VIII. El problema y la respuesta (1ª parte).
1. Este curso es muy simple. 2Quizá pienses que no
necesitas un curso que, en última instancia, enseña que sólo la realidad es verdad.
3Pero ¿crees realmente esto? 4Cuando percibas el mundo
real, reconocerás que no lo creías. 5Mas la rapidez con la que tu
nueva y única percepción real se convertirá en conocimiento no te dejará más
que un instante en el que darte cuenta de que solamente, eso es verdad. 6Y
luego todo lo que inventaste pasará al olvido, lo bueno y lo malo, lo falso y
lo verdadero. 7Pues cuando el Cielo y la tierra se vuelvan uno
dejarás de ver incluso el mundo real. 8El mundo no acabará
destruido, sino que se convertirá en el Cielo. 9Lo que constituye la
reinterpretación del mundo es la transformación de toda percepción en
conocimiento.
Muchos estudiantes plantean dificultades para entender los conceptos que se recogen en estas aportaciones. Su confusión radica en el significado que otorgan al mundo real y al Cielo, entendiendo que ambos conceptos son los mismo al interpretar que el Cielo es lo que el Curso refiere como mundo real y la tierra como mundo ilusorio. Tal cuestión requiere una aclaración. Para ello vamos a buscar referencias en el Texto que nos aclaren dichos conceptos:
7El Espíritu
Santo te mostrará el mundo real porque Dios te dio el Cielo (T-12.VI.5:7).
Esta frase determina el Cielo nos ha sido dado por nuestro Creador, es decir, el Cielo es el hogar de nuestro verdadero Ser.
7El
Cielo es tu hogar, y al estar en Dios tiene también que estar en ti
(T-12.VI.7:7).
Ya sabemos lo que es el Cielo, pero ¿qué lo diferencia del mundo real?
El mundo real
es también un sueño. 2Excepto que en él los personajes han cambiado 3y
no se ven como ídolos traicioneros. 4El mundo real es un sueño en el
que no se usa a nadie para que sea el sustituto de otra cosa, ni tampoco se le
interpone entre los pensamientos que la mente concibe y lo que ve
(T-29.IX.7:1-4).
A diferencia del Cielo, el mundo real pertenece al sueño, pero tiene una característica que debemos conocer: El mundo real es el estado mental en el que el único propósito del mundo es perdonar (T-30.V.1:1).
Diremos pues, que cuando el Curso hace referencia al
mundo real, está refiriéndose al mundo percibido desde la Mente Recta, el cual
da lugar a la percepción verdadera, o lo que es lo mismo, a la percepción de la
unidad con todo lo creado. El mundo real es la antesala que nos lleva al Cielo.
La siguiente frase del Texto, nos ayuda a conocer cual es nuestra función en el
Cielo y en la tierra: 7De la misma manera en que tu función en el Cielo es crear,
aquí en la tierra es curar. 8Dios comparte tu función contigo en el
Cielo, y el Espíritu Santo comparte
2.
Percibir desde el sistema de pensamiento del ego, nos llevará al
estado de la máxima ignorancia y donde la arrogancia nos impedirá reconocer la
presencia de la verdad.
La inocencia de los niños, nos inspira el estado mental más apropiado
para afrontar el encuentro con la verdad. Preguntar al Maestro que tiene las respuestas
verdaderas ha de llevarnos a depositar en el Espíritu Santo toda nuestra
confianza.
Desaprender lo aprendido, es el camino que debemos recorrer si queremos recordar nuestra verdadera identidad.
4. Solamente tú puedes privarte a ti mismo de la verdad. 2Dios,
no obstante, no te negará
6¿Deseo el problema o la solución?
7Decídete por la solución y la tendrás,
pues la verás como es y, que ya dispones de ella.
La práctica de esta invitación ha de conducirnos a reconocer si
eligiendo el problema experimentaremos paz, o, por lo contrario, será eligiendo
al Maestro que tiene la solución, cómo lo conseguiremos.
