martes, 30 de abril de 2024

Capítulo 8. VII. El cuerpo como medio de comunicación.

VII. El cuerpo como medio de comunicación.

1. Los ataques son siempre físicos. 2Cuando se infiltra en tu mente cualquier forma de ataque es que estás equiparándote con el cuerpo, ya que ésta es la interpretación que el ego hace de él. 3No tienes que atacar físicamente para aceptar esta interpretación. 4La aceptas por el mero hecho de creer que atacando puedes obtener lo que deseas. 5Si no creyeses esto, la idea del ataque no tendría atractivo alguno para ti. 6Siempre que te equiparas con el cuerpo, experimentas depresión. 7Cuando un Hijo de Dios piensa así de sí mismo se está menospreciando y está haciendo lo mismo con sus hermanos, 8y puesto que sólo puede encontrarse a sí mismo en ellos, está, por lo tanto, negándose a sí mismo la salvación.

Este punto es sumamente revelador, pues nos permite considerar la importancia que tiene el hecho de que nuestra mente albergue creencias erróneas. 

"Los ataques son siempre físicos", afirma de inicio este apartado. Esta afirmación, está excluyendo que el ataque proceda de la mente, del pensamiento de ataque, salvo que dejemos que en nuestras creencias nuestra identidad sea física, lo que significaría que apostamos por la creencia en la separación y olvidamos nuestra identidad UNA. Si nos creemos un cuerpo es porque nuestra mente ha decidido servir al miedo y no al amor. Sabemos que el cuerpo es neutral, por lo que cualquier demostración de ataque nos está revelando que estamos sirviendo a una creencia errónea.

Las enseñanzas nos afirman que vemos aquello que deseamos ver. El ataque responde a la creencia de  que es la vía para conseguir lo que deseamos.

Nos refiere este punto otra afirmación que me gustaría tratar: "siempre que te equiparas con el cuerpo, experimentas depresión". La depresión es un estado mental que se manifiesta con muestra de abatimiento y falta de alegría y estímulo ante la vida.

La identificación con el cuerpo, con el mundo material, cuyo origen es el miedo y cuyos efectos nos llevan a experimentar sufrimiento y dolor, son la consecuencia directa de albergar en nuestra mente la creencia errónea de la separación.

2. Recuerda que para el Espíritu Santo el cuerpo es únicamente un medio de comunicación. 2Al ser el nexo de comunicación entre Dios y Sus Hijos separados, el Espíritu Santo interpreta todo lo que has hecho a la luz de lo que Él es. 3El ego separa mediante el cuerpo. 4El Espíritu Santo llega a otros a través de él. 5No percibes a tus hermanos tal como el Espíritu Santo lo hace porque no crees que los cuerpos sean únicamente medios para unir mentes, y para unirlas con la tuya y con la mía. 6Esta interpretación del cuerpo te hará cambiar de parecer con respecto al valor de éste. 7El cuerpo, de por sí, no tiene ningún valor.

Despreciar el cuerpo físico, es una manera de atacarnos sin tomar la elección correcta sobre su utilidad. Entiendo que nuestro despertar no exige que sometamos al cuerpo a sufrir sacrificados esfuerzos para alcanzar un estado de pureza imaginario y fruto, una vez más, de nuestros deseos. No lo olvidemos, el cuerpo es neutral. Si lo amamos y no lo rechazamos, podremos darle la utilidad de que comunique esa esencia verdadera, es decir, dar lo que somos: Amor. De esta manera, el cuerpo no tendrá la necesidad de atacar para conseguir lo que deseamos, pues el único deseo que albergaremos será amar al otro como a nosotros mismos.

