueba" que el Hijo de Dios es malvado, que la intem­poralidad tiene que tener un final y que la vida eterna sucumbirá ante la muerte. 4Y Dios Mismo ha perdido al Hijo que ama, y de lo único que puede valerse para alcanzar Su Plenitud es la corrup­ción; la muerte ha derrotado Su Voluntad para siempre, el odio ha destruido el amor y la paz ha quedado extinta para siempre.

4. Los sueños de un loco son pavorosos y el pecado parece ser ciertamente aterrador. 2Sin embargo, lo que el pecado percibe no es más que un juego de niños. 3El Hijo de Dios puede jugar a haberse convertido en un cuerpo que es presa de la maldad y de la culpabilidad, y a que su corta vida acaba en la muerte. 4Mien­tras tanto, su Padre ha seguido derramando Su luz sobre él y amándolo con un Amor eterno que sus pretensiones no pueden alterar en absoluto.

5. ¿Hasta cuándo, Hijo de Dios, vas a seguir jugando el juego del pecado? 2¿No es hora ya de abandonar esos juegos peligrosos? 3¿Cuándo vas a estar listo para regresar a tu hogar? 4¿Hoy quizá? 5El pecado no existe. 6La creación no ha cambiado. 7¿Deseas aún seguir demorando tu regreso al Cielo? 8¿Hasta cuándo, santo Hijo de Dios, vas a seguir demorándote, hasta cuándo?


LECCIÓN 251

No necesito nada más que la verdad

1. Busqué miles de cosas y lo único que encontré fue desconsuelo. 2Ahora sólo busco una, pues en ella reside todo lo que necesito, y lo único que necesito. 3Jamás necesité nada de lo que antes bus­caba, y ni siquiera lo quería. 4No reconocía mi única necesidad. 5Pero ahora veo que solamente necesito la verdad. 6Con ella todas mis necesidades quedan satisfechas, mis ansias desaparecen, mis anhelos se hacen finalmente realidad y a los sueños les llega su fin. 7Ahora dispongo de todo cuanto podría necesitar. 8Ahora dis­pongo de todo cuanto podría querer. 9Y ahora, por fin, me encuen­tro en paz.

2. Y por esa paz, Padre nuestro, te damos gracias. 2Lo que nos negamos a nosotros mismos, Tú nos lo has restituido, y ello es lo único que en verdad queremos.


¿Qué me enseña esta lección?

El Hijo de Dios, no puede renunciar a su Esencia, a lo que, verdaderamente, Es. Puede demorar el encuentro consciente con su Padre, pero retornará a su hogar, al igual como lo hizo el “hijo pródigo” en la parábola de Jesús.

El Hijo de Dios, gozaba de la Abundancia Divina antes de decidir fabricar su propia realidad. Ese acto, propio de quien goza del Libre Albedrío para crear, le impulsó a buscar la verdad a través de la percepción de los sentidos, lo que le llevó a prestar atención a un mundo ilusorio y temporal.

La identificación con ese mundo transitorio, propició la creencia en el pecado, al sustituir, por propia iniciativa, el Amor por el miedo; la Unidad por la separación; la Abundancia por la escasez; la Dicha por el castigo; la Alegría por el sufrimiento; la Vida por la muerte; la eternidad por lo temporal; el Espíritu por el cuerpo.

Pero el pecado, al igual como el cuerpo, es una fabricación del ego; ambos, son manifestaciones propiciadas por la proyección de la mente en el mundo de las formas, interpretando esa visión como la verdad.

Desde ese instante, el Hijo de Dios, no ha cesado de buscar en el mundo físico lo que echa de menos de su verdadera patria: la felicidad, la alegría, la libertad… Pero, en la medida que aumenta sus esfuerzos por atrapar estos estados del Alma, en la misma medida, comprueba con desolación que se aleja de ellas, pues, el mundo de la ilusión no puede aportarle ni un ápice de la Verdad.

Para acceder a la Verdad, tan sólo debemos despojarnos de los ropajes del ego, de sus falsas creencias, de sus ilusiones y ceder el mando de nuestras vidas, al Espíritu que habita en nuestro interior. Orientar nuestra mente al servicio de ese Espíritu, conlleva hacer consciente la Unidad y el Amor.

Ejemplo-Guía: "¿Es esto verdad?

Recuerdo, que, al comienzo de haber emprendido el estudio del Curso, experimenté una profunda crisis de creencias. Todas mis verdades, las que hasta ese momento me habían aportado un escenario en el que me sentía con cierta seguridad, saltaron por los aires. El suelo que pisaba a partir de ese momento era poco seguro y estable. No era un novato en lo relacionado con el mundo espiritual. Llevaba años estudiando en diferentes corrientes iniciáticas, y a pesar de ello, lo que más me conmovió, fue conocer que el mundo que había percibido como realidad, no lo era. Qué ese mundo, cuya autoría otorgaba al Creador, era una fabricación del Hijo de Dios. Qué nada de lo que veía, significaba nada.

Toda una invitación para una mente buscadora e inquieta.

En el presente actual, he logrado renovar el archivo donde deposito mis verdades. Ahora, me relaciono de una manera amistosa con esos nuevos conceptos. Al estudiar la lección de hoy, he comprendido que es importante cuestionar lo que es verdad de lo que no lo es. Las enseñanzas del Curso nos lo ponen claro desde el principio. El mundo que percibimos y que hemos creído real, no lo es.

Si no tenemos la certeza de dicha afirmación, si en nuestro sistema de creencia, aún podemos encontrar algún resquicio que haga real este mundo, entonces entraremos en conflicto interno, situación ésta muy incómoda. 

He elegido este ejemplo como guía, pues he podido visualizar cada situación como una oportunidad que nos brinda la posibilidad de elegir poner en duda nuestras creencias, nuestras firmes verdades.  Imaginemos que vas conduciendo y que, al llegar a un stop, un coche te golpea en la parte trasera de tu vehículo. Si hacemos realidad la experiencia, todos tus resortes emocionales se dispararán y responderás de forma exaltada. El resultado de la experiencia suele acabar con una profunda sensación de disgusto y tristeza. Pero, tienes a tu alcance una opción diferente. Si eliges no hacer real la experiencia; si trasciende la propia experiencia y te dices que todo es una ilusión fabricada por tu mente, entonces te sitúas en una nueva dimensión, en la que puedes elegir no sufrir, no trasladar la emoción (ojo no por represión) al nivel del dolor.

A veces he defendido la creencia que la verdad no es una, sino que existen tantas verdades como mentes. Pero hoy pienso que estaba equivocado. Que esa visión era válida cuando interpretaba el mundo desde la visión del ego. La Verdad tan solo es una y la condición que la caracteriza, es que tiene la propiedad de no cambiar. Este significado queda recogido en uno de los significados que se detalla en el Diccionario para el concepto verdad.

Me gustaría compartir con vosotros, las reflexiones que recogí en un artículo que se encuentra publicado en mi Blog "Aprendiendo Un Curso de Milagros" y que titulé "¿Es el mundo físico real?".

Os dejo el enlace:

http://aprendiendouncursodemilagros.blogspot.com.es/2015/02/es-el-mundo-fisico-real.html

Reflexión: ¿Cuál es la Verdad?

6 comentarios:

Capítulo 16. II. El poder de la santidad (2ª parte).

II. El poder de la santidad (2ª parte). 4.  Has obrado milagros, pero es muy evidente que no los has obrado solo.  2 Cada vez que te extendi...