miércoles, 28 de agosto de 2024

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 241

3. ¿Qué es el mundo? 

1. El mundo es una percepción falsa. 2Nació de un error, y no ha abandonado su fuente. 3Persistirá mientras se siga abrigando el pensamiento que le dio vida. 4Cuando el pensamiento de separa­ción haya sido sustituido por uno de verdadero perdón, el mundo se verá de una manera completamente distinta; de una manera. que conduce a la verdad en la que el mundo no puede sino desaparecer junto con todos sus errores. 5Ahora su fuente ha desaparecido, al igual que sus efectos. 

2. El mundo se fabricó como un acto de agresión contra Dios. 2Es el símbolo del miedo. 3Mas ¿qué es el miedo sino la ausencia de amor? 4El mundo, por lo tanto, se fabricó con la intención de que fuese un lugar en el que Dios no pudiese entrar y en el que Su Hijo pudiese estar separado de Él. 5Esa fue la cuna de la percep­ción, pues el conocimiento no podría haber sido la causa de pen­samientos tan descabellados. 6Mas los ojos engañan, y los oídos oyen falsedades. 7Ahora es muy posible cometer errores porque se ha perdido la certeza. 

3. Y para sustituirla nacieron los mecanismos de la ilusión, 2que ahora van en pos de lo que se les ha encomendado buscar. 3Su finalidad es servir el propósito para el que se fabricó el mundo, de modo que diese testimonio de él y lo hiciera real. 4Dichos meca­nismos ven en sus ilusiones una sólida base donde existe la ver­dad y donde se mantiene aparte de las mentiras. 5No obstante, no informan más que de ilusiones, las cuales se mantienen separadas de la verdad. 

4. Del mismo modo en que el propósito de la vista fue alejarte de la verdad, puede asimismo tener otro propósito. 2Todo sonido se convierte en la llamada de Dios, y Aquel a quien Dios designó como el Salvador del mundo puede conferirle a toda percepción un nuevo propósito. 3Sigue Su Luz, y verás el mundo tal como Él lo ve. 4Oye sólo Su Voz en todo lo que te habla. 5Y deja que Él te conceda la paz y la certeza que tú desechaste, pero que el Cielo salvaguardó para ti en Él. 

5. No nos quedemos tranquilos hasta que el mundo se haya unido a nuestra nueva percepción. 2No nos demos por satisfechos hasta que el perdón sea total. 3Y no intentemos cambiar nuestra función. 4Tenemos que salvar al mundo. 5Pues nosotros que lo fabricamos tenemos que contemplarlo a través de los ojos de Cristo, de modo que aquello que se concibió para que muriese pueda ser restituido a la vida eterna.




LECCIÓN 241

En este instante santo llega la salvación.

1. ¡Qué alegría tan grande la de hoy! 2Éste es un día de una cele­bración especial. 3Pues este día le ofrece al mundo de tinieblas el instante que se fijó para su liberación. 4Ha llegado el día en que todos los pesares se dejan atrás y el dolor desaparece. 5La gloria de la salvación alborea hoy sobre un mundo que ha sido libe­rado. 6Éste es un tiempo de esperanza para millones de seres. 7Ahora ellos se unirán conforme tú los perdones a todos. 8Pues hoy tú me perdonarás a mí.

2. Ahora nos hemos perdonado los unos a los otros, y así podemos por fin regresar a Ti. 2Padre, Tu Hijo, que en realidad jamás se ausentó, retorna al Cielo y a su hogar. 3iQué contentos estamos de que se nos haya restituido la cordura y de poder recordar que todos somos uno!

¿Qué me enseña esta lección?

Nos hemos sentido culpables, desde el momento en que decidimos usar nuestro poder creador y fabricar un mundo distante y separado al de nuestro Padre. 

Decidimos abandonar el Hogar dispuesto por nuestro Creador para que creciésemos y nos
 desarrollásemos espiritualmente y, en cambio, dirigimos nuestra atención al mundo de la percepción, con el cual nos identificamos llegando a creer que el cuerpo es nuestra verdadera realidad. 

Ese sentimiento de culpabilidad, por haber violado los preceptos de nuestro Padre, nos llevó a sentir temor por Él, al creer que lo habíamos contrariado. Desde ese instante, decidimos crecer separados de las Leyes Divinas, lo que nos llevó a proclamar nuestras propias leyes. Sustituimos el Amor por el miedo, por el castigo, por el dolor y la eternidad por el tiempo. 