3. Si usas el cuerpo para atacar, éste se convierte en algo perjudicial para ti. 2Si lo usas con el solo propósito de llegar hasta las mentes de aquellos que creen ser cuerpos para enseñarles a través del mismo cuerpo que eso no es verdad, entenderás el poder de la mente que reside en ti. 3Si usas el cuerpo con este fin, y sólo con este fin, no lo podrás usar para atacar. 4Cuando se usa con el propósito de unir se convierte en una hermosa lección de comu­nión, que tiene valor hasta que la comunión se consuma. 5Ésta es la forma en que Dios hace que lo que tú has limitado sea ilimitado. 6El Espíritu Santo no ve el cuerpo como lo ves tú porque sabe que la única realidad de cualquier cosa es el servicio que le presta a Dios en favor de la función que Él le asigna.

¿Tienes alguna experiencia en la que hayas utilizado el cuerpo para comunicar el amor? Seguro, que no te habrás sentido deprimido, sino todo lo contrario, hinchado de plenitud.

4. La comunicación pone fin a la separación. 2El ataque la fomenta. 3El cuerpo es feo o hermoso, violento o apacible, perju­dicial  o útil, dependiendo del uso que se haga de él. 4Y en el cuerpo de otro verás el uso que has hecho del tuyo.5Si tu cuerpo se convierte en un medio que pones a disposición del Espíritu Santo para que Él lo use en nombre de la unión de la Filiación, no verás lo físico excepto como es. 6Úsalo para la verdad y lo verás correctamente. 7Úsalo incorrectamente y lo interpretarás mal, lo cual habrás hecho ya al usarlo incorrectamente. 8Interpreta cual­quier cosa sin el Espíritu Santo y desconfiarás de ello. 9Eso te conducirá al odio y al ataque, y hará que pierdas la paz.

Recordémoslo. No es el cuerpo el que separa, sino nuestra creencia en la separación. No hay que cambiar al mensajero, sino al mensaje.

5. Toda pérdida, no obstante, procede de los falsos conceptos que albergas, 2pues es imposible perder, sea cual sea la forma en que se manifieste la pérdida. 3Mas cuando ves a un hermano como una entidad física "pierdes" su poder y su gloria así como los tuyos. 4Lo has atacado, pero tienes que haberte atacado a ti mismo primero. 5Por tu propia salvación -que le ha de brindar a él la suya- no lo veas así. 6No dejes que él se menosprecie a sí mismo en tu mente, sino libéralo de su creencia de que es insignificante y así te liberarás tú de la tuya. 7Como parte de ti, él es santo. 8Como parte de mí tú lo eres. 9Entablar comunicación con cualquier parte de Dios es ir más allá del Reino hasta su Creador, gracias a Su Voz, la cual Él ha establecido como parte de ti.

Realmente, la causa original de todo conflicto, de toda "pérdida", se encuentra en la falsa creencia de la separación. La percepción externa, igualmente, encuentra ese mismo origen, es decir, creer que nos encontramos separados de nuestro Creador y de la Creación, nos lleva a creer en la percepción externa. En otra parte de la Enseñanza recogida en Un Curso de Milagros, hemos conocido cómo es necesario albergar un deseo para ver, para percibir. El deseo, se convierte, utilizando terminología bíblica, en el estímulo que llevó a Eva a comer de la manzana, fruto del árbol prohibido.

6. Alégrate, por lo tanto, de que no puedas hacer nada por ti mismo, pues no eres de ti mismo. 2La Voluntad de Aquel del que formas parte ha establecido para ti, tu poder y tu gloria. 3Con ellos puedes lograr perfectamente lo que Su santa Voluntad ha dis­puesto para ti, una vez que la aceptes. 4Él no te ha privado de Sus dones, mas tú crees que se los has arrebatado a Él. 5Por amor a Su Nombre, no dejes que ningún Hijo de Dios permanezca oculto, pues Su Nombre es el tuyo.

Nuestra verdadera identidad, la Divina, no procede de nosotros mismos; no procede de la identificación egoica; no procede de la creencia en la separación. Somos Hijos de Dios, y nuestra identidad verdadera lleva su sello. Recuperar esa Visión, elegir esa única y verdadera voluntad, nos hará habitantes conscientes del Reino de los Cielos.

