
Reflexión: ¿Qué vemos cuando vemos a nuestros hermanos?
Éste es un curso de milagros. Es un curso obligatorio. Sólo el momento en que decides tomarlo es voluntario. Tener libre albedrío no quiere decir que tú mismo puedas establecer el plan de estudios. Significa únicamente que puedes elegir lo que quieres aprender en cualquier momento dado.
III. Las recompensas que se derivan de enseñar (2ª parte).
4. El propósito de este curso es que aprendas a conocerte a ti mismo. 2Has enseñado lo que eres, pero no has permitido que lo que eres te enseñe a ti. 3Has tenido sumo cuidado en evitar lo obvio, y en no ver la verdadera relación que existe entre causa y efecto, la cual es perfectamente evidente. 4Dentro de ti, no obstante, se encuentra todo lo que has enseñado. 5¿Qué parte de ti puede ser la que no lo ha aprendido? 6TIene que ser esa parte que realmente es externa a ti, no porque tú la hayas proyectado, sino porque así es en verdad. 7Y es esa parte que has aceptado dentro de ti la que no es lo que tú eres. 8Lo que aceptas en tu mente no puede realmente cambiarla. 9Las ilusiones no son sino creencias en algo que no existe. 10Y el aparente conflicto entre la verdad y la ilusión solo puede ser resuelto separándote de la ilusión y no de la verdad.
5. Lo que has enseñado ya ha logrado esto, pues el Espíritu Santo es parte de ti. 2Al haber sido creado por Dios, Él no ha abandonado ni a Dios ni a Su creación. 3Él es a la vez Dios y tú, del mismo modo en que tú eres a la vez Dios y Él. 4Pues
Conocernos a nosotros mismos lleva implícito un regalo que el ego y su sistema de pensamiento desconoce. Conocernos a nosotros mismos nos hará conscientes de nuestras creaciones, las cuales han quedado veladas tras elegir la separación en nuestra mente.
Elegir enseñar la verdad es un acto de amor y es un acto creador que, al ser compartido con los demás bajo la Visión de Cristo, propiciará la curación en aquellas mentes que se encuentren identificadas con el miedo, el pecado y la culpa.
El Plan de Salvación que Dios ha dispuesto para Su Hijo se convierte en la enseñanza que Él quiere que compartamos con el resto de la Filiación, pues la Salvación solo será posible si enseñamos Su Verdad y la aprendemos conjuntamente con cada uno de nuestros hermanos.
Cuando decidimos enseñar la verdad que hemos conocido en nuestro interior, cuando sabemos lo que somos, nuestra enseñanza llevará siempre ese mensaje de unidad e integración. Enseñaremos que la parte está en el Todo y que el Todo está en la parte.
El propio Carl Gustav Jung se hubiese podido inspirar en el contenido de esta lección para determinar un tratado psicológico orientado a superar el miedo y el conflicto.
Por lo general, cuando algo nos da miedo, tendemos a identificarnos con él y con ello a hacerlo real, pero al mismo tiempo tratamos de alejarlo de nuestra conciencia y lo reprimimos, mandándolo a nuestro inconsciente. Es allí donde se almacenan todos nuestros temores, todas nuestras fobias, sin que ejerzamos un control sobre ellas.
Esta lección nos indica que debemos mirar de frente al conflicto, cuando éste ocupe nuestra mente. Es importante reconocer que le estamos dando poder sobre nuestras vidas. Le permitimos paralizarnos, le permitimos que nos prive de la paz, de la alegría, de la felicidad.
Debemos ser conscientes de que el sentimiento que despierta en nosotros se lo permitimos. Podemos verlo de otra manera y, con ello, estamos tomando el control de nuestra mente.
El conflicto es una interpretación, un juicio, cuyo origen se encuentra en la mente. Nada fuera de nosotros puede hacernos daño. Tan solo si se lo permitimos. Es nuestra decisión.
Debemos ser los dueños y señores de nuestras vidas. Debemos decidir si vamos a servir al mundo de la ilusión y, con ello, al mundo del miedo, o, por el contrario, decidimos servir a la verdad, al Ser que somos y, con ello, al mundo del Perdón y del Amor.
