martes, 31 de diciembre de 2024

Nada real puede ser amenazado

Retomo la iniciativa emprendida de impregnar mi mente con las enseñanzas recogidas en el texto “Un Curso de Milagros”, un manual metafísico que nos ayuda, a través del ejercitamiento de nuestra mente, a reencontrarnos con nuestra verdadera identidad espiritual, lo que otros ya han determinado como el “despertar de la conciencia”.

Lo había dejado en el comienzo, en la Introducción, y habíamos elegido unas frases que, a título de resumen, definen el propósito del Curso.

"Este curso puede, por lo tanto, resumirse muy simplemente de la siguiente manera:

Nada real puede ser amenazado.
Nada irreal existe.
En esto radica la paz de Dios" (T.Int.2:1-4).

No es mi intención analizar, minuciosamente, cada una de las palabras que dan cuerpo a los 31 capítulos del manual, pero me van a permitir que me tome este tiempo para aclarar conceptos y términos que considero de suma importancia y que se repiten a lo largo de toda la enseñanza. Si no conseguimos esclarecer su significado, me da la impresión de que careceremos de las claves principales para poder alcanzar a comprender el mensaje.

Considero, aun sabiendo que es mi ego el que lo necesita, que una buena comprensión nos ampliará la visión que seamos capaces de alcanzar.

Tan solo por esta vez, recurriré al diccionario de la Real Academia Española para extraer los significados acuñados oficialmente para definir algunos términos.
Comenzaré con el término “real”:

Real (Del lat. res, rei).
1. adj. Que tiene existencia verdadera y efectiva.

Realidad.
1. f. Existencia real y efectiva de algo.
2. f. Verdad, lo que ocurre verdaderamente.
3. f. Lo que es efectivo o tiene valor práctico, en contraposición con lo fantástico e ilusorio.

Bien, ya tenemos por dónde empezar. Ambos términos, “real y realidad”, nos abren un campo de posibilidades bastante limitado, pues para que algo sea real, debe tener una existencia verdadera y efectiva. Se completa su significado cuando se añade que la realidad, aparte de ser efectiva, debe tener un valor práctico, en contraposición con lo fantástico e ilusorio.

Se me hace inevitable seguir profundizando, pues mepregunto:o ¿qué es tener existencia verdadera?

Existencia (Del lat. tardío exsistentĭa).
1. f. Acto de existir.
2. f. Vida del hombre.
3. f. Fil. Por oposición a esencia, realidad concreta de un ente cualquiera. En el léxico del existencialismo, por antonomasiaexistencia humana.
4. f. pl. Mercancías destinadas a la venta, guardadas en un almacén o tienda.

Existir (Del lat. exsistĕre).
1. intr. Dicho de una cosa: Ser real y verdadero.
2. intr. Tener vida.
3. intr. Haber, estar, hallarse.

Existencia es el acto de existir. Vida del hombre. Pues no acabo de verlo claro. No es que sea caprichoso, pero el concepto “vida del hombre”, me imagino que se refiere a todos los apartados de la vida, a la que somos conscientes y a la que somos inconscientes; al estado de vigilia (que no significa ser conscientes) y al estado de sueño. Me surge una duda: cuando sueño, ¿existo? Lo digo porque lo que experimento, para muchos es una ilusión y no una realidad concreta de un ente, expresión que define a la existencia. Es decir, cuando sueño, no soy real y si no soy real, ¿quién es el que sueña? No puede ser alguien diferente a mí, pues el recuerdo del sueño condiciona o puede condicionar mi existencia concreta.

Creo que seguiré buscando. No acabo de estar satisfecho. Tal vez, haya dejado pasar una importante pista que puede ayudarnos a aclarar el significado de lo “real”.Una de las interpretaciones que nos ofrece la RAE sobre el término “realidad” nos dice: “Verdad, lo que ocurre verdaderamente”. ¿Qué es la verdad?


Verdad (Del lat. verĭtas, -ātis).
1. f. Conformidad de las cosas con el concepto que de ellas forma la mente.
2. f. Conformidad de lo que se dice con lo que se siente o se piensa.
3. f. Propiedad que tiene una cosa de mantenerse siempre la misma sin mutación alguna.
4. f. Juicio o proposición que no se puede negar racionalmente.
5. f. Cualidad de veraz. Hombre de verdad
6. f. Expresión clara, sin rebozo ni lisonja, con que a alguien se le corrige o reprende.
7. f. realidad (‖ existencia real de algo).


Bueno, parece que al fin las cosas se van aclarando. Muy significativa la primera de las interpretaciones. La verdad es tener conformidad de las cosas con el concepto que de ellas forma la mente. Desde este punto de vista, mi verdad puede ser, y sin duda lo es, diferente a tu verdad o a otras verdades. Vaya, siempre he pensado que la “verdad” debe ser una. Sin duda estaría en un error. Aunque, si seguimos profundizando en los significados del concepto “verdad”, llegamos a una conclusión bastante aclaratoria: Verdad es la propiedad que tiene una cosa de mantenerse siempre la misma,sin mutación alguna. ¿Quiere esto decir que lo real es aquello que no cambia, que no sufre mutaciones?

Si la respuesta es sí, entonces la siguiente cuestión se hace inevitable: ¿El ego (la personalidad identificada con el aspecto material) es real o irreal? Si está en permanente cambio, es irreal. Entonces, ¿quiénes somos “realmente”?

Responder a esta importante y trascendente cuestión nos invita a valorar el único y verdadero sentido de la existencia, de la vida, el espiritual.


Si tuviésemos que dar respuesta a cuestiones físicas de nuestra naturaleza material, nos ayudaríamos consultando textos explícitos en materia de anatomía y medicina. Sin embargo, nuestro propósito es buscar sentido a nuestra personalidad sagrada, y entonces, las respuestas debemos buscarlas y encontrarlas en textos sagrados.

Un Curso de Milagros, es uno de estos textos, quizás, me atrevería a decir, de los más avanzados y completos de los que he leído hasta ahora. Todos estamos invitados a profundizar en su contenido. Tengo la certeza de que encontraremos la respuesta que ya sabemos, pero que muchos hemos olvidado.

Cuando nos reencontremos, nos reconoceremos como lo que realmente somos: Hijos de Dios; Seres de Luz y Amor. Somos lo “Real” y “Verdadero”, somos “Perfectos” como nuestro Padre es “Perfecto”, pero lo hemos olvidad;, creemos que somos el cuerpo que vemos. Nada real puede ser amenazado. Cuando recordemos esa certeza, el miedo dejará de gobernar nuestra mente y, sin duda, en su lugar emergerá el Amor Incondicional.

Amenazar (De amenaza).
1. tr. Dar a entender con actos o palabras que se quiere hacer algún mal a alguien.
2. tr. Dar indicios de estar inminente algo malo o desagradable.

Nada real puede ser amenazado. Ningún acto o palabra será dirigido por nosotros con la intención de hacer algún mal a alguien, pues cuando nos hayamos liberado del miedo y, en su lugar, demos vida al Amor, la percepción errónea de “estar separado” desaparecerá y la conciencia de Unidad retornará a nuestra mente. ¿Cómo podremos amenazar o amenazarnos?

