VI. La luz de la relación santa (5ª parte).
13. Sólo los que son diferentes pueden atacar. 2Y de ahí deduces que porque puedes atacar, debes ser diferente de tu hermano. 3Sin embargo, el Espíritu Santo explica esto de otra manera. 4No puedes atacar precisamente porque no eres diferente de tu hermano. 5Cualquiera de esas dos posturas es una conclusión lógica. 6Cualquiera de ellas puede ser aceptada, pero no ambas. 7La única pregunta que necesita contestarse a fin de decidir cuál de las dos es verdad, es si en realidad tú eres diferente de tu hermano. 8Desde el punto de vista de lo que entiendes parece que lo eres, y, por lo tanto, que puedes atacar. 9De ambas alternativas, ésta parece la más natural y la más afín a tu experiencia. 10Por eso es necesario que tengas otras experiencias, más afines a la verdad, para enseñarte lo que en realidad es natural y verdadero.
Los investigadores del comportamiento del cerebro nos aportan información que nos puede ayudar a encontrar una respuesta a esta cuestión.
Mientras que la mente se relaciona con los pensamientos, el cuerpo se relaciona con los sentimientos y emociones. En el sistema del ego, el cuerpo es el dueño y la mente su servidora. La razón de ello radica en que las experiencias vividas por el cuerpo producen sentimientos y emociones que el cerebro graba en forma de memoria. La repetición de esas experiencias corporales fortalece los sentimientos y emociones, los cuales potencian la parte del cerebro donde se produce la grabación en la memoria, convirtiéndose en el recuerdo. De este modo, cada vez que afrontamos una experiencia similar, el cerebro activa el recuerdo de los sentimientos vividos en el pasado y, de manera automática, responde ante ello de la misma forma en la que lo hicimos en la primera experiencia. Llega un momento en que, cuando estamos repitiendo vivencias (cosa bastante común), lo que estamos haciendo es recrear el pasado, es decir, vivimos el presente en términos de pasado y en nuestra vida todo se repite una y otra vez.
Ante un cerebro programado por las experiencias del cuerpo, la mente tiene poco que hacer, es decir, la función creadora de la mente está imposibilitada de ejercer su función cuando el cerebro está totalmente supeditado al cuerpo.
Si creemos que somos un cuerpo y vemos a nuestros hermanos como una amenaza para nuestra seguridad personal, lo que estamos haciendo es transmitir al cerebro el mensaje de nuestros sentimientos de miedo como consecuencia de nuestra relación individual. Pensaremos y sentiremos que el otro es una fuente de peligro para nuestra integridad. Lo que sigue, todos lo conocemos.
"Será necesario tener otras experiencias más afines a la verdad", nos dice Jesús en este punto. Esas experiencias nuevas deben reinvertir los papeles del cerebro y del cuerpo. La mente recta, la razón, debe gobernar el cerebro y deshacer los viejos sentimientos y emociones basadas en el miedo, y en su lugar, depositar la gracia del amor. De este modo, la relación especial se convertirá en santa y los efectos de ello serán la expansión del amor y de la paz en el mundo.
14. Esa es la función de tu relación santa. 2Pues lo que uno de vosotros piense, el otro lo experimentará con él. 3¿Qué puede querer decir esto, sino que tu mente y la mente de tu hermano son una? 4No veas con temor este feliz hecho ni pienses que con ello se te impone una pesada carga. 5Pues cuando lo hayas aceptado de buen grado, te darás cuenta de que vuestra relación es un reflejo de la unión que existe entre el Creador y Su Hijo. 6Entre las mentes amorosas no hay separación. 7Y cada pensamiento que una de ellas tiene le brinda felicidad a la otra porque es la misma mente. 8La dicha es ilimitada porque cada pensamiento de amor radiante extiende su ser y crea más de sí mismo. 9En él no tienen cabida las diferencias, pues todo pensamiento es como él mismo.
Al cambiar las funciones directoras del cuerpo en el cerebro-mente, lo que estaremos haciendo es percibir correctamente la realidad. El cuerpo es neutral y la mente es la que es portadora del poder de crear. En el mundo de la ilusión que percibimos actualmente, cuando este cambio de funciones sea una realidad, el cuerpo gozará de mayor armonía y salud, pues será la expresión de los mandatos que recibe de la fuente, de la mente, donde la visión de la unidad hará que todo goce de la vibración armónica de la paz.
El Hijo de Dios será consciente de su poder creador y lo utilizará para establecer relaciones santas y para dirigir la vida bajo la guía del Espíritu Santo y de la visión Crística.
15. La luz que os une brilla a través del universo, y puesto que os une, hace que seáis uno con vuestro Creador. 2Y en Él converge toda la creación. 3¿Lamentarías no poder sentir miedo solo, cuando tu relación te puede enseñar que el poder del amor reside en ella, haciendo así que el miedo sea imposible? 4No intentes conservar un poco del ego junto con este regalo. 5Pues se te dio para que lo usaras, no para que lo ocultases. 6Aquello que te enseña que no os podéis separar niega al ego. 7Deja que la verdad decida si tú y tu hermano sois diferentes o iguales, y que te enseñe cuál de estas dos posibilidades es verdad.
Soy consciente del infinito campo de posibilidades donde mi mente puede colapsar una opción u otra. Soy consciente de la importancia de saber elegir bajo la supervisión de la Mente Recta, del Espíritu Santo.
Jesús, sensible a todas estas cuestiones, nos ayuda en este instante crucial y nos dice: "Deja que la verdad decida si tú y tu hermano sois diferentes o iguales, y que te enseñe cuál de estas dos posibilidades es verdad".
Si vemos diferencias, las consecuencias ya las conocemos; el miedo gobernará nuestras vidas y seremos infelices.
Si vemos igualdad, las consecuencias ya las conocemos: el amor se expandirá en nuestras vidas y compartiremos la felicidad eterna.
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