Ejemplo-Guía: "Identificando a nuestros agresores, me descubro a mi mismo"
Hace algún tiempo, cuando tuve la oportunidad de acceder a la comprensión de la Enseñanza que se recoge en esta lección, me di cuenta de que, a partir de ese momento, la vida me estaba ofreciendo un maravilloso regalo, un maravilloso recurso para alcanzar, algo que llevaba buscando durante mucho tiempo, el autoconocimiento, que, en un término más cercano a Un Curso de Milagros, podríamos llamar autoconciencia o autopercepción.
Vamos por el mundo percibiendo, pero creemos que lo que percibimos es algo externo a nosotros, algo con lo que no nos sentimos unidos. Ya hemos hablado de la extraña dinámica de la proyección, el acto por el que creemos ver el mundo que percibimos y a través de la cual, lo que, verdaderamente, hacemos es ver fuera nuestro propio mundo interior.
Descubrir que nada externo a nosotros puede hacernos daño, salvo que le otorguemos ese poder, me otorga una poderosa confianza en mi propia divinidad. Me hace un poco más consciente de mi verdadera identidad, y la razón de ello, al menos eso creo, se debe a que puedo experimentarlo en cada instante de mi existencia.
La experiencia no se puede enseñar, hay que vivirla para que se integre en nuestra conciencia y despierte a la percepción verdadera, a la consciencia, la cual nos otorgará la visión de la experiencia Una.
Esta lección podemos enfocarla como una invitación que nos lleva a compartir la toma de decisión de no otorgarle a nada externo el poder de hacernos daño, al mismo tiempo que hacemos consciente en nosotros, que esa potestad tan solo la puede otorgar nuestra mente.
Algo similar ocurre con el estado de libertad. Nadie puede hacernos esclavos, ni prisioneros, si no le otorgamos el papel de dueño o carcelero. Y lo más importante, si le otorgamos ese poder, es porque nos estamos tratando en esa misma condición a nosotros mismos, es decir, estamos ejerciendo un poder desmedido sobre nuestra manera de ver las cosas y estamos privando de libertad a las fuerzas creadoras que forman parte de nuestro ser.
Es divertido practicar esa visión en el mundo que nos rodea. ¿No lo has puesto en práctica nunca? Puedes planteártelo como un juego. No se trata de ir descubriendo por ahí a los "pokemon". La alusión a lo del juego, es para que mandes un mensaje a la mente de que lo ilusorio debe ser percibido como algo irrisorio.
Bien, sigamos. Algo importante desde el principio. Tener claro el objetivo. ¿Lo tienes claro? Lo recordamos. Hoy, cada vez que nos encontremos con alguien con los que tengamos que interactuar (relacionarnos) lo veremos como un espejo, en el que nos estamos proyectando y lo más importante de este nivel del juego, prestamos atención al poder que le estamos otorgando sobre nuestra manera de ver las cosas. Por ejemplo, acabas de llegar al trabajo y tu compañera de mesa se dirige hacia ti y te reprocha que llegas tarde. Suele tener ese comportamiento contigo, y ello, te provoca ira. Luego, tu mente, lo que suele hacer, es justificar que tienes que atacarla y responder a su ataque, pues estás eligiendo darle el poder de que sea la causa justificada de tu emoción de ira.
Pero hoy, no darás esa respuesta. Hoy tienes la certeza de que la decisión de que te sientas atacado no es de tu compañera, sino de ti mismo. Le quitas el poder que antes le otorgaba y llega la maniobra que puntúa doble en el juego, y te da dos vidas gratis, eliges no ver el ataque. Esto lo llaman perdón.
Reflexión: Nada, excepto mis propios pensamientos, me puede hacer daño.
Gracias, infinitas, gracias mi Ser abraza a tu Ser
ResponderEliminarEl concepto actual Pokemon no podría ser más acertado, máxime con ese personaje que nos provoca ira. Reflejo de mi ira interior
ResponderEliminarMuchísimas gracias! Ser consciente de nuestra Matrix. De nuestras constantes proyecciones y quitarle poder....
ResponderEliminarGracias J.J
ResponderEliminarGracias desde Rosario! impecable!❤️
ResponderEliminarNada excepto mis propios pensamientos me pueden hacer daño, yo sola con mis pensamientos de ataque me estoy haciendo sufrir, afuera no hay nadie soy solo yo y mis pensamientos, ver un mundo perdonado y vivir en el ahora es el antídoto que disuelve las ilusiones del ego, siempre puedo decidir ver mi mundo de otra manera recordando que no soy este cuerpo, realmente soy espíritu y Dios tiene un plan perfecto para mi, solo debo recordar mi unicidad con mi padre y que el intercesor entre el espíritu de Dios y mi espíritu es el espíritu santo, cada vez que llamo al espíritu santo puedo sanar mi mente y reemplazar el miedo por amor de esta forma la voluntad de Dios y la mía son una.
ResponderEliminarInfinitas gracias 🙏 🙏 🙏
👏
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