jueves, 11 de abril de 2024

Capítulo 6. V-B. Para tener paz, enseña paz para así aprender lo que es.

B. Para tener paz, enseña paz para así aprender lo que es.


1. Los que creen en la separación tienen un miedo básico a las represalias y al abandono. 2Creen en el ataque y en el rechazo, de modo que eso es lo que perciben, lo que enseñan y lo que apren­den. 3Estas ideas descabelladas son claramente el resultado de la disociación y la proyección. 4Eres lo que enseñas, pero es evidente que puedes enseñar incorrectamente, y, por consiguiente, te pue­des enseñar mal a ti mismo. 5Muchos pensaron que yo les estaba atacando, aunque es evidente que eso no era cierto. 6Un alumno desquiciado aprende lecciones extrañas. 7Lo que tienes que reco­nocer es que cuando no compartes un sistema de pensamiento, lo debilitas. 8Los que creen en él perciben eso como un ataque contra ellos. 9Esto se debe a que cada uno se identifica con su propio sistema de pensamiento, y todo sistema de pensamiento se centra en lo que uno cree ser. 10Si el núcleo del sistema de pensamiento es cierto, lo único que puede extenderse desde él es la verdad. 11Pero si lo que se encuentra allí es una mentira, lo único que puede proceder de él son engaños.

Sin pensamientos disociados de la Mente del Creador, del Amor, no existiría la creencia en la separación, en el miedo, en las represalias y en el abandono. No habría culpa que redimir, ni pecado que purificar.

Si tenemos pensamientos disociados de la Mente Divina, es porque creemos que es posible crear fuera del Reino de Dios, y, si esto es así, si lo creemos, lo enseñamos y lo aprendemos.

2. Los buenos maestros se dan cuenta de que sólo los cambios fundamentales son duraderos, mas no comienzan en ese nivel. 2Su primer objetivo -y el más importante- es fortalecer en el estu­diante el deseo de cambiar. 3Ese es asimismo no sólo su último objetivo sino también su objetivo final. 4Lo único que el maestro tiene que hacer para garantizar el cambio es estimular en el alumno su deseo de cambiar. 5Cambiar de motivación es cambiar de mentalidad, y esto inevitablemente produce un cambio funda­mental, ya que la mente es fundamental.

La motivación tiene el poder de movilizar la fuerza de la voluntad. En la motivación que mueva nuestra voluntad, es decir, en la dirección en la que la encaucemos, servirá a la luz o la oscuridad, al Ser o al ego, al Amor o al miedo, a la Dicha o al sufrimiento.

No es una labor fácil la del maestro, la de inspirar al estudiante para que cambie la dirección de su motivación, de su voluntad. 

Recuerdo un pasaje que leí hace ya tiempo, que bien pudiera ayudarnos a comprender este punto:

"Un joven fue a ver un sabio cierto día y le preguntó: señor, ¿qué debo hacer para convertirme en un sabio? El sabio no contestó. El joven, después de haber repetido su pregunta cierto número de veces con parecido resultado, lo dejó y volvió al siguiente día con la misma demanda. No obtuvo tampoco contestación alguna, y entonces volvió por tercera vez y repitió su pregunta: señor, ¿qué debo hacer para convertirme en un sabio?  

Finalmente, el sabio lo atendió y se dirigió a un río que por allí corría. Entró en el agua llevando al joven de la mano. Cuando alcanzaron cierta profundidad, el sabio se apoyó en los hombros del joven y lo sumergió en el agua, a pesar de sus esfuerzos para desasirse de él. Al fin lo dejó salir, y cuando el joven hubo recuperado el aliento, el sabio interrogó:  

- Hijo mío, cuando estabas bajo el agua, ¿qué era lo que más deseabas?  

Sin vacilar contestó el joven: aire, quería aire.  

- ¿No hubieras preferido mejor, riquezas, placeres, poderes o amor? ¿No pensaste en ninguna de esas cosas?  

- No señor, deseaba aire y solo pensaba en el aire que me faltaba - fue la inmediata respuesta.  