Capítulo 17. III. Sombras del pasado (1ª parte).

III. Sombras del pasado (1ª parte).

1. Perdonar no es otra cosa que recordar únicamente los pensa­mientos amorosos que diste en el pasado, y aquellos que se te dieron a ti. 2Todo lo demás debe olvidarse. 3El perdón es una forma selectiva de recordar que no se basa en tu propia selección. 4Pues las tenebrosas figuras que quieres hacer inmortales son "enemigos" de la realidad. 5Procura estar dispuesto a perdonar al Hijo de Dios por lo que él no hizo. 6Las tenebrosas figuras son los testigos que traes contigo para demostrar que el Hijo de Dios hizo lo que no hizo. 7Puesto que las traes contigo, las oirás. 8Y tú que las conservas porque tú mismo así lo elegiste, no puedes entender cómo llegaron hasta tu mente ni cuál es su propósito. 9Representan el mal que crees que se te infligió. 10Las traes con­tigo sólo para poder devolver mal por mal, con la esperanza de que su testimonio te permita pensar que otro es culpable sin que ello te afecte a ti. 11Hablan tan decididamente en favor de la sepa­ración que nadie que no estuviese obsesionado por perpetuar la separación podría oírlas. 12Te ofrecen las "razones" por las cuales deberías entablar alianzas no santas a fin de apoyar los objetivos del ego y hacer de tus relaciones testimonios de su poder.

"Para ser feliz basta tener buena salud y mala memoria". Cuando leí por primera vez esta frase, cuya autoría se le atribuye a la actriz Ingrid Bergman, tuve la sensación de identificarme con ella y me produjo cierto alivio, pues me ayudó a tratar mi mala memoria desde una perspectiva más liviana. 

Aunque no soy yo quien deba decirlo, me considero una persona con cierta facilidad para perdonar. Me pregunto si la razón de ello tiene algo que ver con que olvido con cierta facilidad los agravios del pasado. Entiendo que tener mala memoria puede ayudar a olvidar, sobre todo, los aspectos más duros del pasado, pero también creo que para perdonar hay que tener cierta condición hacia ello. Es decir, creo que hay que valorar más la paz que las creencias que respaldan que la razón hay que defenderla bajo cualquier concepto.

Las enseñanzas del Curso nos brindan la oportunidad de ver el pasado con ojos nuevos. Perdonar no es otra cosa que recordar únicamente los pensamientos amorosos que dimos en el pasado y aquellos que recibimos. Se trata de seleccionar los recuerdos del pasado donde el amor haya despertado nuestra consciencia, esto es, en el que la presencia del amor nos haya recordado nuestra verdadera identidad. Esa selección, esa forma selectiva de recordar, no pertenece al sistema de pensamiento del ego, pues sería imposible hacer una selección justa cuando el pensamiento que impera y que fundamenta la existencia del ego es la creencia en la separación. La ilusión no puede ser el criterio que nos lleve a elegir esos recuerdos de amor.

2. Son estas tenebrosas figuras las que quieren santificar al ego ante tus ojos, y enseñarte que lo que haces para mantenerlo a salvo es en realidad amor. 2Estas tenebrosas figuras siempre hablan de venganza, y todas las relaciones que entablan son absolutamente dementes. 3Tales relaciones tienen, sin excepción, el propósito de excluir la verdad del otro, así como la verdad acerca de ti. 4Por eso es por lo que ves tanto en ti como en el otro lo que no está ahí, haciendo de ambos los esclavos de la ven­ganza. 5Y por eso es por lo que cualquier cosa que te recuerde tus resentimientos pasados te atrae y te parece que es amor, independientemente de cuán distorsionadas sean las asociaciones que te llevan a hacer esa conexión. 6Y finalmente, ésa es la razón de que todas las relaciones de ese tipo se convierten en intentos de unión a través del cuerpo, pues sólo los cuerpos pueden conside­rarse medios de venganza. 7Es evidente que los cuerpos son el foco central de todas las relaciones no santas. 8Has aprendido esto por experiencia propia. 9Pero de lo que tal vez no te das cuenta es de todas las razones que hacen que la relación no sea santa. 10Pues la falta de santidad procura reforzarse a sí misma, tal como la santidad lo hace, atrayendo hacia sí lo que percibe como afín a ella.

Si utilizamos los prismáticos del ego para encontrar los recuerdos de los pensamientos amorosos, tenemos por seguro que nos engañará mostrándonos recuerdos que fortalecerán sus falsas creencias. Nos lo mostrará en nombre del amor, pero, si le prestamos atención, no tardaremos en descubrir que esos recuerdos están manipulados en un intento de ocultar el verdadero fin que persigue todas las iniciativas del ego: promover el miedo, la limitación, el dolor, el sufrimiento, el juicio, la culpa…

Hoy vemos cómo podemos alterar la realidad utilizando medios para ello. Alterar la realidad es la especialidad del ego. Es experto en ello, pues su identidad es fruto de esa capacidad para ocultar la verdad bajo otros ropajes. Eso se llama experimentar la ilusión e identificarse con ella, al decidir olvidar su esencia original. El cuerpo ha sustituido la visión del Ser, la cual es espiritual y es luminosa. Bajo esa ilusoria percepción, la luz es sustituida por la oscuridad, lo que nos impide reconocer lo que somos. 

El perdón tiene la facultad de extraer el recuerdo verdadero de lo que somos, agrupando tan sólo los pensamientos amorosos que sirven a la creación de Dios. Para perdonar, hay que olvidar la ilusión, es decir, hay que olvidar la creencia en la separación. Ese pensamiento es la causa que nos lleva a creernos "hijos del pecado". 

Para no caer en la trampa que el ego nos ofrece cada vez que utilizamos el pasado para fortalecer nuestra identidad, debemos entregar nuestra voluntad al Espíritu Santo y dejar que la Mente Recta lleve a cabo la selección correcta de los pensamientos que debemos recordar y que forman parte de nuestra única realidad.

3. No es con el cuerpo del otro con el que se intenta la unión en la relación no santa, sino con los cuerpos de los que no están ahí. 2Pues ni siquiera el cuerpo del otro, que de por sí es una percep­ción de él seriamente limitada, es el foco central tal como es, o al menos, no del todo. 3Lo que se puede emplear para fantasías de venganza, y lo que más fácilmente puede asociarse con aquellos contra quienes realmente se busca la venganza, es donde se centra la atención, y son estas partes las que se seleccionan como las únicas que tienen valor. 4Cada paso en el proceso de entablar, mantener o romper una relación no santa es un avance progresivo hacia una mayor fragmentación y una mayor irrealidad. 5Las tenebrosas figuras se vuelven cada vez más imperantes, y la importancia de aquel en quien parecen manifestarse disminuye.


El único objetivo que persigue el ego es garantizar su existencia. Para ello, nos ha mostrado el símbolo de su identidad, el cuerpo físico, y nos ha llevado a la creencia de que somos lo que percibimos, esto es, un cuerpo, que está sujeto a las leyes de la temporalidad, nace y muere. La estrategia planteada por el ego trata de ocultarnos nuestra verdadera identidad, es decir, que recordemos que somos un ser espiritual que no está sujeto a lo temporal, sino que es eterno.

