lunes, 7 de agosto de 2023

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 219

SEXTO REPASO

Introducción

1. Para este repaso utilizaremos sólo una idea por día y la practi­caremos tan a menudo cómo podamos. 2Además del tiempo que le dediques mañana y noche, que no debería ser menos de quince minutos, y de los recordatorios que han de llevarse a cabo, cada hora durante el transcurso del día, usa la idea tan frecuentemente como puedas entre las sesiones de práctica. 3Cada una de estas ideas por sí sola podría salvarte si verdaderamente la aprendie­ses. 4Cada una de ellas sería suficiente para liberaros a ti y al mundo de cualquier clase de cautiverio, e invitar de nuevo el recuerdo de Dios.

2. Con esto en mente, demos comienzo a nuestras prácticas, en las que repasaremos detenidamente los pensamientos con los que el Espíritu Santo nos ha bendecido en nuestras últimas veinte leccio­nes. 2Cada uno de ellos encierra dentro de sí el programa de estu­dios en su totalidad si se entiende, se practica, se acepta y se aplica a todo cuanto parece acontecer a lo largo del día. 3Uno solo basta. 4Mas no se debe excluir nada de ese pensamiento. 5Necesitamos, por lo tanto, usarlos todos y dejar que se vuelvan uno solo, ya que cada uno de ellos contribuye a la suma total de lo que queremos aprender.

3. Al igual que nuestro último repaso, estas sesiones de práctica giran alrededor de un tema central con el que comenzamos y concluimos cada lección. 2El tema para el presente repaso es el siguiente:    

3No soy un cuerpo. 4Soy libre.
5Pues aún soy tal como Dios me creó.

6El día comienza y concluye con esto. 7Y lo repetiremos asimismo cada vez que el reloj marque la hora, o siempre que nos acorde­mos, entre una hora y otra, que tenemos una función que trans­ciende el mundo que vemos. 8Aparte de esto y de la repetición del pensamiento que nos corresponda practicar cada día, no se requiere ningún otro tipo de ejercicio, excepto un profundo aban­dono de todo aquello que abarrota la mente y la hace sorda a la razón, a la cordura y a la simple verdad.

4. Lo que nos proponemos en este repaso es ir más allá de todas las palabras y de las diferentes maneras de practicar. 2Pues lo que estamos intentando esta vez es ir más de prisa por una senda más corta que nos conduce a la serenidad y a la paz de Dios. 3Sencilla­mente cerramos los ojos y nos olvidamos de todo lo que jamás habíamos creído saber y entender. 4Pues así es como nos libera­mos de todo lo que ni sabíamos ni pudimos entender.

5. Hay una sola excepción a esta falta de estructura. 2No dejes pasar un solo pensamiento trivial sin confrontarlo. 3Si adviertes alguno, niega su dominio sobre ti y apresúrate a asegurarle a tu mente que no es eso lo que quiere. 4Luego descarta tranquila­mente el pensamiento que negaste y de inmediato y sin titubear sustitúyelo por la idea con la que estés practicando ese día.
6. Cuando la tentación te asedie, apresúrate a proclamar que ya no eres su presa, diciendo:

2No quiero este pensamiento. 3El que quiero es ________ .

4Y entonces repite la idea del día y deja que ocupe el lugar de lo que habías pensado. 5Además de estas aplicaciones especiales de la idea diaria, sólo añadiremos unas cuantas expresiones formales o pensamientos específicos para que te ayuden con tu práctica. 6Por lo demás, le entregamos estos momentos de quietud al Maes­tro que nos enseña en silencio, nos habla de paz e imparte a nues­tros pensamientos todo el significado que jamás puedan tener.

7. A Él le ofrezco este repaso por ti. 2Te pongo en Sus manos, y dejo que Él te enseñe qué hacer, qué decir y qué pensar cada vez que recurres a Él. 3Él estará a tu disposición siempre que acudas a Él en busca de ayuda. 4Ofrezcámosle este repaso que ahora comenzamos, y no nos olvidemos de Quién es al que se le ha entregado, según practicamos día tras día, avanzando hacia el objetivo que Él fijó para nosotros, dejando que nos enseñe cómo proceder y confiando plenamente en Él para que nos indique la forma en que cada sesión de práctica puede convertirse en un amoroso regalo de libertad para el mundo.