- Entonces -dijo el sabio-, para convertirte en un sabio debes desear la sabiduría con la misma intensidad con que deseabas el aire. Debes luchar por ella y excluir todo otro fin de tu vida. Debe ser tú sola y única aspiración, día y noche. Si buscas la sabiduría con ese fervor, seguramente te convertirás en un sabio".

3.  El primer paso en el proceso de inversión o des-hacimiento es el des-hacimiento del concepto de "obtener. 2La primera lección del Espíritu Santo es por consiguiente: "Para poder tener, da todo a todos". 3Dije que es posible que esto agudice el conflicto tempo­ralmente, y ahora podemos aclarar este punto aún más. 4A estas alturas, todavía no percibes la igualdad que existe entre tener y ser. 5Hasta que no la percibas, tener te parecerá lo opuesto a dar. 6La primera lección, por consiguiente, parece encerrar una contradicción, puesto que la está aprendiendo una mente que está en conflicto. 7Esto quiere decir que hay deseos conflictivos, y, así, la lección no puede aprenderse de manera consistente todavía. 8Lo que es más, la mente del alumno proyecta su propio conflicto, y, por lo tanto, no percibe consistencia en las mentes de los demás, lo cual le hace sospechar de la motivación de éstos. 9Ésa es la verdadera razón de que, desde cualquier punto de vista, la pri­mera lección sea la más difícil de aprender. 10Puesto que aún eres extremadamente consciente del ego en ti mismo y respondes principalmente al ego de los demás, se te está enseñando a que reacciones ante ambos como si lo que realmente crees no fuese verdad.

El sistema de pensamiento en el que se basa el ego está en conflicto con la verdad, con lo real, pues da lugar a una conciencia perceptiva que responde a la creencia en la separación, y en todos los efectos que se derivan de ese acto, la represalia, la culpa, el sentimiento de abandono, etc.

Siendo esto así, desde el conflicto fruto de esa creencia, Ser y tener no se percibe desde la igualdad, y menos aún se participa de la primera lección del Espíritu Santo, "Para poder tener, da todo a todo", es decir, para poder Ser, tenemos que compartir lo que somos, desde la igualdad que nos une en la Santa Filiación del Hijo de Dios.

4. El ego -operando a la inversa como de costumbre- percibe la primera lección como algo demente. 2De hecho, ésa es su única alternativa, pues la otra posibilidad, que sería mucho menos acep­table para él, es obviamente que él es el que es demente. 3En esto, como en todo, los juicios del ego están predeterminados por lo que él es. 4El cambio fundamental tendrá lugar cuando el pensa­dor cambie de mentalidad. 5Mientras tanto, la progresiva claridad de la Voz del Espíritu Santo hace que sea imposible que el alumno no la oiga. 6Por algún tiempo, pues, recibirá mensajes conflictivos y aceptará los dos.

Mientras que la consciencia responda a una mente dual, el proceso de aprendizaje de la verdad, que nos situará en un estado de percepción verdadera, será afrontado desde el conflicto y la mente tendrá que afrontar un proceso de cambio hasta que la voluntad esté al servicio de la Unidad.

5. La manera de escapar del conflicto que surge de dos sistemas de pensamiento que se oponen entre sí consiste claramente en escoger uno y abandonar el otro. 2Si te identificas con tu sistema de pensamiento, lo cual es inevitable, y aceptas dos sistemas de pensamiento que están en total desacuerdo, es imposible gozar de paz mental. 3Si enseñas ambos sistemas, que es lo que probablemente harás mientras los aceptes a los dos, estarás ense­ñando conflicto y también aprendiéndolo. 4Sin embargo, tú deseas la paz, pues, de lo contrario, no habrías invocado a la Voz de la paz para que te ayudase. 5Su lección no es demente, pero el conflicto sí.

En resumen, mientras que estemos sirviendo a dos señores a la vez, no gozaremos de la paz. Recordemos que no se puede dar lo que no se tiene.

6. Entre la cordura y la demencia no puede haber conflictos 2Sólo una de ellas es verdad y, por lo tanto, sólo una de ellas es real. 3El ego trata de persuadirte de que es a  ti a quien le corresponde decidir cuál de ellas es verdad, mas el Espíritu Santo te enseña que la verdad fue creada por Dios, y tu decisión no puede alterarla en absoluto. 4A medida que empieces a comprender el sereno poder de la Voz del Espíritu Santo y Su perfecta consistencia, tu mente se dará cuenta de que estás tratando de revocar una decisión que se tomó irrevocablemente por ti. 5Por eso sugerí anteriormente que te recuerdes a ti mismo permitir que el Espíritu Santo decida en favor de Dios por ti.  

