1. Padre, Tú eres Quien me dio el
plan para mi salvación. 2Eres asimismo Quien determinó el camino
que debo recorrer, el papel que debo desempeñar, así como cada paso en el
sendero señalado. 3No puedo perderme.
4Tan sólo
puedo elegir desviarme por un tiempo, y luego volver. 5Tu amorosa Voz siempre me exhortará a
regresar, y me llevará por el buen camino. 6Mis hermanos pueden seguir el camino por el que les
dirijo. 7Mas yo
simplemente recorreré el caminó que conduce a Ti, tal como Tú me indiques y
quieras que yo haga.
2. Sigamos, por lo tanto, a Uno
que conoce el camino. 2No tenemos por qué rezagarnos,
ni podemos soltarnos de Su amorosa Mano por más de un instante. 3Caminamos juntos, pues le seguimos. 4Y es Él Quien hace que el final sea seguro y Quien
garantiza que llegaremos a salvo a nuestro hogar.
Nuestro poder volitivo debe ponerse al servicio de la Voluntad del Padre, de modo que el único propósito que nos mueva sea el de cumplir el Plan de Salvación dispuesto por Él y llevar a cabo, fielmente, la función que nos corresponde por nuestra condición divina.“En el pensamiento del mundo, los papeles de maestro y estudiante están, de hecho, invertidos. Esta inversión es típica. Parece como si el maestro y el alumno estuviesen separados y como si aquél le diese algo a éste, en vez de a sí mismo. Es más, se considera que enseñar es una actividad especial, a la que uno dedica una parte relativamente pequeña de su tiempo. El curso subraya, por otra parte, el hecho de que enseñar es aprender, y de que, por consiguiente, no existe ninguna diferencia entre el maestro y el alumno. Subraya, asimismo, que enseñar es un proceso continuo, que ocurre en todo momento del día y que continúa igualmente en los pensamientos que se tienen durante las horas de sueño” (M-In.1:1-6).
“Enseñar es demostrar. Existen solamente dos sistemas de pensamiento, y tú demuestras constantemente tu creencia de que uno u otro es cierto. De tu demostración otros aprenden, al igual que tú. No es cuestión de si vas a enseñar o no, ya que en eso no hay elección posible. Podría decirse que el propósito del curso es proporcionarte los medios para que elijas lo que quieres enseñar, en base a lo que quieres aprender. No puedes darle nada a otro, ya que únicamente te das a ti mismo, y esto se aprende enseñando. Enseñar no es otra cosa que convocar testigos para que den fe de lo que crees. Es un método de conversión que no se lleva a cabo sólo con palabras. Toda situación tiene que ser para ti una oportunidad más para enseñarles a otros lo que tú eres y lo que ellos son para ti. No tiene que ser más que eso, pero tampoco menos” (M-In.2:1-10).
“Por lo tanto, el programa de estudios que estableces está determinado exclusivamente por lo que crees que eres y por la relación que crees que otros tienen contigo. En la enseñanza tradicional, es posible que estas cuestiones no tengan nada que ver con lo que crees estar enseñando. Sin embargo, es imposible no usar el contenido de cualquier situación en la que te encuentres en favor de lo que enseñas realmente, y por ende, aprendes realmente. En relación con esto, el contenido verbal de lo que enseñas es irrelevante. Puede que coincida con ello, puede que no. La enseñanza que yace tras lo que dices es lo que te enseña. Enseñar no hace sino reforzar lo que crees acerca de ti mismo. Su propósito fundamental es aplacar las dudas que albergamos acerca de nosotros mismos. Esto no quiere decir que el ser que estás tratando de proteger sea real. Pero sí quiere decir que el ser que tú consideras real es al que le enseñas” (M-In.3:1-10).
“Esto es inevitable. No hay forma de escapar de ello. ¿Cómo podría ser de otra manera? Todo el que sigue las enseñanzas del mundo, y todo aquel que está aquí las sigue hasta que cambia de parecer, enseña únicamente para convencerse a sí mismo de que él es lo que no es. He aquí el propósito del mundo. ¿Cómo podrían entonces ser sus enseñanzas diferentes? A esta situación de enseñanza restringida y sin esperanzas, que no enseña sino muerte y desolación, Dios envía a Sus maestros. Y conforme éstos enseñan Sus lecciones de júbilo y de esperanza, su propio aprendizaje finalmente concluye” (M-In.4:1-8).
“Si no fuera por los maestros de Dios, habría muy pocas esperanzas de alcanzar la salvación, pues el mundo del pecado parecería ser eternamente real. Los que se engañan a sí mismos tienen que engañar, ya que no pueden sino enseñar engaño. ¿Y qué otra cosa sino eso es el infierno?” (M-In.5:1-12).

Muy bueno1 gracias!
ResponderEliminarGracias infinitas, por enseñarme aprendiendo.
ResponderEliminarMil gracias!!
ResponderEliminarGratitud, a todos.
ResponderEliminarGracias infinitas por compartir sus conocimientos y clarificar *UN CURSO DE MILAGROS*
ResponderEliminarGracias ínfinitas
ResponderEliminarGracias J.J
ResponderEliminarGracias Espíritu Santo para guiar y inspirar cada uno de mis pasos....quiero Ser tu Instrumento aquí en la Tierra....haz de mi lo que Quieras....Amén🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏
ResponderEliminarMuchas gracias maestro
ResponderEliminarMi gratitud, herman@.
EliminarGracias onfinitas, Juan Jose. Amor y bendiciones. ❤❤❤
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