II. La impecabilidad de tu hermano (4ª parte).
10. Contempla la gran proyección, pero mírala con la determinación de que tiene que ser sanada, aunque no mediante el temor. 2Nada que hayas fabricado tiene poder alguno sobre ti, a menos que todavía quieras estar separado de tu Creador y tener una voluntad que se oponga a
La mente dividida nos mantiene distraídos y embelesados con la ilusión y nos permite ver la realidad, sin percibir la verdad. Continuar prestándole atención a la mente dividida es perpetuar el sufrimiento y el dolor, pues estaríamos alimentando la fuente del error que se encuentra en la creencia de la separación y en la creencia en la falsa identidad del cuerpo.
La mente recta nos brinda la oportunidad de la abstracción, del desapego de la ilusión y nos invita a ver las cosas de otra manera. El uso de la mente recta para crear nos lleva a expandir el amor y a fortalecer nuestras relaciones con la visión santa. Ese es el único camino que ha de conducirnos al encuentro con la paz y con la felicidad, pues es el único camino que nos conduce a las puertas del Cielo.
11. Son sólo tus pensamientos los que han sido imposibles. 2No puede ser que la salvación sea imposible. 3Pero sí es imposible ver a tu salvador como un enemigo y al mismo tiempo reconocerlo. 4No obstante, puedes reconocerlo como lo que es porque ésa es
No somos hijos del pecado, ni tenemos que sentirnos culpables por haber elegido pensamientos carentes de amor e inspirados por el deseo de ser especiales. Somos hijos del Amor, el cual se fortalece en la santidad de la inocencia y de la impecabilidad.
Si utilizamos la lógica de la razón, elegir la identidad pasajera del cuerpo físico, elegir la vía del sufrimiento y del dolor, no parece ser lo más acertado e inteligente. Si lo elegimos y seguimos haciéndolo es porque nuestra mente sirve a la ilusión y nuestros pensamientos sirven a la demencia.
La razón tiene la capacidad de disipar la niebla que no nos permite ver y percibir correctamente. La razón nos muestra un mundo donde vivir en paz y ser felices. Un mundo donde no hay carencia ni necesidades, tan sólo hay abundancia. Es un mundo imperecedero donde la igualdad y la unidad se convierten en el eslabón que nos une a la relación santa que alimentamos junto a nuestros hermanos.
Sí, quiero contemplar al Salvador que se me ha dado.
12. Más allá del cuerpo que has interpuesto entre tu hermano y tú, y reluciendo en la áurea luz que le llega desde el círculo radiante e infinito que se extiende eternamente, se encuentra tu relación santa, que Dios Mismo ama. 2¡Cuán serena descansa en el tiempo, y, sin embargo, más allá de él! a¡Cuán inmortal, y, sin embargo, en la tierra! 3¡Cuán grande el poder que en ella reside! 4El tiempo acata su voluntad, y la tierra será lo que ella disponga que sea. 5En ella no existe una voluntad separada ni el deseo de que nada se encuentre separado. 6Su voluntad no hace excepciones y lo que dispone es verdad. 7Toda ilusión que se lleva ante su perdón se pasa por alto dulcemente y desaparece. 8Pues Cristo ha renacido en su centro, para iluminar Su morada con una visión que pasa por alto al mundo. 9¿No querrías que esa santa morada fuese también la tuya? 10En ella no hay sufrimiento, sino únicamente dicha.
Sustituir nuestros pensamientos de miedo por pensamientos de amor resucitará nuestra consciencia de la muerte y renaceremos bajo la luz de nuestra inocencia, de nuestra impecabilidad, de nuestra eternidad.
Que nuestra mente forme parte del áurea luz que emana desde el círculo radiante e infinito y que en ella nos fundamos en un fraternal y luminoso abrazo con todos nuestros hermanos de Filiación.
13. Lo único que necesitas hacer para morar aquí apaciblemente junto a Cristo, es compartir Su visión. 2Su visión se le concede inmediatamente y de todo corazón a todo aquel que esté dispuesto a ver a su hermano libre de pecado. 3Y tienes que estar dispuesto a no excluir a nadie, si quieres liberarte completamente de todos los efectos del pecado. 4¿Te concederías a ti mismo un perdón parcial? 5¿Puedes alcanzar el Cielo mientras un solo pecado aún te tiente a seguir sufriendo? 6El Cielo es el hogar de la pureza perfecta, y Dios lo creó para ti. 7Contempla a tu santo hermano, tan libre de pecado como tú, y permítele que te conduzca hasta allí.
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