martes, 23 de septiembre de 2025

Capítulo 24. I. El deseo de ser especial: el sustituto del amor (1ª parte).

I. El deseo de ser especial: el sustituto del amor (1ª parte).

1. El amor es extensión. 2Negarte a dar un regalo -por insignifi­cante que sea- es no conocer el propósito del amor. 3El amor lo da todo eternamente. 4Si retienes una sola creencia, una sola ofrenda, el amor desaparece, pues has pedido que un sustituto ocupe su lugar. 5Y ahora la pugna -el substituto de la paz- no puede sino acompañar a la única alternativa que puedes elegir en lugar del amor. 6El que la hayas elegido es lo que le confiere toda la realidad que parece tener.

¿Cuántas veces nos habremos preguntado qué es el amor? El hecho de cuestionarnos su significado lleva implícito que no lo conocemos. Sin embargo, si tenemos fe en la enseñanza del Curso, en el que se nos enseña que somos "Hijos del Amor", la cuestión se hace aún más incomprensible para nuestra mente. ¿Cómo es posible que, siendo amor, desconozcamos su significado?

Ahora comprendo mejor la razón del aforismo griego "Conócete a ti mismo". El desconocimiento de lo que realmente somos es la causa de que desconozcamos, igualmente, el significado del amor.

Si somos Hijos de Dios, creados a Su imagen y semejanza, dicha condición nos hace "hijos del amor". Si esa comunión Padre-Hijo existiera en nuestra mente, no tendríamos duda de lo que significa el amor, pues seríamos plenamente conscientes de nuestro Ser.

Pero aquí estamos, planteándonos una cuestión que debería ser irrelevante para nuestra mente y que sin embargo se ha convertido en la condición más codiciada de toda existencia.

El amor es extensión. He ahí la respuesta a la cuestión más demente que nos hayamos podido hacer jamás. Tal vez podamos sentirnos contrariados con esta afirmación, pues esperábamos un desarrollo más amplio de lo que es el amor. El único significado que nos aporta el curso es que el amor es extensión, es decir, un acto de voluntad. Pero cuidado, no nos precipitemos en la valoración de ese concepto. 

El Diccionario de la Real Academia Española le aporta los siguientes significados, entre otros: dilatación, alargamiento, prolongación, estiramiento, propagación, expansión, difusión, divulgación. Sus opuestos serían: contracción, encogimiento, reducción.

El amor podría interpretarse como la "prolongación" de la naturaleza de Dios. Lo que nos confirmaría que la afirmación que se recoge en los Textos Sagrados es verdadera cuando nos dice que Dios creó a Su Hijo a Su imagen y semejanza. Todo acto de creación debe ser un acto de amor, lo que significa que debe ser un acto de "prolongación" de nuestra propia naturaleza, lo cual hace posible que la unidad entre nuestro Ser y nuestra creación sea eterna.

Retomando la cuestión con la que iniciábamos el análisis de este punto, con lo expuesto, no podremos menos que comprender que es un planteamiento sin fundamento que revela nuestro nivel de ignorancia y desconocimiento de lo que somos. Preguntar "¿qué es el amor?" tan sólo es posible desde el punto de vista del sistema de pensamiento del ego, el cual está basado en la creencia en la separación, o lo que es lo mismo, en la creencia de que amar nada tiene que ver con la expansión, pues según sus leyes, cuando damos, perdemos lo que damos.

2. Las creencias nunca se atacarán unas a otras abiertamente, ya que es imposible que se puedan producir desenlaces conflictivos. 2Mas una creencia que no se haya reconocido es una decisión de batallar en secreto, en la que los resultados del conflicto se mantie­nen ocultos y nunca se llevan ante la razón para ver si son sensa­tos o no. 3Y son muchos los resultados insensatos que se han obtenido y muchas las decisiones absurdas que se han tomado que ahora se han convertido en creencias a las que se les ha otor­gado el poder de determinar las decisiones subsiguientes. 4No subestimes el poder que tienen estos guerreros ocultos para des­truir tu paz. 5Pues ésta se encuentra a su merced mientras tu deci­sión de dejarla en sus manos siga en pie. 6Los enemigos secretos de la paz -tu más mínima decisión de elegir el ataque en vez del amor- se encuentran ahí por tu propia elección, sin ser reconoci­dos y prestos a desafiarte a combatir y a llevarte a una violencia mucho más grande de lo que te imaginas. 7No niegues su presen­cia ni sus terribles resultados. 8Lo único que se puede negar es su realidad, no sus consecuencias.

Seguimos profundizando en la idea que nos ofrece este apartado y que sin duda tiene como objetivo enseñarnos a conocer lo que es el verdadero amor.

Hasta aquí, tenemos claro que el amor es extensión, una prolongación de lo que somos. Nuestras creaciones, para ser reales y verdaderas, tienen que llevar ese sello, el de propagarse a sí mismas. 

Tenemos igualmente claro que, cuando retenemos alguna condición de lo que somos, nuestra creación no es una copia exacta de lo que somos, dado que hemos decidido no compartir la totalidad de lo que somos. Dejamos fuera de nuestra acción creadora un aspecto que no lleva el sello de nuestra identidad verdadera. Podemos decir que existe un conflicto entre lo que somos y lo que hemos creado. El origen de ese acto responde a un deseo de ser especial, de ser diferente a lo que somos. Dicho deseo dará lugar a la creencia en un nuevo aspecto de nuestro ser y el deseo se fortalecerá al convertirse en la creencia que nos confirma ese nuevo aspecto.

Cuando decidimos crear para satisfacer el deseo de ser especial, estamos negando el estado de paz que nos ofrece la expansión de nuestra totalidad y eligiendo en su lugar el estado de conflicto que nos ofrece el deseo de especialismo.

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