VI. La luz de la comunicación (2ª parte).
El acto "pecador" del Hijo de Dios, desobedeciendo la Voluntad de Su Padre, le llevó a la falsa creencia de estar separado del Creador, con lo cual, la comunicación directa que existía hasta ese momento, entre Padre e Hijo, se interrumpió.
Pasamos de ser parte de Dios, a buscarlo fuera de nosotros y a implorar su presencia para que medie a nuestro favor en todas nuestras contiendas.
La separación tan solo es compartida por el ego. El Espíritu Santo que conoce nuestra verdadera identidad, nos ofrece la Expiación para que corrijamos esa errónea percepción y retomemos la capacidad innata que se encuentra en nuestro interior para poder reconectar con la frecuencia divina.
6. Tú que hablas haciendo uso de símbolos turbios y engañosos no entiendes el lenguaje que has inventado. 2No tiene sentido, pues su propósito no es facilitar la comunicación, sino interrumpirla. 3Si el propósito del lenguaje es facilitar la comunicación, ¿cómo puede tener sentido dicha lengua? 4Mas incluso este extraño y tergiversado esfuerzo de querer comunicar no comunicando, contiene suficiente amor como para hacer que tenga sentido si su intérprete no es su hacedor. 5Tú que la inventaste sólo estás expresando conflictos, y el Espíritu Santo quiere liberarte de ellos. 6Pon en Sus manos lo que quieres comunicar. 7Él lo interpretará con perfecta claridad, pues sabe con Quién estás en perfecta comunicación.
La visión de la separación favoreció la aparición de lenguajes diferentes unos de otros, lo cual, en vez de facilitar la comunicación, lo que origina es la falta de entendimiento, esto es, la falta de conocimiento de lo que somos realmente.
El lenguaje del amor es universal y no requiere de símbolos a los que hay que interpretar, pues se comunica a través de la expansión de la paz, la libertad y la felicidad.
Ego y Espíritu, se expresan a través de lenguajes diferentes utilizando el canal de la mente. El lenguaje del ego siempre es oscuro, pues en realidad oculta su miedo y su culpabilidad. Los mensajes de ego siempre son juiciosos y condenatorios.
En cambio, el lenguaje del Espíritu siempre aporta luz allí donde más se necesita. Se expresa con sinceridad, inocencia, delicadeza y gratitud. Sus mensajes siempre son amorosos y cordiales.
8. La única función del Espíritu Santo es facilitar la comunicación. 2Para poder restablecerla, por consiguiente, tiene que eliminar todo lo que la obstaculizaría. 3No le ocultes nada, por lo tanto, que pudiera obstaculizarla, pues Él no atacará a tus centinelas. 4Simplemente llévalos ante Él, y permite que Su dulzura te muestre que en la luz no son temibles y que no pueden servir de guardianes de las tenebrosas puertas tras las cuales no hay nada que se encuentre celosamente oculto. 5Abramos todas las puertas y dejemos que la luz entre a raudales. 6En el templo de Dios no hay recintos secretos. 7Sus puertas están abiertas de par en par para recibir a Su Hijo. 8Nadie puede dejar de acudir allí donde Dios lo ha llamado, a menos que él mismo le dé la espalda a la bienvenida que le extiende su Padre.
La función del Espíritu Santo de facilitar la comunicación, hará que nuestra ignorancia y nuestro desconocimiento de lo que es real, de paso a la percepción verdadera y al conocimiento. Para conseguir esta transformación, debemos ser transparente y no ocultar resentimientos, miedos, ni culpa, es decir, debemos recuperar nuestra inocencia divina.
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