Hemos sido creados de la Verdad y desde la Verdad, pues Dios es la Mente que alberga la Verdad. Por lo tanto, podemos demorar el momento de tomar consciencia de lo que Somos y de lo que tenemos, pero no podemos destruir lo que no hemos creado. 

7. No se te pide que tomes decisiones descabelladas aunque tal vez pienses que eso es lo que se te está pidiendo. 2Sin embargo; creer que es a ti a quien le corresponde decidir lo que son las creaciones de Dios no puede sino ser una locura. 3El Espíritu Santo percibe el conflicto exactamente como es. 4Por consiguiente, Su segunda lección reza así:       

5Para tener paz, enseña paz para así aprender lo que es.

“Dar y recibir”; “Enseñar y aprender”; “Ser y tener”. Son afirmaciones que se recogen en las enseñanzas del Curso y que forman parte del Sistema de Pensamiento de Dios y de Sus Creaciones. La segunda lección del Espíritu Santo, recoge el contenido del Pensamiento Divino. Para tener paz, o lo que es lo mismo, para Ser paz, enseña paz, es decir, expande lo que eres, para así aprender lo que es, esto es, para así experimentar el Ser.

8. Éste es todavía un paso preliminar; puesto que aún no has equiparado tener con ser. 2Es, no obstante, un paso más avanzado que el primero, que en realidad no es sino el comienzo del proceso de inversión del pensamiento. 3El segundo paso es una afirmación categórica de lo que deseas. 4Es pues, un paso encaminado a liberarte del conflicto, ya que significa que se han considerado las alternativas y se ha elegido la más deseable. 5Con todo, la expresión "más deseable" aún implica que lo deseable tiene diferentes grados. 6Por lo tanto, aunque este paso es esen­cial para poder tomar la decisión fundamental, no es obviamente el último. 7No se ha aceptado todavía la falta de grados de difi­cultad en los milagros porque nada que se desee completamente puede ser difícil. 8Desear completamente es crear, y crear no puede ser difícil si se tiene en cuenta que Dios Mismo té creó para que fueses un creador.

"Desear completamente es crear". El contenido de esta afirmación es esencial, pues no aporta un dato al que hemos hecho referencia en los anteriores puntos de este capítulo. La afirmación podría haber sido: "Desear es crear", pero no lo ha expresado así, sino que ha incluido el término "completamente" y con ello, entiendo que Jesús nos quiere mostrar que la voluntad, la motivación debe ser completa, es decir, debe servir plenamente a la verdad, o lo que es lo mismo, la voluntad cuando sirve a la Unidad Integral, da lugar a un acto creador. 

En cambio, si la motivación no consigue que la voluntad sirva a la unidad, sino que sirve a una creencia dual, entonces el acto al que da lugar, será la proyección y la fabricación de lo ilusorio.

9. El segundo paso, por lo tanto, es todavía perceptivo, si bien es un paso gigantesco hacia la percepción unificada que refleja el conocimiento de Dios. 2Al dar este paso y seguir en esa dirección, estarás avanzando hacia el centro de tu sistema de pensamiento, donde tendrá lugar el cambio fundamental. 3En el segundo paso  el progreso es intermitente, pero el segundo paso es más fácil qué el primero porque es el que le sigue. 4Darse cuenta de que este paso no puede sino seguir al primero es señal de una creciente conciencia de que el Espíritu Santo te guiará en tu camino.

Si el Ser es Unidad, es Paz, y el Ser es igual que tener, cuando enseñamos lo que somos, lo que tenemos, estamos aprendiendo a conocer lo que somos y al mismo tiempo, lo que tenemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Capítulo 8. VI. El tesoro de Dios.

VI. El tesoro de Dios. 1. Somos la voluntad unida de la Filiación , cuya plenitud es para todos.  2 Comenzamos nuestra jornada de regreso ...