Capítulo 16
EL PERDÓN DE LAS ILUSIONES
I. La verdadera empatía (1ª parte).
1. Sentir empatía no significa que
debas unirte al sufrimiento, pues el sufrimiento es precisamente lo que debes negarte a comprender. 2Unirse
al sufrimiento de otro es la interpretación que el ego hace de la empatía, de
la cual siempre se vale para entablar relaciones especiales en las que el
sufrimiento se comparte. 3La capacidad de sentir empatía le es muy
útil al Espíritu Santo, siempre que permitas que Él la use a Su manera. 4La
manera en que Él la usa es muy diferente. 5Él no comprende el sufrimiento, y
Su deseo es que enseñes que no es comprensible. 6Cuando se relaciona
a través de ti, Él no se relaciona con otro ego a través del tuyo. 7No
se une en el dolor, pues comprende que curar el dolor no se logra con intentos
ilusorios de unirte a él y de aliviarlo compartiendo el desvarío.
El juicio que hace el ego, de la falta de empatía, es demoledor. Su argumento es el siguiente: "¿cómo no vas a ser sensible al dolor y al sufrimiento de un ser querido?" "Tú egoísmo, te ciega, impidiéndote amar al que sufre". Podríamos poner más ejemplos, pero creo que "para muestra, un botón".
¿Cómo la creencia en la separación, puede expresar verdadera empatía por el otro? La empatía es una actitud que se extrae del amor por los demás. Preguntémonos, ¿cómo vamos a sentir empatía por el otro, cuando lo juzgamos como nuestro competidor? La empatía y la sensibilidad que muestra el ego por los demás, es una falsa, como todo su sistema de pensamiento.
El verdadero amor no realiza gestos demostrativos para ganar la simpatía y el agrado o aceptación de los demás. El verdadero amor, se expresa en su cualidad primordial, mostrándose libre y permitiendo, al otro, que se exprese libremente. El verdadero amor, no se solidariza con el error, lo trasciende, aportando luz y verdad, allí donde nos sentimos identificados con la oscuridad y el dolor.
2. La prueba más clara de que la
empatía, tal como el ego la usa, es destructiva, reside en el hecho de que sólo
se aplica a un determinado tipo de problemas y a ciertos individuos. 2Él mismo los selecciona y se une a
ellos. 3Pero nunca se une a nada, excepto para fortalecerse a sí
mismo. 4Al haberse identificado con lo que cree entender, el ego se
ve a sí mismo y procura expandirse compartiendo lo que es como él. 5No
dejes que esta maniobra te engañe, aEl ego siempre utiliza la
empatía para debilitar, y debilitar es atacar. 6Tú no sabes lo que
es la empatía. 7Pero de esto puedes estar seguro: sólo con que te
sentases calmadamente y permitieses que el Espíritu Santo se relacionase a
través de ti, sentirías empatía por la fortaleza, y, de este modo, tu fortaleza
aumentaría, y no tu debilidad.
Identificarse con el dolor, bien sea el propio o el ajeno, es servir a los intereses del ego, que lo único que persigue es mantenernos como esclavos a su sistema de pensamiento, el cual, se sustenta en la percepción falsa que le aporta su símbolo, el cuerpo físico. El ego, menosprecia el valor integral de la mente, y niega, que el simple hecho de poder emitir pensamientos, sea razón suficiente para establecer el vínculo de la unidad. El sentir, de manera selectiva, empatía por el dolor del ser querido, es una manifestación más, de la falta de Visión de la que carece el ego, pues, en su demostración de amor, lo que está diciendo al mundo es que el ama a quien le reporta amor, esto es, al que considera especial y al que elige, de una manera inconsciente, para afrontar le redención de su culpa. Al resto, no son merecedores de su empatía y de su atención. Para el ego, el resto, no son nada.
3. Tu papel consiste únicamente en
recordar esto: no quieres que nada que tú consideres valioso sea lo que tiene
lugar en una relación. 2No decides hacer nada a tu manera para
deteriorarlas o para crear armonía en ellas. 3No sabes lo que es
curar. 4Todo lo que has aprendido acerca de la empatía procede del
pasado. 5Y no hay nada del pasado que desees compartir, pues no hay nada del
pasado que desees conservar. 6No te valgas de la empatía para
otorgarle realidad al pasado y así perpetuarlo. 7Hazte a un lado
tranquilamente y deja que la curación se lleve a cabo por ti. 8Mantén
un solo pensamiento en la mente y no lo pierdas de vista, por muy grande que
sea la tentación de juzgar cualquier situación, y de determinar tu reacción basándote en los juicios que has hecho de
la misma. 9Concentra tu mente sólo en esto:
10No estoy solo, y no quiero imponer el pasado a mi Invitado.
11Lo invité y Él está aquí.
12No tengo que hacer nada, excepto no interferir.
La empatía, es uno de los mejores golpes con los que cuenta el ego. Siguiendo con el símil del ping-pong, es su saque con mejor efecto, lo que impedirá al contrincante, devolvernos la bola. Dicho de otra manera, mi empatía, es un señuelo para el otro, el cual se siente atendido e incluso, piensa, que se siente amado, pero en verdad, el hecho de que estemos haciendo real el dolor y el sufrimiento, es una declaración de que estamos apostando por el ego y su símbolo, el cuerpo, y los efectos que estamos compartiendo, es impedir, que el otro salga de su propia oscuridad para lograr ver la luz que le permitirá ver la verdad.