Todo miedo procede de la falsa creencia en el pecado. Liberémonos de esa limitación y recuperemos nuestra visión inocente. Amemos en cada momento y el conflicto no tendrá cabida en nuestras vidas.
Cuando analizábamos la enseñanza recogida en la Lección 331, veíamos que el conflicto es imposible cuando hacemos que nuestra voluntad y la Voluntad de nuestro Padre vibren al unísono.
Terminábamos nuestra reflexión diciendo que detrás de cada situación de conflicto descubriremos una total ausencia de Amor, o lo que es lo mismo, descubriremos la ilusión del miedo, que el sistema de pensamiento del ego hace tan real.
Las recomendaciones que nos aporta el Curso van en el sentido de hacernos plenamente conscientes de aquello que nos lleva a percibir el conflicto. Para ello, debemos orientar nuestros pensamientos hacia la causa que da origen al mismo. Ello nos llevará a descubrir que el miedo, así como su efecto, el conflicto, son meros pensamientos que se caracterizan por la ausencia de Amor.
Donde vemos el miedo, es la señal inequívoca de que hemos tomado la decisión de sustituir el amor por ese otro sentimiento.
Parémonos un instante en lo que hemos dicho. No podemos permitir que se quede en un mensaje teórico. Es el momento de practicar esa teoría. De experimentarla.
¿Nos da miedo la oscuridad? No la evites, como has venido haciendo cuando te encontrabas en su presencia. Mírala. Observa tus pensamientos. ¿Quién lo domina?
¿Quién te obliga a pensar de una manera determinada? Hazte consciente de que tú eres el único que puede dar valor a las imágenes que tu mente te presenta.
Reconocer esto es muy importante, pues nos da la opción de elegir identificarnos con el sueño, con las pesadillas, o reconocer que tan solo estamos soñando.
III. Las recompensas que se derivan de enseñar (1ª parte).
1. Ya hemos aprendido que todo el mundo enseña, y que
enseña continuamente. 2Es posible que hayas enseñado bien, pero que
no hayas aprendido a aceptar el bienestar que te produce enseñar. 3Si
examinases lo que has enseñado, y cuán ajeno es a lo que creías
saber, no podrías por menos que darte cuenta de que tu Maestro tuvo que
proceder de más allá de tu sistema de pensamiento. 4Por lo tanto,
Él pudo verlo objetivamente y percibir que no era cierto. 5Tuvo que
haber hecho eso basándose en un sistema de pensamiento muy diferente, que no
tiene nada en común con el tuyo. 6Pues ciertamente lo que Él ha
enseñado y lo que tú has enseñado a través de Él, no tiene nada en común con lo
que tú enseñabas antes de que Él llegase. 7Y como
resultado de ello, has llevado paz allí donde antes había dolor, y el
sufrimiento ha desaparecido para ser reemplazado por la alegría.
El papel que desempeña nuestro hermano en el proceso de enseñar es sumamente importante, pues enseñar es aprender. Si no existiese ese "otro" con el que compartir la enseñanza, no aprenderíamos de esa retroalimentación. En esa dinámica de "dar-recibir", no solo se beneficia la persona que recibe, sino también la que da. En este sentido, "maestro-alumno" forma una unidad que no debe ser dividida, pues, si lo fuese, el aprendizaje no tendría lugar.
Cuando somos conscientes de que la dinámica descrita es cierta, es una realidad, pues se basa en la verdad de lo que somos, partes del Todo. El enseñar se convierte en una experiencia de bienestar, pues, cuando enseñamos, estamos realizando nuestra función en este mundo, ya que la enseñanza facilita el proceso de sanación, al compartir lo que es verdad.
