Reflexión: ¿Qué puedo aportar de mí para alcanzar la salvación del mundo?
Éste es un curso de milagros. Es un curso obligatorio. Sólo el momento en que decides tomarlo es voluntario. Tener libre albedrío no quiere decir que tú mismo puedas establecer el plan de estudios. Significa únicamente que puedes elegir lo que quieres aprender en cualquier momento dado.
viernes, 25 de julio de 2025
UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 206
Reflexión: ¿Qué puedo aportar de mí para alcanzar la salvación del mundo?
Capítulo 22. I. El mensaje de la relación santa (1ª parte).
I. El mensaje de la
relación santa (1ª parte).
1. Deja que la razón dé otro paso. 2Si
atacas a quien Dios quiere sanar y odias a quien Él ama, entonces tú y tu
Creador tenéis voluntades diferentes. 3Pero si tú eres Su Voluntad,
entonces debes creer que tú no eres quien eres. 4Puedes
ciertamente creer esto y, de hecho, lo crees. 5Y tienes fe en ello y encuentras muchas pruebas a su favor. 6¿Y
de dónde procede, te preguntas, tu extraño desasosiego, tu sensación de estar
desconectado y tu constante temor de que tú no signifiques nada? 7Es
como si hubieses llegado hasta aquí a la deriva, sin ningún plan, excepto el de
seguir vagando, pues sólo eso parece seguro.
A pesar de todo lo vivido, ¿eres feliz?
Reconozco que me hubiese gustado poder responder afirmativamente, pero no sería honesto conmigo mismo. Tanto a nivel mental, como emocional, mi percepción no es de ser feliz en este mundo. Y esta es la única razón por la que decidí buscar otra manera de ver las cosas, otra manera de percibir, pues entendí que no tenía poder sobre las cosas percibidas, pero sí lo tenía sobre el cómo las juzgabas, sobre el significado que les daba.
Sí, me he sentido a la deriva y ahora tengo la fortaleza para dirigir mi nave hacia el destino que comparto con el resto de la humanidad, hacia la salvación, hacia el reencuentro con mi santidad y con quien soy realmente.
2. Sin embargo,
hemos oído una descripción muy similar anteriormente, pero no se refería a ti.
2Aun así, crees ser esa extraña idea que con
tanta precisión se describe ahí. 3La razón te diría que es imposible
que el mundo que ves a través de ojos que no son los tuyos tenga sentido para
ti. 4¿A quién le devolvería sus mensajes esta forma de ver? 5Ciertamente
no a ti, cuya visión es totalmente independiente de los
ojos que contemplan al mundo. 6Si ésa no es tu visión, ¿qué podría
mostrarte? 7El cerebro no puede interpretar lo que tu visión ve. 8Esto
tú lo puedes comprender. 9El cerebro interpreta para el cuerpo
del que forma parte. 10Pero tú no puedes comprender lo que dice. 11Sin
embargo, lo has escuchado. 12Y te has esforzado durante
mucho tiempo por entender sus mensajes.
Hoy, cuando practicaba mi paseo matinal, reflexionaba sobre la función del cerebro en el cuerpo. Establecí cierta analogía al compararlo con un receptor de radio a través del cual podemos elegir sintonizar diferentes canales, los cuales están identificados por distintas frecuencias. En los sistemas de comunicación por radio, la información se transporta a través del espacio utilizando ondas de radio. Las ondas de radio son un tipo de radiación electromagnética con longitudes de onda en el espectro electromagnético más largas que la luz infrarroja. Dichas ondas no son visibles al ojo humano, aunque sí son medibles físicamente, lo que le aporta la condición de ser real desde el punto de vista del ego.
¿Podríamos funcionar el cerebro como un receptor de radio? Hay teorías que lo relacionan con un holograma. No voy a entrar en estos detalles; lo que sí me gustaría compartir con vosotros es el motivo por el cual no utilizamos el cerebro al igual que lo hacemos con un receptor de radio. En el uso de la radio, si queremos oír música con unas características determinadas, lo que hacemos es sintonizar el canal adecuado por el cual se emite ese tipo de música. En esta práctica, lo que estamos haciendo es unir nuestra voluntad a nuestro deseo. Bien, si aceptamos que nuestro cerebro es como un receptor de radio que capta las ondas del pensamiento convirtiéndolas en ideas y creencias, cuando queramos utilizarlo de manera creativa, lo que tenemos que hacer es movilizar nuestra voluntad y unirla al deseo. La clave está en que debemos elegir la calidad de ese deseo, al igual que lo hacemos cuando queremos oír un tipo de música en concreto. No produce la misma relajación una música estridente que una pausada, al igual que no nos sentiremos igual con un deseo egoísta que con un deseo altruista. El cerebro, al igual que la radio, lo que hace es captar la fuerza de nuestra voluntad y de nuestro deseo.
