viernes, 12 de diciembre de 2025

Capítulo 25. II. El que te salva de las tinieblas (4ª parte).

II. El que te salva de las tinieblas (4ª parte).

4. En el pasado siempre fracasó. 2Alégrate de que haya desapare­cido de tu mente y de que ya no nuble lo que se encuentra allí. 3No confundas la forma con el contenido, pues la forma no es más que un medio para el contenido. 4Y el marco no es sino un medio para sostener el cuadro de manera que éste se pueda ver. 5Pero el marco que oculta al cuadro no sirve para nada. 6No puede ser un marco si eso es lo que ves. 7Sin el cuadro, el marco no tiene sen­tido, 8pues el propósito de éste es realzar el cuadro, no a sí mismo.

En este punto, Jesús utiliza la metáfora del marco y el cuadro para hablar sobre la diferencia entre la forma (lo externo, lo visible) y el contenido (lo esencial, lo interno). Esta misma idea se encuentra desarrollada en el texto principal de Un Curso de Milagros en el Capítulo 17, Sección IV: “Los dos cuadros”.

Veamos qué nos aporta un análisis del pasaje:

  • El texto nos invita a no confundir la forma (el marco) con el contenido (el cuadro). La forma es solo un medio para mostrar el contenido, pero si nos enfocamos solo en la forma, perdemos de vista lo esencial.
  • Por otro lado, el marco sin el cuadro no tiene sentido. Si solo ves el marco y no el cuadro, te pierdes la verdadera belleza y significado. En la vida, esto significa que lo externo (apariencias, circunstancias, cuerpos) solo tiene sentido si sirve para mostrar lo interno (amor, paz, esencia).
  • Con referencia al pasado, nos dice que “siempre fracasó”; es como un marco vacío. Al soltarlo y dejar de enfocarte en lo externo, podemos ver el contenido verdadero de nuestra vida y de los demás.

¿Cómo podemos ver el contenido más allá de la forma?

Piensa en una situación o persona que te cause conflicto o juicio: Observa si te estás enfocando solo en lo externo (lo que hizo, cómo se ve, lo que pasó).

Haz una pausa y pregúntate:

· ¿Estoy viendo solo el “marco” (la forma, lo superficial)?

· ¿Cuál es el “cuadro” (el contenido, lo esencial) que podría ver aquí?

Intenta ver más allá de la apariencia: Imagina que puedes mirar a través del marco y ver el cuadro: la esencia, la intención, el aprendizaje, el amor que puede estar detrás.

Afirma tu nueva visión: Repite mentalmente:

“Elijo ver el contenido más allá de la forma. Veo la esencia y el valor verdadero en esta situación/persona.”

Agradece el cambio de perspectiva: Da las gracias por poder ver más allá de lo superficial y conectar con lo esencial.

Como decíamos al principio, la metáfora del marco y el cuadro se encuentra desarrollada en el Capítulo 17 del Texto:

“Examina el cuadro. No dejes que el marco te distraiga […] El marco no es el regalo” (T-17.IV.8-9)

En esta sección, el Curso explica que el ego nos distrae con el marco (las apariencias, las circunstancias externas, las relaciones especiales) y nos hace olvidar el verdadero contenido, que es el amor y la esencia interior. El texto invita a mirar más allá del marco y contemplar el cuadro, es decir, lo esencial y verdadero en nosotros y en los demás.

Otras referencias sobre estas ideas:

“La forma no es lo importante, y no es la forma lo que se debe considerar. El contenido es lo que importa” (T-2.VI.5:3).  Esta cita enfatiza que lo esencial es el contenido, no la apariencia externa.

“El milagro no distingue entre grados de percepción errónea. Es una herramienta para corregir la percepción, y su eficacia no depende de la magnitud del error ni de la gravedad de la situación. El contenido es lo que importa, no la forma” (T-1.VII.5:2-4).

Lección 21: “Estoy decidido a ver las cosas de otra manera”.
Esta lección invita a dejar de ver solo la forma y a abrirse a una percepción diferente, más allá de las apariencias externas.

Lección 28: “Por encima de todo quiero ver las cosas de otra manera”.
Aquí se refuerza la idea de que el contenido (el significado real) es más importante que la forma, y que podemos elegir ver más allá de lo superficial.

Lección 29: “Dios está en todo lo que veo”.
Esta lección enseña a mirar más allá de la forma física y reconocer el contenido divino en todo.

Lección 30: “Dios está en todo lo que veo porque Dios está en mi mente”.
Nos recuerda que la verdadera visión no se basa en la forma, sino en el contenido espiritual que compartimos con todo.

Lección 132: “Libero al mundo de todo lo que jamás pensé que era.”
Esta lección invita a soltar los juicios sobre la forma y a permitir que el contenido real (la verdad) se revele.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 349

LECCIÓN 349 Hoy dejo que la visión de Cristo contemple todas las cosas por mí, y que en lugar de juzgarlas, les conceda a cada una un ...