
¿Qué me enseña esta lección?
El uso que el ego hace de la mente nos lleva a creer en pensamientos que nos aportan una determinada identidad. Podemos pensar que somos unos inútiles y, con ello, estamos fabricando circunstancias externas que nos darán motivos para justificar ese pensamiento, o, por el contrario, podemos pensar que somos genios y, en la misma medida, estaremos favoreciendo el encuentro con circunstancias que nos hagan justificar esa visión de nosotros mismos.
De cualquiera de las maneras, el poder que hemos heredado de nuestro Padre para crear nos permite inventar una imagen de nosotros mismos separada de nuestra verdadera esencia. Esa fabricación es la que llamamos ego y su sistema de pensamiento nos lleva a interpretar desde la dualidad, con expresiones como el bien y el mal, la luz y las tinieblas, hombre y mujer, etc. Es el fruto de la percepción recibida de la interpretación del mundo material. Sin embargo, en esencia somos una unidad y nuestra verdadera personalidad no es el ropaje material transitorio, sino el Ser que, utilizando el atributo de la voluntad, ha imaginado un mundo distinto al de Su Creador.
Somos, por tanto, parte de la mente de Dios. Somos una extensión de esa Mente Creadora y tenemos ese poder creador en nuestra genética espiritual. El tránsito pasajero por el mundo de la forma oscurece la conciencia de la Unidad y nos lleva a identificarnos con la dualidad.
Debemos, pues, despertar la conciencia a esa evidencia y vivir con la consciencia y certeza de que somos parte de la Mente de Dios.
Ya hemos visto, gracias al estudio de las lecciones previas, que nuestros pensamientos sin significados nos muestran un mundo sin significado (L.11). Se trata de los pensamientos proyectados desde la mente inferior, identificada con la dualidad y con la separación. Es la mente errada. Esa mente tan sólo cree en lo que ve, y lo que ve es el mundo de la percepción, el cual es ilusorio e irreal, sujeto a la temporalidad.
La enseñanza que nos aporta UCDM en esta lección da respuesta a la pregunta que intenta rehuir el ego: ¿qué somos? Ese temor está infundado en el miedo a tener que hacer frente a la única verdad posible: Somos el Hijo de Dios, creado de Su Inefable Mente. Ante esa respuesta, el ego no tiene argumentos para justificar su existencia y esa es la razón por la que inventa un mundo donde las imágenes, que en él fabrica, tengan como propósito principal aportarle argumentos que validen su identidad.
Ejemplo-Guía: "No me siento valorado en mi
trabajo"
Este ejemplo es muy compartido en nuestra actual sociedad, la que estamos fabricando entre todos.
"JM, un chico joven, acaba de terminar sus estudios universitarios y, entre sus objetivos a corto plazo, encontramos el deseo de poner en práctica los conocimientos y habilidades adquiridos y dedicarse a ejercerlas profesionalmente.
JM es ambicioso y uno de sus sueños es alcanzar un estatus social alto y una posición económica que le permita encontrarse entre la élite de los jóvenes millonarios.
Los estudios cursados perseguían ese objetivo. Dudó a la hora de elegir qué estudios cursar. Al final se decidió por una carrera que estuviese bien situada en el ranking de los estudios con mayor salida profesional. Renunció a los estudios que más le gustaban y, en su lugar, optó por la que, supuestamente, le iba a ofrecer una mayor posibilidad de trabajo y mayor rentabilidad.
Han pasado los meses y JM ha recorrido el mercado laboral presentando su Curriculum Vitae, sin obtener resultados positivos a sus iniciativas. Carece de experiencia y las empresas solicitan profesionales con ella. JM comienza a pensar que está perdiendo el tiempo. Las circunstancias no son como las había imaginado. Se siente intranquilo y un sutil sentimiento de desvalorización amenaza su estado mental.
Tal vez deba seguir formándose, se dice a sí mismo, y se abre a la posibilidad de realizar algún máster que le permita engrosar su Curriculum Vitae. A pesar de ello, nuestro joven tiene dudas de que esa iniciativa, al margen de que le supondrá un desembolso económico importante, sea la correcta.
Mientras que se debate entre un mar de dudas, a JM le ofrecen un trabajo temporal. Se trata de repartir publicidad. Nuestro joven protagonista necesita adquirir ingresos para afrontar sus proyectos y acepta el trabajo.
Un día, cuando se encontraba realizando sus tareas de reparto, recibe los comentarios de una transeúnte. Se trata de una abuela que, en tono cariñoso, le dice: ¡Qué lástima, hijo! Si hubieses estudiado..., no te encontrarías en esta situación.
Para JM, aquellas amables y cariñosas palabras se convirtieron en un afilado puñal que le atravesó de arriba abajo. No pudo evitar sentir un desgarro interno que amenazaba con congestionar su garganta. Apenas pudo balbucear unas sórdidas palabras, cuando sintió que sus ojos se empañaban por un líquido ardiente que le quemaba el rostro.
Aquellas lágrimas dibujaron su estado interno. Se sentía profundamente desilusionado, abatido y humillado. Su autoestima quedó resquebrajada y quiso salir corriendo, desenfrenadamente, en un intento de evadirse de las imágenes que su mente le estaba ofreciendo de sí mismo.
JM había llegado a una conclusión. Aquel trabajo era indigno de él. No podría creer, ni aceptar, que, tras todos esos años de estudios, la vida no le ofreciera nada mejor".
