VII.
El final de las ilusiones (1ª parte).
1. Es imposible abandonar el pasado
sin renunciar a la relación especial. 2Pues la relación especial es
un intento de revivir el pasado y alterarlo. 3Toda imaginada ofensa,
todo dolor que todavía se recuerde, así como todas las desilusiones pasadas y
las injusticias y privaciones que se percibieron, forman parte de la relación
especial, que se convierte en el medio por el que intentas reparar tu herido
amor propio. 4Sin el pasado, ¿de qué base dispondrías para elegir a
un compañero especial? 5Toda elección al respecto se hace por razón
de algo "malo" que ocurrió en el pasado a lo que aún te aferras, y
por lo que otro tiene que pagar.
Hagámoslo fácil para facilitar la comprensión
del motivo que lleva al ego a establecer relaciones especiales. Lo primero que
tenemos que conocer es la procedencia del ego, pues de este modo sabremos cuál
es la causa que debemos corregir. El ego es un efecto del uso incorrecto de la
mente. Es el resultado de haber elegido creer que somos diferentes a nuestro
creador.
La existencia del ego depende de no perder esa
mochila, pues, sin ella, su sistema de pensamiento, su realidad, desaparecería.
Por lo tanto, pone mucho empeño en ocultar a la conciencia que su único
objetivo es mostrarnos un plan de salvación que nos habla de un amor que
gratificará la percepción de nuestros sentidos, y para hacer realidad dicho
plan, es imprescindible sentirse amado de una manera especial y amar del mismo
modo. Ese amor oculta los valores que guarda en su mochila. Ese amor es
condicional, pues no ofrece libertad, sino límites que exigirán al otro, al ser
amado, que se sacrifique para que él pueda ver satisfechas sus demandas y
necesidades.
Entre los "objetos" más valiosos que
guarda en su mochila, el ego utiliza uno muy especial, la culpa. Trasladar la
culpa al otro, ocultando su propia culpa, lleva al ego a sentirse superior y
ganador. Proyectando sus miedos, lleva ese miedo en las relaciones especiales y
trata de mantenerlo vivo utilizando el ataque. Su frase preferida es esta:
"Tú tienes la culpa de todo lo que nos pasa".
Remontémonos al origen de la creación. Dios
crea a Su Hijo desde el Amor. Podemos decir, que somos Hijos del Amor. Dios
creó un único Hijo. Lo que nos lleva a pensar que somos el fruto de Su
Pensamiento, el cual se extendió de Su Fuente Original. Al ser creados a Su
Imagen y Semejanza, somos Espíritu y tenemos sus mismos poderes creadores:
Voluntad, Amor e Inteligencia. La Filiación goza de Unidad, es por ello que las
Enseñanzas nos describen que Dios creó a un único Hijo. Esa es nuestra
verdadera identidad: Ser Espiritual. Ese Ser comparte la misma Fuente que Su
Creador, lo cual es la garantía de que no puede ser diferente a Su Creador, es
decir, no podemos ser Hijos del Amor e hijos del pecado al mismo tiempo.
El Hijo de Dios, ya lo hemos visto, tiene
libertad para utilizar los poderes adquiridos, según su voluntad. Sus falsas
creaciones no sustituyen su verdadera realidad. Si eso fuese posible, tendría
el poder para poner fin a la existencia de Su Creador; tendría el poder de
eliminar su esencia, su espíritu, su amor. Lo que sí es posible es identificarse
con una apariencia ilusoria y falsa, como es el ego. El percibir una vibración
diferente a la que existe en el plano superior de la Conciencia Una le lleva
a un estado de sopor, semejante al sueño, donde todo lo percibido es de la
misma calidad que su origen, esto es, ilusoria.
Permanecer en el sueño favorece la creencia en
el pecado y en la culpa. Ese recuerdo del pasado oscurece nuestro presente, impidiéndonos
nacer de nuevo y recordar nuestra verdadera identidad. Impide que despertemos a
la verdadera realidad.
En toda esta trama, el ego continuará su
aventura, siempre que le dejemos caminar con su apreciada mochila.
2. La relación especial es una
venganza contra el pasado. 2Al tratar de eliminar todo
sufrimiento pasado, pasa por alto el presente, pues está obsesionada con el
pasado y comprometida totalmente a él. 3Ninguna relación especial se
experimenta en el presente. 4Sombras del pasado la envuelven y la
convierten en lo que es. 5No tiene ningún significado en el
presente, y si no significa nada en el ahora, no significa nada en absoluto. 6¿Cómo
ibas a poder cambiar el pasado, salvo en fantasías? 7¿Y quién te
puede dar aquello de lo que según tú se te privó en el pasado? 8El
pasado no es nada. 9No trates de culparlo por tus privaciones, pues
el pasado ya pasó. 10En realidad es imposible que no puedas
desprenderte de lo que ya pasó. 11Debe ser, por lo tanto, que estás
perpetuando la ilusión de que todavía está ahí porque crees que sirve para
algún propósito que quieres ver realizado. 12Y debe ser también que ese
propósito no puede realizarse en el presente, sino sólo en el pasado.
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