¿Qué me enseña esta lección?
Para el ego, dar es perder y este sistema de pensamiento le lleva a sentirse escaso y necesitado, pues al no dar, lo que posee lo pierde, al no ser compartido. Al igual que el agua estancada llega a corromperse, la energía del amor, debe llevarnos a compartir aquello que Somos.
¿Cómo dar las pertenencias terrenales con las que se identifica el cuerpo, la morada del ego? Si las doy, me quedo sin ellas. Aquello que no se renueva, enferma.
Cuando se produce en nosotros el despertar de la consciencia, cuando decidimos ver con los ojos del Espíritu, el espectáculo que visualizamos nos lleva a evidenciar la Unidad que relaciona a todo lo creado. Ya no tenemos duda, aquellos que Somos es una parte de la Gran Filiación que conforma la Santa Descendencia de Dios.
Dios, que se ha dado a Si Mismo, a través de su Creación, recibe como fruto de su Acto las experiencias que le ofrece su Hijo.
De igual modo, aquello que su Hijo comparte con el mundo, retornará como fruto a su verdadero y único sembrador.
Nuestra Mente es Santa y cuando sirve a Cristo, el Arquetipo del Amor, nos convertimos en sus fieles mensajeros y nuestras obras están impregnadas de la pureza de ese Amor.
Ejemplo-Guía: "No doy porque tengo miedo a perder"
Ya lo decíamos ayer, dar y recibir, sembrar y cosechar, forman parte de una misma unidad. Como bien expresa esta lección, es una ley que comparten el Cielo y el mundo.
Ocurre, que nadie quiere reconocer que aquello que recibe es fruto de su siembra, cuando los frutos son amargos. Pero esa resistencia no pueda negar la realidad de la ley y tarde o temprano tendremos que asumir la responsabilidad de nuestros actos.
Si elevamos esa Ley a la visión del Espíritu, la resistencia desaparece y el miedo a afrontar la verdad deja de tener sentido. Tomar consciencia de lo que somos, un Ser Espiritual, nos facilitará la comprensión a la hora de reconocer que somos herederos de los Atributos con los que Nuestro Padre nos ha creado, es decir, si Dios es Amor, nosotros, su Hijo, somos Amor. Por lo tanto, cuando tomamos consciencia de que somos Amor y lo expandimos, al igual como lo hizo Nuestro Hacedor, lo que estamos haciendo es un acto de creación y esa semilla se multiplicará abundantemente.
Al igual como Dios se completa con su Hijo, con su Obra, el Hijo de Dios se completa a través de sus obras de amor. Si recibiendo es como tomamos consciencia de lo que damos, podemos decir, que el Amor que dispensemos hacia nuestro Creador, le llenará del gozo y de la plenitud de conocer que Su Obra es Perfecta.
Cuando hemos elegido como tema del ejemplo, la experiencia de temor que sentimos cuando damos por miedo a perder, no nos estamos refiriendo tan sólo al aspecto material. La afirmación abarca todos los aspectos de nuestro ser. Por ejemplo, no perdonamos, porque pensamos que ese acto nos humilla, nos hace débiles, lo que vivimos como una pérdida.
Si nos trasladamos al terreno de las relaciones de pareja, es muy significativo que la gran mayoría de los fracasos de relación en ese nivel se produzcan porque nos convertimos en posesivos y egoístas, lo que nos lleva a expresarnos en esos términos como causa del temor a perder al ser que creemos amar, y digo creemos, porque realmente no es Amor verdadero el que sentimos por ella, pues si así fuera, respetaríamos por encima de todo su libertad, lo que significa que no tendríamos miedo a perder.
Fijaros la información tan valiosa que podemos obtener de nosotros mismos, reflexionando sobre aquello que estamos recibiendo. Se requiere mucha valentía y honestidad con uno mismo para afrontar esa búsqueda que nos llevará a lo más profundo de nuestro ser, a esa zona oscura del subconsciente donde almacenamos todas las emociones que hemos juzgados negativas y a las que mantenemos condenadas a vivir prisioneras de nuestra reprimida conciencia. Pero como nada puede permanecer oculto, serán los demás, los que nos recordarán cómo somos, haciéndonos receptores de la energía que un día pusimos en circulación y habíamos olvidado.
Cuando descubrimos el Espíritu Crístico en nuestro interior y en el resto de nuestros hermanos, estaremos en condiciones de compartir ese regalo de Dios con el mundo. Como bien expresa la lección, la Visión de Cristo es un milagro, por lo que compartir esa Visión nos hará hacedores de milagros.
Reflexión: ¿Puedes dar lo que no tienes?
Gracias J.J
ResponderEliminarComparto y vivo la Visión de Cristo en el Mundo🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏💙💙💙💙💙💙💙💙
ResponderEliminarOtra forma de verlo sería ; si doy condenación o juicio es porque primero me he condenado y juzgado al haber elegido al ego como maestro ... en cambio, si elijo de nuevo con Jesús y acepto todo Su Amor ese Mismo Amor lo podré dar haciendolo así mio y de Todos... Bendiciones.
ResponderEliminarGracias Padre por Regalarme tu Visión....soy tu Ojos,veo un Mundo Perfecto,Santo y Dichoso a través de tu Regalo que comparto con la humanidad🙏🙏🙏🙏✨✨✨✨🤍🤍🤍🤍💙💙💙💙🥳🥳🥳🥳🥳🥳🥳
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