Darnos pruebas de que somos un cuerpo material no persigue otro fin que el llevarnos a negar todo aquello que no percibamos bajo la densidad del plano material. Si recordásemos nuestra identidad eterna, el ego no tendría más que reconocer su inexistencia.

La venganza que persigue el ego no va dirigida al símbolo que representa su identidad, sino al recuerdo de los pensamientos amorosos que se dan cita en nuestra mente, pues en dicho recuerdo se alberga la verdad de lo que somos. El mejor aliado de su venganza es la culpa, pues atacando al culpable nos hace ver que salvaguarda la justicia y la verdad, cuando en realidad lo que hace es garantizar la perpetuidad del miedo, atacándose a sí mismo y a los demás. Sentirse "hijo del pecado" le lleva directamente a la creencia en la culpa y en la creencia en la redención a través del autocastigo, el cual se cree merecido. Esos pensamientos se convierten en las tenebrosas figuras que oscurecen los bellos pensamientos que nos hacen Uno con Dios. 

lunes, 30 de diciembre de 2024

Mis aportaciones sobre el Libro de Ejercicios de Un Curso de Milagros.

Con esta iniciativa, decido emprender una tentadora y apasionante aventura en el campo del intelecto: comprender con la mente y el corazón las enseñanzas recogidas en el libro “Un Curso de Milagros”. No soy el único aventurero que ha decidido emprender dicha empresa, me consta. Reconozco que el paisaje que se dibuja en el horizonte, a pesar de antojarse inhóspito, no me resulta totalmente desconocido. Me apasionan los nuevos “paradigmas”; me siento atraído por la invitación a descubrir nuevos retos.
En estos momentos, tengo la intuición de que este acto se asemeja a la acción de un sembrador, el cual, lleno de entusiasmo, emprende su camino sabiendo que la semilla que ha depositado en la tierra requerirá de cuidados, de atenciones, de mucho amor y paciencia. Sí, el sembrador es conocedor de la “ley de los tiempos". Tan sólo así, algún día, sabrá reconocer el rostro de su semilla en la frondosidad de sus frutos. Entonces el sembrador, con regocijo, reconocerá que se ha obrado, una vez más, el “milagro”.

Mis reflexiones tratarán sobre el Libro de Ejercicios, el segundo de los textos de los tres que forman la trilogía de Un Curso de Milagros.
Lo primero que me gustaría destacar sobre este manual de ejercicios nos ayudará a comprender el propósito que persigue dicho texto:
2Es la práctica de los ejercicios, no obstante, lo que te permitirá alcanzar el objetivo del curso. 3Una mente sin entrenar no puede lograr nada. 4El propósito de este libro de ejercicios es entrenar a tu mente a pensar según las líneas expuestas en el texto (L-In.1:2-3).
Se hace evidente que no se trata de asimilar una nueva teoría, sino algo que es esencial en cualquier disciplina que emprendamos: “entrenar”. Cualquiera de nosotros que haya frecuentado un gimnasio con el propósito de ejercitar su musculatura sabrá que los comienzos son muy duros y que la clave para avanzar se encuentra en la persistencia y en la disciplina. En este sentido, debemos saber que de nada nos servirá leer los ejercicios una y otra vez si no llevamos a la práctica su contenido.
6. Así pues, las únicas reglas generales a observarse en todas las lecciones son: Primera, los ejercicios deben practicarse con gran precisión, tal como se indique. 2Esto te ayudará a generalizar las ideas en cuestión a toda situación en la que te encuentres, así como a todas las cosas y personas en ella. 3Segunda, asegúrate de no decidir por tu cuenta que hay ciertas personas, situaciones o cosas a las cuales no se les puede aplicar estas ideas. 4Eso interfe­riría en la transferencia del entrenamiento (L-In.6:1-4).
Siguiendo con la analogía del gimnasio, siempre que adoptemos la práctica de una nueva disciplina, debemos conocer las reglas que nos permitirán ejercitar con más aprovechamiento. Seguir los consejos de un instructor nos ayudará sin duda a la hora de no cometer errores. Ahora bien, debemos entender el papel del instructor. Él nos puede indicar el modo de cómo realizar el ejercicio, pero para que tenga efectos en nuestra consciencia, debemos ser nosotros los que asumamos la acción de ejecutarla. Sin darnos cuenta, descubriremos que pronto nosotros mismos podemos instruir a otros y la principal lección para ello es el ejemplo.

8. Algunas de las ideas que el libro de ejercicios presenta te resultarán difíciles de creer, mientras que otras tal vez te parezcan muy sorprendentes. 2Nada de eso importa. 3Se te pide simplemente que las apliques tal como se te indique. 4No se te pide que las juzgues. 5Se te pide únicamente que las uses. 6Es usándolas como cobrarán sentido para ti, y lo que te demostrará que son verdad (L-In.8:1-5).

9. Recuerda solamente esto: no tienes que creer en las ideas, no tienes que aceptarlas y ni siquiera tienes que recibirlas con agrado. 2Puede que hasta te opongas vehementemente a algunas de ellas. 3Nada de eso importa, ni disminuye su eficacia. 4Pero no hagas excepciones al aplicar las ideas expuestas en el libro de ejer­cicios. Sean cuales sean tus reacciones hacia ellas, úsalas. 5No se requiere nada más (L-In.9:1-5). 
Son muchos los "facilitadores" de las enseñanzas que ofrece Un Curso de Milagros, los que se hacen eco de lo recogido en el párrafo anterior, y en su actividad difusora, al dirigirse a los participantes en sus charlas, lo hacen de la siguiente manera: “No creáis en lo que os digo; llevadlo a la práctica”. Tan sólo de este modo sabremos a ciencia cierta el valor que encierra esta nueva enseñanza.

Por mi experiencia, en la aplicación de Un Curso de Milagros, puedo corroborar la apreciación, siempre generosa, de esos "facilitadores". Como bien nos enseñara el Maestro Jesús: “Por sus obras los conoceréis”, y con esto, os invito a que dejéis que la semilla crezca en vuestra tierra humana y comprobaréis que se trata de una buena semilla, pues sus frutos serán de vuestro agrado y saciarán vuestro apetito espiritual.

No quiero terminar este preámbulo sin antes hacer referencia al contenido que resume, de forma concisa, Un Curso de Milagros y que se recoge en la introducción de dicho texto:
2. Este curso puede, por lo tanto, resumirse muy simplemente de la siguiente manera:
2Nada real puede ser amenazado.
3Nada irreal existe.
4En esto radica la paz de Dios (T-In.2:1-4).
Sin duda, habrá que profundizar en los conceptos “real” e “irreal” si queremos entender, en su máxima amplitud, las teorías contenidas en el Curso. Parece que la aventura promete.  Lo que sigue es una invitación a caminarla juntos.

Capítulo 17. II. El mundo perdonado (2ª parte).

 II. El mundo perdonado (2ª parte).

5. El mundo real se alcanza simplemente mediante el completo perdón del viejo mundo, aquel que contemplas sin perdonar. 2El Gran Transformador de la percepción emprenderá contigo un examen minucioso de la mente que dio lugar a ese mundo, y te revelará las aparentes razones por las que lo construiste. 3A la luz de la auténtica razón que le caracteriza te darás cuenta, a medida que lo sigas, de que ese mundo está totalmente desprovisto de razón. 4Cada punto que Su razón toque florecerá con belleza, y lo que parecía feo en la oscuridad de tu falta de razón, se verá transformado de repente en algo hermoso. 5Ni siquiera lo que el Hijo de Dios inventó en su demencia podría no tener oculto den­tro de sí una chispa de belleza que la dulzura no pudiese liberar.

El mundo de la percepción nos muestra una visión efímera de la belleza, pues es temporal y transitoria. En cambio, cuando nuestra consciencia se haya iluminado con la verdad, y la forma sea trascendida por la visión verdadera del espíritu, la belleza será conocida en su esplendor, formando parte de todo lo percibido. Esa belleza no será apreciada en la forma sino en el contenido.

El Espíritu Santo es el Tercer Aspecto de la Manifestación Trina del Creador: Padre, Hijo y Espíritu Santo. El Padre es el Principio de la Voluntad; el Hijo es el Principio del Amor y el Espíritu Santo es el Principio de la Inteligencia.

Será, pues, la Inteligencia o Mente Recta la que nos revelará las aparentes razones por las que fabricamos un mundo basado en la ilusión. Esa luz-entendimiento nos llevará finalmente a descubrir la verdadera belleza de todo lo creado.

6. Esta belleza brotará para bendecir todo cuanto veas, conforme contemples al mundo con los ojos del perdón. 2Pues el perdón transforma literalmente la visión, y te permite ver el mundo real alzarse por encima del caos y envolverlo dulce y calladamente, eliminando todas las ilusiones que habían tergiversado tu percepción y que la mantenían anclada en el pasado. 3La hoja más insignificante se convierte en algo maravilloso, y las briznas de hierba en símbolos de la perfección de Dios.

El placer que ahora percibimos cuando contactamos con la naturaleza a través de nuestros sentidos físicos se convertirá en éxtasis cuando percibamos de forma verdadera el mundo que nos rodea. Ya no necesitaremos ese contacto de los sentidos, sino que estos serán sublimados llevándonos a visionar la luz que forma parte de todo lo creado. La belleza de esa luz no es comparable con la belleza de la forma, pues esa luz es la esencia con la que ha sido creada.

7. Desde el mundo perdonado el Hijo de Dios es elevado fácil­mente hasta su hogar. 2una vez en él sabrá que siempre había descansado allí en paz. 3Incluso la salvación se convertirá en un sueño y desaparecerá de su mente. 4Pues la salvación es el final de los sueños, y dejará de tener sentido cuando el sueño finalice. 5¿Y quién, una vez despierto en el Cielo, podría soñar que aún pueda haber necesidad de salvación?

La salvación es el sueño feliz que decidimos tener como soñador del sueño. Tras ese último sueño, nuestros ojos dejarán de percibir el mundo ilusorio y habremos optado por sustituir el miedo por el amor, lo que movilizará el perdón del pasado, de donde extrae el recuerdo de la falsa creencia en la separación, en el pecado y en la culpa.

8. ¿Cuánto deseas la salvación? 2Pues ella te dará el mundo real, el cual está esperando ansiosamente ese momento. 3Las ansias del Espíritu Santo por dártelo son tan intensas que Él no quisiera esperar, si bien espera pacientemente. 4Une Su paciencia a tu impaciencia para que tu encuentro con Él no se demore más. 5Ve gustosamente a encontrarte con tu Redentor, y con absoluta con­fianza abandona con Él este mundo y entra al mundo real de belleza y perdón.

¿Cuánto deseo la salvación? Esa pregunta me lleva a dirigir mi mirada hacia el interior y descubrir que no soy un pecador; que no oculto culpa alguna y que siento un profundo amor por mi Ser. Ya no me juzgo, ya no me condeno, ya no me castigo. Ahora soy consciente de que todas esas viejas creencias forman parte de una falsa percepción y de una falsa realidad. Ese reencuentro con mi verdadera identidad me lleva a mirar al exterior y a reconocer que mi identidad es compartida con todos mis hermanos.

Juntos, caminaremos de regreso hasta nuestro verdadero Hogar, donde completaremos la Unidad de la Filiación y donde gozaremos de la eterna Paz que Dios ha dispuesto para Su Hijo.

domingo, 29 de diciembre de 2024

¿Qué es Un Curso de Milagros?

Hace ahora, aproximadamente, nueve años, la vida, con su eterna sabiduría, me llevó a retomar el estudio de un libro que, años antes, había iniciado, pero que, en aquellos días, lo dejé "aparcado" para dedicarme a dar continuidad a otras ocupaciones. Ese libro es Un Curso de Milagros.

Decir que las Enseñanzas Espirituales ocupan un lugar privilegiado en mi vida. Desde muy temprana edad, me sentí llamado a buscar respuestas a las muchas interrogantes que la existencia me planteaba. Esa inquietud no tardó en satisfacer su exigencia y mi vida, desde entonces, ha sido un transitar continuo por los muchos caminos que nos conducen, de una manera u otra, a encontrar la senda de la Verdad.

Cuando Un Curso de Milagros llegó por primera vez a mi vida, lo hizo de manera "fortuita". Fue un regalo agradecido de una amiga, cuya gratitud me dio a elegir entre algunos títulos y mi mano se posó inspiradamente en una de las obras que más luz, hasta ahora, ha aportado a mi existencia.

Este espacio que hoy nace gracias a la gentileza de Blogger y, por supuesto, por la gracia e inspiración de mi Yo Espiritual, lo quiero dedicar a la expansión del conocimiento que se recoge en las enseñanzas de Un Curso de Milagros.

Dichas enseñanzas nos revelan que el mejor modo de aprender algo es enseñarlo, o lo que es lo mismo, el único modo de recibir es dar. Así que, siguiendo dichas afirmaciones, me pongo en disposición de enseñar lo que es mi voluntad aprender.


¿Qué es Un Curso de Milagros?

Comenzaré por lo que creo que deberíamos conocer en primer lugar. Para ello, me he tomado la libertad de buscar las respuestas que se recogen en la red con relación a esta cuestión y presentar una muestra de las mismas:

"Este curso no tiene otro propósito que enseñarte que el ego es algo increíble y que siempre lo será. Tú, que lo inventaste al creer lo increíble, no puedes emitir ese juicio por tu cuenta" (T.7.VII:71-2).

"Si el propósito de este curso es ayudarte a recordar lo que eres, y tú crees que lo que eres es algo temible, de ello se deduce forzosamente que no aprenderás este curso. Sin embargo, la razón de que el curso exista es precisamente porque no sabes lo que eres" (T.9.I:2.4-5).

"Aprender este curso requiere que estés dispuesto a cuestionar cada uno de los valores que abrigas. Ni uno solo debe quedar oculto y encubierto, pues ello pondría en peligro tu aprendizaje" (T.24.Int:2.1-2).

"Este curso es muy simple. Quizá pienses que no necesitas un curso que, en última instancia, enseña que sólo la realidad es verdad. Pero ¿crees realmente esto? Cuando percibas el mundo real, reconocerás que no lo creías" (T.11.VIII:1.1-4).

"Tal vez te quejes de que este curso no es lo suficientemente específico como para poderlo entender y aplicar. Mas tal vez no hayas hecho lo que específicamente propugna. Éste no es un curso de especulación teórica, sino de aplicación práctica" (T.11.VIII:5.1-3).

"La razón de que este curso sea simple es que la verdad es simple. La complejidad forma parte del ámbito del ego y no es más que un intento por su parte de querer nublar lo que es obvio" (T.15.IV:6.1-2).

"El propósito de este curso es que aprendas a conocerte a ti mismo. Has enseñado lo que eres, pero no has permitido que lo que eres te enseñe a ti" (T.16.III:4.1-2).

"Decidir entre si escuchar o no las enseñanzas de este curso y seguirlas, no es sino elegir entre la verdad y las ilusiones. Pues en este curso se hace una clara distinción entre la verdad y las ilusiones y no se confunden en absoluto" (T.16.V:16.1-2).

"La liberación se te concede en el instante en que la desees. Son muchos los que se han pasado toda una vida preparándose y ciertamente han tenido sus momentos de éxito. Éste curso no pretende enseñar más de lo que ellos aprendieron en el tiempo, pero sí se propone ahorrar tiempo" (T.18.VII:4.3-5).

"Este curso apenas requiere nada de ti. Es imposible imaginarse algo que pida tan poco o que pueda ofrecer más" (T.20.VII:1.7).

"De todos los mensajes que has recibido y que no has entendido, sólo este curso está al alcance de tu entendimiento y puede ser entendido. Éste es tu idioma" (T.22.I:6.1-2).

"Este curso o bien se creerá enteramente o bien no se creerá en absoluto. Pues es completamente cierto o completamente falso, y no puede ser creído sólo parcialmente. Y tú te escaparás enteramente del sufrimiento o no te escaparás en absoluto. La razón te dirá que no hay un lugar intermedio donde te puedas detener indeciso, esperando a elegir entre la felicidad del Cielo o el sufrimiento del infierno. Hasta que no elijas el Cielo, estarás en el infierno y abatido por el sufrimiento" (T.22.II:7.3-7).

"Este curso es fácil precisamente porque no transige en absoluto. Aun así, parece ser difícil para aquellos que todavía creen que es posible transigir. No se dan cuenta de que si lo fuese, la salvación sería un ataque" (T.23.III:4.1-3).

"No olvides que la motivación de este curso es alcanzar y conservar el estado de paz. En ese estado la mente se acalla y se alcanza la condición en la que se recuerda a Dios. No es necesario que le digas lo que Él debe hacer. Él no fallará" (T.24.Int.1.1:1-4).

"Este curso no pretende enseñar lo que no se puede aprender fácilmente. Su alcance no excede el tuyo, excepto para señalar que lo que es tuyo te llegará cuando estés listo" (T.24.VII:8.1-3).

"Este curso ofrece un marco de enseñanza muy claro y muy simple, y te provee de un Guía que te dice lo que debes hacer. Si le obedeces, verás que lo que Él te dice es lo que da resultado" (T.9.V.9:1-2).

"Uno de los principales objetivos de aprendizaje de este curso es invertir tu concepto de lo que es dar, de modo que puedas recibir. Pues dar se ha convertido en una fuente de temor, y así, evitas emplear el único medio a través del cual puedes recibir" (L.105.3:1).

"¡El mundo no existe! Éste es el pensamiento básico que este curso se propone enseñar. No todo el mundo está listo para aceptar esto, y cada cual irá tan lejos a lo largo del camino que conduce a la verdad como se permita a sí mismo ser guiado" (L.132.6:2-4).

"Este curso no pretende despojarte de lo poco que tienes. Tampoco trata de sustituir las satisfacciones que el mundo ofrece por ideas utópicas. En el mundo no se puede hallar ninguna satisfacción" (L.133.2:3-5).

"Yo te acompaño en esta jornada. Pues por el momento comparto tus dudas y tus miedos, de manera que puedas recurrir a mí que conozco el camino por el que se supera toda duda y temor. Caminamos juntos. Es preciso que yo entienda lo que es la incertidumbre y el dolor, aún cuando sé que no tienen ningún significado. Sin embargo, un salvador debe permanecer con aquellos a quienes enseña, viendo lo que ellos ven, pero conservando en su mente el camino que le condujo a su propia liberación, y que ahora te conducirá a ti a la tuya junto con él." -(Un Curso de Milagros) - (http://www.uncursodemilagros.com.es)

"Un curso de milagros es una comunicación directa de Dios a través de Jesucristo indicando que la condición aparente entre Dios y el hombre es una falsa separación y la manera en que esta aparente brecha es y fue reparada.
El único propósito de Un curso de milagros es la iluminación  a través de la transformación de tu mente. (http://acimi.com/es/uncursodemilagros)".

"Es una fascinante travesía de exploración y transformación personal, donde la más sublime y elevada respuesta aguarda pacientemente tu decisión de iniciar el retorno al centro de ti mismo: al ser divino de profundo amor incondicional que reside en ti, ese que es uno con el Creador; el ser dichoso, saludable, abundante y pleno que te está esperando en tu interior.
Es un libro que contiene un programa académico teórico-práctico que enseña un sistema de pensamiento espiritual completo, magistralmente diseñado, dictado en pleno siglo XX por el maestro Jesús, el Cristo.
Un Curso de Milagros también enfatiza que es una de las muchas versiones del programa universal de estudios para la paz interior. Aun cuando el lenguaje del Curso se refiere a la Cristiandad tradicional, expresa una espiritualidad no sectaria o religiosa. Por lo anterior, Un Curso de Milagros es una enseñanza universal espiritual y no una religión.
(http://www.cursodemilagros.com.mx/que_es)".

"Un Curso de Milagros es una enseñanza espiritual no dual pura cuyo objetivo es alcanzar un estado de Paz constante e inalterable que constituye nuestra naturaleza Real ya presente, a la que, sin embargo, no parecemos tener acceso".

"No es una religión, ni una teología, ni un ideario para formar asociaciones, ni organizaciones de ningún tipo, sino un curso de autoestudio cuyo objetivo es conectarnos con el Maestro Interno para producir una experiencia, por lo que es importante evitar convertirlo en un culto, mitificarlo o ritualizar la práctica. De modo que UCDM está concebido como un recurso de enseñanza que pretende remover los obstáculos que nos impiden el acceso a la Paz de Dios (Sinónimo de Amor, Dios, Reino de los Cielos, Conciencia de Unidad, Cristo...). (
http://www.uncursodemilagrosonline.com)".

"El Curso de Milagros es un manual de Tecnología Espiritual  su objetivo es que participes de tu felicidad recuperando tu paz interna (T-13.II.7:1, p. 267). Este te ofrece un programa de Entrenamiento Mental que te provee de las herramientas perceptuales necesarias para la transformación de la mente conceptual que todo lo percibe falsamente en una mente integra que es capaz de discernir correctamente entre el Ser que Dios creo, cuya herencia natural es el Amor y la identidad ficticia que llamamos ego".

"La única manera posible de corregir la falsa percepción es la percepción verdadera; esta es un remedio que se conoce por muchos nombres, tales como el perdón, la salvación y la expiación. Estas activan en ti un proceso cuyo fin es conducirte de la manera más suave a las puertas de la Conciencia Unitaria o Unicidad, la cual lo trasciende todo. 
 La práctica de Un Curso en Milagros te conduce a una experiencia universal, y te permite VER que es a través de la Percepción Verdadera que se salva al mundo".

"La percepción verdaderase vuelve,pues la práctica principal en todas las circunstancias, en todo momento; esta tiene como fin la disolución del mundo ilusorio, donde se percibe separación, aquel estado mental en el que todo parece estar desconectado del todo. El curso de milagros utiliza términos del cristiano místico para impartir sus estudios, mas su mensaje es parte del Programa Universal de Enseñanza Espiritual. Este consta de tres volúmenes: Un Texto, Un Libro de Ejercicios y un Manual para el Maestro".

"El Texto te provee de una base teórica, planta semillas de verdad en tu mente, las riega y fertiliza. Te ofrece, entre otras, la herramienta del perdón como experiencia, cuyo uso es esencial para la realización de la paz interior y ultimadamente del Amor Incondicional que une todas las cosas".

"El libro de ejercicios te provee de los medios prácticos para lograr el objetivo del curso; su función principal es entrenar tu mente de una manera sistemática a tener una percepción diferente de todas las cosas y del mundo. Este cuenta con 365 lecciones, una para cada día del año. Los ejercicios son muy sencillos, no requieren mucho tiempo y no importa dónde se hagan. Estos se dividen en dos secciones principales; la primeraestá dedicada a anular la manera en que ahora ves, a inhabilitar el sistema de pensamiento que ahora utilizas.  Y la segunda, a adquirir una percepción verdadera. El objetivo general de los ejercicios es incrementar tu capacidad de ampliar las ideas que estás practicando de modo que lo incluyan todo".

El Manual del Maestro: Enseñar es aprender, enseñar es demostrar. El curso subraya que no existe ninguna diferencia entre maestro y alumno que enseñar no hace sino reforzar lo que crees acerca de ti mismo. Su función esencial es eliminar las dudas que aun tienes acerca de ti mismo.  El objetivo del curso es facilitarte los medios para que conscientemente elijas lo que quieres enseñar en función de lo que quieres aprender. Este es un manual para los maestros de Dios, quienes no son perfectos, pues, de lo contrario no estarían aquí. Su misión no obstante, es alcanzar la perfección aquí, y, por lo tanto, la enseñan una y otra vez, de muchísimas maneras, hasta que la aprenden. Hasta que un día ya no se les ve más, si bien sus pensamientos siguen siendo una fuente de fortaleza y verdad para siempre (
http://www.uncursodemilagrosmexico.com)".

"Desde mi punto de vista, Un curso en milagros es lo mejor que he visto como integración de psicología y espiritualidad. En ese momento yo no sabía realmente que en mi vida espiritual faltaba algo, pero cuando vi el Curso me di cuenta de que sin duda eso era lo que yo había estado buscando. Así que cuando uno encuentra lo que ha estado buscando, uno se queda con ello.

Una de las cosas importantes que debe saberse acerca del Curso es que es explícito en que no es el único camino al Cielo. Al principio del manual para maestros dice que ésta es sólo una forma del curso universal, entre miles (M-1.4:1-2). Un curso en milagros no es para toda la gente, y sería un error pensar que lo es. Nada es para todo el mundo. Creo que es muy importante que haya sido presentado al mundo, pero no es para todos. A aquellos para quienes no sea el camino, el Espíritu Santo les dará algún otro.

Sería un error para una persona luchar con el Curso si realmente no se siente cómoda con él, y luego sentir que él o ella ha sido un fracaso. Eso sería realmente ir en contra de todo lo que el Curso mismo plantea. El propósito del Curso no es hacer que la gente se sienta culpable, sino todo lo contrario. Pero para las personas para quienes éste es el camino, resulta valioso el esfuerzo que conlleva estudiarlo (Una Introducción Básica a Un Curso de Milagros – Kenneth Wapnick)".

No voy a entrar en el análisis de lo expuesto; pienso que la pregunta queda bien contestada con las aportaciones detalladas. Tan solo me gustaría compartir una sola cosa con vosotros. Tras los años de estudio de Un Curso de Milagros, incluyendo el Libro de Ejercicios (una de las tres partes de que consta el Curso), he alcanzado una fortaleza espiritual cuyos pilares fundamentales son el amor y la paz. Podría decir que soy un ser feliz y ese estado es la consecuencia natural de la certeza de que soy Hijo de Dios y reconozco en ti a mi hermano, con quien formo una unidad inquebrantable.

sábado, 28 de diciembre de 2024

Cuerpo y Alma de Un Curso de Milagros

Desde mi punto de vista Un curso en milagros es lo mejor que he visto como integración de psicología y espiritualidad. En ese momento  yo no sabía realmente, que en mi vida espiritual faltaba algo, pero cuando vi el Curso me di cuenta de que sin duda eso era lo que yo había estado buscando. Así que cuando uno encuentra lo que ha estado buscando, uno se queda con ello. (Kenneth Wapnick – Una introducción básica a Un Curso de Milagros)

No he podido evitar sentirme plenamente identificado con las palabras recogidas en su obra por Kenneth Wapnick. Difícilmente hubiese encontrado un modo más sencillo para expresar lo que significó para mí el encuentro con el Curso. Sobre todas las cosas, me gusta pensar que vino a confirmar aspectos que ya conocía y otros que, en esos momentos, intuía. En verdad, pensé que era lo que estaba buscando. Supuso un “hacia adelante”.

Recuerdo que al comienzo me cuestioné sobre cuál sería el modo más acertado de planificar el estudio del Curso. Decidí empezar en primer lugar con el texto, aunque muy pronto, no tardó en ganar mi interés el desarrollo de las lecciones. Hoy puedo añadir que el estudio del texto es de gran ayuda, sin duda alguna, pero lo que realmente me ha ayudado en el proceso del despertar de la consciencia ha sido el seguimiento diario de las lecciones. A mí, personalmente, me resultó un hermoso reto el iniciar su estudio haciendo coincidir el inicio del año con la primera lección.

Dedicaré a continuación un breve espacio para compartir algunas aportaciones que nos ayuden a conocer en qué consiste la estructura de Un Curso de Milagros, así como qué aspectos postulan sus enseñanzas, lo que podríamos llamar el Cuerpo y Alma del Curso.

Sobre el cuerpo…

El Curso se encuentra organizado enteramente como una herramienta de enseñanza. Consiste en tres libros: un Texto de 622 páginas, un Libro de Ejercicios de 478 páginas y un Libro para Maestros de 88 páginas. El orden en el cual los estudiantes elijan usar los libros y las formas en las que lo estudien dependen de sus necesidades y preferencias particulares.

El currículo que el Curso propone ha sido cuidadosamente concebido y es explicado, paso por paso, tanto en el nivel teórico como en el práctico. Enfatiza la aplicación en lugar de la teoría y la experiencia en vez de la teología. Específicamente postula que “una teología universal es imposible, mientras que una experiencia universal no sólo es posible, sino necesaria” (Manual para Maestros, CL-2.5).