5. Tal vez te quejes de que este curso no es lo suficientemente
específico como para poderlo entender y aplicar. 2Mas tal vez no
hayas hecho lo que específicamente propugna. 3Éste no es un curso de especulación teórica, sino de
aplicación práctica. 4Nada podría ser más específico que el que le
digan a uno que si pide recibirá. 5El Espíritu Santo te dará la
respuesta para cada problema específico mientras creas que los problemas son
específicos. 6Su respuesta es a la vez una y muchas mientras sigas
creyendo que el que es Uno es muchos 7Puede que tengas miedo de Su
especificidad por temor a lo que crees que ésta pueda exigirte. 8Mas
es únicamente pidiendo como aprenderás que lo que procede de Dios no te exige nada en absoluto. 9Dios
sólo da, nunca quita. 10Cuando te niegas a pedir, es porque crees
que pedir equivale a quitar en vez de
a compartir.
Si pedimos desde la visión del ego, la petición de ayuda recibirá la
respuesta de su destinatario, es decir, si pedimos desde la conciencia de
separación y del beneficio propio, la respuesta que recibiremos nos exigirá
mantener esa creencia viva y las soluciones propuestas nos llevarán a
experimentar la separación de una manera más evidente y exigiéndonos respuestas
donde nos veremos en la tesitura de atacar para ganar.
En cambio, si nuestra petición la ponemos en manos del Espíritu Santo,
el contenido de esa petición no debe perseguir que nuestro comportamiento nos
lleve a utilizar el ataque para conseguir nuestra meta, sino que llevará
implícita la acción de dar para recibir.
6. El Espíritu Santo te dará sólo lo que es tuyo, sin pedirte nada a
cambio. 2Pues lo que es tuyo es todo
lo que existe, y lo compartes con Dios. 3Ésa es su realidad. 4¿Podría el Espíritu
Santo, que sólo dispone restituir, ser capaz de interpretar incorrectamente la
pregunta que necesitas hacer para darte cuenta de Su respuesta? 5Has
oído la respuesta, pero no has comprendido bien la pregunta. 6Crees
que pedirle consejo al Espíritu Santo es pedir que se te prive de algo.
Si pides ser amado, el ego te responderá que hagas uso de tu valer
para conseguir ese amor. En cambio, la respuesta del Espíritu Santo, será más
simple, te dirá da lo que tienes y lo recibirás: Da amor y lo recibirás, pero
no lo des egoístamente para recibirlo, sino con naturalidad, pues tu condición
real es amor.
Hemos perdido la visión del mundo real, pues hemos elegido ver desde
la creencia en la separación. El mundo real es el que nos muestra nuestra
verdadera esencia divina, nuestra verdadera identidad espiritual. El mundo real
es la extensión del pensamiento que emana de la Mente Una. El mundo real es
donde compartimos y experimentamos la comunión con la Filiación.
Para ver el mundo real, tan solo tenemos que elegir verlo, tal y como
es, libre de la creencia en la separación.
8. Hermosa criatura de Dios,
estás pidiendo solamente lo que te prometí. 2¿Crees que yo te iba a
engañar? 3El Reino de los Cielos está dentro de ti. 4Ten fe en que
la verdad está en mí porque yo sé que está en ti. 5Los Hijos de Dios
no tienen nada que no compartan. 6Pídele la verdad a cualquier
Hijo de Dios, y me la habrás pedido a
mí. 7Cada uno de nosotros tiene dentro de sí la respuesta para poder
dársela a cualquiera que la pida.
En el reino del ego, en el reino de la separación, la ley que impera
es la de tener, poseer, cuanto más mejor, sin importar, cómo lo conseguimos. El
reino del ego, es un reino que favorece la competencia entre sus habitantes,
pues se valora más la posición que ocupe en la sociedad, que la condición del
ser.
En cambio, en el Reino de los Cielos, en el Reino de la Unidad, de la Filiación, la ley que impera es la del Amor, la de compartir, la de extender. Ese Reino está dentro de cada Hijo de Dios. Darlo es conservarlo. Por ello, compartámoslo con todos nuestros hermanos.
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