LECCIÓN 219

No soy un cuerpo. Soy libre.
Pues aún soy tal como Dios me creó.

1. (199) No soy un cuerpo. 2Soy libre.

3Soy el Hijo de Dios. 4Aquiétate mente mía, y piensa en esto por un, momento. 5Luego regresa a la tierra, sin confusión alguna acerca de quién es aquel a quien mi Padre ama eter­namente como Su Hijo.

4No soy un cuerpo. 5Soy libre. 6Pues aún soy tal como Dios me creó.


¿Qué me enseña esta lección?


La mente, no puede servir a dos amos a la vez. O bien sirve al cuerpo, o bien, sirve al Espíritu.

La identificación con el cuerpo, forma parte de un error original, fruto de la creencia en la separación, en el pecado y en la culpa.

No obstante, el cuerpo puede ser útil a la mente entregada al Espíritu Santo, pues al quedar libre del error, el cuerpo sirve a la función encomendada por Dios a su Hijo, el perdón.

Podemos ser libres, aun permaneciendo en el cuerpo, pues el cuerpo sirve a la mente.

Cuando el cuerpo se libera de la prisión del “pecado”, su capacidad para la comunicación le atribuye un papel importante pues, gracias a ella, podremos convertirnos en ejemplos vivientes para que nuestros hermanos puedan tener una visión real de la verdad.

Reflexión: ¿A quién sirve tu mente? ¿Cuando sirve al cuerpo, gozas de la verdadera felicidad? ¿Cuando sirve al Espíritu, qué sientes?

5 comentarios:

  1. Hola Juan Jose, un saludo desde Colombia, vengo leyéndote desde hace meses, cuando tratando de estudiar Un curso de milagros un día encontré tu blog y desde allí te leo casi todos días, muchas gracias por tu dedicación, tu comentarios, tu buen animo para compartir tu visión sobre el curso, espero siempre estés mejor y un caluroso saludo desde el trópico : ) Feliz día!!

    ResponderEliminar
  2. Hola, hace un año q estoy estudiando UCDM. Tu me acompañas todas las mañanas en este intento de despertar.las imágenes son muy elocuentes. Un instante santo para ti. Gracias!
    Maria Ines desde Uruguay

    ResponderEliminar
  3. Cuando mi mente sirve al espíritu recuerdo que Dios tiene un plan perfecto para mí que es mi felicidad, cuando me identificó con el cuerpo me siento separada. Un Curso de Milagros y sus enseñanzas me ayudan a permanecer en la mente recta en los pensamientos de Dios aún cuando a veces me quedo dormida y regreso a las percepciones erradas yo me aplaudo porque ya estoy más consciente aún cuando reconocerlo también hace parte de mi ego amoroso.
    La lección de hoy nos invita a repetir cada hora, *no soy un cuerpo soy libre* para mi poder reconocer que no soy este cuerpo que realmente soy espíritu y que es en mi mente donde se encuentra la diferencia y es la mente la que puede ayudarme a salir de la percepción del cuerpo físico ha sido la sanación a toda razón de sufrimiento.
    El cuerpo fabricado por el Hijo de Dios no es la fuente del “pecado”, ni tan siquiera del “error”, pues el cuerpo no tiene la propiedad de crear. Debemos dirigir nuestra atención a la mente para encontrar la verdadera y única causa que nos hace ver lo que vemos.

    Al estar nuestra mente identificada con el error, debemos pedir al Espíritu Santo que nos ayude ofreciéndonos la “expiación” de nuestros errores.

    Una vez libre de esos errores, percibiremos al cuerpo de forma diferente. Lo utilizaremos como vehículo de comunicación y de este modo podremos expresar nuestros atributos con el fin de colaborar en el Plan de Salvación de Dios. 🙏 🙏 GRACIAS JUAN JOSÉ ERES MI GRAN MENTOR DE UN CURSO DE MILAGROS. BENDICIONES PARA TI DESDE VENEZUELA 🇻🇪 TE ABRAZO DE CORAZÓN A CORAZÓN 💕

    ResponderEliminar
  4. El Espíritu sirve a la Paz....el Cuerpo al "Mundo"

    ResponderEliminar

Capítulo 7. III. La realidad del Reino.

III. La realidad del Reino. 1. El Espíritu Santo enseña sólo una lección, y la aplica a todo el mundo y en toda circunstancia. 2 Dado que ...