Mientras que permanecemos identificados con esa visión, mientras que nos veamos separados del resto de las familias; mientras que estemos dispuestos a perder la vida, por salvaguardar los lazos de sangre, estaremos sirviendo al error que se fundamenta en la creencia de la separación.
Ejemplo-Guía: ¿Cómo aceptamos no ser una entidad corporal?
¿Da miedo el hecho de plantearse esa cuestión?
Tengamos un gesto de sinceridad con nosotros mismos y preguntémonos ¿creo en verdad que no soy un cuerpo físico? Podemos pensar, que es lógico y tiene sentido, que nos hagamos esa pregunta, cuando el que la hace es el propio cuerpo.
Luego, tenemos identificada la fuente desde donde emana la pregunta: nuestra mente. La mente actúa como un foco y está al servicio de nuestra voluntad. Si nuestra voluntad presta atención a las cosas del Cielo, el resultado será un acto de expansión creador. Si nuestra voluntad presta atención a la tercera dimensión, a la percepción, el resultado será un acto de proyección y fabricación.
En nuestro presente, en este mismo instante, en el ahora, nuestra mente se encuentra prestando atención al mundo tridimensional. En estos mismos momentos, me encuentro pulsando el teclado de mi ordenador y traduciendo mi pensamiento en palabras que forman una serie de frases, que, si lo consigo y adquieren significado, explicarán el contenido de lo que mi voluntad quiere compartir. Este acto, no es real, es ilusorio, pertenece al mundo del sueño. Soy consciente de ello, y el hecho de que sea consciente, me permite tener la certeza de que soy el soñador del sueño. Esta cuestión es muy interesante, pues estoy en condiciones de elegir cómo voy a vivir las ensoñaciones.
No quiero desviarme del tema elegido en el ejemplo-guía. La lección de hoy nos expresa con total claridad lo que realmente somos. Tan claro que no podemos tener dudas al respecto: "No existo aparte de Dios". "Él no tiene Pensamientos que no sean parte de mí, y Yo no tengo ningún pensamiento que no sea de Él".
Ayer mismo, reflexionaba sobre la fabricación del cuerpo. Me di cuenta de que, hasta ese momento, me había limitado a teorizar sobre la idea de que no somos un cuerpo. Sin embargo, en ese instante, mi mente había dado un paso más sobre esta creencia y ahora me ofrecía una nueva visión para que la meditara.
Encontré una similitud muy cercana al acto de fabricación del cuerpo, con el acto llevado a cabo por un escritor al imaginar el guión de una novela. Ese escritor, fabrica personajes a los que da una identidad ilusoria y de ficción, pero que desarrollan a lo largo del guion de la novela unas vivencias que son capaces de despertar sensaciones, sentimientos y emociones. La vida de esos personajes es tan efímera como las de los cuerpos físicos.
Durante mi reflexión, me vi como una Mente Creadora con capacidad para fabricar personajes de ficción, y entre estos, me reconocí con las características de un cuerpo en concreto el cual respondía a un nombre y a unos apellidos, con una personalidad muy concreta y con un sin fin de peculiaridades a las que vengo llamando vida.
¿Qué fin tiene esa Mente al fabricar un cuerpo? ¿Qué fin tiene el escritor al dar vida a un personaje ficticio?
Creo que la única respuesta posible para mi estado actual de compresión es esta: para crear.
Es una Ley natural. Se da lo que se tiene. Si como Hijo de Dios tengo la capacidad de crear, eso es lo que haré.
El escritor, en su imaginación, en su mente, ya tiene creada su obra. La escribe para compartirla, para extenderla. Para que su visión sea compartida.
El Hijo de Dios, antes de tener el "pensamiento original" que le llevó a tener la visión del mundo de percepción, gozaba de la Visión Una, es decir, no tenía conciencia de individualidad, ni de separación.
No concibo ese "pensamiento original" como un pecado, sino como un acto volitivo dirigido hacia una dimensión distinta a la de su procedencia. No es la misma dimensión desde donde emana el pensamiento, que la dimensión donde se condensa ese pensamiento. Uno expande, el otro limita.
En la medida en que seamos consciente de este hecho, lo seremos también para elegir cuál de esos mundos es el verdadero, el que está sujeto a las leyes de alternancia o en el que rige las leyes de la eternidad.
Reflexión: ¿Dónde sitúas a Dios? ¿Dónde lo buscas?
Simplemente gracias por extender la luz.
ResponderEliminarGracias Juan Jose me encanta cada palabra que compartes, Dios te bendiga ilumine tu intelecto y tu sabiduría, mi honra y gratitud para ti, todos los días te leo 😇🙏
ResponderEliminarGratitud, Dalia.
EliminarGracias J.J
ResponderEliminarGracias J.J
ResponderEliminarEn mi corazon
ResponderEliminarY en todos los lados
ResponderEliminarDios está en Todo....Todo Es Dios💙💙💙💙💙💙💙💙💙🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏
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