III.
La pequeñez en contraposición a la grandeza (1ª parte).
1. No te contentes con la
pequeñez. 2Pero asegúrate de que entiendes lo que es, así como
también la razón por la que jamás podrías sentirte satisfecho con ella. 3La
pequeñez es la ofrenda que te haces a ti mismo. 4La ofreces y la
aceptas en lugar de la grandeza. 5En este mundo no hay nada que tenga valor porque
es un mundo que procede de la pequeñez, de acuerdo con la extraña creencia de
que la pequeñez puede satisfacerte. 6Cuando te lanzas en pos de
cualquier cosa en este mundo creyendo que te ha de brindar paz, estás
empequeñeciéndote y cegándote a la gloria. 7La pequeñez y la gloria
son las únicas alternativas de que dispones para dedicarles todos tus esfuerzos
y toda tu vigilancia. 8Y siempre elegirás una a expensas de la otra.
El término pequeñez es una cualidad de pequeño, y su significado, hace referencia a los siguientes conceptos: el menor; joven; insignificante.
Utilizando estas ideas, cuando este punto nos invita a que no nos contentemos con la pequeñez, lo que realmente nos está diciendo, es que no nos contentemos con lo insignificantes, pues jamás podríamos sentirnos satisfechos con dicha razón.
Interpreto, que lo insignificante, es el sistema de pensamiento del ego y la identidad adquirida por él, pues, el cuerpo, bajo las leyes de la temporalidad, está llamado a la muerte, mientras, que la grandeza, procede del Espíritu, pues es la herencia de Dios, El Cual, es Eterno.
Este mundo, es el resultado de elegir mentalmente la pequeñez. Es un mundo donde rige la falta de libertad y la presencia de las limitaciones. Buscar la paz en este mundo, nos empequeñece, pues nada en él, nos puede ofrecer esa paz eterna.
2. Sin embargo, de lo que no te
das cuenta cada vez que eliges, es de que tu elección es tu evaluación de ti
mismo. 2Opta por la pequeñez y no tendrás paz, pues habrás juzgado
que eres indigno de ella. 3Y cualquier cosa que ofrezcas como substituto será un regalo de tan poco valor que te
dejará insatisfecho. 4Es esencial que aceptes el hecho -y que lo
aceptes gustosamente- de que ninguna clase de pequeñez podrá jamás
satisfacerte. 5Eres libre de probar cuantas quieras, pero lo único
que estarás haciendo es demorar tu retorno al hogar. 6Pues sólo en
la grandeza, que es tu hogar, podrás sentirte satisfecho.
Vemos el mundo, bajo el filtro de nuestras creencias. Si nuestra mente nos muestra un mundo separado de nosotros mismos, es decir, si al mirar al otro no vemos a nuestro hermano, sino a un potencial enemigo, la paz que añoramos será efímera. Si no hay paz en nuestra mente, no la veremos fuera.
3. Tienes una gran
responsabilidad para contigo mismo, y es una responsabilidad que tienes que
aprender a recordar en todo momento.
2Al principio, la lección tal vez te parezca difícil,
pero aprenderás a amarla cuando te des cuenta de que es verdad y de que no es
más que un tributo a tu poder. 3Tú que has encontrado la pequeñez
que buscabas, recuerda esto: cada decisión que tomas procede de lo que crees
ser, y representa el valor que te atribuyes a ti mismo. 4Si crees
que lo que no tiene valor puede satisfacerte, no podrás sentirte satisfecho,
pues te habrás limitado a ti mismo. 5Tu función no es insignificante, y sólo podrás
escaparte de la pequeñez hallando tu función y desempeñándola.
La lección más importante que debemos reconocer de este punto, es que, cada decisión que tomamos procede de lo que creemos ser y representa el valor que nos atribuimos a nosotros mismos.
Si nuestros pensamientos expresan pequeñez, es porque nos estamos identificando con nuestra falsa identidad, con el ego, y por tal razón, aquello que percibimos estará impregnado de ese mismo pensamiento.
Reconocer nuestra verdadera identidad, hará que nuestra mente expanda pensamientos de grandeza, esto es, pensamientos de amor, de igualdad.
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