I. El mensaje de la relación santa (2ª parte).
[
3. No te has dado cuenta de que es imposible que puedas entender lo que nunca puede llegar hasta ti. 2Jamás has recibido mensaje alguno que hubieses podido entender. 3Pues has estado prestándole oídos a algo que no puede comunicarse en absoluto. 4Examina, entonces, lo que ha sucedido. 5Al negar lo que eres, y al estar firmemente convencido de que eres otra cosa, esa "otra cosa" que tú has creído ser se ha convertido en tus ojos. 6Sin embargo, debe ser esa "otra cosa" la que ve, y al no ser quien tú eres te explica lo que ve. 7Tu verdadera visión haría, por supuesto, que todo esto fuese innecesario. 8Pero si tus ojos están cerrados y le pides a esa cosa que te dirija y te explique el mundo que ve, no verás razón alguna para no escuchar lo que te dice ni para sospechar que no es verdad. 9La razón te diría que es imposible que sea verdad porque tú no lo entiendes. 10Dios no tiene secretos. 11Él no te conduce por un mundo de sufrimiento, esperando hasta el final de la jornada para decirte por qué razón te hizo pasar por eso.
Es posible educar al cerebro de acuerdo a la visión espiritual, pero para ello se requiere "nacer de nuevo", no en su sentido literal, sino en el sentido de deshacer todo el contenido de creencias que acuñamos y atesoramos en la memoria. Que respondemos como autómatas es una realidad constatada por la ciencia. El cerebro aprende y registra lo aprendido, lo que nos llevará a responder ante la vida con respuestas condicionadas por el pasado. Me veo en la necesidad, una vez más, de aconsejaros la lectura del libro "Deja de ser tú", cuyo autor es el Dr. Joe Dispenza. Su lectura te permitirá adquirir información relativa a las funciones del cerebro y a cómo podemos cambiar ese acúmulo de creencias que nos hacen comportarnos de una manera autónoma y que condicionan la visión de nuestra realidad.
4. ¿Qué podría mantenerse oculto de
Todas las mentes están unidas y toda idea sigue a su fuente. Si esto es así, es imposible mantener ocultos pensamientos que no se compartan con Dios y con Su creación, la Filiación.
Pero, como hemos tenido ocasión de estudiar a lo largo de esta enseñanza, la mente puede servir al deseo de ser especial y crear la ilusión de que podemos ser diferentes a la fuente que nos ha creado, o lo que es lo mismo, que las mentes están separadas. Desde la creencia en la separación y dado que la idea sigue a su fuente, en este caso, la mente errada, podemos rendir culto al único secreto que hemos fabricado, el de creernos pecadores y culpables de ello.
El sentimiento de culpabilidad nos hace sentirnos sucios con nosotros mismos, lo que nos lleva a mantenerlo en secreto, pero no podemos evitar el uso de la proyección al que ha dado lugar nuestro deseo de ser especial, que decidamos corregir esa culpa en lo que percibimos en los demás, ya que el otro no es reconocido en igualdad a nosotros, sino nuestro enemigo.
5. La visión se te concedió, junto con todo lo que puedes comprender. 2No te resultará difícil comprender lo que esta visión te dice, pues todo el mundo ve sólo lo que cree ser. 3Y tú comprenderás lo que tu visión te muestre porque es la verdad. 4Únicamente tu visión puede comunicarte lo que puedes ver. 5Te llega directamente, sin necesidad de ninguna interpretación. 6Lo que necesita interpretación tiene que ser algo ajeno a ti. 7Y un intérprete al que no entiendes nunca podrá hacer que ello sea inteligible para ti.
Mientras que la visión crística no permite ver la igualdad existente entre los Hijos de Dios, la visión física nos muestra la percepción de cuerpos separados y distintos entre sí. La visión crística te lleva al reconocimiento de forma directa, no requiriendo ser interpretada. Sin embargo, la visión de los ojos físicos nos muestra un mundo separado y que debe ser interpretado para ser conocido. Esta visión física responde siempre a lo que creemos ser y, como lo que creemos ser es un ser desmembrado, lo que percibe lo es también.
No hay comentarios:
Publicar un comentario