PRINCIPIO 43
Los milagros
surgen de un estado mental milagroso, o de un estado de estar listo para ellos.
¿Qué nos quiere decir este Principio? ¿Cuál es el estado
mental milagroso? ¿Cuándo sabremos que estamos listos para ser un obrador de
milagros?
Ya hemos visto a lo largo del estudio que estamos
desarrollando sobre los Principios de Un Curso de Milagros, que el Hijo de
Dios, antes de adquirir la falsa creencia en la separación, gozaba de un estado
mental en el que no se necesitaba nada (jardín del Edén).
Hemos visto, como la identificación con esa falsa creencia,
con la ilusión, es una elección. No tenemos por qué continuar creyendo
lo que no es verdad, a no ser que así lo elijamos. Todo ello puede literalmente desaparecer
en un abrir y cerrar de ojos porque no es más que una percepción falsa.
El Curso nos enseña que, "los
milagros son expresiones de una orientación milagrosa, y una orientación
milagrosa no es otra cosa que una mentalidad recta. Los que poseen una
mentalidad recta no exaltan ni menosprecian la mente del que obra milagros ni
la del que los recibe. En cuanto que medio de corrección, sin embargo, el
milagro no tiene que esperar a que el que los ha de recibir goce de una
mentalidad recta. De hecho, su propósito es restituirle su mente recta. Es esencial,
no obstante, que el obrador de milagros esté en su mente recta, aunque sea
brevemente, o, de lo contrario, será incapaz de re-establecer la mentalidad
recta en otros" (T-2.V.3:1-5).
No obstante, "no se debe confundir a la mente que goza de conocimiento con la mentalidad recta, ya que sólo esta última está vinculada a la percepción verdadera. Puedes tener una mentalidad recta o una mentalidad errada, y aun esto es cuestión de grados, lo cual demuestra claramente que ninguna de ellas tiene nada que ver con el conocimiento. El término "mentalidad recta" se debe entender como aquello que corrige la "mentalidad errada", y se refiere al estado mental que induce a una percepción fidedigna. Es un estado de mentalidad milagrosa porque sana la percepción errónea, lo cual es ciertamente un milagro en vista de como te percibes a ti mismo" (T-3.IV.4:1-4).
"La percepción siempre entraña
algún uso inadecuado de la mente, puesto que la lleva a áreas de incertidumbre.
La mente es muy activa. Cuando elige estar separada, elige percibir. Hasta ese
momento su voluntad es únicamente gozar de conocimiento. Una vez que ha elegido
percibir, no puede sino elegir ambiguamente, y la única forma de escaparse de
la ambigüedad es mediante una percepción clara. La mente retorna a su
verdadera función únicamente cuando su voluntad es gozar de conocimiento. Esto
la pone al servicio del espíritu, donde la percepción cambia" (T-3.IV.5:1-7).
Muchos, comparten la pregunta, ¿por qué Dios no evita el “pensamiento
erróneo” que conduce al sufrimiento? Esta creencia, al no verse satisfecha, al
no encontrar la respuesta deseada, desemboca en la negación de la verdadera
realidad, en la negación de Dios.
El curso nos indica sobre esta cuestión, lo siguiente: “Si me
interpusiese entre tus pensamientos y sus resultados, estaría interfiriendo en
la ley básica de causa y efecto: la ley más fundamental que existe. De nada te
serviría el que yo menospreciase el poder de tu pensamiento. Es mucho más
eficaz que te recuerde que no ejerces suficiente vigilancia con respecto a tus
pensamientos" (T-2.VII.1:4-7).
"No estás
acostumbrado a pensar con una mentalidad milagrosa, pero se te puede enseñar a
pensar de esa manera. Todos los obradores de milagros necesitan este tipo de
instrucción" (T-2.VII.1:9).
Y en esa estamos. Aprendiendo a
pensar con una mentalidad recta, con una mentalidad milagrosa. ¿Cómo?
