En este
punto se aborda de nuevo una de las enseñanzas más importante que nos aporta el
Curso. Nos aclara que es fácil atribuir al cuerpo la idea de la liberación.
Cualquier apego, una de las consecuencias del miedo, se relaciona con la
capacidad que tiene el cuerpo para expresar iniciativas propias. Esa creencia
nos llevaría a someter a una dura y sacrificada disciplina al cuerpo con el
propósito de liberarle del lastre al que se ha adherido.
Pero la
causa de ese apego, de ese miedo, no debemos corregirla en el nivel físico,
sino que debemos encontrarla en el nivel del pensamiento, donde se dan cita las
falsas creencias y el anhelo deseo.
Tomar
consciencia de esta enseñanza acelerará el proceso de liberación del miedo. La
identificación de la falsa creencia o pensamiento falso, ha de permitirnos su
corrección en ese nivel. Recordar que el cuerpo no tiene capacidad para crear
nos permitirá comprender que su función es sernos útil como recurso de
aprendizaje. La experiencia en el nivel físico, gracias a la labor del cuerpo,
no permitirá tomar consciencia de la calidad de nuestros pensamientos.
2. La magia es el uso insensato o mal-creativo de la mente. 2Los medicamentos físicos son una forma de "hechizo”; pero si tienes miedo de usar la mente para curar, no debes intentar hacerlo. 3El hecho mismo de que tengas miedo hace que tu mente sea vulnerable a crear falsamente. 4Es probable, por lo tanto, que no entiendas correctamente cualquier curación que pudiera producirse, y puesto que el egocentrismo va normalmente acompañado de miedo, tal vez no puedas aceptar la verdadera Fuente de la curación. 5En tal caso, es menos arriesgado depender temporalmente de artificios curativos físicos, ya que no puedes percibirlos erróneamente como tus propias creaciones. 6Mientras tu sensación de vulnerabilidad persista, no debes intentar obrar milagros.
El no
reconocimiento de la causa que origina la percepción falsa, no nos permitirá
realizar la corrección de la misma en el nivel adecuado.
Imaginémonos
a un arquitecto que diseña mentalmente un edificio. Ha realizado todos los
cálculos necesarios para ser capaz de trasladar su idea original a un plano.
Las medidas, las distribuciones, los espacios, toman forma en el papel y tan
solo resta comprobar que esa idea, al tomar forma física con su construcción,
reúne las condiciones perfectas al diseño creado mentalmente.
Tan solo la
experiencia de la construcción facilitará al arquitecto que lo ideado es
correcto. Pero si en el proceso último de la construcción, el edificio diese
muestra de algo incorrecto, el arquitecto deberá corregirla, en primer lugar en
su mente, donde ha sido creada, pues si no lo hace así, el arquetipo del diseño
volverá a dar error cuando alcance la fase de construcción. La corrección en su
origen es necesaria para evitar que el edificio vuelva a dar muestra de
debilidad.
Este punto viene a recordarnos que es de vital
importancia tener claro dónde debemos realizar la corrección de la falsa percepción.
Si el error original es creernos separados de nuestro Padre y de Su Filiación,
es en ese nivel donde debemos realizar el proceso de cambio, esto es, en
nuestras creencias, en nuestros pensamientos.
Este punto viene a recordarnos que es de vital importancia tener claro dónde debemos realizar la corrección de la falsa percepción. Si el error original es creernos separados de nuestro Padre y de Su Filiación, es en ese nivel donde debemos realizar el proceso de cambio, esto es, en nuestras creencias, en nuestros pensamientos.
3. He dicho ya que los milagros son expresiones de una orientación milagrosa, y una orientación milagrosa no es otra cosa que una mentalidad recta. 2Los que poseen una mentalidad recta no exaltan ni menosprecian la mente del que obra milagros ni la del que los recibe. 3En cuanto que medio de corrección, sin embargo, el milagro no tiene que esperar a que el que los ha de recibir goce de una mentalidad recta. 4De hecho, su propósito es restituirle su mente recta. 5Es esencial, no obstante, que el obrador de milagros esté en su mente recta, aunque sea brevemente, o, de lo contrario, será incapaz de re-establecer la mentalidad recta en otros.
Nadie puede dar lo que no tiene. Para poder curar, para poder aplicar el milagro, es preciso tener una orientación milagrosa, es decir, tenemos que tener la certeza de que el milagro es el medio de expresión de la Expiación, del acto de Amar y que compartiendo esa mentalidad recta, estaremos expandiendo el poder de sanar, en definitiva el poder de corregir las falsas creaciones de la mente.
