VI. Cómo
encontrar el presente (1ª parte).
Ya hemos
hecho referencia al poder transmutador que tiene el estado presente, cuando
elegimos verlo desde la realidad, es decir, sin permitir que la ilusión del
tiempo pasado interfiera en el ahora. Experimentar el potencial del estado
presente, nos hace consciente de nuestro poder divino, pues, es siempre en el
presente donde podemos elegir, servir al Amor o servir al miedo, o lo que es lo
mismo, servir a Dios o servir al ego.
Si nuestra
elección, nos lleva a ver el pasado en el estado presente, no aprovecharemos
esa oportunidad para percibir verdaderamente la realidad. Habremos elegido
prolongar el error en nuestras vidas.
Aplicar esta enseñanza a nuestras vidas, sin duda alguna, será transmutador.
2.
Consideras "natural" utilizar tus experiencias pasadas como punto de
referencia desde el que juzgar el presente. 2Sin embargo, eso es
antinatural porque es ilusorio. 3Cuando hayas aprendido a ver a todo
el mundo sin hacer referencia alguna al pasado, ya sea el suyo o el tuyo según
tú lo hayas percibido, podrás aprender de lo que ves ahora. 4Pues el
pasado no puede arrojar sombras que oscurezcan el presente, a menos que tengas
miedo de la luz. 5Y sólo si tienes miedo elegirías dejar que la
oscuridad te acompañase, y al tenerla en tu mente, verla como una nube negra
que envuelve a tus hermanos y te impide ver su realidad.
Para el
ego, para su sistema de pensamiento, el presente le produce miedo, pues, si
decidiese percibirlo desde su realidad, desde su potencial para elegir ver
libre de las interferencias del pasado, entonces, su mundo carecería de
significado, y ello, le produce un profundo miedo.
El pasado da seguridad al ego; encuentra en él, el punto de partida, su referente, para relacionarse con el mundo de afuera. Esa referencia del pasado está impregnada con los tintes del miedo, pues la creencia en la separación, conduce a la percepción del miedo. Siendo así, si desde el pasado tan solo percibe el miedo, el presente se le antojará como la oportunidad para deshacerse de él, y lo hace, como únicamente sabe hacerlo, atacándolo. Es enfrentamiento le lleva a estar permanentemente en estado de miedo, pues el miedo genera más miedo.
3. Esta
oscuridad se encuentra en ti. 2El Cristo, tal como se revela ante ti
ahora, no tiene pasado, pues es inmutable, y en Su inmutabilidad radica tu
liberación. 3Pues si Él es tal como fue creado, no puede haber
culpabilidad en Él. 4Ninguna nube de culpabilidad ha venido a
ocultarlo, y Él se alza revelado en todo aquel con quien te encuentras porque
lo ves a través de Él Mismo. 5Renacer es abandonar el pasado y
contemplar el presente sin condenación. 6La nube que oculta al Hijo
de Dios de tu vista es el pasado, y si quieres que lo pasado, pasado sea, no lo
debes ver ahora. 7Si lo ves ahora en tus ilusiones, es que todavía
no se ha apartado de ti, aunque no está aquí.
“Renacer
es abandonar el pasado y contemplar el presente sin condenación”, es decir,
desde la visión Crística. Simplemente, con aplicar a nuestra conciencia esta
enseñanza, despertaríamos al mundo real, pues percibiríamos verdaderamente lo
que somos y el mundo que, hasta ahora, habíamos considerado fuera de nosotros.
Ver el pasado y permitir que condicione nuestro presente, es nuestra elección.
La cuestión que debemos plantearnos es la siguiente: ¿acaso puedes perdonar en el pasado? ¿acaso puedes perdonar en el futuro? ¿en qué realidad se encuentra el pasado? ¿en la irrealidad de lo que ya no está? ¿en qué realidad se encuentra el futuro, en la irrealidad de lo que aún no está? Tan solo podremos perdonar en el estado presente, pues el ahora es el único estado que es real, que está presente.
5. El milagro te permite ver a tu hermano libre de su pasado, y así te permite percibirlo como que ha renacido. 2Sus errores se encuentran en el pasado, y al percibirlo sin ellos lo liberas. 3Y puesto que su pasado es también el tuyo, compartes esa liberación. 4No permitas que ninguna sombra tenebrosa de tu pasado lo oculte de tu vista, pues la verdad se encuentra solamente en el presente, y si la buscas ahí, la encontrarás. 5La has buscado donde no está, y, por lo tanto, no has podido encontrarla. 6Aprende, pues, a buscarla donde está, y ella alboreará ante los ojos que ven. 7Tu pasado fue engendrado con ira, y si te vales de él para atacar el presente, serás incapaz de ver la liberación que éste te ofrece.
No
podremos alcanzar el Plan de Salvación dispuesto por Dios para Su Hijo, salvo
que decidamos ver el mundo en estado presente. Nuestra salvación, no es un
camino que debamos andar solos, es más, tan solo podremos llegar a la meta
dispuesta para nuestra salvación, si hacemos el camino junto a nuestros
hermanos. Aquello de lo que debemos salvarnos es de nuestra creencia en la
separación. Esa falsa creencia forma parte de nuestro pasado y si permitimos
que ocupe nuestros pensamientos en el estado presente, estaremos renunciando a
la salvación.
6. Has dejado
atrás los juicios y la condenación y, a no ser que los sigas arrastrando
contigo, te darás cuenta de que te has liberado de ellos. 2Contempla
amorosamente el presente, pues encierra lo único que es verdad eternamente. 3Toda
curación reside en él porque su continuidad es real. 4El presente se
extiende a todos los aspectos de
El pasado,
al igual que la muerte, son creencias inventadas por el ego. El sistema de
pensamiento del ego, es dado a dar significado a las cosas que percibe, con el
fin de conocerlas y reforzar su identidad en el mundo irreal que ha fabricado.
Carecer de referencias, pone muy nervioso al ego y le causa la sensación de
“andar a ciegas”.
El pasado
y el futuro, son invenciones del ego, en un intento de ordenar los ciclos
temporales por lo que se rige el mundo irreal que percibe. El presente
continuo, pasa desapercibido para el ego, pues lo considera un mero trámite
entre el pasado y el futuro, sus dos pilares más sólidos donde levanta el
edificio de su realidad. Si preguntamos al ego ¿quién es?, tendría que mirar en
su mente y rebuscar en el archivador donde guarda y custodia su memoria, donde
únicamente encontrará referencias de su pasado. Por lo tanto, la respuesta que
nos ofrezca sobre su identidad, será una imagen creada por su pasado. Si el
pasado ya pasó, no es real, por lo que, dicha respuesta nos estará hablando de
una identidad, falsa, inventada en el pasado, es decir, nos hablará de lo que
cree ser, pero no es, y no lo es, por la sencilla razón, de que el momento
presente en el que le hemos hecho la pregunta, es el ahora, y la respuesta debe
ver la realidad del ahora, no la irrealidad del pasado.
Si queremos conocer a los demás y, por igualdad, a nosotros mismos, debemos verlos y vernos, desde el presente, esto es, en nuestra condición inocentes, impecables y perfectos.
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