2. Puede que hayas enseñado lo que es la libertad, pero
no has aprendido a ser libre. 2Anteriormente dije: "Por sus
frutos los conoceréis y ellos se conocerán a sí mismos". 3Pues
es indudable que te juzgas a ti mismo de acuerdo con lo que enseñas. 4Las
enseñanzas del ego producen resultados inmediatos porque aceptas sus
decisiones inmediatamente como tu elección. 5Y esa aceptación significa que estás dispuesto a juzgarte a ti mismo de
igual modo. 6Causa y efecto están claramente definidos en el sistema
de pensamiento del ego, pues todo tu aprendizaje ha estado encauzado a
establecer la relación que hay entre ellos. 7¿Y cómo no ibas a tener
fe en lo que tan diligentemente te enseñaste a creer? 8Recuerda, no
obstante, cuánto cuidado has ejercido al elegir sus testigos, y cuánto al evitar los que hablan en favor
de la causa de la verdad y de sus efectos.
3. ¿No
te demuestra el hecho de que no hayas
aprendido lo que has enseñado que no percibes a
Cuando enseñamos "de boca para afuera", esto es, sin convicción, nuestra enseñanza estará vacía y no realizará su función, la de alumbrar el camino que ha de llevarnos a la sanación de nuestra mente. Al carecer de convicción, las propiedades de lo que enseñamos carecerán de la luz suficiente como para difuminar la oscuridad que nos mantiene prisioneros de la ignorancia. Esa falta de convicción oculta las dudas que albergamos sobre nuestra verdadera identidad espiritual. Esta certeza nos exige un acto de confirmación de nuestra fe en las enseñanzas que recibimos a través del Espíritu Santo. El poder de atracción que ejerce en este mundo el sistema de pensamiento del ego debilita nuestra fortaleza, pues tenemos la sensación de caminar en una realidad dividida, donde podemos elegir el camino que nos plazca y cuando nos plazca. Lo que debemos recordar, siempre, es que elegir la dualidad es negar la verdad, es negar la tutela del Maestro que Dios nos ofrece para nuestra enseñanza.
La atracción de la culpabilidad hace que se le tenga miedo al amor, pues el amor nunca se fijaría en la culpabilidad en absoluto. 2La naturaleza del amor es contemplar solamente la verdad -donde se ve a sí mismo- y fundirse con ella en santa unión y en compleción. 3De la misma forma en que el amor no puede sino mirar más allá del miedo, así el miedo no puede ver el amor. 4Pues en el amor reside el fin de la culpabilidad tan inequívocamente como que el miedo depende de ella. 5El amor sólo se siente atraído por el amor. 6Al pasar por alto completamente a la culpabilidad, el amor no ve el miedo. 7Al estar totalmente desprovisto de ataque es imposible que pueda temer. 8El miedo se siente atraído por lo que el amor no ve, y ambos creen que lo que el otro ve, no existe. 9El miedo contempla la culpabilidad con la misma devoción con la que el amor se contempla a sí mismo. 10Y cada uno de ellos envía sus mensajeros, que retornan con mensajes escritos en el mismo lenguaje que se utilizó al enviarlos. (T-19.IV.i.10)
Todas las relaciones especiales tienen como meta el pecado, 2pues son tratos que se hacen con la realidad, a la que la aparente unión se adapta. 3No te olvides de esto: hacer tratos es fijar límites, y no podrás sino odiar a cualquier hermano con el que tengas una relación parcial. 4Quizá trates de respetar el trato en nombre de lo que es "justo", exigiendo a veces ser tú el que pague, aunque lo más frecuente es que se lo exijas al otro. 5Al hacer lo que es ''justo”, pues, tratas de mitigar la culpabilidad que emana del propósito que aceptaste para la relación.(T-21.III.2-5)Reflexión: El perdón es la llave que nos libera de la cárcel a la que nos somete el miedo.
II. El poder de la santidad (3ª parte).
7. Éste es un año de júbilo, en el que escucharás cada vez más y en el que la paz aumentará en igual medida. 2Tanto el poder de la santidad como la debilidad del ataque se están llevando a tu conciencia. 3Y esto se ha logrado en una mente que está firmemente convencida de que la santidad es debilidad y el ataque poder. 4¿No es este milagro prueba suficiente de que tu Maestro no procede de ti? 5Pero recuerda también que cada vez que escuchaste Su interpretación los resultados te produjeron júbilo. 6¿Preferirías acaso los resultados de tu interpretación, teniendo en cuenta honradamente cuáles han sido dichos resultados? 7Dios dispone para ti algo mejor. 8¿No podrías contemplar con más caridad a quien Dios ama con perfecto amor?
