martes, 8 de octubre de 2024

Capítulo 15. I. Los dos usos del tiempo (3ª parte).

 I. Los dos usos del tiempo (3ª parte).

7. El Espíritu Santo enseña, por lo tanto, que el infierno no existe. 2El infierno es únicamente lo que el ego ha hecho del presente. 3La creencia en el infierno es lo que te impide comprender el presente, pues tienes miedo de éste. 4El Espíritu Santo conduce al Cielo tan ineludiblemente como el ego conduce al infierno. 5Pues el Espíritu Santo, que sólo conoce el presente, se vale de éste para desvanecer el miedo con el que el ego quiere inutilizar el pre­sente. 6Tal como el ego usa el tiempo, es imposible librarse del miedo. 7Pues el tiempo, de acuerdo con las enseñanzas del ego, no es sino un recurso de enseñanza para incrementar la culpabili­dad hasta que ésta lo envuelva todo y exija eterna venganza.           

El infierno es únicamente lo que el ego ha hecho del presente,  y la razón de que esto sea así, responde a nuestro deseo de ver el presente condicionado por el recuerdo del pasado.

Podemos argumentar, que lo que somos en el presente es gracias a lo que hemos vivido, experimentado y aprendido en el pasado, por lo que es imposible, que no pensemos en término de pasado.

Pero si analizamos, detenidamente, este argumento, estaremos obviando algo muy importante. Desde el punto de vista de la realidad de la Mente Recta, nunca se vive en el pasado, pues, lo que llamamos pasado, cuando se vivió, era nuestro presente. La cuestión que debemos reflexionar, es por qué decidimos trasladar las experiencias del pasado a nuestro presente, cuando dicho presente es la única realidad que tenemos para ser consciente de lo que somos realmente. No somos lo que fuimos, somos lo que somos en este momento, en este ahora, en este presente. Y cuando hacemos consciente esta verdad, en coherencia con nuestra Mente Recta, tenemos acceso al conocimiento, de que nuestra realidad verdadera, no la temporal, sino la que compartimos con nuestro Creador y con el resto de la Filiación, es eterna, pues siempre Es en cada presente, en cada Instante.

8El Espíritu Santo quiere desvanecer todo esto ahora. 2No es el presente lo que da miedo, sino el pasado y el futuro, mas éstos no existen. 3El miedo no tiene cabida en el presente cuando cada instante se alza nítido y separado del pasado, sin que la sombra de éste se extienda hasta el futuro. 4Cada instante es un nacimiento inmaculado y puro en el que el Hijo de Dios emerge del pasado al presente. 5Y el presente se extiende eternamente. 6Es tan bello, puro e inocente, que en él sólo hay felicidad. 7En el presente no se recuerda la oscuridad, y lo único que existe es la inmortalidad y la dicha.

No he podido evitar que los vellos se me pusieran de punta. Me he emocionado al leer este punto, pues, mi mente ha reconocido en su contenido, la verdad.

Si fuésemos conscientes del poder que nos brinda cada instante presente, lo seríamos, igualmente, de nuestra inocencia, de nuestra pureza, de nuestra impecabilidad. A partir de ese instante, cada presente, nos invita a renacer, a convertirnos como niños, a mirar con ojos nuevos y a reconocer nuestra verdadera identidad.

Somos libres para elegir cómo ver el presente.

9. Esta lección no requiere tiempo para aprenderse. 2Pues, ¿qué es el tiempo sin pasado ni futuro? 3El que te hayas descarriado tan completamente ha requerido tiempo, pero ser lo que eres no requiere tiempo en absoluto. 4Empieza a usar el tiempo tal como lo hace el Espíritu Santo: como un instrumento de enseñanza para alcanzar paz y felicidad. 5Elige este preciso instante, ahora mismo, y piensa en él como si fuese todo el tiempo que existe. 6En él nada del pasado te puede afectar, y es en él donde te encuentras completamente absuelto, completamente libre y sin condenación alguna. 7Desde este instante santo donde tu santidad nace de nuevo, seguirás adelante en el tiempo libre de todo temor y sin experimentar ninguna sensación de cambio con el paso del tiempo.

Si lo ves, si al mirar el presente, eres consciente de que estás ante tu eternidad, habrás accedido al Conocimiento de lo que eres y habrás comprendido de que esta lección se aprende en un instante santo y no requiere de la secuencia del tiempo.

El que tu actual estado de consciencia en el que gozas de ese Conocimiento, perdure, no debe preocuparte en absoluto, pues si lo hace, estarás aceptando la invitación del ego para volver a creer que necesitas del tiempo, del futuro, para alcanzar lo que ya tienes.

Si lo ves ahora, es tu elección verlo en cada presente. Es el regalo del Espíritu Santo, de la Mente Recta, el percibir correctamente cada instante. Ya sabes, que tu mente, bien sirve al Espíritu o al ego. Es nuestra elección.

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