4. El sanador que confía en su
propio estado de preparación pone en
peligro su entendimiento. 2Estás
perfectamente a salvo siempre que no te preocupes en absoluto por tu estado de
preparación, pero mantengas firme confianza en el mío. 3Si tus
inclinaciones a obrar milagros no están funcionando debidamente, es siempre
porque el miedo se ha infiltrado en tu mentalidad recta y la ha invertido. 4Toda
forma de mentalidad-no-recta es el resultado de negarte a aceptar la Expiación para ti mismo.
5Si la aceptases estarías en una posición desde la que podrías
reconocer que los que tienen necesidad de curación son simplemente aquellos que
aún no se han dado cuenta de que la mentalidad recta es en sí la
curación.
Ya hemos
dicho que la causa original que ha dado lugar a la percepción falsa es la
creencia en la separación. Ese pensamiento falso viene a negar que somos una
Expansión de nuestro Creación, de lo contrario no veríamos la separación. Tal
pensamiento nos pone en contacto con un nivel de percepción que favorece el
estado conocido como enfermedad.
Cualquier
acto de curación supone una corrección de esa falsa creencia en la separación.
El sanador, actuando desde su consciencia física, debe entregar todas y cada
una de sus decisiones en manos del Espíritu Santo -mente recta-, y entregarse
al proceso de Expiación. La aplicación de cualquier iniciativa de curación que
no tenga su causa en la Expiación, carecerá del ingrediente esencial que
garantizará la percepción correcta, el Amor.
5. La única responsabilidad del obrador de milagros es aceptar la Expiación para sí mismo. 2Esto significa que reconoces que la mente es el único nivel creativo, y que la Expiación puede sanar sus errores. 3Una vez que hayas aceptado esto, tu mente podrá solamente sanar. 4Al negarle a tu mente cualquier potencial destructivo y restituir de nuevo sus poderes estrictamente constructivos, te colocas en una posición desde la que puedes eliminar la confusión de niveles en otros. 5El mensaje que entonces les comunicas es el hecho irrefutable de que sus mentes son igualmente constructivas y de que sus creaciones falsas no pueden hacerles daño. 6Al afirmar esto liberas a la mente de la tendencia a exagerar el valor de su propio recurso de aprendizaje, y la restituyes a su verdadero papel de estudiante.
El obrador de milagros ha de sanar su mente aplicando en ella la Expiación. A partir de ese estado de consciencia, el sanador está capacitado para compartir con sus hermanos la visión de unidad con todo lo creado. Su visión mostrará un modo nuevo de ver las cosas y permitirá vislumbrar la percepción correcta del mundo temporal en el que se desarrolla su proceso de aprendizaje.
6. Debe subrayarse nuevamente que al cuerpo le resulta tan imposible aprender como crear. 2En cuanto que recurso de aprendizaje se deja llevar simplemente por el estudiante, mas si se le dota falsamente de iniciativa propia, se convierte en una seria obstrucción para el mismo aprendizaje que debería facilitar. 3Sólo la mente es capaz de iluminación. 4El espíritu ya está iluminado, y el cuerpo, de por sí, es demasiado denso. 5La mente, sin embargo, puede hacer llegar su iluminación hasta el cuerpo al reconocer que éste no es el estudiante y que, por lo tanto, no tiene la capacidad de aprender. 6Es muy fácil, no obstante, poner al cuerpo en armonía con la mente una vez que ésta ha aprendido a mirar más allá de él hacia la luz.
El cuerpo, como instrumento al servicio de la mente, no tiene la capacidad de aprender, pues las lecciones que se adquieren en ese nivel no van dirigida a él, que es un canal, sino al que tiene la capacidad de dirigirlo, al verdadero estudiante, a la mente.
Si la mente no cambia y corrige el error, el cuerpo seguirá experimentando ese error. Es evidente, que la corrección a nivel de la mente se expresará en el nivel tangible de la experiencia dando muestra a acciones a las que el cuerpo dará forma.
7. El aprendizaje que verdaderamente corrige comienza siempre con el despertar del espíritu y con el rechazo de la fe en la visión física. 2Esto frecuentemente entraña temor, ya que tienes miedo de lo que tu visión espiritual te mostraría. 3Anteriormente dije que el Espíritu Santo no puede ver errores, y que sólo puede mirar más allá de ellos hacia la defensa de la Expiación. 4No cabe duda de que esto puede producir incomodidad, mas la incomodidad no es el resultado final de la percepción. 5Cuando se le permite al Espíritu Santo contemplar la profanación del altar, Él mira de inmediato también hacia la Expiación. 6Nada que Él perciba puede producir miedo. 7Todo lo que resulta de la conciencia espiritual simplemente se canaliza hacia la corrección. 8La incomodidad se manifiesta únicamente para traer a la conciencia la necesidad de corrección.
Para todos
aquellos que nos estemos preguntando cómo saber cuándo nuestra mente está
percibiendo correctamente y cuándo no, este punto nos responde a tal
cuestión.