La paz aumentará en nuestra consciencia en la medida en que dejamos de seguir al guía incorrecto y depositamos toda nuestra confianza en Aquel que habla por la Voz del Padre.
Me encuentro entre los que podemos dar testimonio de la evolución que se está produciendo en nuestra mente. La voluntad de ver las cosas de otra manera, de percibir correctamente, de conocer nuestra verdadera naturaleza y la de los demás, produce vivencias de júbilo y alegría. Estos estímulos fortalecen mi visión y me aportan fuerza para continuar siguiendo las enseñanzas del Espíritu Santo.
Una vez que se percibe correctamente el destello de la verdad, se despierta en nuestro interior el motivador deseo de que esa nueva percepción sea la que gobierne nuestras vidas. La búsqueda de la paz, de la felicidad, en el mundo exterior, cesará y dará paso a una nueva percepción, la cual nos inspirará que esa paz y esa felicidad forman parte de nuestra verdadera identidad espiritual.
Compartir con el mundo que nos rodea y, en especial, con nuestros hermanos esa visión transformará completamente nuestras vidas.
9. El Espíritu Santo jamás ha dejado de resolver por ti ningún problema que hayas puesto en Sus manos, ni jamás dejará de hacerlo. 2Cada vez que has tratado de resolver algo por tu cuenta, has fracasado. 3¿No es hora ya de que conectes todos estos hechos y te des cuenta de lo que significan? 4Éste es el año en que debes poner en práctica las ideas que se te han dado. 5Pues las ideas son fuerzas poderosísimas que deben ponerse en práctica y no dejar en desuso. 6Ya te han dado suficientes pruebas de su poder como para que desees depositar tu fe en ellas y no en su negación. 7Dedica este año a la verdad y déjala obrar en paz. 8Ten fe en Aquel que tiene fe en ti. 9Piensa en lo que realmente has visto y oído, y acéptalo. 10¿Cómo puedes estar solo con semejantes testigos?
Reconozco que, en ocasiones, nuestra falta de fe se manifiesta en forma de impaciencia a la hora de encontrar la respuesta del Espíritu Santo, cuando hemos puesto en sus manos las cuestiones que nos privan de paz y sosiego. Esa impaciencia es una muestra de que estamos cayendo en la trampa del ego, esto es, estamos creyendo que la respuesta debe ser aquella que nosotros deseamos y que más nos beneficia. Pero ello denota un desconocimiento de la integridad de la experiencia. Esa integridad, es decir, el conocer todas las partes del todo, tan solo está en manos del Espíritu Santo.
Por lo tanto, reforcemos nuestra fe y nuestra confianza en la respuesta del Espíritu Santo, pues Él lo resolverá.
Retomamos hoy la dinámica de adentrarnos en nuestro mundo interior y buscar respuestas que nos ayuden a conocernos. Esta dinámica siempre es más directa que elegir aprender por la vía del "espejo", es decir, de recibir de los demás aquello que estamos proyectando sobre ellos.
Cada vez que ponemos en manos del ego nuestras decisiones, debemos esperar que el resultado de las mismas desemboque en una experiencia conflictiva. La razón de que esto sea así nos la enseña la lección de hoy. Mientras que pensemos que nuestra voluntad puede negar a la Voluntad de nuestro Padre, estaremos alimentando el conflicto y con ello, la ausencia de Paz.Pensar en términos de ego, es decir, aplicar el sistema de pensamiento del ego, basado en la creencia de que somos seres separados de los demás y de nuestro creador (pensamos que nos hemos creado a nosotros mismos), nos lleva a dirigir nuestra vida desde la guía de nuestra voluntad. Si sembramos desde la creencia de la separación, del miedo, de la culpa, no podemos esperar que nuestra cosecha nos aporte felicidad, dicha, plenitud, pues la separación genera luchas; el miedo, dolor y la culpa, sufrimiento.