7. La Biblia dice: "El Verbo (o pensamiento) se hizo carne. 2Estric­tamente hablando, eso es imposible, puesto que parece implicar que un orden de realidad pasó a ser otro. 3Los distintos órdenes de realidad, al igual que los distintos grados de dificultad de los milagros, tan sólo dan la impresión de existir. 4EI pensamiento no se puede convertir en carne excepto mediante una creencia, ya que el pensamiento no es algo físico. 5El pensamiento, no obs­tante, es comunicación, para lo que sí se puede usar el cuerpo 6Éste es el único uso natural que se puede hacer de él. 7Usarlo de forma antinatural es perder de vista el propósito del Espíritu Santo, y confundirse con respecto al objetivo de Su plan de estudios.

Me queda claro de este punto, que la comunicación adquiere un valor muy estimado a la hora de hacer un uso apropiado del cuerpo, pues, podemos elegir de manera consciente qué tipo de pensamientos compartir con los demás. 

Si en nuestros pensamientos albergamos falsas creencias, como la de que estamos separados de los demás; el miedo, la culpa, el sufrimiento, el dolor, etc. nuestro cuerpo compartirá y comunicará esas erróneas creencias, y en vez de amar, atacaremos; en vez de ser felices y crear alegría, transmitiremos odio, envidia, celos, enfermedad...

Es hora de que nos preguntemos, ¿qué comunicamos a nuestro alrededor? 

8. No hay nada más frustrante para un alumno que un plan de estudios que no pueda aprender. 2Cuando eso ocurre su sensa­ción de ser competente se resiente, y no puede por menos que deprimirse. 3Enfrentarse a una situación de aprendizaje imposible es la cosa más deprimente del mundo. 4De hecho, es la razón por la que, en última instancia, el mundo en sí es deprimente. 5El plan de estudios del Espíritu Santo nunca es deprimente porque es un plan de estudios que produce dicha. 6Siempre que se reac­ciona con depresión ante el aprendizaje es porque se ha perdido de vista el verdadero objetivo del plan de estudios.

Siempre se ha dicho, que la vida es una fuente de aprendizaje. La razón de que ello sea percibido de esta manera, es porque en la medida en que compartimos los valores de nuestros pensamientos comunicando el error, es como si sembráramos la semilla de la amargura, que, al dar sus frutos, nos hará percibir el sabor del sufrimiento y del dolor.

Si en nuestros pensamientos albergamos amor, comunicaríamos amor y la semilla del amor, crecerá y nos alimentará con el fruto del amor. En cambio, si hay miedo, el fruto que recolectaremos será el de la depresión, pues nos sentiremos desconectados de la Fuente de  la Vida. 

9. En este mundo, ni siquiera el cuerpo se percibe como algo ínte­gro. 2Se considera que su propósito está dividido en muchas fun­ciones que no tienen ninguna relación entre sí o muy poca, de modo que parece estar regido por el caos. 3Guiado por el ego, lo está. 4Guiado por el Espíritu Santo, no. 5En este último caso, se convierte en un medio a través del cual la parte de la mente que trataste de separar del espíritu puede trascender sus propias dis­torsiones y retornar a él. 6El templo del ego se convierte así en el templo del Espíritu Santo, en el que la devoción por Él reemplaza a la devoción por el ego. 7En este sentido el cuerpo se convierte ciertamente en el templo de Dios, Su Voz reside en su interior dirigiendo el uso que se hace de él.

¿Qué guía has elegido para aprender a recordar quién eres realmente? 

Por sus frutos los conoceréis. Así es. Por la boca expresamos los valores de nuestro corazón. Si comunicamos desde un corazón roto por la falta de amor, aquello que salga por nuestra boca, creará caos y desolación.

Si en cambio, nuestro corazón sirve a una sola voz, la voz de la unidad, la voz del amor, de nuestra boca tan sólo podrán salir palabras que contagien la Felicidad, la Dicha y la Gracia que se experimenta cuando vivimos en la Unidad.

