II. El alumno feliz (1ª parte).
Lo que no es verdad, no es nada. Tan sólo el amor es verdad, por lo que aquello que hayamos creado carente de amor, será falso, no será nada. La cuestión que debemos plantearnos con total sinceridad es la siguiente: ¿El mundo al que damos valor está creado desde el amor? ¿Ese mundo es la expresión viva del amor? ¿En ese mundo existe el miedo, las luchas, la culpa, el dolor, el sufrimiento, la muerte?
Ahora, sabremos, si nuestro mundo es real o es nada, y dependerá de nuestra elección, el vivir en la verdad o querer vivir en la nada.
2. El Espíritu Santo, que ve donde
te encuentras, pero sabe que realmente te encuentras en otra parte, comienza Su
lección de simplicidad con la enseñanza fundamental de que la verdad es verdad. 2Ésta es la lección más difícil
que jamás tendrás que aprender y, al fin y al cabo, la única. 3La
simplicidad es algo muy difícil para las mentes retorcidas. 4Observa
todas las distorsiones que has hecho de lo que no es nada; todas las
extrañas manifestaciones, sentimientos, acciones y reacciones que has urdido de ello. 5Nada
te es tan ajeno como la simple verdad, ni hay nada que estés menos
inclinado a escuchar. 6El contraste entre lo que es verdad y lo que
no lo es, es perfectamente evidente, sin embargo, tú no lo ves. 7Lo que es simple
y obvio no es evidente para los que desean fabricar palacios y ropajes regios
de la nada, creyendo que éstos les convierten en reyes de áurea.
Tal vez nos sintamos identificados con aquellos que prefieren tener sueños de riquezas, de poder, de ostentación y, por supuesto, de miedo a perderlo. Sí, tal vez, nos dejemos seducir por esos cánticos de sirenas que nos anuncian que nuestro navío se acerca a las calmadas aguas de la felicidad, una felicidad que nos exige permanecer en guardia para no ser despojado de nuestras riquezas, las mismas que nos lleva a pensar que somos felices.
Pero, la verdad es verdad, mientras que lo falso, falso es. La verdad nos habla de unidad, de igualdad, de libertad. La falsedad, nos habla de separación, de egoísmo, de privación, de necesidad.
3La verdad es verdad. 4Es lo único que importa, lo único
que es real y lo único que existe. 5Permíteme hacer por ti la única
distinción que tú no puedes hacer, pero que necesitas aprender. 6La fe que tienes en lo que no es nada
te está engañando. 7Deposítala en mí, y yo, a mi vez, la depositaré
delicadamente en el santo lugar donde le corresponde estar. 8Allí no
encontrarás engaño, sino únicamente la simple verdad. 9Y la amarás porque la
comprenderás.
4. Al
igual que tú, el Espíritu Santo no creó la verdad. 2Al igual que Dios, Él sabe que la verdad es verdad. 3El
Espíritu Santo lleva la luz de la verdad a las tinieblas y deja que
resplandezca sobre ti. 4Y a medida que resplandece en ti, tus
hermanos la ven, y al darse cuenta de que esta luz no es obra tuya, ven en ti
mucho más de lo que tú mismo ves. 5Ellos serán los felices alumnos
de la lección que esa luz les muestra porque les enseña a liberarse de lo que
no es nada y de todas las obras de lo que no es nada. 6No podrán ver
que las pesadas cadenas que parecen atarlos a la desesperación no son nada
hasta que tú les lleves la luz. 7Se darán cuenta entonces de que las
cadenas han desaparecido y de que, por lo tanto, no podían haber sido nada. 8Y tú te darás cuenta de
esto junto con ellos. 9Y puesto que les enseñaste lo que es la
felicidad y la liberación, ellos se convertirán en tus maestros de liberación
y felicidad.
Me gusta pensar que en la Filiación existe un "pacto de amor" firmado en la morada del Creador. Pero ese pacto, lo hemos olvidado, y al fabricar el mundo fruto de la creencia en la dualidad, el otro, ya no es visto como nuestro hermano, al cual, nos une ese pacto de amor. Ese otro, es el firme candidato a convertirse en nuestro enemigo, pues, al perder la visión interna del amor, ante nuestra decisión de mirar fuera de nosotros, lo identificáremos como una amenaza de la cual es preciso defenderse.
Pero la esencia con la que se constituyó ese pacto de amor es imperecedera, invulnerable, eterna. Recordarlo, significa que hemos elegido la verdad a la ilusión, y que esa verdad, nos llevará a reconocer a los demás, como los amigos con los que andaremos el camino que nos llevará al Hogar de nuestro Creador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario