I. Las creencias irreconciliables (6ª parte).
11. ¿Cómo iba a ser posible que el santuario de Dios se volviese contra sí mismo y tratase de subyugar al que allí mora? 2Piensa en lo que ocurre cuando la morada de Dios se percibe a sí misma como dividida: 3el altar desaparece, la luz se vuelve tenue y el templo del Santísimo se convierte en la morada del pecado. 4Y todo se olvida, salvo las ilusiones. 5Las ilusiones pueden estar en conflicto porque sus formas son diferentes. 6Y batallan únicamente para establecer qué forma es real.
Si analizamos todo el proceso de creación a nivel humano, desde que el esperma masculino se une al óvulo femenino formando un embrión, cuyo crecimiento con el paso de los meses lo convertirá en una réplica potencial de sus progenitores. Esa criatura tiene en común con la Divinidad que posee los mismos atributos creadores que su hacedor. Además de este aspecto, también encuentro otros detalles que comparten en común; es más, diría que el proceso creativo a nivel humano escenifica fielmente el proceso creativo de la Divinidad y la trayectoria tomada por el resultado de dicha obra, en el caso del hombre, la criatura naciente, y en el caso de la Divinidad, el Hijo de Dios.
Ya hemos hablado del punto en común que ambos procesos comparten a la hora de analizar el estado de gestación. En ambos procesos, la criatura pasa por una fase en la que "su creador" le dispensa todo lo que necesita para su crecimiento. En el caso del proceso creativo humano, la criatura no tiene consciencia individualizada, es decir, es totalmente inconsciente de lo que le rodea. La cuestión es: ¿El Hijo de Dios en esa etapa paradisiaca era también totalmente inconsciente? ¿Tenía conciencia individualizada? Por las enseñanzas recibidas en los textos sagrados, todo parece indicar que no la tenía. Se adquiere tras el proceso de la transgresión, es decir, tras haber comido del fruto del árbol del bien y del mal. Al descubrir su desnudez, sintieron vergüenza y se cubrieron con la hoja de una parra. A partir de ese momento se desencadena todo lo relativo a la expulsión y al castigo de tener que ganarse el pan con el sudor de su frente.
Rica simbología para explicar lo mismo que ocurre con el nacimiento de la criatura a nivel humano. Una vez que se produce la primera toma de consciencia con el plano físico, se produce el llanto que abre sus pulmones a la vida en un nivel más denso. Ya el alimento no se produce a nivel interno, sino que se requiere un esfuerzo para conseguirlo de los pechos de la madre.
Sí, estamos de acuerdo en que este episodio forma parte de la ilusión que la mente ha fabricado con el objeto de adquirir una identidad acorde al nivel vibratorio en el que ha prestado su atención hasta el punto de hacerlo real para su mente errada.
El hecho de que las enseñanzas de UCDM en este apartado nos hagan referencia a la acción de recordar para volver a conectar con la verdad olvidada, nos sugiere que un nuevo episodio, el protagonizado por el "hijo pródigo", nos muestra una posible ayuda para comprender que, si bien el Hijo de Dios pudo ser inconsciente de su propia condición divina, sus errores mentales basados en el deseo de ser especial, una vez agotada la energía propiciada por dicho deseo, lo hagan recordar su linaje y le inspiren la voluntad de volver sobre sus pasos y retornar a los brazos de su padre, que lo recibirá con alegría y profunda satisfacción.
12. Las ilusiones encuentran ilusiones; la verdad se encuentra a sí misma. 2El encuentro de las ilusiones conduce a la guerra. 3Mas la paz se extiende a sí misma al contemplarse a sí misma. 4La guerra es la condición en la que el miedo nace, crece e intenta dominarlo todo. 5La paz es el estado donde mora el amor y donde busca compartirse a sí mismo. 6La paz y el conflicto son opuestos. 7Allí donde uno mora, el otro no puede estar; donde uno de ellos va, el otro desaparece. 8Así es como el recuerdo de Dios queda nublado en las mentes que se han convertido en el campo de batalla de las ilusiones. 9Mas Su recuerdo brilla muy por encima de esta guerra insensata listo para ser recordado cuando te pongas de parte de la paz.
La etapa paradisiaca de la que gozaban Adán y Eva nos evoca ese estado de Plenitud y Abundancia, o dicho de otro modo, no conocían la necesidad ni se sentían tentados por el deseo.
La Biblia en la narración del Génesis, en el episodio de la tentación llevada a cabo por la serpiente -encarnación del diablo- nos narra cómo Eva fue tentada a comer del árbol del bien y del mal con la promesa de satisfacer el deseo de ser como Dios. En esa argucia se ocultaba la verdadera razón de la tentación, el despertar la conciencia al ardor del deseo de ser especial.
Podemos decir que el deseo de ser especial fue la causa del despertar de la individualidad y de la separación o pensamiento dual. Al ceder el poder de nuestra voluntad y ponerlo al servicio del deseo, estamos "creando" una realidad paralela que, al carecer de la esencia que da cohesión a todo y la hace eterna, el amor, se constituyó como una realidad ilusoria con capacidad para multiplicarse y autodestruirse, pues la fuerza que la mueve es la de repulsión.
En cambio, cuando la mente responde a la rectitud, se restablece el verdadero orden cimentado por los sólidos e inquebrantables pilares del amor y todo cuanto creamos es portador de paz y plenitud. El amor es la fuente de la fuerza de atracción y tiene el poder de expandirse eternamente.
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