10. La curación es el resultado de usar el cuerpo exclusivamente para los fines de la comunicación. 2Puesto que eso es lo natural, sana al restaurar la unicidad, lo cual es también natural. 3Toda mente es íntegra, y la creencia de que parte de la mente es física, o no mental, es una interpretación fragmentada o enfermiza. 4Es imposible convertir a la mente en algo físico, pero es posible hacer que se manifieste a través de lo físico si usa al cuerpo para ir más allá de sí misma. 5Al hacer eso la mente se extiende: 6No se detiene en el cuerpo porque si lo hace su propósito queda obstruido. 7Una mente que ha sido obstruida se ha permitido a sí misma ser vulne­rable al ataque porque se ha vuelto contra sí misma.

La enfermedad es el resultado de una mente que alberga la errónea creencia en la separación. El origen de ese estado no es el cuerpo. El cuerpo comunica el pensamiento y cuando éste sirve al error, el cuerpo se manifiesta de manera errónea, es decir, enferma.

Para sanar el cuerpo, es necesario sanar el pensamiento. La sanación es el proceso de expiar el miedo y en su lugar ver el amor.

11. Despejar estos obstáculos es, por consiguiente, la única manera de garantizar ayuda y curación. 2Ayudar y curar son las expresio­nes naturales de la mente que está operando a través del cuerpo, pero no en él: 3Si la mente cree que su objetivo es el cuerpo distor­sionará su percepción de éste, y al bloquear su propia extensión más allá del mismo, dará lugar a enfermedades, pues estará fomentando la separación. 4Percibir el cuerpo como una entidad separada no puede sino fomentar la enfermedad, ya que ello no es verdad. 5Un medio de comunicación deja de ser útil si se emplea para cualquier otra cosa. 6Usar un instrumento de comunicación como instrumento de ataque es estar confundido con respecto a su propósito.

La comunicación con nuestros hermanos, se convierte en el termómetro que nos indica si estamos sirviendo al amor o al miedo, o lo que es lo mismo, si se basa en relaciones enfermizas o amorosas y sanas. Si lo concebimos como separados de nosotros mismos, estaremos comunicando el error, y esa relación es enfermiza. Si lo concebimos desde el amor, esa relación gozará de salud y aportará el fruto de la armonía y de la paz.

12. Comunicar es unir y atacar es separar. 2¿Cómo ibas a poder hacer ambas cosas simultáneamente utilizando el mismo medio y no sufrir por ello? 3La percepción del cuerpo sólo se puede unifi­car cuando se ha aceptado un solo propósito. 4Esto libera a la mente de la tentación de ver al cuerpo bajo distintas luces, y puede entonces entregárselo por completo a la única Luz en la que puede ser realmente entendido. 5Confundir un recurso de aprendizaje con un objetivo del plan de estudios es una confu­sión básica que impide el entendimiento de ambos. 6El aprendi­zaje tiene que conducir más allá del cuerpo, al re-establecimiento del poder de la mente en él. 7Esto sólo se puede lograr si la mente se extiende hasta otras mentes, y no interrumpe su extensión. 8Esta interrupción es la causa de todas las enfermedades porque la única función de la mente es extender.

Sabremos si somos portadores de salud o de enfermedad, en la medida, en que nos respondamos a una cuestión: ¿cómo percibes a tu hermano?

Si lo percibimos como un ser separado de nosotros, nuestra relación con él, estará basada en el ataque y como consecuencia será una relación enferma.

En cambio, si lo percibimos formando parte de la Filiación, nuestra relación con él, gozará de salud y se convertirá en una vivencia de inmensa felicidad y gozo.

13.  Lo opuesto a la dicha es la depresión. 2Cuando lo que apren­des fomenta la depresión en lugar de la dicha, es que no estás escuchando al Maestro jubiloso de Dios ni aprendiendo Sus lec­ciones. 3Ver un cuerpo de cualquier otra forma que no sea como un medio de comunicación es limitar a tu mente y hacerte daño a ti mismo. 4La salud, por lo tanto, no es otra cosa que un propósito unificado. 5Si se pone al cuerpo en armonía con el propósito de la mente, éste se vuelve íntegro porque la mente sólo tiene un pro­pósito. 6El ataque tan sólo puede ser un propósito que el cuerpo ha asumido, ya que separado de la mente, el cuerpo no tiene ningún propósito.

