lunes, 2 de septiembre de 2024

Capítulo 14. III. La decisión en favor de la inocencia (5ª parte).

 III. La decisión en favor de la inocencia (5ª parte).


16. Dile únicamente al Espíritu Santo: "Decide por mí", y está hecho. 2Pues Sus decisiones reflejan lo que Dios sabe acerca de ti y ante esa luz cualquier clase de error es imposible. 3¿Por qué luchas tan frenéticamente por tratar de prever lo que no puedes saber, cuando tras cada decisión que el Espíritu Santo toma por ti se encuentra el conocimiento? 4Aprende de Su sabiduría y de Su Amor, y enseña Su respuesta a todos los que luchan en las tinie­blas, pues al hacerlo decides por ellos y por ti.

Si no crees en la afirmación contenida en este punto, es porque aún te encuentras formando parte del pelotón de los que rinden culto a la culpa. Estás cansado de sufrir, de ser infeliz, pero aun te siente llamado a autocastigarte por una razón sin sentido, cuyo único fin es demostrarte que has decidido vivir alejado del amor.

Invoca en tí, al Espíritu Santo y dile: "decide por mí". Deja las armas que han sido tus defensas hasta ahora para protegerte del dolor y del miedo. Ahora tus manos, no se encuentran solas, pues están firmemente adheridas a las manos que te ofrece amorosamente el Espíritu Santo. Déjate llevar, por la paz que ahora te envuelve. Él sabe dónde conducir tus pasos para que se produzca el feliz reencuentro con la salvación.

17. ¡Qué grato es decidir todas las cosas a través de Aquel que da Su equitativo Amor a todos por igual! 2Él no excluye a nadie de ti. 3Por lo tanto, te da lo que es tuyo porque tu Padre quiere que lo compartas con Él. 4Deja que el Espíritu Santo sea tu guía en todo, y no te vuelvas atrás. 5Confía en que Él responderá de inmediato y con Amor a todos los que de algún modo se vean afectados por tus decisiones. 6todo el mundo se ve afectado. 7¿Te echarías al hombro la responsabilidad de tener que decidir qué es lo único que redundaría en beneficio de todos? 8¿Cómo ibas a saberlo?

A partir de ahora, te sentirás más liviano, sin tener que llevar pesadas cargas. Tu nuevo estado de ánimo se verá reflejado en los rostros de los demás, en los que se percibe una expresión de aceptación, de concordia, de amabilidad. Son la muestra de la respuesta que tu nueva mente está propiciando en tu caminar. Ya no percibes el miedo en sus rostros, pues no se ven amenazados por tu ignorancia.

Sigues soñando, lo sabes, pero ahora, has decidido tener sueños felices.

18. Te has enseñado a ti mismo el hábito completamente antinatural de no comunicarte con tu Creador. 2Sin embargo, permaneces en estrecha comunicación con Él, y con todo lo que mora en Él, lo cual mora también en ti. 3Desaprende, mediante el amoroso con­sejo del Espíritu Santo, el aislamiento que aprendiste, y aprende la feliz comunicación que desechaste, pero que aun así no pudiste perder.

Sí, hermano, ahora te sientes parte de la Filiación. Ahora sí sabes dónde dirigir tu mirada para reconocer tu verdadera identidad. Cada uno de tus hermanos, te la muestran gratuitamente, y comprendes, en esa nueva visión, que la salvación es compartida con ellos.

19. Siempre que tengas dudas acerca de lo que debes hacer, piensa en Su Presencia y repite para tus adentros esto y sólo esto:  

2Él me guía y conoce el camino que yo no conozco.

3Mas nunca me privará de lo que quiere que yo aprenda.

4Por eso confío en que me comunicará todo lo que sabe por mí. 

5Déjale entonces que te enseñe quedamente cómo percibir tu ino­cencia, la cual está ya ahí.

¡Qué así sea! 

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