VIII. La atracción del amor por el amor (2ª parte).
5. No tienes, sino que pedir este recuerdo, y te vendrá a la memoria. 2Mas el recuerdo de Dios no puede aflorar en una mente que lo ha borrado y que quiere que continúe así. 3Pues dicho recuerdo sólo puede alborear en una mente que haya elegido recordar y que haya renunciado al demente deseo de querer controlar la realidad. 4Tú, que ni siquiera puedes controlarte a ti mismo, no deberías aspirar a controlar el universo. 5Contempla mas bien lo que has hecho de él y regocíjate de que no sea verdad.
¡Padre!, hoy quiero recordar lo que realmente soy. Entrego mi mente al Espíritu Santo, para que se haga en ella, la Expiación. De este modo, mi mente será bendecida con la Santa Visión de la Unidad.
6. ¡Hijo de Dios, no te conformes con lo que no es nada! 2Lo que no es real no es visible ni tiene valor. 3Dios no pudo haberle ofrecido a Su Hijo lo que no tiene valor, ni Su Hijo habría podido recibirlo. 4Fuiste redimido en el mismo instante en que pensaste que habías abandonado a tu Padre. 5Nada de lo que has forjado ha existido jamás, y es invisible porque el Espíritu Santo no lo ve. 6Pero lo que Él ve es tuyo para que lo contemples, y a través de Su visión tu percepción sanará. 7Has hecho invisible la única verdad que este mundo encierra. 8Al valorar lo que no es nada, has buscado lo que no es nada. 9Al conferirle realidad a lo que no es nada, lo has visto. 10Pero no está ahí. 11Y Cristo es invisible a causa de lo que has hecho que sea visible para ti.
Si en nuestra mente hemos elegido negar a Dios, también hemos negado a Su Creación, a Su Hijo, lo que significa que nos hemos negado a nosotros mismos. Hemos negado nuestra verdadera realidad y la hemos sustituido por una falsa realidad.
Lo que el ego ha hecho invisible a los ojos físicos, es la proyección de sus falsas creencias. La Unidad no la percibe, porque cree en la separación. El Amor no es visible, porque le tiene miedo.
El sello que identifica el mundo percibido por el ego, se llama sufrimiento. Su experiencia nos lleva a desear un mundo distinto, donde la felicidad sustituya al dolor.
Pero ese cambio de percepción no se producirá, salvo que decidamos ver las cosas de otra manera y pongamos nuestros pensamientos al servicio de la Verdad, al servicio del Espíritu Santo, la Mente Recta.
Cambiemos el miedo por el Amor, y, la percepción del mundo falso, cambiará por la percepción del mundo real.
8. Dios te dio el mundo real en amoroso intercambio por el mundo que tú construiste y que ves. 2Recíbelo simplemente de la mano de Cristo y contémplalo. 3Su realidad hará que todo lo demás sea invisible, pues contemplarlo es una percepción total. 4Y al contemplarlo recordarás que siempre fue así. 5Lo que no es nada se hará invisible, pues por fin habrás visto verdaderamente. 6Una percepción redimida se convierte fácilmente en conocimiento, pues sólo la percepción puede equivocarse y la percepción nunca existió. 7Al ser corregida da paso al conocimiento, que es la única realidad eternamente. 8
Amar, es recordar lo que somos: El Hijo de Dios.
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