XI.
1. No temas reconocer que la idea del sacrificio no es sino tu propia invención, 2ni trates de protegerte a ti mismo buscando seguridad donde no la hay. 3Tus hermanos y tu Padre se han vuelto muy temibles para ti. 4Y estás dispuesto a regatear con ellos por unas cuantas relaciones especiales, en las que crees ver ciertos vestigios de seguridad. 5No sigas tratando de mantener tus pensamientos separados del Pensamiento que se te ha dado. 6Cuando aquellos se ponen al lado de Éste y se perciben allí donde realmente se encuentran, elegir entre ellos no es más que un dulce despertar, tan simple como abrir los ojos a la luz del día cuando ya no tienes más sueño.
2. El símbolo de
Estoy convencido, de que en este mundo, no hemos experimentado el Amor Incondicional, el Amor de Cristo, pues, si lo hubiésemos hecho, si lo hubiésemos sentido un solo instante, todas nuestras dudas desaparecerían, todos nuestros miedos dejarían de tener poder en nuestra mente. Dejaríamos de atacarnos y de atacar; dejaríamos de sacrificarnos y exigir sacrificios; dejaríamos de sentirnos culpables y de juzgar condenatoriamente a los demás.
Tal vez, nuestra percepción este cambiando y, ahora, miramos con ojos nuevos, lo que nos permite ver de una manera diferente a cómo veíamos antes al mundo. Sabemos que no somos un cuerpo, que nuestra realidad verdadera, nuestra identidad real, es el Espíritu. Esa Visión nos aproxima a las puertas del Cielo y, es posible, que ya no percibamos nuestros miedos. Esa es la hora, en la que estaremos preparados para gozar de la Gracia con la que Dios nos creó. Sí, ahora, estamos preparados para experimentar la fuerza del Amor, por que hemos fundido nuestra Mente con la Mente de Dios y de la Filiación.
3. Esta Navidad entrégale al Espíritu Santo todo lo que te hiere. 2Permítete a ti mismo ser sanado completamente para que puedas unirte a Él en la curación, y celebremos juntos nuestra liberación liberando a todo el mundo junto con nosotros. 3Inclúyelo todo, pues la liberación es total, y cuando la hayas aceptado junto conmigo la darás junto conmigo 4Todo dolor, sacrificio o pequeñez desaparecerá de nuestra relación, que es tan pura como la relación que tenemos con nuestro Padre, y tan poderosa. 5Todo dolor que se traiga ante nuestra presencia desaparecerá, y sin dolor no puede haber sacrificio. 6Y allí donde no hay sacrificio, allí está el amor.
Hacer del presente, del instante, nuestra Navidad, significa ser consciente de lo que realmente somos y entregarle al Espíritu Santo nuestro deseo de Expiar los errores que nos han mantenido prisioneros de la falsa creencia en la separación. La sanación de nuestra mente, nos unirá a la frecuencia de donde emana la Curación, y nos permitirá compartir con los demás las claves que nos abrirá las puertas de la salvación.
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