No dejando de vigilar nuestra
mente. "Obrar milagros requiere el que uno se dé cuenta plenamente del poder de
los pensamientos a fin de evitar las creaciones falsas. De lo contrario, sería
necesario un milagro que rectificase a la mente misma, proceso circular éste
que no propiciaría el colapso del tiempo que es para lo que el milagro se
concibió. El obrador de milagros debe poseer un genuino respeto por la
verdadera ley de causa y efecto como condición previa para que se produzca el
milagro" (T-2.VII.2:2-4).
"Tanto el milagro como el miedo
proceden de pensamientos. Si no somos libres de elegir uno, tampoco seremos
libres de elegir el otro. Al elegir el milagro, rechazamos el miedo aunque sólo
sea temporalmente" (T-2.VII.3:1-3).
"Crees que no puedes controlar el miedo porque tú mismo lo inventaste, y tu creencia en él parece ponerlo fuera de tu control. Sin embargo, todo intento de resolver el error tratando de dominar el miedo es inútil. De hecho, eso no hace más que corroborar su poder, al asumir que necesita ser dominado. La verdadera solución descansa enteramente en alcanzar el dominio por medio del amor" (T-2.VII.4:1-4).
Un Curso de Milagros nos dice a
este respecto:
“La nada y el todo no pueden coexistir. Creer en uno es negar el otro. El
miedo no es nada realmente y el amor lo es todo. Siempre que la luz irrumpe en
la oscuridad, la oscuridad desaparece. Lo que tú crees, es cierto para ti. En
este sentido la separación ha ocurrido, y negarlo sería utilizar
incorrectamente la negación. Concentrarse en el error, no obstante, no es más
que otro error. El procedimiento correctivo inicial consiste en reconocer
temporalmente que hay un problema, mas sólo como señal de que tiene que ser
corregido de inmediato. Esto da lugar a un estado mental en el que la Expiación puede ser
aceptada sin demora” (T.2.VII.5:1-9).
Por último, me gustaría recoger el
significado que aporta el Curso al referirse al estado de “estar listo”:
“Estar listo es sólo el prerrequisito para que se pueda lograr algo. No
se debe confundir una cosa con la otra. Tan pronto como se da la condición de
estar listo, también se da, en cierta medida, el deseo de querer lograr algo,
si bien éste no es necesariamente un deseo indiviso. Dicha condición de estar
listo no es más que el potencial para que pueda tener lugar un cambio de
mentalidad. La confianza no puede desarrollarse plenamente hasta que no se haya
alcanzado un dominio total. Hemos tratado ya de corregir el error fundamental
de que es posible dominar el miedo, y hemos enfatizado que el verdadero dominio
sólo se puede alcanzar por medio del amor. Estar listo es sólo el comienzo de
la confianza. Tal vez pienses que esto implica que tiene que transcurrir mucho
tiempo entre el momento en que estás listo y aquel en el que alcanzas el
dominio, pero permíteme recordarte que el tiempo y el espacio están bajo mi
control” (T.2.VII.7:2-9).
Por lo visto es sòlo teorìa, puedes tener la pequeña dosis de voluntad en pedir al espiritu santo que te acompañe a ver el mundo de forma diferente, y èste no hace nada, de tal forma que probablemente el espìritu tambien sea una ilusiòn màs.
ResponderEliminarAcaso ustedes son concientes de sus pensamientos siempre? pueden ustedes influir en lo que sueñan?, los pensamientos surgen de la nada y no somos conscientes en muchos casos de donde vienen, de tal forma que ya esto es un despropòsito, hay una sola mente que sueña y esa mente tiene el poder de crear el universo fisico, cosa que la mente de ustedes no es capaza de ello, independientemente que sientan que ella sigue unida por tanto lo que hagan o dejen de hacer o elegir da igual, esa mente es la que en todo caso puede eliminar el universo de una vez y despertar.
ResponderEliminarSegún mi observación, estamos conectados a una sola mente que nos controla siempre que estemos dormidos y no seamos conciente de ello.
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