III. La razón y las distintas formas del error (3ª parte).
5. La razón te diría que no es la forma que adopta el error lo que hace que éste sea una equivocación. 2Si lo que la forma oculta es un error, la forma no puede impedir su corrección. 3Los ojos del cuerpo ven únicamente formas. 4No pueden ver más allá de aquello para cuya contemplación fueron fabricados. 5Y fueron fabricados para fijarse en los errores y no ver más allá de ellos. 6Su percepción es ciertamente extraña, pues sólo pueden ver ilusiones, al no poder ver más allá del bloque de granito del pecado y al detenerse ante la forma externa de lo que no es nada. 7Para esta forma distorsionada de visión, el exterior de todas las cosas, el muro que se interpone entre la verdad y tú, es absolutamente real. 8Mas ¿cómo va a poder ver correctamente una visión que se detiene ante lo que no es nada como si de un sólido muro se tratase? 9Está restringida por la forma, habiendo sido concebida para garantizar que no perciba nada, excepto la forma.
Los postulados más recientes descubiertos por la física cuántica nos define la realidad desde un punto de vista muy distinto a como se creía hace poco por la ciencia oficial. Os comparto algunas consideraciones relativas a las investigaciones de la física cuántica respecto al concepto de realidad:
La realidad es un conjunto de probabilidades.
Una de las verdades más fascinantes que la física cuántica ha descubierto es que la realidad no es un conjunto de hechos fijos e inmutables, sino más bien un conjunto de probabilidades. En el nivel cuántico, los objetos no tienen una ubicación fija en el espacio hasta que se miden. En cambio, la realidad es una colección de posibilidades que se despliegan en el tiempo. Solo cuando medimos la realidad, la probabilidad colapsa en un resultado fijo.
6. Esos ojos, hechos para no ver, jamás podrán ver. 2Pues la idea que representan nunca se separó de su hacedor, y es su hacedor el que ve a través de ellos. 3¿Qué otro objetivo tenía su hacedor, salvo el de no ver? 4Para tal fin, los ojos del cuerpo son los medios perfectos, pero no para ver. 5Advierte cómo los ojos del cuerpo se posan en lo exterior sin poder ir más allá de ello. 6Observa cómo se detienen ante lo que no es nada, incapaces de comprender el significado que se encuentra más allá de la forma. 7Nada es tan cegador como la percepción de la forma. 8Pues ver la forma significa que el entendimiento ha quedado velado.
Si aceptamos que el origen de la partícula es la energía, la onda, al ser observada, al ser medida por el pensamiento, tendremos que admitir que lo esencial no es la forma, sino el poder que utiliza la energía para crear. Ese poder se encuentra en la mente, la cual compartimos con nuestro creador y con Su creación.
Los ojos físicos no son los que perciben la energía en estado emanativo, en estado potencial. Tan solo perciben su propia condición formal. Hasta hace poco, la ciencia ha defendido la creencia en que la realidad estaba formada por partículas. Hoy, esta teoría se ha quedado obsoleta y la realidad se concibe como un 99% de onda y un 1% de partícula.
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