Si la función de la mente es la extensión, esa función hace de la mente una fuente de creación. Si extendemos pensamientos basados en creencias erróneas, como la separación, no estaremos creando, sino fabricando un mundo basado en el error. Si el cuerpo, como vehículo de comunicación, sirve a esa elección de fabricar el error, el mundo que construiremos llevará ese sello de autodestrucción, pues, aquello que se construye con los materiales de la repulsión, del miedo, no perdurará.

14. Tú no estás limitado por el cuerpo, y el pensamiento no puede hacerse carne. 2La mente, no obstante, puede manifestarse a tra­vés del cuerpo si va más allá de él y no lo interpreta como una limitación. 3Siempre que ves a alguien limitado a un cuerpo o por un cuerpo, estás imponiéndote a ti mismo ese mismo límite. 4¿Estás dispuesto a aceptar eso cuando el único propósito de tu aprendizaje debería ser escaparte de toda limitación? 5Todo aquel que concibe el cuerpo como un medio de ataque y cree que de ello puede derivar dicha, demuestra inequívocamente que es un mal estudiante. 6Ha aceptado un objetivo de aprendizaje que contra­dice claramente el propósito unificado del plan de estudios y que le impide aceptar como propio el propósito de éste.

No culpemos, ni castiguemos, al cuerpo por el tipo de experiencias  que nos llevan a percibir. El cuerpo, como ya hemos visto a lo largo del Curso, es neutral. Busquemos la verdadera causa de dichas experiencias en nuestros pensamientos, en nuestras creencias. 

Si creemos en la separación, en el miedo, estaremos dando instrucciones al cuerpo para que se comporte desde el miedo, y se pondrá a la defensiva y atacará en un intento de no recibir las amenazas de aquel que interpreta como separado de él. 

Reflexionemos sobre el lenguaje que la vida nos aporta. Tal vez así, podamos descubrir que no somos víctimas del mundo que nos rodea y que existe un pacto de amor, que hemos olvidado y que nos brinda la complicidad de aquellos que caminan junto a nosotros y que nos ofrecen, a través de la comunicación, una muestra de nuestros propios pensamientos. Ellos adoptan, sin que lo sepamos, el papel de "maestros", pues, bien por la vía del amor o por la vía del dolor, nos ofrecen el camino de la redención, de la rectificación.

15. La dicha procede de un propósito unificado, y un propósito unificado es algo que es únicamente propio de Dios. 2Cuando tu propósito está unificado es el Suyo. 3Si crees que puedes interfe­rir en Su propósito necesitas salvación. 4Te has condenado a ti mismo, pero la condenación no es algo que proceda de Dios. 5Por lo tanto, no es real. 6Ni tampoco lo son sus aparentes resultados. 7Cuando ves a tu hermano como un cuerpo, lo estás condenando porque te has condenado a ti mismo. 8No obstante, si toda conde­nación es irreal, y tiene que serlo puesto que es una forma de ataque, entonces no puede tener consecuencias.

Desde el punto de vista Espiritual, desde la Consciencia Divina, desde el Pensamiento Uno, el mundo de la percepción, de la separación, no es real, pues no responde a las leyes de la Creación. Es una fabricación del pensamiento errado y como tal no es eterno.

16. No te permitas sufrir por causa de las consecuencias imagina­rias de lo que no es real: 2Libera tu mente de la creencia de que eso es posible. 3En su total imposibilidad radica tu única espe­ranza de liberación. 4¿Y qué otra esperanza querrías albergar? 5La única manera de liberarse de las ilusiones es dejando de creer en ellas. 6El ataque no existe, lo único que existe es comunicación ilimitada y, por lo tanto, poder y plenitud ilimitados. 7El poder de la plenitud es la extensión. 8No dejes que tus pensamientos se detengan en este mundo, y tu mente se volverá receptiva a la creación en Dios.

Desde mi consciencia Una, extiendo mi amor hacia ti.

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