Si nuestra mente sirve a nuestro ser espiritual, nuestro cerebro captará la frecuencia de pensamientos amorosos. Si nuestra mente sirve al ego, nuestro cerebro colapsará la frecuencia de pensamientos dementes.
jueves, 24 de julio de 2025
UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 205

La Paz de Dios es ser Uno con Dios.
Reflexión: ¿Qué nos priva de la Paz de Dios?
Capítulo 22. LA SALVACIÓN Y LA RELACIÓN SANTA: Introducción
Capítulo 22
Introducción
1. Ten piedad de ti mismo, tú que
por tanto tiempo has estado esclavizado. 2Regocíjate de que los que
Dios ha unido se han juntado y ya no tienen necesidad de seguir contemplando
el pecado por separado. 3No es posible que dos individuos puedan
contemplar el pecado juntos, pues nunca podrían verlo en el mismo sitio o al
mismo tiempo. 4El pecado es una percepción estrictamente personal, que
se ve en el otro, pero que cada uno cree que está dentro de sí mismo. 5Y
cada uno parece cometer un error diferente, que el otro no puede comprender. 6Hermano,
se trata del mismo error, cometido por lo que es lo mismo, y perdonado por su
hacedor de igual manera. 7La santidad de tu relación os perdona a
ti y a tu hermano, y cancela los efectos de lo que ambos creísteis y visteis. 8Y
al desaparecer dichos efectos, desaparece también la necesidad del pecado.
Dejemos de atormentarnos, de castigarnos, dejemos de sufrir y, en su lugar, contemplemonos desde la inocencia, desde la pureza, desde la impecabilidad.
¿Has dejado el dolor atrás? Ahora lo que nos espera es maravilloso, pues la salvación es el camino que hemos elegido realizar de la mano de nuestros hermanos. En ese viaje compartiremos nuestra santidad, nuestra visión de unidad, nuestra percepción verdadera. De esa relación no puede menos que fluir el amor verdadero.
2. ¿Quién tiene necesidad del
pecado? 2Únicamente los que deambulan por su cuenta y en soledad,
creyendo que sus hermanos son diferentes de ellos. 3Es esta
diferencia, que aunque es visible no es real, lo que hace que el pecado, que si
bien no es real es visible, parezca estar justificado. 4Todo esto
sería real si el pecado lo fuese. 5Pues una relación no santa se
basa en diferencias y en que cada uno piense que el otro tiene lo que a él le
falta. 6Se juntan, cada uno con el propósito de completarse a sí mismo
robando al otro. 7Siguen juntos hasta que piensan que ya no queda
nada más por robar, y luego se separan. 8Y así, vagan por un mundo
de extraños, distintos de ellos, viviendo tal vez con los cuerpos de esos
extraños bajo un mismo techo que a ninguno de ellos da cobijo; en la misma
habitación y, sin embargo, a todo un mundo de distancia.
Nuestros ojos se han abierto y por fin vemos la verdad. Reconocemos que todos somos Hijos de Dios y que todos hemos sido emanados de la misma Fuente. Por lo tanto, nuestros hermanos no serán unos extraños. Veremos en ellos nuestra propia condición espiritual y esa visión de unidad nos llevará a compartir la esencia del amor de la que somos portadores. El miedo y la creencia en la separación ya no forman parte de nuestra mente. Ahora conocemos que Dios camina junto a nosotros en perfecta santidad.
¿Qué temor nos puede atacar cuando tenemos la certeza de que caminamos junto a nuestro Hacedor?
Desde la visión Crística, tan sólo vemos igualdad en lo que realmente somos. Tan sólo percibimos que, si bien nuestros cuerpos son diferentes, nuestras mentes gozan de la unidad compartida con Dios.
Todas las relaciones inspiradas por la visión crística gozan de plenitud, de felicidad, de abundancia y de paz. Estas relaciones santas tienen como propósito común expandir el amor que los une y ayudar a despertar a aquellas almas que aún permanezcan sumidas en el sueño.
4. ¡Piensa en lo que una relación
santa te podría enseñar! 2En ella desaparece la creencia en
diferencias. 3En ella la fe en las diferencias se convierte en fe
en la igualdad. 4Y en ella la percepción de diferencias se
transforma en visión. 5La razón puede ahora llevaros a ti y a tu
hermano a la conclusión lógica de vuestra unión. 6Ésta se tiene que
extender, de la misma forma en que vosotros os extendisteis al uniros. 7La
unión tiene que extenderse más allá de sí misma, tal como vosotros os
extendisteis más allá del cuerpo para hacer posible vuestra unión. 8Y
ahora la igualdad que visteis se extiende y elimina finalmente cualquier
sensación de diferencia, de modo que la igualdad que yace bajo todas las
diferencias se hace evidente. 9Éste es el círculo áureo en el que
reconocéis al Hijo de Dios. 10Pues lo que nace en una relación santa
es imperecedero.
Cuando la mente se santifica, ya no puede dejar de crear, lo que nos lleva a compartir, a extender nuestra santidad, o lo que es lo mismo, nuestra visión de la unidad y del amor.