La culpa es la manifestación del pecado. Este es el pensamiento del ego. Nos creemos merecedores del castigo y de la venganza divina y, ello, nos hace esclavo del sufrimiento, de la muerte. 

Cuando despertamos de ese amargo sueño, nuestro Ser añora su Libertad. El único camino que nos conduce a ser libres, es aquel que nos libera del peso del castigo y de la culpa: el camino del perdón. 

Debemos perdonar nuestro pasado ancestral; debemos perdonar cualquier acción emprendida por nuestra voluntad que entendamos contraria a las Leyes de Dios; debemos perdonar a nuestros hermanos, en los cuales proyectamos el reflejo de nuestra culpabilidad. 

Nuestra única función en la Tierra es el perdón, pues, en verdad, es el verdadero camino que nos conduce a la Salvación, a la consciencia de Unidad, a la consciencia de Amor.


Ejemplo-Guía: "El instante santo"

“¿Puedes imaginarte lo que sería no tener inquietudes, preocu­paciones ni ansiedades de ninguna clase, sino simplemente gozar de perfecta calma y sosiego todo el tiempo? Ése es, no obstante, el propósito del tiempo: aprender justamente eso y nada más” (T-15.I.1-2). 

De este modo, da comienzo el Capítulo 15 de Un Curso de Milagros, titulado "El instante santo". Reproduciré alguno de sus párrafos, pero os recomiendo su lectura integral, pues su enseñanza es muy reveladora. 

“El Maestro de Dios no puede sentirse satisfecho con Sus enseñanzas hasta que éstas no constituyan lo único que sabes. Su función docente no se consumará hasta que no seas un alumno tan dedi­cado que sólo aprendas de Él. Cuando eso haya ocurrido, ya no tendrás necesidad de un maestro, ni de tiempo en el que aprender” (T-15.I.3-5). 

“La razón del aparente desaliento del que tal vez padezcas es tu creencia de que ello toma tiempo y de que los resultados de las enseñanzas del Espíritu Santo se encuentran en un futuro remoto. Sin embargo, no es así, pues el Espíritu Santo usa el tiempo a Su manera, y no está limitado por él” (T-15.I.2:1-3). 

“El ego, al igual que el Espíritu Santo, se vale del tiempo para convencerte de la inevitabilidad del obje­tivo y del final del aprendizaje. Él objetivo del ego es la muerte, que es su propio fin. Mas el objetivo del Espíritu Santo es la vida, la cual no tiene fin” (T-15.I.2:7-9). 

“¡Cuán desolado y desesperante es el uso que el ego hace del tiempo! ¡Y cuán aterrador! Pues tras su fanática insistencia de que el pasado y el futuro son lo mismo se oculta una amenaza a la paz todavía más insidiosa. El ego no hace alarde de su amenaza final, pues quiere que sus devotos sigan creyendo que les puede ofrecer una escapatoria. Pero la creencia en la culpabilidad no puede sirio conducir a la creencia en el infierno, y eso es lo que siempre hace. De la única manera en que el ego permite que se experimente el miedo al infierno es trayendo el infierno aquí, pero siempre como una muestra de lo que te espera en el futuro. Pues nadie que se considere merecedor del infierno puede creer que su castigo acabará convirtiéndose en paz” (T-15.I.6:1-7).  

“El Espíritu Santo enseña, por lo tanto, que el infierno no existe. El infierno es únicamente lo que el ego ha hecho del presente. La creencia en el infierno es lo que te impide comprender el presente, pues tienes miedo de éste. El Espíritu Santo conduce al Cielo tan ineludiblemente como el ego conduce al infierno. Pues el Espíritu Santo, que sólo conoce el presente, se vale de éste para desvanecer el miedo con el que el ego quiere inutilizar el pre­sente. Tal como el ego usa el tiempo, es imposible librarse del miedo. Pues el tiempo, de acuerdo con las enseñanzas del ego, no es sino un recurso de enseñanza para incrementar la culpabili­dad hasta que ésta lo envuelva todo y exija eterna venganza” (T-15.I.7:1-7). 

“El Espíritu Santo quiere desvanecer todo esto ahora. No es el presente lo que da miedo, sino el pasado y el futuro, mas éstos no existen. El miedo no tiene cabida en el presente cuando cada instante se alza nítido y separado del pasado, sin que la sombra de éste se extienda hasta el futuro. Cada instante es un nacimiento inmaculado y puro en el que el Hijo de Dios emerge del pasado al presente. Y el presente se extiende eternamente. Es tan bello, puro e inocente, que en él sólo hay felicidad. En el presente no se recuerda la oscuridad, y lo único que existe es la inmortalidad y la dicha” (T-15.I.8:1-7).  

