La Voluntad de Dios para mí es perfecta felicidad.
¿Qué me enseña esta lección?
A lo largo de la historia de la humanidad, hemos participado, de una manera u otra, de un error colectivo, el cual se encuentra inscrito en el inconsciente de la raza humana. Ese magno error, es la creencia en el “pecado”. Haber violado el precepto divino de “no comer del Árbol del Bien y del Mal”, nos hace merecedores del castigo divino y de sufrir la expulsión de la condición paradisíaca de la cual gozábamos, previa, a la violación de esa ley.
Desde entonces, nos hemos alimentado de la creencia en la culpa; hemos ido creciendo con un profundo sentimiento de desvalorización al no haber estado a la altura de nuestro creador. El creernos merecedores de ese “castigo” nos lleva a sentir miedo por la “ira divina”, el cual nos sentenció al padecimiento y al arduo trabajo para garantizar nuestro sustento físico.
Sin embargo, esas creencias están fundamentadas en el error. Hemos sustituido la Grandeza de nuestro Padre, por un rostro vengativo y justiciero, que se complace en recibir el regalo de nuestro sacrificio.
Somos Hijos de Dios, parte Una de su Expansión Mental. Creados a su “Imagen y Semejanza”. Mira por un instante en tu corazón. ¿Acaso encuentras algún indicio de temor, de odio, de rencor? Míralo de nuevo, no confundas su pureza, con el ardor de tus deseos. No permitas que ese velo enturbie tu visión. Lo ves. Cada latido es una muestra de Vida; de Amor.
Nuestra capacidad creadora, nos lleva a imitar al Padre. En nuestro papel paternal, ¿no estaríamos dispuestos a perdonar los errores de nuestros hijos? Si como aprendices, somos capaces de dar esa respuesta y con ello, ofrecemos un “plan de salvación para nuestro hijo”, ¿qué no será capaz nuestro Padre de perdonar? Es más, Él, no ve el error, pues sabe con total certeza, que somos Perfectos. Ver el error como un pecado, es una apuesta por la culpa y por la necesidad de rectificación.
La única Voluntad de mi Padre es que sea Feliz. Esa es mi propia Voluntad hacia mis hijos.
Ejemplo-Guía: "¿Qué vas a elegir, sufrir o ser feliz?"
No, seguro que interpretarás de una manera alegórica ese pasaje ancestral de la Biblia. Pero, igual de seguro, intuirás que lo que representan en nuestra conciencia los arquetipos de Adán y Eva, sí será revelador a la hora de entender el profundo significado que nos representan con la escena de comer del fruto del Árbol del Bien y del Mal.
La humanidad en su totalidad, queda representada por esos arquetipos: la fuerza potencial de la dualidad de la cual adquirimos conciencia tras el acto de que nuestros deseos (Eva), aceptasen abrir los ojos al mundo de la ilusión, inspirado por la figura de la serpiente paradisíaca (el ardor cupido). A partir de ese instante, la percepción se convierte en la vía de aprendizaje, dando lugar a la conciencia de la individualidad (ego) y a la creencia de la separación y del pecado.
¿Qué significado tiene el pecado para que haya ejercido tanta influencia en nuestras vidas?
El pecado es una creencia fabricada por el ego. Si antes de producirse el estado llamado de separación, manteníamos una conexión directa con nuestro Creador, ese estado de Plenitud y Abundancia (Paraíso Terrenal) nos hacía uno con Todo, no existía necesidad, ni carencia.
Sin embargo, con la separación, es decir, con la desconexión directa con nuestro Creador, aparece la percepción de necesidad, pues nuestros ojos se han abierto a un mundo desconocido e ilusorio. Este nuevo estado, aun siendo irreal, nos lleva a la percepción de que tenemos que alimentarnos y dar respuestas a las necesidades del cuerpo físico, vehículo que demanda ser atendido biológicamente. Es el comienzo de la gran aventura de la vida física. Sembramos y cosechamos. Es la ley.
Cada vez que sembramos desde la separación, movilizamos fuerzas contrarias al orden cósmico, es decir, fuerzas contrarias al amor. Sembramos desde el miedo y ello nos reportará efectos de miedo. Si atacamos, seremos atacados. Si damos, recibimos.
El pecado es la respuesta al miedo. Miedo a creer que hemos perdido la Gracia de Dios.