¿Puedes visualizar una vida pletórica donde la moneda de cambio sea el amor incondicional y el reconocimiento de la santidad que nos une a nuestros hermanos de Filiación? ¿Puedes imaginar un mundo donde no exista la necesidad, el sacrificio, el sufrimiento, el dolor, la enfermedad?
Ahora sabes lo que eres. Ahora reconoces el poder que siempre has tenido para crear tu realidad y del que eras inconsciente. Ahora puedes crear ese mundo. Yo creo en ti, pues cuando miro en mi interior veo ese poder y te veo a ti. Y si lo veo en mí, también está en ti. Hagamos que sea real. Cuando nos encontremos, te mostraré mi visión de unidad y te reconoceré en lo que realmente eres y nuestra relación será santa.
miércoles, 23 de julio de 2025
UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 204

“Padre, nuestro Nombre es el Tuyo. En Él estamos unidos con toda cosa viviente, y Contigo que eres su único Creador. Lo que hemos hecho y a lo que hemos dado muchos nombres diferentes no es sino una sombra que hemos tratado de arrojar sobre Tu Realidad. Y nos sentimos contentos y agradecidos de haber estado equivocados. Te entregamos todos nuestros errores, a fin de ser absueltos de cuantos efectos parecían tener. Y aceptamos la verdad que Tú nos das en lugar de cada uno de ellos. Tu Nombre es nuestra salvación y la manera de escapar de lo que nosotros mismos hemos hecho. Tu Nombre nos une en la unicidad que es nuestra herencia y nuestra paz. Amén” (L-pI.184.15:1-9).
Reflexión: ¿Me siento heredero de los Bienes Sagrados de nuestro Padre?
Capítulo 21. VIII. El cambio interno (2ª parte).
VIII. El cambio interno (2ª parte).
3. La razón te dirá que no puedes pedir felicidad de una manera inconsistente. 2Pues si lo que deseas se te concede, y la felicidad es constante, entonces no necesitas pedirla más que una sola vez para gozar de ella eternamente. 3Y si, siendo lo que es, no gozas de ella siempre, es que no la pediste. 4Pues nadie deja de pedir lo que desea a lo que cree que tiene la capacidad de concedérselo. 5Tal vez esté equivocado con respecto a lo que pide, dónde lo pide y a qué se lo pide. 6No obstante, pedirá porque desear algo es una solicitud, una petición, hecha por alguien a quien Dios Mismo nunca dejaría de responder. 7Dios ya le ha dado todo lo que él realmente quiere. 8Mas aquello de lo que no está seguro, Dios no se lo puede dar. 9Pues mientras siga estando inseguro es que no lo desea realmente, y la dación de Dios no podría ser completa a menos que se reciba.
"Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá". Mateo 7:7.
"Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá". Lucas 11:9.
Cuando se pide, lo que hacemos es movilizar el poder de la voluntad y lo ponemos al servicio del deseo. Es como si uniésemos el esperma-semilla al óvulo-tierra donde surgirá la creación. La clave está en hacerlo de manera consciente, lo que nos permitirá que la calidad de nuestro deseo sea cercana al amor (unidad) y no al especialismo (división).
Dios responderá a nuestras peticiones inspiradas por el deseo de amar. Ya hemos dicho que el amor es compleción.
El ego responderá a nuestras peticiones inspiradas por el deseo de ser especial. El egoísmo nos hace inconscientes e irresponsables de lo que hemos deseado.
4. Tú que completas
Es el paso decisivo. Diría que es el último deseo o el único deseo que nos permitirá gozar de la Gracia del Cielo. La venda que ha cubierto nuestros ojos ha caído y ahora vemos la verdad con total nitidez. Nuestra fe se refuerza al percibir esa visión y reconoce que todo ha sido un sueño del que hemos despertado.
Mi único deseo es dar lo que soy, y si lo que soy es Amor, entonces mi único deseo es expandir y compartir el amor con todos y cada uno de mis hermanos en la Filiación. Las huellas de mi personalidad antigua se han borrado cuando las olas del mar las han barrido, envolviéndolas con las aguas del olvido. Ahora soy libre y consciente para crear desde mi nueva visión. Ahora soy consciente para crear como Hijo de Dios.
¡Así sea! Esa es mi petición. Que nada se interponga entre la santidad de mi relación con Dios y la Filiación y mi conciencia de esa santidad. Que mi único guía sea el Espíritu Santo y que mi única visión sea la de Cristo.
martes, 22 de julio de 2025
UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 203

Reflexión: ¿Cuál es mi nombre?
UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 206
SEXTO REPASO Introducción 1. Para este repaso utilizaremos sólo una idea por día y la practicaremos tan a menudo cómo podamos. 2 Además d...

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LECCIÓN 263 Mi santa visión ve la pureza de todas las cosas. 1. Padre, Tu Mente creó todo cuanto existe, Tu Espíritu se adentró en ello y ...
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