Se hace evidente que, si no queremos vivir el conflicto, tenemos que alcanzar un nivel de coherencia con la verdad de lo que somos. Ser coherente significa que nuestra voluntad no es otra que hacer la Voluntad de Dios. Ya hemos dicho en otra ocasión que hacer la Voluntad de Dios es ser conscientes de lo que somos: un Ser Espiritual, ilimitado, inocente, impecable y eterno.
Esta lección nos invita a reflexionar sobre aquellas situaciones que experimentamos desde el conflicto. No tendremos dificultad en comprobar que detrás de cada una de estas situaciones se encuentra una total falta de amor, o lo que es lo mismo, miedo.
Reflexión: Como padre, ¿qué le ofreces a tu hijo, paz o conflicto?
II. El poder de la santidad (2ª parte).
4. Has obrado milagros, pero es muy evidente que no los has obrado solo. 2Cada vez que te extendiste hasta otra mente y te uniste a ella tuviste éxito. 3Cuando dos mentes se unen y comparten una idea por igual, se establece el primer eslabón de la conciencia de que
5. ¿Cómo puedes tener fe en la realidad mientras sigas empeñado en querer hacerla irreal? 2¿Crees realmente que te encuentras más a salvo afirmando que las ilusiones son reales que aceptando jubilosamente la verdad tal como es y dando gracias por ella? 3Honra la verdad que se te ha dado, y regocíjate de que no la comprendas. 4Los milagros son algo natural para Aquel que habla por Dios, 5pues Su tarea es traducir el milagro al conocimiento que representa, pero que se encuentra vedado para ti. 6Permite que el entendimiento que Él tiene de los milagros te baste, y no les vuelvas la espalda a los testigos que Él te ha dado, quienes dan fe de Su realidad.
No debemos preocuparnos si no entendemos la verdad que se nos ha dado. Si hemos estado identificados con una falsa realidad, si hemos permanecido dormidos experimentando pesadillas en nuestro sueño, si nos hemos desvinculado del Conocimiento por perseguir satisfacer nuestros deseos de ver de forma diferente, es lógico que ahora no comprendas esa verdad. Lo único que se nos pide es que renunciemos a seguir eligiendo como guía al ego y que dejemos de rendir culto a su sistema de pensamiento. Lo único que se nos pide es que movilicemos nuestra voluntad en otra dirección, que veamos las cosas de otra manera, que dejemos de juzgar el mundo que nos rodea y que confiemos en el único guía que nos llevará por el camino correcto.
El Plan de Salvación que Dios ha dispuesto para Su Hijo ha de despejar todas nuestras dudas, pues lo único que nos pide es que reconozcamos la unidad que nos mantiene unidos a nuestros hermanos.
6. No hay prueba que pueda convencerte de la verdad de lo que no deseas. 2No obstante, tu relación con Él es real. 3No veas esto con miedo, sino con regocijo. 3Aquel que invocaste está contigo. 5Dale la bienvenida y honra a los testigos que te traen las buenas nuevas de Su llegada. 6Es cierto, tal como temes, que reconocerlo a Él supone la negación de todo lo que crees saber. 7Pero lo que crees saber nunca fue verdad. 8¿De qué te sirve aferrarte a ello y negar las pruebas en favor de la verdad? 9Pues estás demasiado cerca de la verdad como para poder renunciar a ella ahora, y no podrás sino ceder ante su irresistible atracción. 10Puedes demorar esto ahora, pero sólo por un tiempo. 11El Anfitrión de Dios te ha llamado y tú le has oído. 12Nunca jamás volverás a estar completamente dispuesto a no escuchar.
Si elegimos al ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la creencia en la separación, no comprenderemos el plan de salvación y seguiremos viendo a nuestros hermanos como nuestros potenciales enemigos, de los cuales tendremos que defendernos.
Si elegimos al Espíritu Santo, cuyo sistema de pensamiento está basado en la creencia en la unidad, honraremos a todos los testigos que nos hablarán de su enseñanza, de la vivencia de la unidad.
Es hora de elegir.
LECCIÓN 91 Los milagros se ven en la luz. 1. Es importante recordar que los milagros y la visión van necesariamente de la mano. 2 Esto...