martes, 14 de enero de 2025

Capítulo 17. V. La relación que ha sanado (4ª parte).

V. La relación que ha sanado (4ª parte).

10. El himno de la libertad se oye por toda la Filiación, como eco jubiloso de tu decisión. 2Te has unido a muchos en el instante santo, y ellos se han unido a ti. 3No pienses que tu decisión te dejará desconsolado, pues Dios Mismo ha bendecido tu relación santa. 4Únete a Él en Su bendición, y no dejes de ofrecerle la tuya también. 5Pues lo único que necesita ahora es tu bendición, para que puedas ver que la salvación reside en ella. 6No condenes la salvación, pues ha venido a ti. 7Y dadle la bienvenida juntos, pues ha venido a uniros en una relación en la que toda la Filiación es bendecida al unísono.

La característica más notable que forma parte del amor incondicional es la libertad.
Es por ello que cuando transformemos nuestra errónea creencia en la separación por la verdad de la unión que compartimos con la obra creadora de Dios, se oirá el himno de la libertad por toda la Filiación.

Cuando vivamos ese instante santo, bendeciremos a todos nuestros hermanos y bendeciremos, igualmente, a nuestro Creador. Ahora nuestros ojos ven la verdad y ven la realidad.

11. Decidisteis de mutuo acuerdo invitar al Espíritu Santo a vues­tra relación. 2De no haber sido así, Él no habría podido entrar a formar parte de ella. 3Tal vez hayas cometido muchos errores desde entonces, pero también has realizado enormes esfuerzos para ayudarle a llevar a cabo Su labor. 4Él no ha dejado de apreciar todo lo que has hecho por Él, 5ni se fija en absoluto en los errores que cometes. 6¿Le has estado igualmente agradecido a tu hermano? 7¿Has apreciado sistemáticamente sus meritorios esfuerzos y pasado por alto sus errores? 8¿O ha fluctuado tu aprecio menguando progresivamente a la luz de sus errores? 9Tal vez estés ahora iniciando una campaña para culparle por la inco­modidad de la situación en que os encontráis. 10Y debido a esa falta de aprecio y gratitud te incapacitas a ti mismo para expresar el instante santo, y, de ese modo, lo pierdes de vista.

El cambio de visión no estará exento de dudas. Hemos estado alimentando durante mucho tiempo al guía incorrecto y su sistema de pensamiento cuenta con un mecanismo de seguridad para protegerse de cualquier pensamiento que pueda suponer el menoscabo de su poder.

La fe en el logro de nuestro nuevo objetivo, así como la entrega de nuestra voluntad al Espíritu Santo para que nos guíe y fortalezca en el encuentro con la verdad, nos llevará a reconocer todas las estrategias que el ego utilizará para hacernos desistir de nuestro empeño.

Si estamos decididos a amar incondicionalmente, estaremos preparados para reconocer el lazo de unión que nos hace conscientes de la hermandad que compartimos con el resto de la Filiación. Libres de la creencia en el pecado, en la culpa, ya no tendremos necesidad de juzgar y condenar al otro, en un intento vano de liberarnos de esa pesada carga que ocultamos en nuestro corazón.

12. La experiencia de un instante, por muy convincente que sea, se olvida fácilmente si permites que el tiempo la sepulte. 2Tiene que mantenerse brillando y llena de gracia en tu conciencia del tiempo, pero no oculta dentro de él. 3El instante perdura. 4¿Pero dónde estás tú? 5Darle las gracias a tu hermano es apreciar el instante santo, y permitir, por lo tanto, que sus resultados sean aceptados y compartidos. 6Atacar a tu hermano no hace que se pierda el instante, pero sí anula el poder de sus efectos.

Al igual que no conseguiremos ganar musculatura con un solo entrenamiento, nuestra mente debe ganar fortaleza haciendo conscientes los pensamientos de amor. No debemos pensar que con el simple hecho de adquirir información sobre el modo en cómo debemos proceder para cambiar nuestra relación especial en una relación santa, será suficiente para conseguir ese objetivo.

Cuando pretendemos ejercitar el fortalecimiento de nuestros músculos, nos asignan un monitor, el cual nos explica cómo debemos realizar los ejercicios adecuados y nos anima a ser constantes en la práctica de dichos ejercicios, haciéndonos conscientes de que será la práctica sostenida la que nos permitirá alcanzar el objetivo propuesto.

De igual modo, el Espíritu Santo nos invita a conocer los pasos que debemos dar para transformar la relación especial en una relación santa y nos indica que debemos practicar el pensamiento nuevo, hasta lograr que forme parte de nuestra creencia consciente.

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