Aunque de un trasfondo Cristiano, el Curso trata con temas espirituales universales. Enfatiza que es tan solo una versión del currículo universal. Hay muchas otras, con la diferencia en esta siendo tan solo a nivel de forma. Todas,ultimadamente conducen a Dios.

El Texto es ampliamente teórico y plantea los conceptos sobre los cuales el sistema de pensamiento del curso se basa. Sus ideas contienen las bases para las lecciones del Libro de Ejercicios. Sin la aplicación práctica que el Libro de Ejercicios provee, el Texto permanecería en su mayor parte como una serie de abstracciones, las cuales difícilmente bastarían para generar la inversión del pensamiento, la cual es la meta del Curso.

El Libro de Ejercicios incluye 365 lecciones, una para cada día del año. No es necesario, sin embargo, hacer las lecciones a ese ritmo, y uno puede preferir permanecer con una lección que le atraiga en particular durante más de un día. Las instrucciones nos urgen tan sólo a no intentar completar más de una lección por día. La naturaleza práctica del Libro de Ejercicios está subrayada por la introducción a sus lecciones, la cual enfatiza la experiencia a través de la aplicación, en lugar de por compromiso anterior con alguna meta espiritual:

"Algunas de las ideas que el libro de ejercicios presenta te resultarán difíciles de creer, mientras que otras tal vez te parezcan muy sorprendentes. Nada de eso importa. Se te pide simplemente que las apliques tal como se te indique. No se te pide que las juzgues. Se te pide únicamente que las uses. Es usándolas como cobrarán sentido para ti, y lo que te demostrará que son verdad.

Recuerda solamente esto: no tienes que creer en las ideas, no tienes que aceptarlas y ni siquiera tienes que recibirlas con agrado. Puede que hasta te opongas vehementemente a algunas de ellas. Nada de eso importa, ni disminuye su eficacia. Pero no hagas excepciones al aplicar las ideas expuestas en el libro de ejercicios. Sean cuales sean tus reacciones hacia ellas, úsalas. No se requiere nada más". (Libro de Ejercicios, página 2).

Finalmente, el Libro para Maestros, el cual se presenta en formato de Preguntas y Respuestas, ofrece respuestas a algunas de las más básicas preguntas que el estudiante pueda formular. Incluye también clarificación a una lista de términos que el curso utiliza, explicándolos dentro del marco teórico del Texto.

El Curso no proclama finalidad alguna, ni tampoco las lecciones del Libro de Ejercicios intentan traer el aprendizaje del estudiante a una compleción final. Al final, el estudiante queda en las manos de su Maestro Interno, Quien lo dirigirá en todo aprendizaje a seguir en la medida en que Él lo vea propicio. Mientras que el Curso es detallado en alcance, la verdad no puede limitarse a una forma finita, como se reconoce claramente en esta frase al final del Libro de Ejercicios:

"Este curso es un comienzo, no un final…Ya no se asignarán más lecciones específicas, pues ya no son necesarias. En lo sucesivo, oye tan sólo la Voz que habla por Dios. Él dirigirá tus esfuerzos, diciéndote exactamente lo que debes hacer, cómo dirigir tu mente y cuándo debes venir a Él en silencio, pidiendo Su dirección infalible y Su Palabra certera" (Libro de Ejercicios, Epi-3).

Sobre el alma…

Nada real puede ser amenazado.
Nada irreal existe.
En esto radica la paz de Dios.

Así comienza Un Curso de Milagros. Hace una distinción fundamental entre lo real y lo irreal; entre el conocimiento y la percepción. El conocimiento es la verdad, bajo una ley, la ley del amor de Dios. La verdad es inalterable, eterna y sin ambigüedad. Puede dejar de reconocerse, pero no puede ser cambiada. Se aplica a todo lo que Dios creó, y solo lo que El creó es real. Esto está más allá de todo aprendizaje pues se halla más allá del tiempo y los procesos. No tiene opuestos, ni principio ni fin. Simplemente es.

El mundo de la percepción, de otro modo, es el mundo del tiempo, de los cambios, de los principios y los fines. Se basa en la interpretación no en los hechos. Es el mundo del nacimiento y de la muerte, basado en la creencia en la escasez, la pérdida, la separación y la muerte. Es aprendido en lugar de haber sido dado, es selectivo en su énfasis perceptivo, inestable en su funcionamiento e impreciso en sus interpretaciones.

A partir del conocimiento y de la percepción respectivamente, se levantan dos distintos sistemas de pensamiento, los cuales son opuestos en todos los respectos. En el ámbito del conocimiento no existe pensamiento alguno aparte de Dios, porque Dios y Su Creación comparten una sola Voluntad. El mundo de la percepción, sin embargo, está hecho de la creencia en los opuestos y las voluntades separadas que se hallan en conflicto perceptivo mutuo y con Dios. Lo que la percepción ve y oye aparenta ser real porque permite en la conciencia tan sólo aquello que se conforma a los deseos del que lo percibe. Esto conduce a un mundo de ilusiones, un mundo que necesita constante defensa precisamente porque no es real.

Cuando te hallas atrapado en el mundo de la percepción, estás atrapado en un sueño. No puedes escapar sin ayuda, porque todo lo que tus sentidos demuestran simplemente da testimonio a la realidad del sueño. Dios ha provisto la respuesta, la única salida, la verdadera ayuda. Es la función de Su Voz, Su Espíritu Santo, mediar entre estos dos mundos. Él puede hacer esto porque, mientras que de un lado Él conoce la verdad, del otro Él también reconoce nuestras ilusiones, pero sin creer en ellas. Es la meta del Espíritu Santo ayudarnos a escapar del mundo de los sueños al enseñarnos cómo invertir nuestro pensamiento y a "des-aprender" nuestros errores. El perdón es la gran herramienta de aprendizaje del Espíritu Santo en hacer que se produzca esta inversión del pensamiento. Sin embargo, el Curso tiene su propia definición de lo que en realidad es el perdón, así como también define al mundo a su manera.

El mundo que vemos meramente refleja nuestro marco interno de referencia: las ideas predominantes, los deseos y las emociones de nuestras mentes. “La proyección da lugar a la percepción” (T-21.Int.). Primero miramos adentro, decidimos qué clase de mundo queremos ver y luego proyectamos ese mundo hacia afuera, convirtiéndolo en la verdad a medida que lo observamos. Lo hacemos realidad a través de nuestras interpretaciones de lo que aparentemente vemos. Si utilizamos la percepción para justificar nuestros propios errores – nuestra ira, nuestros impulsos de ataque, nuestra falta de amor en cualquier forma que esta pueda tomar – veremos un mundo de maldad, destrucción, malicia, envidia y desesperación.

Debemos aprender a perdonar todo esto, no porque estemos siendo “bondadosos” ni “caritativos”, sino porque lo que estamos viendo no es verdad. Hemos distorsionado el mundo con nuestras retorcidas defensas y, por consiguiente, vemos lo que no está allí. En la medida en que aprendemos a reconocer nuestros errores de percepción, aprendemos también a mirar más allá de ellos o a “perdonar”. Simultáneamente nos estamos perdonando a nosotros mismos, mirando más allá de nuestro distorsionado concepto del Ser que Dios creó en nosotros y como nosotros.