Una
respuesta que nos produzca incomodidad no procede del Espíritu Santo, pues nada
de lo que Él perciba puede producir miedo y la incomodidad es fruto del miedo.
La respuesta del Espíritu Santo tiene como objetivo
la corrección. En cambio, la incomodidad nos revela que esa creencia debe ser
cambiada y percibida de manera correcta.
8. El miedo a la curación surge, en última instancia, de no estar uno completamente dispuesto a aceptar que la curación es necesaria. 2Lo que el ojo físico ve no es correctivo, ni tampoco es posible corregir el error mediante ningún medio físicamente visible. 3Mientras creas en lo que tu visión física te muestra, tus intentos de corregir procederán de un falso asesoramiento. 4La verdadera visión queda nublada porque te resulta intolerable ver tu propio altar profanado. 5Mas como el altar ha sido profanado, tu estado se torna doblemente peligroso a menos que percibas que así ha sido.
Una visión que
dé lugar a la percepción falsa o creencia en la separación, no puede corregir
el error al que da lugar. Se hace necesario un cambio en la manera de ver las
cosas y ese cambio debe estar acompañado del despertar de la consciencia
espiritual.
En muchas ocasiones, cuando se produce el despertar
de la consciencia espiritual, adoptamos medidas correctivas basadas en la
culpa. Se trata de una estrategia del ego para mantener el culto al cuerpo, y
potenciar su falsa identidad. Recordemos que el cuerpo es neutral y está al
servicio de la mente. La corrección debe orientarse en el nivel de la mente de
donde emana la causa del error.
9. Curar es una habilidad que se desarrolló después de la separación, antes de la cual era innecesaria. 2Es temporal al igual que todos los aspectos de la creencia en el tiempo y en el espacio. 3Mientras el tiempo continúe, no obstante, la curación seguirá siendo necesaria como medio de protección. 4Esto se debe a que la curación se basa en la caridad, y la caridad es una forma de percibir la perfección en otro aun cuando no puedas percibirla en ti mismo. 5La mayoría de los conceptos más elevados que ahora eres capaz de concebir dependen del tiempo. 6La caridad, en realidad, no es más que un pálido reflejo de un amor mucho más poderoso y todo-abarcador, el cual está mucho más allá de cualquier forma de caridad que te hayas podido imaginar hasta ahora. 7La caridad es esencial para la mentalidad recta aun en la pequeña medida en que ahora puedas alcanzarla.
El significado que el Curso aporta, en este punto, a la caridad, es muy
revelador.
Si buscamos el significado que suele acompañar a este término, encontramos
el siguiente: "Virtud teologal del cristianismo que consiste en amar a
Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo".
La aportación del Curso introduce un matiz diferente, pues nos describe a
la caridad como una forma de percibir la perfección en otro aun cuando no
puedas percibirla en ti mismo. Entiendo como esencial este aspecto de la
caridad con relación al acto de curar. Ver o percibir la perfección en el otro
capacita al obrador de milagros para elevar la percepción correcta en el otro y
con ello favorecer su curación.
Una visión condenatoria sobre el comportamiento del otro, en un intento de
establecer una relación causa-efecto entre el comportamiento y la enfermedad,
no es la percepción correcta para expresar la caridad y con ello la curación.
10. La caridad es una manera de ver a otro como si ya hubiese llegado mucho más allá de lo que en realidad ha logrado en el tiempo hasta ahora. 2Puesto que su pensamiento tiene fallos, no puede ver que la Expiación es para él, pues, de otro modo, no tendría necesidad de caridad. 3La caridad que se le concede es a la vez una confirmación de que necesita ayuda, así como el reconocimiento de que la aceptará. 4Estas dos percepciones denotan claramente su dependencia del tiempo, haciendo patente el hecho de que la caridad opera todavía dentro de las limitaciones de este mundo. 5Dije anteriormente que sólo la revelación transciende el tiempo. 6El milagro, al ser una expresión de caridad, tan sólo puede acortarlo. 7Hay que entender, no obstante, que cuando le ofreces un milagro a otro estás acortando su sufrimiento y el tuyo. 8Esto corrige tanto retroactivamente como progresivamente.
La caridad es un anticipo, en el mundo temporal, del Amor Incondicional que
rige en el Cielo, en la Eternidad. La percepción correcta nos capacita para
saber que el proceso existencial que experimentamos a través del
cuerpo es temporal y que la verdadera Vida no está limitada por tal experiencia,
sino que se fundirá en el Camino hacia nuestro verdadero Hogar. La caridad se
sustenta en esa percepción correcta y ve un mundo a su alrededor que requiere
recordar su origen espiritual y eterno. Deposita en los demás esa certeza y
favorece el despertar de la consciencia en el otro, viéndolo desde su
realidad, desde su perfección, como uno en la Filiación.
Gracias J.J
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