“Esta lección no requiere tiempo para aprenderse. Pues, ¿qué es el tiempo sin pasado ni futuro? El que te hayas descarriado tan completamente ha requerido tiempo, pero ser lo que eres no requiere tiempo en absoluto. Empieza a usar el tiempo tal como lo hace el Espíritu Santo: como un instrumento de enseñanza para alcanzar paz y felicidad. Elige este preciso instante, ahora mismo, y piensa en él como si fuese todo el tiempo que existe. En él nada del pasado te puede afectar, y es en él donde te encuentras completamente absuelto, complemente libre y sin condenación alguna. Desde este instante santo donde tu santidad nace de nuevo, seguirás adelante en el tiempo libre de todo temor y sin experimentar ninguna sensación de cambio con el paso del tiempo” (T-15.I.9:1-7). 

“Si sientes la tentación de desanimarte pensando cuánto tiempo va a tomar poder, cambiar de parecer tan radicalmente, pregún­tate a ti mismo: "¿Es mucho un instante?” (T-15.I.11:1). 

“¿Cuánto dura un instante? Dura tan poco para tu hermano como para ti. Practica conceder ese bendito instante de libertad a todos aquellos que están esclavizados por el tiempo, haciendo así que para ellos éste se convierta en su amigo. Mediante tu dación, el Espíritu Santo te da a ti el bendito instante que tú les das a tus hermanos. Al tú ofrecerlo, Él te lo ofrece a ti. No seas reacio a dar lo que quieres recibir de Él, pues al dar te unes a Él. En la cristalina pureza de la liberación que otorgas radica tu inmediata liberación .de la culpabilidad. Si ofreces santidad no puedes sino ser santo” (T-15.I.13:1-8). 

“¿Cuánto dura un instante? Dura el tiempo que sea necesario para re-establecer la perfecta cordura la perfecta paz y el perfecto amor por todo el mundo, por Dios y por ti; el tiempo que sea necesario para recordar la inmortalidad y a tus creaciones inmortales, que la comparten contigo; el tiempo que sea necesario para intercambiar el infierno por el Cielo. Dura el tiempo suficiente para que puedas trascender todo lo que el ego ha hecho y ascender hasta tu Padre” (T-5.I.14:1-5). 

¡Feliz instante santo!


Reflexión: ¿Qué nos mantiene alejado del instante santo?

12 comentarios:

  1. Muchas gracias por siempre tener esa claridad que hoy nos hace decidirnos por el instante santo.

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    1. Gratitud por tus amables palabras. En verdad, esa claridad que percibes es tu propia claridad mental que vibra al unísono con mi visión. Bendiciones.

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    2. Gracias totales Juan José yo todos los días estoy conectada contigo desde Venezuela, te honro y bendigo tu trabajo, te envío desde mi parte santa toda la luz para que tu vida sea fácil, fluida y feliz, un gran abrazo!

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  2. Nos mantiene alejados nuestra testadurez, el creer q somos muy poderosos. Pero nos estamos acercando se nos está quitando el miedo porque el ego no nos da esa paz tan bella que tanto queremos y luchamos por ella por no darn8s cuenta, pero ya es el momento, el momento de perdonar, el momento de 8ntemporalidad, el m9mento de despertar.
    Muchas gracias!!!

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  3. Gracias Juan José por compartir lección día a día, bendiciones, Raquel desde México

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  4. Buen día Juan José hace un año leí y comenté tú maravilloso mensaje, hoy lo vuelvo a leer y me resuena saber que debemos perdonar nuestro pasado ancestral; debemos perdonar cualquier acción emprendida por nuestra voluntad que entendamos contraria a las Leyes de Dios; debemos perdonar a nuestros hermanos, en los cuales proyectamos el reflejo de nuestra culpabilidad.

    Nuestra única función en la Tierra es el perdón, pues, en verdad, es el verdadero camino que nos conduce a la Salvación, a la consciencia de Unidad, a la consciencia de Amor.
    Tenemos libre alveldrio yo Dalia decido perdonar todas mis percepciones erradas porqué a la final no tengo nada que perdonar a mis hermanos pues fui yo quien los puso a jugar ese papel en mí vida. Gracias

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  5. Así Sea...y Así Es....Graciassss🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏

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  6. En este instante Santo hago nuevas todas las cosas...Amen🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏💙💙💙💙💙💙💙

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