IV. Tu papel en
8. Tu tarea no es construir la realidad. 2La realidad está aquí sin que tú la hayas tenido que construir, pero no sin ti. 3Tú que has tratado de renunciar a ti mismo y que tan poco has valorado a Dios, escúchame hablar en favor de ti y de Él. 4No puedes comprender cuánto te ama tu Padre, pues en tu experiencia mundana no hay paralelo que te pueda ayudar a comprenderlo. 5En la tierra no hay nada comparable, ni nada que jamás hayas sentido aparte de Él se parece en lo más mínimo a Su Amor. 6Tú no puedes ni siquiera dar una bendición con perfecta dulzura. 7¿No te gustaría conocer a Uno que da para siempre, y que lo único que sabe es dar?
Nuestra tarea no es construir la realidad, pues la realidad está aquí sin que la hayamos tenido que construir, pero no sin nosotros. Parece una contradicción, pero no lo es. Cuando utilizamos el sistema de pensamiento del ego, aquello que llamamos realidad, es fruto de lo que percibimos con nuestros sentidos físicos. Sin embargo, aquello que percibimos desde la temporalidad carece del valor de la realidad, pues como nos enseña este Curso, la realidad, al igual como la verdad, no cambian, son eternas.
Nuestra realidad no la hemos creado nosotros por sí mismo, pero no puede existir sin nuestro ser.
En el mundo que percibimos desde la visión del ego, no nos permite conocer la verdadera realidad, así como, las expresiones que emanan de ella misma. La realidad verdadera es esencia espiritual con capacidad para expandir la fuerza del Amor Incondicional. Alcanzar la percepción verdadera de esta realidad significa que nuestra mente recta vibra en frecuencia del Cielo.
9. Los Hijos del Cielo viven en la luz de la bendición de su Padre, pues saben que están libres de pecado. 2
En este punto, se nos clarifica la función que realiza la Expiación del Espíritu Santo. No se puede confundir con el Conocimiento de Dios, ni de Su Hijo. La Expiación al corregir la percepción falsa, nos muestra nuestra verdadera condición, ayudándonos a recordar lo que ya se encuentra en nuestra memoria, pues, el recuerdo de la realidad se encuentra en dios, y, por lo tanto, en nosotros.
10. Los culpables y los inocentes son totalmente incapaces de entenderse entre sí. 2Cada uno percibe al otro diferente de como se percibe a sí mismo, lo cual impide que pueda haber comunicación entre ellos, pues cada uno ve al otro de modo distinto de como se ve a sí mismo. 3Dios sólo se puede comunicar con el Espíritu Santo en tu mente porque sólo Él comparte el conocimiento de lo que tú eres con Dios. 4Y sólo el Espíritu Santo puede contestarle a Dios por ti porque sólo Él sabe lo que es Dios. 5Todo lo demás que has puesto dentro de tu mente no existe, pues, lo que no está en comunicación con
Antes de que neguemos esta afirmación, debemos entender el contenido de esta afirmación. No tan solo existe aquello que percibimos con nuestros sentidos físicos. La existencia hay que reconocerla en términos de realidad o ilusión, en términos de verdad o falsedad. Esto es así, porque tan sólo lo que es eterno es real, es verdad y por lo tanto, existe. Mientras que lo que es temporal, aunque sea percibido, no es real, no es verdad y por lo tanto no existe.
Como bien empieza este punto, los culpables, los que perciben erróneamente, son totalmente incapaces de entender con los inocentes, es decir, con los que viven en el Cielo y son Eternos.
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