El pecado se define como una “falta de amor” (T-1.4.7). Como el amor es todo lo que es, el pecado en los ojos del Espíritu Santo es un error que debe ser corregido, en vez de una maldad que debe ser castigada. Nuestra sensación de insuficiencia, de debilidad y de ser incompletos viene del fuerte interés que tenemos en el “principio de la escasez” que gobierna el mundo entero de las ilusiones. Desde ese punto de vista buscamos en otros lo que creemos que falta en nosotros mismos. Nosotros “amamos” a otro con el fin de obtener algo para nosotros mismos. Eso, de hecho, es lo que pasa por amor en el mundo de los sueños. No hay error más grande que ese, pues el amor es incapaz de pedir nada.

Solo las mentes se pueden realmente unir, y "lo que Dios ha unido, ningún hombre lo podrá desunir" (T-17.III.7). Es, sin embargo, solo en el nivel de la Mente Cristo que la verdadera unión es posible, y de hecho, nunca se ha perdido. El “pequeño yo” busca mejorarse con la aprobación externa, las posesiones externas y el “amor” externo. El Ser que Dios creó no necesita nada. Es por siempre completo, seguro, amado y amoroso. Busca compartir en lugar de recibir, extenderse en lugar de proyectar. No tiene necesidades y desea unirse a otros a partir de una mutua conciencia de la abundancia.

Las relaciones especiales del mundo son destructivas, egoístas e infantilmente egocéntricas. Aunque, si se les ofrece al Espíritu Santo, estas relaciones pueden llegar a convertirse en las cosas más sagradas de la Tierra. El mundo utiliza sus relaciones especiales como un arma final de exclusión y una demostración de la separación. El Espíritu Santo las transforma en lecciones perfectas de perdón y en un despertar del sueño. Cada una es una oportunidad para dejar que las percepciones sean sanadas y los errores corregidos. Cada una es una nueva oportunidad para perdonarse a sí mismo al perdonar a otros. Y cada una se convierte aún más en otra invitación al Espíritu Santo y al recuerdo de Dios.

La percepción es una función del cuerpo, y por ende representa una limitación de la conciencia. La percepción ve a través de los ojos del cuerpo y oye a través de los oídos del cuerpo. Evoca las limitadas reacciones que el cuerpo emite. El cuerpo aparenta ser altamente autónomo e independiente; sin embargo, tan solo responde a las intenciones de la mente. Si la mente desea utilizarlo para atacar de cualquier forma, se convierte en presa de la enfermedad, del envejecimiento y del decaimiento. Si la mente acepta el propósito del Espíritu Santo para este en su lugar, este se convierte en una forma útil de comunicarse con otros, invulnerable en cuanto sea de utilidad, y para ser dejado a un lado dulcemente cuando haya servido su propósito. De por sí, el cuerpo es neutro, como lo es todo en el mundo de la percepción. Bien sea que se utilice para los propósitos del ego o del Espíritu Santo, esto depende enteramente de lo que la mente desee.

Lo opuesto a ver a través de los ojos del cuerpo es la visión de Cristo, la cual refleja la fortaleza en lugar de la debilidad, la unidad en vez de la separación y el amor en lugar del miedo. Lo opuesto a oír con los oídos del cuerpo es comunicarse con la Voz que habla por Dios, el Espíritu Santo, el cual habita en cada uno de nosotros. Su Voz parece distante y difícil de oír porque el ego, el cual habla a favor del pequeño ser separado, parece ser mucho más audible. Esto en realidad es al revés. El Espíritu Santo habla con una inconfundible claridad y una atracción sobrecogedora. Nadie que no elija identificarse con el cuerpo podría posiblemente ensordecerse a Sus mensajes de liberación y esperanza, ni tampoco podría dejar de aceptar gozosamente la visión de Cristo en un feliz intercambio por esa miserable imagen de sí mismo.

La visión de Cristo es el regalo del Espíritu Santo, alternativa a la ilusión de la separación y a la creencia en la realidad del pecado, la culpabilidad y la muerte. Es la única corrección para todos los errores de percepción, la reconciliación de los aparentes opuestos sobre los cuales se basa el mundo. Su dulce luz muestra todas las cosas desde otro punto de vista, reflejando el sistema de pensamiento que se eleva a partir del conocimiento y haciendo el retorno a Dios no solo posible, sino inevitable. Lo que se percibía como injusticias perpetradas a unos por los otros, ahora se convierte en llamados de ayuda y de unión. El pecado, la enfermedad, el ataque son vistos como errores de percepción, clamando por el remedio a través de la dulzura y el amor. Las defensas se dejan a un lado, pues donde no hay ataque no hay necesidad de ellas. Las necesidades de nuestros hermanos se convierten en las nuestras propias, pues ellos caminan el sendero con nosotros en nuestro camino hacia Dios. Sin nosotros ellos perderían su camino, y sin ellos no podríamos nosotros nunca encontrar el nuestro.

El perdón es desconocido en el Cielo, donde la necesidad de este sería inconcebible. Sin embargo, en este mundo, el perdón es una corrección necesaria para todos los errores que hemos cometido. Ofrecer el perdón es la única manera que nos queda de tenerlo, pues este refleja la ley del Cielo de que dar y recibir son una misma cosa. El Cielo es el estado natural de todos los Hijos de Dios, tal como Él los Creó. Esa es su realidad para siempre. No ha cambiado aunque haya sido olvidada.

El perdón es el medio por el cual recordamos. A través del perdón, el pensamiento del mundo es invertido. El mundo perdonado se convierte en el portal del Cielo, porque a través de su misericordia podemos finalmente perdonarnos a nosotros mismos. Al no permitir que nadie permanezca prisionero de la culpabilidad, nos hacemos libres. Reconociendo al Cristo en todos nuestros hermanos, reconocemos Su Presencia en nosotros mismos. Olvidando todo error de percepción, y con nada del pasado que nos arrastre hacia aquel, podemos recordar a Dios. Más allá no puede ir el aprendizaje. Cuando estamos listos, Dios Mismo toma el paso final en nuestro retorno hacia Él. (http://www.milagrosenred.org)
  
¡Vaya! Hermosa alma, sin duda.

Entonces, ¿de todos los “caminos” que nos conducen a la Verdad, UCDM es el mejor de los “caminos”?

Una de las cosas importantes que debe saberse acerca del Curso es que es explícito en que no es el único camino al Cielo. Al principio del manual para maestros dice que ésta es sólo una forma del curso universal, entre miles (M-1.4:1-2). Un curso en milagros no es para toda la gente, y sería un error pensar que lo es. Nada es para todo el mundo. Creo que es muy importante que haya sido presentado al mundo, pero no es para todos. A aquellos para quienes no sea el camino, el Espíritu Santo les dará algún otro. (Kenneth Wapnick – Una introducción básica a Un Curso de Milagros)

En otras palabras…, ¡a gusto del consumidor!

Capítulo 17. VII. La invocación a la fe (3ª parte).

VII. La invocación a la fe (3ª parte). 7.  El poder que se ha depositado en ti, en quien se ha establecido el objetivo del Espíritu Santo, t...