Pero, es el momento de hacernos algunas preguntas. ¿No habremos estado equivocados? ¿No habremos interpretado erróneamente esa identificación con el mundo de percepción?
¿Y si no somos un cuerpo? ¿Y si nuestra existencia no acaba con la muerte? ¿Y si el sufrimiento no es necesario para salvarnos? ¿Y si todo el dolor se desvanece cuando perdonamos?
Aunque en verdad, tan sólo hay una pregunta: ¿Y si no estamos separados de nuestro Creador?
¿Estarías dispuesto a vivir la vida desde esa visión? Es una elección.
Reflexión: ¿Piensas que debes ser castigado por tus errores? ¿Cómo actúas ante el error, el propio y/o de los demás?
es dificil un comentario sobre este tema y tambien es facil,,,,,motivo;;;; dificil al ser catolica apostolica romana,,criada en la concepsion del bien y lo que esta mal.....ahora leyendo esto me doy cuenta que se imbolucro a dios ..en algo que es una enseñanza para humanos,,,sin apartarse de los valores que si son necesarios para enseñar ,,,,y aprender los niños esto si esto no............facil de opinar digo y me doy cuenta dios es un ser superior bueno espiritual y muy lejos de la miseria humana,,,es un ser divino en una palabra y mucho mas..y como tal quiere vernos felices,,hermosos radiantes a semejanza de el,,y para eso hay que superar obstaculos ser adulto estudiar el tema y comprenderlo,,,,,,haber pasado por la base de saber lo que esta bien lo que esta mal,,,,,el ser humano no puede estar en primer año y saltar a 6to año......verdad?? todo es un proceso,,,,,,,,,,,,,,,,,
ResponderEliminarEstimada Elba, como bien dices, casi todos tenemos un pasado que nos deja una profunda huella y nos condiciona en el presente. Pero esa situación, que a priori puede ser interpretada como un obstáculo para nuestros actuales objetivos, se convierte en una bendición cuando alcanzamos a comprender que el "hoy", el "ahora" es una maravillosa oportunidad para comenzar a ver las cosas de otra manera. La enseñanza dual del bien y el mal forma parte de muchas culturas. Encuentra su causa en la creencia en la separación. Esa creencia es la que ha dado lugar al pensamiento erróneo de que estamos separados de nuestro creador y de su creación, Su Filiación. Ese error mental, al que llamamos pecado, es el que debemos sanar. ¿Cómo?. Es fácil, con un pensamiento correcto, con el pensamiento que Dios nos ha heredado, el de la Unidad. Cuando veamos en nuestros hermanos el rostro de Dios, dejaremos de atacarlo y dejaremos, igualmente, de recibir ataques. El perdón, como bien sabes es nuestra función en la tierra. Ahora es un buen momento para empezar. Un fraternal abrazo.
Eliminarbuen día en verdad me siento muy tranquila porque se que cuando nacemos,venimos al mundo limpios y unidos a nuestro padre celestial pero una vez fuera del vientre de nuestra madre que es lo mas cercano,al amor de dios aprendemos atraves de ella esa separación,que nos enseñan las diferentes religiones sobretodo la católica.es un gran alivio,saber que ese punto de enseñanza es un gran error..y que depende de nuestra elección corregirlo.y perdonar...gracias
ResponderEliminarGracias J.J
ResponderEliminarSoy Uno con mi Padre y mis Hermanos en la Dicha,El Perdón y la Alegría 🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏♥️♥️♥️♥️♥️♥️♥️♥️♥️♥️♥️♥️
ResponderEliminarPara eso es la psicoterapia del curso, yo la he puesto en práctica en 3 ocasiones y en toda ocasión ha llegado la respuesta del Espìritu, lo entrego a la expiación y activo el Perdón. Pero, como dicen los maestros: La mejor salida del karma que nos imponemos inconscientemente es actuar como el Hijo de Dios, y ver la faz de Cristo en todos para ser impecables en la medida que nuestra evolución nos permita.
ResponderEliminarUn milagro para todos atravès de Jesús. 🙏
Soy Uno con mi Padre y mis hermanos en el Amor y el Perdón🙏🙏🙏🙏🙏🙏🤍🤍🤍🤍🤍💙💙💙💙❤️❤️❤️❤️✨✨✨✨🥳🥳🥳🥳🥳🥳🥳
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