Este ejemplo es muy actual. Podría estar sacado de las vivencias de un día cualquiera.
Nuestro protagonista escenifica de manera magistral el guion escrito por el ego, es decir, por la personalidad identificada con el cuerpo material y que responde al mandato de la mente dividida. Si lo que veo es lo que creo y lo que creo es lo que deseo, entonces estamos apostando por un mundo que no nos ofrecerá la paz y la felicidad.
Si nuestro protagonista, identificado con la visión del ego, toma iniciativas en las que persigue objetivos inspirados por éste, "tener, poseer, atesorar", pues obteniéndolos habrá conquistado la felicidad, como el mundo donde realiza esa búsqueda es efímero y temporal, jamás conseguirá su objetivo, jamás gozará de la paz y de la felicidad.
La vida le ofrece un trabajo que valora "indigno" para sus aspiraciones. Esa decisión está basada en su juicio de valores. Si valora, por encima de todo, el "tener" y el "poseer", en vez de utilizar dicha oportunidad para expresar sus dones y talentos, es decir, las cualidades que le son innatas y que proceden de su verdadero Ser, entonces no será feliz. La felicidad no procede del exterior, pues ese exterior tiene los días contados. La felicidad es la actitud interna con la que se vive la vida. Esa felicidad no está en manos de los demás, sino de nuestro "empoderamiento", es decir, de nuestra elección consciente, al reconocernos Hijos de Dios.
Reflexión: ¿Y si la imagen que tienes de ti es falsa? ¿Y si realmente no eres lo que crees ser?
Buen..día si yo tuviese 28 años recién graduada de la universidad. y me ocurriese lo que le ocurrió ha JM,le digo a la Sra. no hable, de lo que o sabe...piense...antes de hablar.ahora buscan gente recién graduada.para repartir publicidad... y alomejor seria grosera..pero no es justo denigrar a otro ser humano.por un perjuicio...mental y material..impuesto por la sociedad....materialista....peo tengo 60 y la vida me lo enseño.y se que uno debe estudiar lo que te gusta.porque, aunque o te paguen te sentirás feliz..haciéndolo..gracias....
ResponderEliminarAgradezco tus aportaciones.
EliminarCon respecto a lo que dice Irene, yo entiendo que en realidad JM fue el que la señora puso en palabras lo que él sentía por dentro.Lo proyecto él mismo, la señora le devuelve su poca valoración!puede ser?
EliminarLa manera.....en que vamos a aplicar la idea de hoy es ligeramente diferente,...el que lo percibe ( YO) en vez de lo que èste percibe? ( Amor)
EliminarHola Irene Josefina alfonzo. Sin querér probocar otra reacción como la de tu respuesta. Te diría que estarías respondiendo desde el ego. En este supuesto. Asta creeo que también yo igual. Muchas gracias Juan José por tus aporte
EliminarDIOS MISMO ES INCOMPLETO SIN MI, SOMOS UNO, GRACIAS Y BENDICIONES
ResponderEliminarHola,buen día...
ResponderEliminarRealmente se que no soy lo que creo ser.
Puedo aceptar lo que creo ser, pero estoy en el camino de no identificarme mas con esa creencia.
Pido ayuda al E.S.
Muchas gracias J. José.
Me surge una duda a la hora de decir el final de la idea de hoy "Soy muy santo".
ResponderEliminarSi soy mujer, ¿he de decir santo o santa? Gracias! Un abrazo!
amiga... el alma o espíritu
Eliminarno tiene genero. entonces es lo mismo.
Me pareció graciosa la anécdota de JM, sin ofender a nadie , simplemente me vi reflejada un poco con él. Yo siempre he querido tener , poseer, atesorar y acumular y acumular☺️. En armonía con todo el mundo. Para darle una mejor vida material a mi familia y a mi. Eso es malo ???
ResponderEliminarMí mente es parte de la de Dios. Soy muy Santo.
ResponderEliminarMuchas gracia Juan José
Gracias J.J
ResponderEliminarGracias Juan José. Tus explicaciones me ayudan mucho a entender mejor las lecciones. Bendiciones
ResponderEliminarSoy un Ser Infinito,Impecable y Inocente sujeto solamente a la Voluntad de Dios🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏♥️♥️♥️♥️♥️♥️♥️♥️♥️
ResponderEliminarSoy un Hijo de Dios,Completo,Abundante,Eterno,Invulnerable,cumpliendo en cada Instante Santo la Voluntad del Padre🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏💙💙💙💙💙🤍🤍🤍🤍🤍🤍✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨
ResponderEliminarAlguna de vuestras respuestas pone de manifiesto el poder que tiene el ego sobre nuestra manera de pensar. Este ejercicio nos ayuda a ver las cosas de otra manera. Podemos juzgar a la abuela de ignorancia por desconocer los esfuerzos que hemos realizado para conseguir el título que nos acredita como "universitario", o podemos juzgar a JM por perseguir una meta donde prima el interés material por encima de otros intereses más elevados. En ambos juicios encontramos el sistema de pensamiento del ego, basado en la creencia de una identidad ficticia. La pregunta que hacemos en la reflexión trata de ayudarnos a reconocer que no somos la imagen que hemos fabricado, sino el Hijo de Dios. ¿Cómo cambia esa visión nuestra percepción?
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